27-Creo que me he enamorado de ti.

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*Dani*

Cada día estaba más enamorada, y para ser sincera estaba más feliz que nunca, incluso se me había pasado el miedo que podía llegar a sentir por todo esto porque Gavi me estaba demostrando muchas cosas.

Estuve a punto de contarle que si que iría con el a Almería, pero quería que fuese una sorpresa porque yo nunca iba a verlo cuando jugaba fuera de casa, tenía incluso a los chicos de compinches, ellos habían hablado con el club para que la habitación de Gavi fuese doble para los dos, y el club no había puesto ningún inconveniente.

Aina también venía conmigo, y es que las cosas entre el valenciano y ella iban muy bien, se veía una chica súper natural y las veces que habíamos quedado todos juntos se había llevado súper bien con todos.

-¿Llevas todo?-me preguntó Aina al montarme en su coche y yo asentí soltando las cosas en los asientos de atrás.

-He comprado chocolate para el vuelo-le dije y ella sonrió aplaudiendo súper feliz-ya que me tengo que subir en un pájaro volante por lo menos tener chocolate-le dije alzando las cejas.

-No sabía que te daba respeto volar-me dijo pendiente a la carretera.

-Desde siempre, de hecho, muchas veces cuando bajamos a Sevilla lo hacemos en coche por tal de que yo no me tenga que subir a un avión-le dije y ella abrió los ojos.

-Cuantas horas..

-diez-ella abrió los ojos sorprendida y seguimos hablando de una cosa y otra durante el resto del trayecto y la verdad es que al final no fue tan mal y llegamos a Almería en nada de tiempo.

Habíamos alquilado un coche por un renting, y pusimos rumbo al hotel sin demorarnos mucho.

Los chicos estaban entrenando, pero pedri se había encargado de darle mis datos al de recepción para que cuando llegásemos me diera la llave de la habitación de Pablo.

El ya me había hecho muchos detalles, las flores, los bombones, la cena romántica, asique yo iba a encargarme de que nuestra primera vez fuese especial, eso sí no nos volvían a interrumpir, por que desde luego no habíamos tenido mucha suerte hasta entonces.

Empecé a ambientar un poco la habitación, era muy acogedora, pero aun así decidí poner una luz algo más tenue y puse unas cuantas velas para ambientar.

Había un jacuzzi no muy grande en el baño de la habitación que también llené con sales minerales, y me llegó un mensaje de Pablo mientras lo esperaba algo nerviosa.

"Mi amor acabo de terminar de entrenar, cuando llegue al hotel te llamo.❤️"

Sonreí como una boba al leer el mensaje, Pablo, mi pablo escribiéndome algo así a mi, si me lo hubiesen dicho hace un mes me hubiese reído del que sea.

Escuché jaleo en el pasillo, y me escondí detrás de la puerta.

-¿Qué cojon..-dijo Pablo y puse mis manos en sus ojos por detrás tapándolos, aunque los destapó al instante.

Se giró en mi dirección y en cuanto me vió abrió los ojos como platos y me abrazó por la cintura enredandome en la suya.

-Pero...¿qué haces aquí?-me preguntó mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.

-¿Cómo que qué hago aquí? Pues venir a ver a mi novio jugar-expuse obvia y el sonrió mientras cerraba la puerta con él pie.

Apoyó mi espalda en la pared bajando sus besos hasta mi cuello y jadeé en su oreja al notar su lengua en contacto con mi clavícula.

Sus partes íntimas rozaban las mías, y lo notaba muy preparado.

Nos llevó hasta la cama donde se colocó encima de mi entre mis piernas y fui yo la que empezó a quitarle la camiseta y la sudadera que llevaba dejándolo solo con los pantalones.

JURAMENTO ETERNO DE SAL-PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora