17. Sangue scorre nel sangue

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17. Sangre corre por la sangre

Guarida de Los Cinco,
Ciudad de Nueva York.

No tenían los ojos vendados, pero aún así era imposible saber lo que pasaba fuera de las cuatro paredes de la sala de aislamiento. O así le había autodenominado Drew, tomando en cuenta que los tenían recluidos de los mafiosos cual virus en cuarentena. Como bestias que necesitaban una medida extra de contención para no lastimar a nadie con sus garras.

Los habían movido en algún momento de la tarde, ya que sintió el leve escozor de los rayos solares sobre la piel desnuda de los brazos en cuanto pasó junto a un ventanal en el trayecto hacia la habitación. Una vez ahí, lo ataron de manos detrás de una silla y de pies en las patas de esta. Le removieron el saco de la cabeza y analizó su alrededor con ojo crítico, como estaba acostumbrado a hacer. El lugar abundaba en acabados y detalles en madera de cedro, elegantes y sofisticados, parecidos a los que decoraban la oficina de su padre en su hogar en Mónaco. Muebles estaban situados a las esquinas, de cómodo aspecto, y filas de libros estaban cuidadosamente ordenados en la pared lateral, por orden cronológico de las fechas de publicación.

La pared que tenía a la espalda era enteramente de vidrio, desde el suelo hasta el techo, con ventanales estilo victoriano que daban una perfecta vista hacia la ciudad, siendo iluminada al caer el sol por los últimos destellos dorados del día.

Ya había caído la noche, y la pálida luna menguante le iluminaba la punta de los rebeldes cabellos negruzcos como tinta china. Su hermana Avalon estaba a un metro a su derecha, con el cabello luciendo semi plateado bajo el resplandor de la luna, y su hermano hindú Amil yacía colocado a su izquierda, con la piel morena brillando debido al resplandor azulado, a la misma distancia. Este tenía el muslo vendado y sobre la gasa le traspasaba una pequeña mancha de sangre, ahí donde su objetivo (Logan Kahn) le había disparado en una excepcional acción autodefensiva para un niño de quince años.

Un pañuelo les obstruía el habla, por lo que el silencio era una fuerte presencia en el lugar. Avalon tampoco tenía buen aspecto. La Ambrosetti la utilizó como su saco de boxeo personal en el sangriento reencuentro, con Ava defendiéndose patéticamente como una novata en entrenamiento. Drew aún no podía creerlo, ¿cómo había sido tan estúpida?

Tronó el cuello para alejar el entumecimiento y despejar la mente, hasta que un cosquilleo le recorrió la piel de la coronilla. Un leve escalofrío que siempre sentía como una alerta ante el inminente peligro.

No estaba equivocado, se escucharon múltiples disparos no muy lejos de su ubicación. Tres, si su oído no lo delataba, y después unos veinte le siguieron en sinfonía.

Conectó miradas con Amil, tratando de comunicarse a través de los ojos. No podía ser el resto de sus hermanos, pensó de manera racional. Ellos estaban en una misión en Francia, y Xavier y Victoria se habían separado de Thea en cuanto los mafiosos la raptaron.

- Debemos permanecer aquí - Anunció Logan Kahn al entrar de repente, luciendo completamente mortificado por la ansiedad. Le siguieron Thea, con su cabello caoba en una floja coleta y vistiendo una chaqueta el doble de su tamaño, junto al chico californiano André, que tenía un par de dagas en las manos agarradas de manera errónea -. Afuera es una masacre.

No bromeaba. El coro resonante de maldiciones en una lengua extranjera y los disparos incesantes eran una fuente viable para confirmar su temblorosa declaración.

- ¡Hay que ayudar a Alex! No podemos... - Thea saltó de inmediato en apoyo de la mafiosa, lo que a Drew le aturdió un segundo. ¿Por qué demonios tanta devoción? ¿Acaso no veía que los malditos tenían a su familia justo frente suyo, atados de manos y pies?

Bad Girls © (Sin editar)Where stories live. Discover now