38-Inseguridades

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*Gavi*

Estaba viviendo una navidades maravillosas y me daba pena que nuestras vacaciones se estuvieran acabando.

El tiempo en familia nos vino muy bien a todos, sobre todo a Aurora, que estaba mucho mejor de su accidente.

Siempre me daba un poco de pereza volver a Sevilla por navidades porque estaba hecho a mi vida en Barcelona, pero una vez pisaba Sevilla y veía a mi gente y mis amigos de siempre después no me quería volver.

Habíamos pasado unas vacaciones increíbles, y era una lastima que solo nos quedaran dos días, aunque Dani pensase que nos quedaban cuatro.

Era 31 de diciembre, el último día de año, y me desperté casi a las doce de la mañana porque la noche anterior había quedado con Marcos, Ale, Mario, mi hermana, mi cuñado y Dani para ir a uno de nuestros restaurantes favoritos de Sevilla, y después habíamos dado una vuelta por el centro de la ciudad.

Lo único que extrañaba era la intimidad que nos faltaba aquí a Dani y a mi aquí, extrañaba dormir con mi morenita mucho. Llevábamos casi cuatro meses siendo novios, y pensé en adelantar su regalo de reyes e irnos unos días de viaje los dos, o bueno, los tres, porque ahora teníamos un perrito del que mi novia no se separaba.

-Pablo quieres dejarla tranquila, fuera de aquí, venga, dejaos de tonterías los dos-me dijo mi madre echándome de la cocina.

Hoy la cena iba a ser en mi casa, con los Muñoz y mi familia, y Dani estaba ayudándoles a cocinar y yo no paraba de desconcentrarla a posta haciéndola rabiar.

-Mamá que es mi casa también-le eche en cara riendo al ver que la estaba defendiendo a ella.

-Eso te pasa por chulo-me dijo Dani sacándome la lengua y yo le tiré de la trenza haciendo que pegara un gritito muy gracioso.

-¡Mamá me está pegando!-rió mi novia.

-¡Tú me has llamado chulo!-reclamé yo también mirando a nuestras madres que se miraron entre ellas.

-Pablo no paras de chincharla tu-me dijo mi madre.

-Y tu tampoco le vaciles cuando Belén le está regañando, quema sangre-le dijo Celia a ella y yo reí señalandola cuando abrió la boca ofendida.

-Es que prefieres estar con ellas que conmigo, y tu novio soy yo-le recriminé a Dani como un niño pequeño, haciendo que nuestras madres rieran y también mi Abuela, que estaba en la cocina de un lado para otro.

-Mi amor que estoy ayudando-me dijo obvia.

-Me voy con mi hijo que ya es el único que me quiere-dije saliendo de la cocina haciéndome el enfadado, porque en realidad solo lo había hecho para enfadarla porque me encantaba verla enfadada.

Gol estaba jugando en el jardín con uno de los tantos juguetes que ya le habíamos comprado, y al verme corrió hasta mis pies para que le lanzara el juguete y el corriese a por él.

*Dani*

-Es un niño pequeño de verdad-dijo belén riendo y yo sonreí mordiendo mi labio.

-A mi me parece monisimo-contestó Mamá.

-Pues a mi me parece que esta enamorado, como tú-me dijo Aurora la abuela de Pablo haciendo que yo sonriese tímida.

Terminé de hacer el postre metiéndolo en la nevera para que tuviera su tiempo de reposo y me lavé las manos.

-¿Os ayudo a algo más?-pregunté sacándome las manos con un trapo de cocina.

-Nada, anda, vete con tu amado-me dijo mamá dándome un codazo cariñoso acompañado de una sonrisa.

JURAMENTO ETERNO DE SAL-PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora