Capítulo 11.

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Eran casi las cuatro de la madrugada, y ____ seguía dando vueltas en la cama, sin poder conciliar el sueño. La propuesta de Justin había estado rondando en su cabeza desde que él la había mencionado. Eran palabras tentativas. Ella no podía quedarse a vivir con Miranda y sus padres, pero tampoco iba a volver a su antigua casa. Su única opción ahora, aparte de la de Justin, era gastar el dinero que tenía para arrendar algún apartamento y trabajar. 

____ se levantó de la cama, y en silencio, caminó por el lúgubre pasillo hasta la cocina. Se sirvió un vaso de agua y se quedó un momento ahí, observando lo que había estado siendo su hogar desde hace dos días. La casa había estado casi solo para ella y su amiga. El padre de Miranda trabajaba prácticamente las 24 horas del día, y si su madre no se encontraba en la sala leyendo alguna revista, estaba en reuniones con sus amigas. Suspiró y la propuesta de Justin volvió a rondar en su cabeza. Cerró los ojos y se masajeó las sienes. Necesitaba tomar una decisión con respecto a su vida, y necesitaba hacerlo ya. 

Cuando volvió a abrir los ojos, estaba con el edredón alrededor de su cuerpo y con los rayos de sol sobre su cara. ¿Cómo había llegado hasta ahí? Miró el celular sobre la mesita de noche y vio la hora. 11:47. Lentamente se sentó sobre cama y volvió a tomar su celular, esta vez para enviar un mensaje.

“Acepto. ¿Puedes pasar por mí y mis cosas?”

Se mordió el labio, se convenció mentalmente a sí misma de que esa era la decisión correcta y finalmente pulsó el botón “enviar”. Luego de una ducha rápida y terminar de ordenar las pocas cosas que había sacado de su maleta, se volvió a recostar sobre la cama, re-leyendo por quinta vez el mensaje con el que Justin le había respondido: “Estoy desde ya preparando mi casa sólo para ti. Estoy ahí en media hora, guapa (:” 

Sintió un auto estacionar y bajó, obviamente dejándole una carta a Miranda, diciéndole que a la tarde se juntaran. Abajo estaba Justin esperándola sentado en el parachoques observando sus movimientos, al ver sus bolsos se dignó a ayudarla. 

— Wow, nena, ¿qué traes acá? ¿Un muerto? — preguntó serio, haciendo que _____ rodara los ojos y riera levemente, después de dejar todo en el maletero se subió en el asiento del copiloto seguida por Justin, quién puso la radio a penas al entrar. 

Los viajes silenciosos e incómodos se estaban volviendo casuales entre ____ y Justin. Aunque ella ahora no tenía muchas ganas de hablarle, tan sólo quería llegar a la casa de Justin y tirarse a dormir en la primera cama o lugar cómodo que viera. Había dormido muy poco a la noche y eso podría hacerle mal. A ella y al bebé. 

Luego de un viaje interminable ambos bajaron y Justin le pidió a un guardaespaldas que dejara las maletas de ella en la habitación de huéspedes. Justin la invitó a entrar y cuando ____ estaba dispuesta a dejarse caer sobre un cómodo sofá, él la llamó para hablar. 

— Tengo que decirte algo antes, gatita. 
— Habla rápido Justin, por favor, tengo mucho sueño. 
— Bien, rápido y directo... No somos nada. — ____ lo miró confundida, y cuando se dio cuenta de lo que él hablaba, rió. 
— ¿Realmente crees que me vine contigo porque planeo mi vida a tu lado, casarnos y tener muchos hijos más? — Ella levantó una ceja, mirándolo con diversión. Él sonrió burlón.
— No. Sólo quería aclararlo, ya me conoces — se encogió de hombros. — Me gustan las fiestas y el sexo. 
— Lo tengo más que claro, créeme — ella suspiró — de todas formas, ¿a qué viene esto? Porque si piensas que quiero un compromiso o algo serio contigo, estás muy equivocado…
— Mhm, creo que por eso me gustas tanto — él sonrió y se acercó a ella — puedes escoger la habitación que más te acomode y luego irán a dejar tus maletas ahí — se acercó un poco más a ella, y le dio un beso en la mejilla. — Volveré para que cenemos juntos, siéntete en casa. 

Justin le guiñó el ojo, y luego ___ lo miró desaparecer por la misma puerta por la que habían entrado hace no más de diez minutos atrás. Miró a su alrededor visualizando la casa, que era muy grande por cierto, quizás, incluso más que la suya… o la que solía ser suya. 

Luego de darle una mirada a todo el alrededor de lo que era la sala, subió al segundo piso, mirando habitación por habitación, hasta encontrar una que se veía cómoda y linda. Ésta tenía papel tapiz vintage, una cama de dos plazas con dos mesitas de noche a cada lado, una televisión, un mini-sofá, el escritorio y finalmente un gran closet. Le agradaba el lugar. Luego de quitarse los zapatos, se recostó sobre la cama, y después de minutos, el sueño la venció. 

{…}

Justin buscó desesperadamente la llave en su bolsillo, mientras la rubia no soltaba sus labios, a la vez acariciando su miembro sobre los pantalones. Una vez que logró al fin abrir la puerta, hizo que la rubia rodeara su cintura con sus piernas y subió rápidamente a su habitación. La recostó sin una pizca de ternura sobre la cama, y sin dejar de besarse, comenzaron a quitarse las prendas. 

____ se removió en la cama, y abrió los ojos lentamente, por el molesto sonido que se estaba provocando en la habitación contigua. Frunció el ceño al ver que no estaba en su habitación o en la de Miranda, hasta que recordó que ahora vivía con Justin. Cuando se sentó en la cama, vio las puertas del closet abiertas, en donde ahora toda su ropa y zapatos se encontraban ordenados. 

Con cuidado, salió descalza de la habitación y caminó por el pasillo, parándose fuera de una puerta. La chica pensó que estaba teniendo algún tipo de sueño raro, hasta que sintió la ronca voz de Justin… en un gemido, seguido por el molesto sonido que la había despertado: los gritos y gemidos de placer, de la que probablemente era la acompañante de Justin. 

Confident.Where stories live. Discover now