Capítulo 13 (parte 5)

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Nunca sé que es lo que va a salir de la boca de este hombre.Y sonrío como una tonta al darme cuenta que le puedo llamar mi hombre. Es mío. Única y exclusivamente.

Él hombre de mis sueños está delante mía intentando que le chupe la polla y yo haciéndome la sueca.

—¡¡¡¡Christian!!!!— chillo fingiendo enfado pero la mirada irresistible que me dirige provoca que termine riéndome histéricamente.

Eso no es justo, se suponía que estaba enfadada con él por hacerme sentir de esta manera tan vulnerable cuando estoy con él.

—¿Cuál era la pregunta, preciosa?— exclama mordiéndome el labio.

—Sabes perfectamente cuál era.— digo retándole con la mirada.

Asiente con la cabeza sonriéndome socarronamente y me pilla desprevenida cuando su mirada se oscurece de pronto. Respiro agitadamente sintiendo como el ambiente ha cambiado de pronto dejándome exhausta.

—El abogado requiere la presencia de su culo encima de su paquete.— exclama colocándose de nuevo esas gafas de pasta negra que tan cachonda me ponen.— Sino viene aquí la llevaré presa de por vida a una mazmorra.

Reprimo un gemido sintiendo como mi coño palpita desenfrenadamente. ¿Mazmorra? ¿De qué demonios está hablando? De pronto me agarro con fuerza al banco sintiendo como un ligero mareo rodea mi cuerpo. Las piezas del puzzle se empiezan a ordenar con claridad en mi mente y trago saliva. Me acabo de meter en la boca del lobo y de aquí ya no hay escapatoria.

Madre mía. Esto es lo que siempre he soñado hacer.

Me levanto del banco sonriendo felizmente hacia Christian. Me gusta que me hable de tú, eso me excita de sobremanera. Trastabilleo encima de la cama y gateo junto mi perfecto abogado. Me siento encima de su regazo como si se tratara de cabalgar encima de un caballo . Apoyo las manos en sus duros abdominales y aprieta más mi coño contra su polla. Le miro a los ojos sonriéndole lascivamente y él me mira duramente. Acerca su boca a mis labios y cuando está a punto de besarme se aleja de nuevo dejándome con la miel en los labios.

—Señorita, ¿ no cree que se está tomando demasiadas confianzas con el abogado que lleva su caso?— dice pasándose la lengua por los labios.

Me gusta este juego. Yo también puedo jugar para excitarlo más. Quiero ser una niña mala.

—He contratado al mejor abogado de todo Londres. Con lo que me cobra por hora, puede follarme hasta que no sienta las piernas.— digo mordiéndome el labio inferior.

Christian me mira sensualmente y me devuelve una preciosa sonrisa.

—Señorita, ha sido acusada por poner cachonda a cualquier persona que se atraviesa en su camino. Hombres y mujeres la han acusado de ponerles tan sumamente cachondos que en ocasiones tuvieron que follarse a sus parejas o masturbarse pensando en usted.— exclama pasándose el dedo índice por las gafas de pasta.

—Señor, ¿usted cree que con esta carita de niña buena podría haber hecho yo algo así?— digo mirándole con los mejores ojos de niña buena que tengo.

—Señorita Black, ¿está sentado encima de la polla de su abogado y me está diciendo que es una niña buena?— exclama retorciéndome un pezón.— Usted es una zorrita con todas las letras.— dice mirándome con ojos duros.

—Me declaro culpable, abogado Espóseme.— digo juntando mis muñecas en lo alto.

Agarra con su mano derecha mis manos y las aprieta con fuerza dejándome un segundo sin respiración. Me muerdo los labios mirándole y él tiene su mirada perdida.

Mi PerdiciónWhere stories live. Discover now