Capítulo 36.

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Cuando ya se habían tomado muchas fotos, hablaron y rieron mucho, la cena se dio por terminada. Se despidieron entre todos y luego de casi una hora, Justin y ____ estaban de vuelta en la cabaña. Ambos se cambiaron la ropa por un pijama y salieron, recostándose sobre la arena, abrazados.

—Creí que no te caía muy bien Cam —____ murmuró cerrando los ojos.
—Uhm, y tienes razón, no me caía bien —se encogió de hombros—. Pero eso era cuando no sabía que era gay y creía que era tu novio.
—¿Qué? —rió—. Cam y yo... ¡iuh! No, solo... no —volvió a reír.
—¿Qué tiene? —Justin sonrió—. Jamás me lo aclaraste y ustedes pasaban todo el tiempo juntos en la que solía ser tu habitación, ¿qué más podía pensar?
—¿Que era mi mejor amigo, quizás? —lo miró divertida.
—Ya, no te rías —él ladeó un poco la cabeza e hizo puchero.Ella rió un poco más fuerte y le sonrió. Justin estaba haciendo lo mismo. 
—¿Por qué me miras así? —dijo un poco nerviosa, la mirada de Justin sobre ella la ponía así y a él le gustaba ponerla así.
—Porque tu risa es muy bonita y contagiosa —rió—. Te quiero mucho —se acercó a ella para poder besarla.
—Yo igual te quiero mucho —recibió el beso gustosa. 
—Te escribí una canción, quiero que la escuches, pero, no ahora, quizás en la semana. Sé que nunca te muestro las canciones que escribo o grabo, pero esta es especial, te gustará. 

______ le volvió a sonreír, amaba los pequeños detalles que él le daba, le hacían sentir especial, única. Lo quería muchísimo. 

Decidieron ir a dormir, pues estaban cansados, se levantaron de la mano y entraron a la habitación, ambos se cambiaron en la habitación, ya no tenían ningún tipo de pudor cuando estaban uno frente al otro. Ellos se conocían perfectamente. 
Cuando se acostaron se acomodaron bien, Justin siempre le pedía acariciarle el estómago en la noche, para sentir cuando pateaban los bebés o cuando se movían, amaba sentir eso. Ella sonrió una vez más y se quedó dormida.

A la mañana siguiente, luego de haber pasado un rato acostados, hablando, decidieron levantarse e ir a desayunar.

Ambos se vistieron con ropa ligera y salieron a uno de los salones cerca que había, donde el desayuno estaba incluido en la tarifa. Buscaron una mesa algo alejada y ordenaron. Luego de unos minutos ya tenían la comida frente a ellos.

—Creo que nuestros hijos serán adictos a la fresa, siempre tengo antojos de comerla —____ rió leve.
—Hablando de eso, nena, debemos pensar en nombres. ¿Haz pensado en algo? —ella negó con la cabeza y tomó una fresa, comiéndola.
—Nada de nada. ¿Tú? 
—Tampoco, pero... ¿que te parece ___ y Justin? —ambos rieron.
—¡No! —volvió a reír—. Debemos ser mas originales que eso. 
—De acueeeerdo —alargó—. Pensaré y buscaré uno en cuanto estemos de vuelta en casa, lo prometo.
—Yo también —sonrió.

Ella apartó la vista por unos segundos y cuando la volvió a posar sobre él, él ya no estaba allí.
Físicamente, estaba, pero sus pensamientos estaban en otro lado. 
______ se dio vuelta para ver qué cosa era lo que distraía a Justin, cuando lo hizo se arrepintió completamente. 
Había una chica rubia, que no dejaba de mirar a Justin y éste no dejaba de mirarla de vuelta, se notaba a kilómetros que Justin se la comía con la mirada. 
______ se puso celosa al instante. 
De un momento a otro cambió todo el ambiente. 
Estaban hablando de los bebés y sus nombres, pero de repente ella estaba enojada y Justin mirando a otra, frente a sus narices. 
Pero, ¿qué podía hacer? 
Se levantó y ahí recién Justin reaccionó. 

—¿A dónde vas? 
—Te dejo, para que hables con esa chica, parece que le gustas —ella le sonrió y salió de allí rápidamente.
—¿Qué? No, nena... —Justin se levantó también, pero ____ había sido demasiado rápida y ya estaba fuera del salón. 
—Hola —sintió una suave voz a su lado y volteó. La chica rubia estaba a unos centímetros de él. Si era sincero, la chica era bastante guapa. No le gustaban las rubias, pero ella era... una excepción. Unos pocos centímetros más baja que él, delgada y tez algo morena, claramente por el sol de Tahití.
—Hola —él sonrió. Seguro luego se iba a arrepentir de todo esto. 
—Soy Alyssa —sonrió acercándose peligrosamente y lo besó en la mejilla, muy cerca de los labios para él, que tenía novia—. ¿Estás bien si me siento contigo? —ella apuntó al asiento vacío, donde ___ había estado hace no más de cinco minutos. 
—Mmh... —se humedeció los labios—. En realidad, debería irme...
—Oh, vamos —se sentó e hizo un gesto dramático con la mano—. No muerdo, ¿era tu novia la que estaba acá? 
—Sí, es mí novia y... no creo que a ella le ponga muy feliz que estés acá.
—Seguro tampoco le puso muy feliz que no dejaras de mirarme, pero está bien —sonrió. Era cierto. Si Justin no la hubiese estado mirando -casi comiéndosela con la mirada-, ____ seguiría con él. 
—Bueno, en ese caso, supongo que puedes quedarte un momento —sonrió—. ¿Acabas de llegar? 
—Si te refieres al salón, sí. Estoy en Tahití desde hace diez días, ¿tú?
—Creo que llevo dos días o quizás uno, no estoy seguro —Justin se encogió de hombros y le dio un sorbo a su vaso de jugo. De repente, sintió pasos y levantó la mirada. ____ venía entrando nuevamente al salón—. Maldición —susurró. La chica lo buscó con la mirada y frunció el ceño, al ver que él seguía sentado... y con la rubia.

Esperaba verlo solo, o no verlo, por lo que cuando llegó y los vio juntos no pudo evitar arrepentirse de dejarlo solo. 
Caminó hacia dónde, minutos atrás había estado, el asiento que ahora era ocupado por la rubia. 
Buscó su teléfono con la mirada y lo tomó rápidamente al llegar a la mesa, no los miró, aunque sintió la mirada de Justin sobre ella todo el tiempo. Salió de allí igual de rápido de la última vez y comenzó a correr por la playa. 
Cuando ya vio que estaba lo bastante alejada y que nadie la seguía empezó a caminar más lentamente. 

{...}

—¿Ella es tu novia? —Alyssa le sonrió hipócritamente.
—Sí —Justin se seguía sintiendo incómodo por la reciente escena de ella. 
—¿Te gustan las gordas? —Alyssa pertenecía definitivamente al grupo de las rubias tontas que él conocía. Era sólo una cara y cuerpo bonito, pero no tenía lo que ____ tenía. Cerebro o neuronas. 
—No es gorda, Alyssa. 
—Claro que sí, en cambio yo, estoy delgada. Pero bueno, cambiando de tema, ¿te gustaría salir conmigo a la noche?

Justin la miró. Si se hubiera encontrado con Alyssa, unos... cinco meses atrás, le habría importado muy poco la falta de uso de su cerebro y neuronas y simplemente le habría respondido que se fueran enseguida a la habitación, para la siguiente aventura. Pero no ahora. Él estaba con ____. La quería, le importaba. Y lo más importante: iban a ser padres.

—Estoy ocupado esta noche, lo siento —La chica entrecerró los ojos, claramente molesta por el rechazo. Pero lo volvió a intentar.
—¿Mañana? —sonrió, mientras jugaba con un mechón de su cabello.
—Estoy ocupado esta noche, y la siguiente y todas las demás, así que no te preocupes en gastar tu tiempo conmigo —él sonrió también, imitándola. Alyssa rodó los ojos, aún más molesta y se levantó, dando fuertes pasos lejos de él. Justin rió levemente por el acto de la chica. Pidió la cuenta, pagó, aunque no habían comido casi nada y salió del restaurante. Debía encontrar a ____.

Confident.Where stories live. Discover now