Capitulo 23: "La charla"

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—Elena ¿Quieres comer algo? —Preguntó mamá por quinta vez del otro lado de la puerta.

—Ya comí —Mentí de nuevo mientras no hacía más que permanecer acostada en la cama.

Escuché el suspiro de irritación de mi madre detrás de la puerta pero no valió de nada para mí, estaba encerrada en una ridícula depresión de la que más me valdría salir pronto.

— ¡Gerard! —Gritó con fuerza sobresaltándome—. ¡Quiero esta puerta abierta en 20 segundos!

Me senté en la cama de golpe, bien, mamá estaba realmente molesta y no me convenía hacerla enojar, realmente no.

— ¡Déjala quieta amor! —Escuché gritar a mi padre que suponía estaba en el piso inferior.

— ¡Te quedan 10 segundos Gerard! —Le advirtió a mi padre.

Yo me levanté de la cama de un solo impulso, hay una cosa que realmente temía en esta vida y era cuando mi madre se molestaba, no porque fuera agresiva sino porque sus sermones eran terriblemente largos y ni se diga de esa mirada que te daba de «harás lo que digo o habrá serias consecuencias», incluso mi padre le temía y eso era decir mucho del padre más inmaduro y todo-es-una-broma-para-mí que conozco.

—Mamá estoy bien —Intenté tranquilizarle con voz rota.

— ¡Te quedan cinco segundos Gerard! —Le advirtió con fuerza, la perilla de la puerta comenzó a moverse—. ¡Si no la abres en ese tiempo te castrare!

Solté una risita ante la mala suerte de mi padre.

La puerta se abrió con un intenso Crack, una versión mía masculina me miró ceñudo, yo me encogí de hombros, no tenía culpa de que mi madre tuviera un carácter fuerte cuando se lo proponía, supongo que yo heredé algo de eso.

—Aquí está ¿ya puedo volver a la televisión? —Le preguntó a mi madre con los brazos cruzados.

—No, te quedarás porque somos sus padres y tenemos que saber qué le pasa —Le ordenó apuntándole con el dedo índice.

—Mamá, estoy bien —Le sonreí abiertamente.

Mamá me miró desde mis pies, su semblante se relajó bastante pero cuando llegó a mis ojos soltó un gruñido que me hizo retroceder, mi padre me miró de inmediato.

— ¿Qué fue lo que pasó mi cielo? —Preguntó ella corriendo para abrazarme con fuerza…  con demasiada.

Estoy bien —Susurré intentando respirar.

—Amor ¿sabes algo de esto?

—No, pero me gustaría escucharlo —Respondió mi padre.

Mamá me alejó y me miró a los ojos, los suyos estaban húmedos. Suspiré odiando todo esto, mamá tenía sus extremos emocionales conmigo lo que no me agradaba.

— ¿Qué pasó cielo? —Preguntó con más dulzura.

—Nada, no pasó nada —Dijo con molestia—. ¿Ahora podrían dejarme tranquila en mi habitación?

—No Elena Ann, dinos qué pasó y te dejaremos sola.

Miré a papá quien estaba apoyado en el marco de la puerta con sus brazos cruzados. Sabía que de esa no saldría, ellos podían ser terriblemente irritantes cuando se lo proponían, supongo que era parte de su trabajo de ser padres.

—Es una estupidez, recuerda que soy adolescente, es normal que pase por estas etapas de llanto anormal y depresión exagerada —Le tranquilicé.

— ¿Acaso estás pasando por tu periodo? —Preguntó papá sin tacto como si no fuera un tema delicado.

— ¡Gerard! —Gritamos mamá y yo al mismo tiempo dándole nuestra mirada asesina.

Inevitable (El juego de Elena #1) [Editada]Where stories live. Discover now