10)¿Verdades a medias? En busca de la pista.

7.4K 399 29
                                    

10)¿VERDADES A MEDIAS? EN BUSCA DE LA PISTA.

EMILIE.

— ¿Me lo dirás? —le pongo cara de cachorrito a Josh nada más entrar a casa.

Aunque me dijera que no iba a decirme nada, no he parado de pensar en ello. ¡No puede dejarme con la intriga así como así! Me conoce, y sabe que cuando quiero saber algo me desespero, por lo tanto, la ha cagado enormemente. No voy a parar de insistir hasta que desista y por fin decida contármelo... aunque otra posibilidad sería el mismísimo Adam.

—No —responde, tajante.

Va hacia el salón a paso tranquilo. Se nota demasiado que sabe que no voy a parar, por lo tanto, lo único que va a hacer es ignorarme.

Como si fuera tan fácil.

Entro tras él y me apoyo en el marco de la puerta de madera, de brazos cruzados con pose desafiante. Él, en cambio, se sienta en el sillón con reposapiés de cuero y enciende la tele. Carraspeo, ya que ni me ha mirado, y aun así me ignora. Voy andando despacio hasta donde esta él y me pongo de pie, detrás suya. Apoyo mis dos manos en sus hombros y acerco mis labios a su oído para dejarle bien clarito las cosas.

—A mí nadie me ignora —le susurro.

Él gira la cabeza y frunce el ceño. Me mira como diciendo "¿Y? Yo soy una excepción" y se vuelve a girar, ignorando mi presencia. Bufo exasperada. Se me olvidaba que Josh está acostumbrado a que las tías vayan detrás de él, por lo tanto, mi plan de dejarle con el calentón para que me lo dijera no ha funcionado.

Me separo de él y voy hacia la puerta. Le miro y sonrío, aunque no se digne a mirarme.

—Me enteraré tarde o temprano —susurro, segura de mí misma.

Subo las escaleras y entro en mi habitación. Cierro la puerta de un portazo y me dejo caer en mi silla giratoria.

Son las ocho y media. Por desgracia, aunque Josh calculase mal el tiempo, aún me queda mucho tiempo libre antes de que tenga que salir a escondidas de aquí.

Dejo de pensar en lo que haré y dejaré de hacer porque en ese mismo momento me llaman al móvil. Miro quién es y veo en la pantalla táctil que es Mary.

—Dime —digo nada más cogerlo.

—Hooola —medio canturrea.

No lo entiendo. Si yo fuera ella estaría asustada o nerviosa por el tema de la segunda pista.

—Sí... hola.

—Joder tía, qué sosa estás —replica ella.

Si supiera por lo que he pasado desde esta mañana lo entendería, aunque tampoco tengo intención de contárselo, por lo tanto, no puedo saltar a la defensiva porque es mi problema, no el suyo.

—Estoy como siempre.

—Tienes razón, no me hagas caso —dice entre risas. Agradezco que no pueda ver mi cara ahora mismo, ya que me parece increíble que no sepa que yo normalmente soy más alegre y no tan sosa como en estos instantes—. Te llamaba para decirte lo que vamos a hacer luego.

—¿Y no será mejor que nos lo digas cuando estemos ahí? —pregunto como si estuviera formulando la pregunta del premio gordo.

—No. Primero vamos a hacer lo de los pasos, y luego vamos a destapar la tapa de la alcantarilla que hay ahí. Baj...

—¿¡Qué!? —alzo la voz interrumpiéndola, asqueada.

Los túneles que hay tras bajar las alcantarillas son apestosos, largos y tienen lo que más pánico y grima me da; ratas u otros animales extraños. Aparte de que el agua está podrida.

La llamada del secuestro. (REEDITANDO&RESUBIENDO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora