11. Invitación.

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Camine por horas realmente necesitaba estar sola pensar en cada una de mis decisiones, estos últimos meses había excedido varios de mis propios límites.
Al entrar a casa escuchaba los murmullos desde la cocina, papá debe estar trabajando así que decidí ir a mi habitación, todavía necesito estar sola, al tirarme en la cama algunas lágrimas comienzan a caer, estoy abrumada días como hoy vendería mi alma al diablo por un sólo abrazo de ella, como la extraño, quisiera un consejo, más lágrimas salían sólo al recordarla.

- Meg - la voz de mi padre no quiero que me vea así. - ¿Todo bien? -

- Lo siento por todo lo que dije- comienzo mis disculpas ahogando las lágrimas.

- Hija - se sienta al costado y comienza acariciar mi cabello. - fui un mal padre que se ha perdido 4 años de tu vida, yo tendría que pedir perdón -

- Papi - digo y me siento en la cama para mirarlo. - Te amo y no quiero pelear nunca más eres todo lo que tengo en la vida. -

- Shhh princesa, no llores - nos abrazamos. - Fede me comentó lo sucedido - oportuno momento, maldije internamente no puede ser que ese chico no pueda mantener su boca cerrada.

- No pasó nada papi - respondo tratando de minimizar los echos pero tenía un leve presentimiento que ya lo sabía todo.

- No mientas Meg - achina sus ojos. - Cuando te sientas bien quisiera saber la verdad - besa mi frente.

- Gracias pa - lo abrazo fuerte. - ¿Puedo descansar tuve un día de mierda?-

-Esa boca Megan - me reta mi padre haciendo que ría, él vuelve a besar mi cabeza y se va, un gran alivio sentí al saber que todo esta bien y no volveremos a pelear por tonterías, agotada por todo lo sucedido quedó rendida en los brazos de Morfeo.

El sonido de mi celular comienza a molestar en mis sueños, trató de ignorarlo pero a la tercera vez lo tomo molesta.

- Hola. - digo de mala manera sin ver quien llama tan temprano.

- Megan - esa voz la reconozco y automáticamente me siento en la cama, como consiguió mi número no recuerdo habérselo dado. - Buen día, lo siento por llamar tan temprano pero quería saber como estabas. -

- Hola Christopher - respondo nerviosa. - Estoy bien gracias por preocuparte -

- Que bueno que estés bien - hace un silencio. - Alguien quiere hablar contigo -

- Hola Megan!!! - dicen al otro lado con alegría.

- Hey, hola pequeño ¿cómo estas? - le respondo a Lorenzo.

- Muy bien, ¿quieres venir al parque de diversiones y después al cine con nosotros?- me pregunta  con timidez.

Su invitación me tomo por sorpresa. -¿Nosotros? - lo único que sale de mi boca.

Ríe . - Papá y yo -

- No se mí amor, es un momento padre e hijo yo sólo estorvaria - invento algo creíble.

- Por fiss Meg, hoy es mi cumpleaños y quiero que vengas - dice sonando triste.

- ¿Tu cumpleaños? - no dejo que  responda porque me siento mal por no saberlo.
- Mierda!!, lo siento no sabía eso -

- Papá, Megan dijo una mala palabra - me delata con su padre que vergüenza.

- Stra. Mouskouri, cuide su vocabulario - genial este hombre me acaba de regañar por una palabra que nisiquiera se considera mala.

- No me digan que estoy en altavoz - digo confundida porque puedo escuchar sus susurros.

- Si, ¿entonces vienes? - vuelve a preguntarme con la esperanza acepte su invitación.

Lo pienso unos segundos, es su cumpleaños no puedo negarme a su petición, suspiró soy tan fácil para convencer. - Esta bien iré Lolo-
  

- Gracias Meg, te quiero - grita efusivamente el niño del otro lado de la línea.

- Te pasamos a buscar dentro de una hora - vuelvo a escuchar esa voz autoritaria sellando la llamada.

- Los espero - contesto y corto la llamada, como una loca salto de la cama y comienzo a buscar ropa.

