Capitulo 16: ¿También tú?

3.7K 111 7
                                    

Cuando llegamos a casa me bajé del auto sin esperar que se detuviera del todo, abrí la puerta dejándola abierta para el imbécil, entré a la sala viendo a mis padres hablar con Regie.

—Aquí tienes las palomitas —Dije intentando contener mi molestia.

—Matt ¿podrías hacerlas por favor? Ve con él Elena, no hemos terminado por aquí —Arrugué el ceño en dirección a mi padre ¿por qué debía hacer aquello ahora?

El imbécil jaló de mí hacia la cocina.

—No vuelvas a poner tu mano sobre mí —Le advertí alejándome dos pasos de él.

—Estás siendo infantil amargada —Comentó él mientras revisaba mi refrigerador.

—Manos fuera —Dije cerrándole la puerta, él resopló molesto.

—Tengo hambre.

—Come en tu casa.

Fue hacia mí y se cruzó de brazos, no me gustaron las cosquillas que sentí en mi estómago cuando le vi esbozar un puchero que, me odiaré por admitirlo, se veía increíblemente tierno.

« ¡Oh Cristo! Voy a ir al infierno» me quejé en mi interior.

—Pero estoy en la tuya y quiero comer —Le di una mirada antes de meter la bolsa de palomitas al microondas.

—Dos minutos ¡perfecto! Ahora debo soportarte por dos minutos, que desperdicio de tiempo.

Él siguió con su puchero bien formado y una sonrisa se formó en mi boca que fue en contra de mi voluntad.

—Que sea rápido —Dije haciéndole un gesto con la cabeza hacia el refrigerador.

Tuve que luchar por no sonreír mientras él asaltaba mi adorado refrigerador. Bien, ahora tenía una pregunta personal ¿dónde cominos estaba mi enojo? ¿No se suponía que había llegado con ganas de explotar mi casa? Pero no, ahora estaba de sonrisitas con mi némesis.

Todavía con comida en su boca me miró y me dio una sonrisa, entonces yo no pude contener las carcajadas que estaba reteniendo. El microondas sonó unos segundos después por lo que procedí a abrirlo.

—Así que te hice reír —Comentó el imbécil.

¡Oh no! ¿Por qué no me sentía bien al pensar en él de esa manera? No, no, no ¡Me rehúso totalmente a admitir que él logró golpear la dura pared que le había dejado por fuera!

 —No creas que fue por ti —Espeté metiendo la otra bolsa.

—Sé que fue por mí pero gracias por hacerte la difícil, es halagador —Le saqué la lengua.

—No me hago la difícil, realmente no me agradas.

En un rápido movimiento me volteó y me subió en el mármol de la cocina, ni siquiera tuve tiempo para soltar un grito de sorpresa, en menos de lo que pensé ya le tenía a centímetros de mí.

—Elena, amargada Elena —Dijo con una sonrisa—. ¿Hasta cuándo seguiremos en este juego? La verdad ya me aburrí.

—Seguiremos en él hasta que tú admitas que yo gané —Él arqueó una ceja.

— ¿Admitir que ganaste? No puedo admitir algo que no ha ocurrido.

Le arqueé una ceja provocando que él soltara una carcajada.

—Imbécil, hace unos minutos me lo dijiste todo —Él puso sus manos a cada lado de mis piernas estando mucho más cerca de mí.

—Amargada, eso no dice que ganaste —Me crucé de brazos.

Inevitable (El juego de Elena #1) [Editada]Where stories live. Discover now