Capitulo 11: Cambio de posiciones

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Agarré con fuerza mi bolso y me dirigí a la institución sintiendo a mis mejillas arder. No era necesario que dijera los insultos que lanzaba mentalmente al idiota ¡juro que le asesinaría si pudiera! Pero entonces recordé que no ensuciaría mis manos con semejante clase de hombre.

Respiré profundamente intentando aplacar el nudo que se había formado en mi garganta pues ¡de ninguna manera lloraría por él! ¡Por supuesto que no!

Miré mi mano derecha, sostenía el collar con fuerza queriendo lanzarlo a través del pasillo y dejar que se perdiera y que alguien más se lo llevara. Odiaba cualquier cosa referente al idiota, realmente lo hacía y el saber que tenía que seguir lo que dijera respecto a su estúpido regalo me sacaba terriblemente de mis casillas.

Frente a mí pasó él con una sonrisa en su rostro que me advertía que debía hacer lo que quisiera o habría consecuencias que incluían a Regie. Resoplé caminando con paso firme al baño de mujeres, una vez dentro revisé todos los cubículos esperando no encontrar a nadie.

—Bien ¿quieres jugar? —Me miré al espejo antes de colocarme el collar—. Entonces juguemos.

Ajusté el collar de modo que la piedrecilla descansara en el pequeño hueco en mi garganta. Respiré profundamente preparándome mentalmente para lo que tuviera que hacer de ahora en adelante, él no me ganaría de ninguna manera.

—Te has metido con Elena Rogers y eso te saldrá caro —Dije encogiendo mis ojos.

Acomodé mi cabello de manera que dejara ver al collar que tenía ¿él quería que la pasara mal? ¡Ja! Su lindo juego le saldría completamente al revés.

Caminé por el pasillo con la frente en alto, ubiqué mi salón y entré. Sonreí con malicia al ver al idiota sentado en uno de los últimos pupitres, fijé mi mirada en él hasta que me la devolvió, sacudí mi largo cabello y me senté como si fuera la diva de aquel lugar. Conseguiría lo que quería y él no me ganaría en eso.

La clase empezó y yo no podía borrar la sonrisa de mi boca, esto sería un juego bastante entretenido. Maquiné todo lo que podría hacer para que el idiota quedara en mal y por supuesto, aquellas maneras en que yo pudiera asegurarme que ganaría sin duda alguna.

Mi estómago gruñó al final de la segunda clase, para mi increíble suerte ya estaba en camino a la cafetería donde tendría una muy buena charla con Regie, más me valía asegurar mi espalda antes de realizar cualquier paso, además ¿cómo podría él no creerme? Ambos sentíamos repugno por el idiota y bueno, yo era de cierta manera su «pretendiente».

Compré mi comida con rapidez pues mi estómago me lo pedía con desesperación, a lo lejos divisé a Regie hablando con los que debían ser sus amigos, también vi al idiota que coqueteaba con la idiota del otro día que pretendía insultarme.

Sonreí en grande sabiendo cuál era el mejor paso ahora. Agité mi cabello y caminé hacia Regie moviendo un poco mis caderas como mamá me había enseñado, nunca lo había hecho y esperaba que me saliera bien. En el camino miré al idiota y le dediqué una sonrisa de inocencia mientras él me correspondía. «Que idiota».

— ¿Qué tal? —Saludé a los amigos de Regie antes de dejar la bandeja en la mesa y proceder sentarme a su lado.

—Hola —Saludaron ellos con sonrisas incómodas.

Miré a Regie en busca de una explicación y supe lo que necesitaba, él estaba hablando de mí. Bien ¿estaría mal que le besara? Pues no, él y yo teníamos algo, además el idiota seguía mirándome. Me acerqué y le robé un beso a Regie con toda la suavidad que podía, él sostuvo mi barbilla para acercarme a más y yo disfruté, después de todo Regie me gustaba un poco.

Inevitable (El juego de Elena #1) [Editada]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें