17)¡SOS!

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17)¡SOS!

Al principio lo único que siento es un terrible mareo, como si hubiera bebido por la noche y estuviera sometida al efecto del alcohol. Pero sé que no he bebido, no esa noche al menos. Después el sentimiento pasa a unas ganas horribles de vomitar, replanteándome si realmente bebí algo y ahora estoy de resaca. Intento levantarme pero no puedo. La sensación de que me voy a caer en cualquier momento sigue ahí, así que me quedo quieta sea donde sea que estoy.

Me llevo las manos a la cabeza, frustrada, porque no me acuerdo de casi nada. Por más que intente recordar si fuerzo la memoria me mareo más y entonces tengo que intentar relajarme de alguna manera u otra.

Lo último que recuerdo es que estuve a punto de colarme en la casa de la fiesta de los ricachones. No sé si lo llegué a hacer, pero empiezo a tener malas intuiciones. ¿Y si se dieron cuenta de que intenté colarme y me dieron un golpe tan fuerte que ahora estoy... así? Lo he visto en la tele, si sabes dar en el lugar indicado puedes llegar a hacer que una persona pierda la memoria, pero hay un alto riesgo de que esa persona muera por exceso del golpe a no ser que seas un experto. Seguro que fue un guardaespaldas y me sacó antes de que se dieran cuenta. O peor. Me dejaron KO y llamaron a la policía para llevarme a no sé dónde. Porque si al menos pudiera abrir los ojos...

Mi móvil empieza a sonar y me llevo las manos a las orejas. ¡Ese ruido es insoportable! Tengo que cambiar la melodía de llamada. Espero un rato a que el móvil se silencie por sí mismo, pero cuando lo hace y vuelvo a la calma –a toda la calma que puedo tener teniendo en cuenta que no sé dónde estoy porque no puedo ni abrir los ojos con el mareo que tengo –vuelve a sonar. Gruño y me obligo a abrir los ojos poco a poco, pero me da una punzada en la cabeza y los cierro al segundo. Tanteo con las manos los bolsillos buscando el dichoso móvil, y cuando lo encuentro lo cojo e instintivamente le doy a aceptar llamada.

—¡Por fin me lo coges! Joder, tía. ¡Te he enviado muchos mensajes en WhatsApp y no respondías! ¿¡Sabes qué hora es!? La una de la tarde y tus padres están preocupados por ti. ¿Dónde coño estás?

Suelto un gruñido intentando reconocer esa voz que me suena demasiado. Tampoco logro entender bien lo que dice, escucho palabras sueltas...

¿Qué diablos me pasa?

Toso y me giro, encogiéndome. Esto de estar tumbada en el... ¿suelo? Me está poniendo enferma.

—Repite —digo con la voz ronca—. No te he entendido, seas quien seas....

—Emilie, Emilie. Joder, tía, dime algo.

—¿QUIERES DEJAR DE REPETIR MI NOMBRE? —alzo la voz, exasperada, aunque no puedo evitar sonreír un poco.

Me noto un poco mejor y creo que poco a poco volveré a la normalidad. Al menos no estoy teniendo mala suerte –por ahora –y parece que las cosas no van a ir por ese camino...

—¿Quieres decirme dónde estás? —replica esa persona también con la voz alzada; Mary.

Que yo recuerde hoy me enfadé con ella porque decía que pasé de ella cuando solo estaba durmiendo...

Espera... ¿Realmente estoy segura de que hoy me enfadé con ella? Ha dicho que es la una de la tarde.

Abro mucho los ojos y me incorporo, quedándome sentada. ¡Hoy es nochevieja! Siento que todo el mareo ha desaparecido de golpe y que vuelvo a ser yo, pero entonces me doy cuenta del lugar en el que estoy.

Estoy en una habitación donde hay muchas joyas, dentro de una casa. Me levanto corriendo del suelo y me asomo a la ventana, recordando vagamente las vistas que hay desde el exterior. Estoy en la casa de la fiesta. ¿Pero qué hago aquí? No tiene sentido que no sepan los dueños que estoy en su... ¿sala de joyas importantes? ¿Qué pasó ayer por la noche? No recuerdo nada por más que sigo intentándolo, ya que ahora, aunque me exprima el cerebro pensando, no me duele.

La llamada del secuestro. (REEDITANDO&RESUBIENDO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora