36. Lealtad.

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Christopher y Dominic viajaron a Alemania hace tres días solo estábamos en esta gran casa con Annet y los niños resguardados por un séquito de hombre vestidos de negros que nos cuidaban, un poco exagerado pero los hermanos Meitzner no se quedarían tranquilo así que Federick la mano derecha de mi alemán es el encargado de mantenernos a salvo.

Después de dos hermosas semanas debía volver a la realidad, mi padre volvía a la cuidad lo que significaba regresar a casa junto con Maddie, justo el sonido del timbre me saco de mis pensamientos cuando escuche su voz salí corriendo para abrazarlo, lo había extrañado.

- Yo también te extrañé hija!! - dijo sin soltarme.

- Bubo!!! - chillo Maddie y camino hacia nosotros hace una semana comenzó a dar sus primeros pasos ese día lloré  como una magdalena estaba tan felíz no podía creer lo rápido que crecía hoy aprendía a caminar mañana nos presentaría a su novio ese día seguro le ocasionará un infarto a su amado padre descarte todo estos pensamientos y mire a papá  que estaba completamente sorprendido por la escena, se agachó para estar a su altura y recibirla en sus brazos.

-  A ti te extrañe más muñeca! - le besó sonoramente sus cachetes regordetes generando que mi hija ría con locura. - Es hora de irnos a casa - solo asentí un poco melancólica no quería irme pero tampoco era lo suficientemente valiente para contarle la verdad.

- Federick!!! - grite al hombre que es nuestra sombra.

- Srta Megan - lo mire mal. - Meg - corrigió su error. - ¿Qué  necesita? -

- Ya me voy, Annet llevó a Lorenzo al colegio después la llamo - solo asiente. - Ya se cualquier cosa te llamo -lo interrumpí antes que vuelva repetirme las instrucciones como ya lo había echo miles de veces, nos acompañó hasta la puerta, un nudo en el pecho se formo al dejar la casa.

- ¿Cómo estuvo la semana? - inquirió apenas emprendimos el viaje a nuestra casa.

- Normal - conteste encogiendo mis hombros no iba decirle todo lo sucedido porque conociéndolo pegaría un grito en el cielo si se entera que amo con locura a Christopher por suerte no pregunto nada mas hasta que llegamos.

- ¿Todo bien? - consultó al sentarse enfrente de nosotras apenas llegué entre en la cocina a prepararle el almuerzo a mi hija.

- Si - sonreí. - Vamos princesa es hora de comer - le hable a mi hija tratando que abra su boquita.

- No! papi - me contesto haciendo un tierno mohin esta niña tiene un carácter de los mil demonios ¿no se de quién lo habrá heredado? pero la entendía ambas lo extrañábamos después de casi diez días viviendo juntos se nos estaba haciendo un poco difícil no tenerlo a nuestro lado.

- Si comes tu comida mamá  llamará a papi - 

- ¿Papi? - consulta emocionada, tomé mi teléfono para mandarle un mensaje no sabia si estaba ocupado, el nos respondió con un mensaje de audio:

" Hola princesa, papá te extraña mucho hazle caso a mami " - se escucho su voz cosa que hizo chillar de emoción a nuestra hija.

- Amo muto papiii - gritaba super feliz después de esto se tranquilizó y sin hacer ningún berrinche comía tranquilamente su almuerzo.

- Lo quiere mucho - sentencia papá mirando un punto fijo de la pared.

- Es su padre, obvio que lo va a querer - acota limpiando la boca de mi pequeña.

Luego del almuerzo la lleve a dormir su siesta pensando en lo raro que esta papá, bajé a tomar un poco de agua y escuche los voces de mi progenitor y Fede que hablaban casi en susurro.

Mi Decisión (1° PA)Where stories live. Discover now