Capítulo 5 (parte 7)

325K 8.1K 1.4K
                                    

Entre canciones pasa el tiempo y sin darme cuenta siento como Mark me llama. Abro lentamente los ojos intentando adaptarlos a la luz cegadora que proviene del interior del coche. Con tanto pensar había caído rendida a los brazos de Morfeo.

—Ya hemos llegado pequeñaja. — Susurra Mark, indicándome que los demás continúan dormidos.

Se baja del coche y yo busco el móvil hasta que me acuerdo que lo había dejado en el bolsillo del asiento de enfrente. Me bajo del coche y estiro las piernas, de estar durmiendo en esa incómoda posición me dolían las piernas.

Me giro hacía Mark para ver porqué tarda tanto en encontrar mi bolsa de viaje en el maletero, y veo que ya la tiene colgada en el hombro, pero su mirada está en un punto opuesto.

Sigo el recorrido de su mirada y allí está, tan atractivo como siempre. Lo miro de arriba abajo y un rubor se extiende por todo mi cuerpo. Lleva una americana negra con una camisa blanca, y desde lejos se puede entrever una porción de piel al llevar algunos botones desabrochados. Sus piernas están torneados por unos vaqueros oscuros y remata el look con zapatos negros de vestir. Está arrebatadoramente seductor, es un dios del olimpo.

—Alba, dime que este no es el Christian con el que estás. — dice Mark suplicándome con la mirada que le diga que no es lo que piensa.

Sacudo de mi cabeza los pensamientos inapropiados que estaban teniendo lugar en mi mente, como si mi hermano fuera capaz de adivinar lo que pienso. Me muerdo la mejilla intentando decidir si decirle la verdad o no. A él no le quiero mentir. A él no.

—Mark....—digo tocándole la mano.

No me deja terminar la frase ya que se acerca hacia Christian, pidiéndole explicaciones sobre lo que está pasando. Yo los observo desde la distancia, soy incapaz de moverme de aquí.

—Christian no sé a qué coño estás jugando, pero deja a mi hermana en paz. —grita mirándole furiosamente. En mis 23 años nunca había visto a Mark tan enfadado. Tenía los puños apretados a cada costado, conteniéndose para no pegarle un puñetazo— . Eres mi mejor amigo, ¿qué haces tirándote a mi hermana pequeña?—exclama pasándose las dos mano detrás de la nuca exasperado.

Christian baja la mirada y sé pasa una mano por el pelo. Los dos trabajaban en el bufete de mi padre, y desde hacía años se habían convertido en grandes amigos en la universidad; eran como hermanos inseparables.

Por un instante me olvido completamente de lo que sucede a mi alrededor y me doy cuenta que desde que lo conocí casi no era capaz de pronunciar ninguna palabra con coherencia y nunca me había parado a darle vueltas porque era. Y ahora lo sé. Cada vez que venía a casa con Mark y se bañaban en la piscina, yo casi siempre me encontraba en mi cuarta leyendo, y cuando él estaba me desconcentraba demasiado, y tenía que releer una y otra vez el libro que tenía entre manos; aunque casi siempre el libro acababa en el suelo, ya que no me podía concentrar.

Me gusta. Me gusta de una manera que no soy capaz de entender, pero sé que llevo años sintiendo esto.

Suelto un largo suspiro después de este sorprendente descubrimiento, aunque en el fondo creo que es algo que no quería reconocer. A veces las mentiras que más duelen son las que nos decimos a nosotros mismos, y que algún día tenemos que afrontar la realidad de nuestros actos aunque no queramos.

Noto que Christian le dice algo pero no logro escuchar desde la distancia por lo que decido caminar hasta ellos.

—Mark— dice tocándole el hombro, pero éste se aparta como si se sintiera asqueado por su mero roce.

Christian deja caer la mano a su costado y me mira directamente, los dos sabemos que no habrá nada en el mundo que haga que Mark nos crea.

—Nos vamos. Ahora. —exclama agarrándome la mano con más fuerza de la debida.

—No—digo soltándolo y los dos nos miramos sorprendidos por lo que acabo de hacer. Nunca le había respondido de esta manera y noto un pequeño brillo en sus ojos.

—Necesito hablar con él. —digo mirando de reojo a Christian, que sigue tan arrebatador como siempre, y no puedo evitar sonrojarme.

—Alba, está saliendo con tu mejor amiga. ¿Se puede saber en qué estás pensando? Pensé que eras más lista que eso. Nunca me había sentido tan decepcionado con alguien como contigo.

Tira la mochila furioso y se sube al coche y arranca acelerando hasta que lo pierdo con la mirada. Mis ojos se empiezan a llenar de lágrimas.Después de este increíble fin de semana en compañía de mi familia, no me había imaginado que esto pudiera ocurrir.

Mi hermano y yo nos habíamos enfadado bastantes veces, y todas ellas por cosas sin importancia; la diferencia era que esta vez estaba decepcionado y eso dolía demasiado, me dolía hasta el corazón.

Las lágrimas empiezan a caer sin control por mis mejillas. Noto como Christian me abraza por la espalda y eso en cierta manera me reconforta. Me siento segura a su lado, es como estar en casa. Con él me siento segura.

« Ahora sí que estás jodida, Alba.»

—¿Quieres que vayamos a mi casa? Puede prepararte un té. —susurra en mi oído, y yo, y yo estoy completamente perdida.

--------------------------------------------------------------------------------

Para cualquier pregunta que tengáis respecto al libro o cualquier otro asunto podéis hacerlo a través de mis redes sociales. En Instagram al igual que en Twitter soy albavaazquez.

Correo: vazquezg.alba@gmail.com

Siempre respondo 🖤


Mi PerdiciónWhere stories live. Discover now