Capitulo 24: Out

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—Despierta cielo —Llamó mamá acariciando mi cabeza.

Intenté abrir los ojos pero aún me sentía cansada, después de todo había hablado con mi padre hasta muy tarde, por lo que recordaba su charla se había alargado demasiado y ahora podía entender muchos por qué de los hombres, era perturbador y útil por igual.

Me volteé hacia la derecha encontrándome con la cara de mi padre a centímetros, él aún estaba profundamente dormido por lo que aproveché eso y cerré los ojos de nuevo.

—Amor despierta —Le llamó mamá ¡ja! Era obvio que optaría por mi padre.

—Un poco más —Pidió él acomodándose mejor—, es hora de que te bajes cariño, pesas.

—Acostúmbrate —Me quejé acostándome mejor en su pecho.

—Bien, entonces no habrá huevos revueltos para ninguno.

Y así como si hubiera tocado un interruptor clave en nosotros logró que nos despertáramos. Papá se limpió los ojos con fuerza mientras que yo saltaba hacia el suelo y corría hacia las escaleras.

— ¡Estás haciendo trampa! —Me gritó él intentando seguir mis pasos.

—Ya estás viejo —Comenté entre risas llegando por fin a la cocina.

Con rapidez nivel ninja me serví mis merecidos huevos revueltos pero le dejé la mitad a mi padre, tampoco era tan malvada con él, además no podía hacerlo ahora que de alguna manera estábamos forjando una relación padre e hija más madura.

—Gracias linda —Dijo él antes de besar mi frente para caminar hacia el sartén.

Mamá nos miraba desde el marco de la puerta con una sonrisa, sabía perfectamente lo que estaba pensado, nunca habíamos amanecido tan en paz y llevándonos tan bien así que supongo que eso la hacía de alguna manera feliz.

El desayuno fue bastante normal, incluso demasiado, papá y yo nos dedicábamos a comer como si no hubiera mañana mientras que mamá nos comentaba las últimas noticias del periódico.

Esa mañana mamá tuvo que llevarme al instituto pues al parecer a papá se le había hecho un poco tarde para llegar a una reunión por lo que tuvo que salir con bastante rapidez, fue bastante cómico verle correr hacia el auto con la camisa abierta, el chaleco y los zapatos en las manos. Mi padre no cambiaría jamás.

— ¿Qué tal estuvo la noche? —Preguntó mi madre mientras encendía el auto.

—Bastante bien —Admití colocándome el cinturón.

—Entonces tu padre se creyó mi actuación —Comentó mientras aceleraba en la avenida, yo le miré con extrañeza.

— ¿Actuación? —Ella apartó la mirada de la carretera por unos momentos para mirarme.

—Amor no me digas que creíste el cuento de que no sabía que ya has tenido tu primer período —Entonces ella soltó una buena carcajada que me dejó mucho más confusa que antes.

— ¿Podrías aclararme las cosas? No sé cómo funcionan estas cosas entre tú y papá.

—No hay nada de complicado—Dijo ella deteniéndose en un semáforo—, provocar a tu padre es realmente fácil, sólo tienes que tocar los botones correctos y él explota como una bomba atómica —Explicó ella haciendo gestos con sus manos.

Yo le miré con atención y reí de lo tierna e infantil que ella era algunas veces, sobre todo cuando a mi padre se refería.

—Y sabía que él quería hablarte sobre esto de la sexualidad desde hace mucho tiempo —Asintió un par de veces—. Incluso escribió un discurso de 15 hojas.

Inevitable (El juego de Elena #1) [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora