EL NOVIO DE MAMÁ [SOUKOKU]

EL PASADO DE RYUMA

Chūya y Dazai le habían dado la noticia a Ryūnosuke sobre su nuevo hermano, aún cuando era un feto. El bebé azabache no estaba para nada alegre con la noticia. Amaba ser hijo único, pero tenían la esperanza de que cambiara de actitud una vez su hermanito naciera, aunque faltaba mucho tiempo para eso.

Dazai se alistaba para ir a la guardería. Se llevaría a Ryūnosuke con él, pues dejarían a Chūya al Aeropuerto de la ciudad, ya que el pelirrojo tendría que salir de viaje nuevamente por cuestiones de su nuevo trabajo como actor.

La filmación se llevaría a cabo en Londres, Inglaterra, y tenía como protagonista a Chūya Nakahara con su personaje de un médico cirujano famoso en Europa, con habilidades sorprendentes.

Ryū presentía que iba a separarse de su padre maternal otra vez, y no dejaba de seguirlo. El pelirrojo acomodaba sus maletas rápidamente en el auto pero con Ryū detrás de él era algo problemático. Dió repentinamente la media vuelta cuando chocó con el menor, haciéndolo caer al suelo.

El azabache soltó el llanto asustado, llamando la atención de sus padres.

—¡Eso te pasa por entrometido, Ryūnosuke Dazai! ¡No dejas caminar, niño!

Gritaba Chūya un poco molesto por la actitud de Ryū. Sabía que lo tenía bastante mimado y unido a él, que volverse a separar sería un reto muy complicado.

—Mami yo il con-tigo~

Decía entre llantos, tallando sus ojitos con sus puños cerrados, mientras que su padre sacudía su ropa que había recogido polvo del pavimento.

—Ryū, mi amor. Te amo pero que estúpido. ¿A quién se le ocurre ir tan cerca de alguien más? Sensei, calla a ese niño.

Dazai sonrió. Conocía el gesto de su amado y pudo entender lo que quería. Acercó a Ryū a Chūya, quien lo tomó en brazos para frotar en sus mejillas el cabellito de Ryūnosuke. El menor sollozaba indignado.

—Vamos, Chūya, lo vas a extrañar.

—Ryū, mi niño... Tengo que ir muy lejos a trabajar. Sólo serán unas semanas. La mayoría de las grabaciones serán en Japón.

El azabache se aferraba a Chūya y se acurrucaba en sus brazos y pecho, situación que lastimaba el corazón del Omega.

—No vayash, mami.

Dazai evitaba las lágrimas. No quería ponerse mal, pero era imposible no estar triste por la nueva separación de Chūya.

—Ryū, estarás bien, te quedarás con papá esos días y yo te traeré algo de Londres ¿está bien?

Ryūnosuke asintió con la cabeza un poco convencido. Juntó su naricita con la de su padre Omega, quien le dió un tierno beso en su frente, para luego pasarlo a los brazos de Dazai.

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Una vez en el Aeropuerto, cierto joven pelirrojo se aproximó a ellos a paso rápido, con una caja de galletas de mantequilla y unos cupcakes de chocolate.