EL NOVIO DE MAMÁ [SOUKOKU]

CAMBIO DE PLANES

Chūya desconocía el pasado del otro chico de su misma escuela. Estaba curioso, así que decidió preguntar, aprovechando que el tema había salido.

— Disculpa... ¿Tu padre y tu hermanito, de qué murieron?

El castaño subió a su bicicleta justo al lado de Chūya, y se acomodaba su mochila.

— En este río. Una noche, papá salió a comprar medicinas para mi otro padre, mi padre maternal, y fue con Yuta-kun. Papá iba con mi hermanito a la farmacia, cuando minutos más tarde se escuchó la ambulancia y nos llamaron para darnos la mala noticia. Una mujer encontró a mi papá y a Yuta-kun aquí tirados en el río, con golpes fuertes. Nunca supimos quién lo hizo, pero fue algo muy traumante... Eso sucedió hace tres años.

— Oh, recuerdo haber oído hablar de eso. ¿Había tres sospechosos, no?

— Sí, pero según las pruebas, ninguno de ellos es el culpable. Ese maldito asesino sigue suelto y no sabemos porqué asesinó a papá y al bebé.

Un silencio incómodo se hizo presente. Comenzaron a pedalear y a seguir por un camino solitario y tranquilo como el de antes, Chūya ya estaba más despejado de su mente al escuchar una historia tan triste y a la vez extraña.

— Oye, por tu hermanito, quieres ser un Omega y tener un bebé. Pero los Alfas también pueden tener bebés, claro con un Omega.

Mencionó Chūya, sacando sus propias conclusiones. Él jamás tuvo un hermanito, y en ese tiempo, no conocía la existencia de Ryuma, sólo tenía a Paul quién era mayor que él.

— Eso es verdad, pero ¿dónde se supone que tendré a un Omega? Yo no soy de los Alfas que andarían atacando Omegas inocentes sólo para aprovecharme de ellos.

Paseaban por un camino rodeado de árboles de cerezo y sus hermosos aromas. A lo lejos, el río, era tan largo que abarcaba casi todo su camino a casa. Césped, acompañados del único sonido de las aves.

— Eso es bueno. Oye, ¿y si hacemos un bebé? Mirándote bien, me inspiras confianza y me da pena tu dolor. Puedo hacerlo con tu ayuda, pero una vez nazca, te lo venderé caro y lo cuidarás tú. Después de todo, siendo un Omega estoy destinado a tener una vida con un hombre Alfa y es muy tarde para quejarme.

El corazón de Dazai se aceleró, incluso había detenido su bicicleta de repente para asimilar bien la propuesta de su compañero. Chūya le parecía bastante atractivo, y tenía en mente de que si hacía un bebé con Chūya, este niño saldría idéntico a él, pelirrojo y de ojos azules. No era mala idea. El resultado en su mente era hermoso, pero no contaba con la genética de sus padres, abuelos, la familia de Chūya...

Chūya también se detuvo.

— Mi papá maternal es doctor, puedo pedirle dinero para comprarte al bebé. Pero.. ¿Por qué quieres venderlo y no regalarlo?

Chūya sonrió decidido.

— Con ese dinero compraré al perro de la raza más cara de Japón.

Cruzó sus brazos.

Entraron a una cabaña sola, y cerraron la puerta tras de sí. Chūya traía las llaves, ya que la cabaña pertenecía a los Verlaine y pueda acceder cuantas veces quisiera.

— Este lugar es agradable. Por cierto, ¿Cuál es tu nombre? Yo soy Osamu Dazai... Ese no es mi apellido, pero me gusta.

— Chūya Verlaine. Bueno, Nakahara también, porque es el apellido que tuve primero, o eso me dijeron.

Había una cama tendida y lista para recostarse en ella. Chūya no estaba en celo y jamás había tenido un celo, pero estaba curioso de experimentar eso por primera vez. Se desvestía, mientras Dazai hacía lo mismo cuando...

— Oye... ¿Por qué te vendas, eso?

Dazai volvió a vestirse y se sentó sobre la cama, dejando salir un par de lágrimas, otra vez.

— ¿Qué tienes?

— No puedo hacerlo, Chūya... Somos muy jóvenes todavía. No estoy listo, lo siento.

— ¡¡¿AHH?!! E-Está bien, lo comprendo... V-Vayamos a dar un paseo allá afuera, al karaoke o...

Chūya hablaba nervioso, ahora se sentía avergonzado y comenzaba a vestirse rápidamente.

— Iremos a una escuela abandonada a explorar fantasmas.