Como era de esperar exactamente una hora después los tenía esperando en la puerta de casa por suerte papá y Fede no estaban así que fue más fácil salir sin ser interrogada.
El viaje en auto fue estupendo con Lorenzo cantabamos  distintas canciones con la espléndida sonrisa de Christopher que sólo nos escuchaba y reía. Al llegar al parque sin dudas me volví como una niña de 8 años estaba a la par de las sensaciones con Lolo ambos parecíamos unos locos que nunca habían asistido a un parque, no hicimos ninguna excepción nos subimos a todos los juegos que nos permitían con la atenta mirada de su padre que sólo nos observaba como nos divertimos quise incorporarlo varias veces pero él sólo se negaba.

A la hora del almuerzo mejor dicho merienda porque eran las 4 p.m yo elegí por ellos su comida.

- Está riquísimo papá!! - exclama el niño comiendo una simple hamburguesa.

- Como despacio hijo, te caerá mal - lo reta su padre mientras medita si comer o no la hamburguesa, que persona en su sano juicio no le gusta esta clase de comida, si ya lo se a Christopher Meitzner.

- Lolo si te quedas con hambre podemos pedir otra - digo al verlo terminar su segunda hamburguesa.

- No gracias Meg ya estoy lleno - se toca su pancita.
- ¿Puedo ir a jugar? - pregunta con carita de perro mojado.

- Si ve, no te alejes mucho donde yo te vea Lorenzo - ahí volvió su intimidante voz, sin más al terminar de escuchar todas las indicaciones el niño sale corriendo hacia la zona de juegos dejándonos a solas.

- Le puedo decir algo - rompo el silencio. - ¿qué clase de padre es? ¿cómo nunca le dio una hamburguesa a su hijo ? - inquiero divertida notando la expresión de diversión en el rostro de Christopher.

Se encoge de hombre y me regala una hermosa sonrisa moja bragas. - Tiene una alimentación sana no me gusta que coma esta clase de comida-

- Pero es un niño - digo con exasperación. - Puede permitirle una vez a la semana disfrutar de la comida chatarra - propongo no puede prohibirle comer estas clases de alimentos.

- Lo pensaré - se limita a contestar sin borrar su sonrisa. - ¿Cómo estas? - pregunta cambiando el rumbo de la conversación.

- Muy bien - Lo miro. - Tengo que confesar que me encantó cuando lo golpeaste -

Suelta una sonora carcajada que llama la atención de todos, es la primera vez que lo veo reírse de esa forma.
- Se lo merecía primero te insulto y después osa en llamarme viejo -

- Si es un idiota que no merece ser nombrado - digo cortando todo no quiero recordar lo de ayer.

- Gracias - dice y mi mirada de confusión me delata.
- Aprecio todo lo que haces por mi hijo, te conocemos hace muy poco y has echo muchas más cosas de corazón que nuestra propia familia. -

- No tiene que agradecerme nada, Lorenzo es un hermoso niño que compró mi corazón esa noche en la galería -

- Tiene el encanto de su madre - susurra mirando a su hijo.

- ¿La extrañas? - preguntó pero mi curiosidad lo incomoda. - Lo siento, disculpa mi intromisión - me disculpo avergonzada como pude pasar eso límites tampoco tenemos tanta confianza.

- No esta bien - responde. - La extraño, ella fue el amor de mi vida y me ha dado el mejor regalo del mundo,nuestro hijo. - al escuchar como habla de su esposa y de que todavía la ama una punzada siento en mi pecho.
Luego de un silencio porque sinceramente nada sale de mi boca. - Ella murió el día del cumpleaños de Lorenzo hace 7 años nisiquiera me he permitido llorar porque necesito ser fuerte por él - concluye y ahí noto la fortaleza de este hombre, el porque es tan  agrio a expresar su sentimientos, sin dudas necesita un día sacar todo eso antes que le haga mal.

- Se que no te gustan los abrazos pero puedo darte uno- consultó antes de hacerlo pero al ver como curva sus labios para el amago de una sonrisa me da la seguridad para levantarme y abrazarlo fuerte.

- Gracias Meg - susurra en mi oído abrazandome más fuerte, era la segunda vez que nos abrazabamos de esta manera y sin más mi corazón latía fuertemente.

Mi Decisión (1° PA)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt