ABUELO-NIETO VS PAPÁ

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Ryū dormía plácidamente al lado de su padre, sobre la misma cama, cubierto con otro cobertor más pequeño y suave.

Chūya y Ryuma se habían ido junto a Paul y sus padres, luego de enterarse de que su abuela se encontraba mal de salud. Si bien, no era su abuela biológica, Chūya adoraba a su abuela Francesa, y Ryuma recién la conocía, pero ya le tenía afecto. Tenían que estar con ella por si algo peor pudiera suceder.

Por esa razón, Ryūnosuke se quedó siendo cuidado por Dazai, quien a su vez, dormía en la casa que compartía con su padre, el doctor Mori Ougai, debido a que el joven maestro había estado teniendo malestares y un poco de fiebre.

Ryū, en ocasiones, se alimentaba por las noches con leche natural materna, mientras abrazaba a su Rashōmon de peluche y se quedaba dormido. Esta vez, ya había dormido una hora, pero estaba despertando y quería dormirse como siempre solía hacerlo.

— Papi Shen-shei.

Jalaba de la camiseta pijama de Dazai, de su parte trasera para despertarlo.

— Papi...

¿Hmm? ¿Qué quieres, Ryū? Estoy durmiendo. ¿Quieres agua? ¿Tienes pipí?

— Deche.

— ¿Quieres leche? Ya es muy noche para cenar.

Respondió soñoliento, sin darse la media vuelta, quedando aún de espaldas al azabache. Ryū insistía, se trepó por su costado hasta caer frente a él.

— ¡¿Ryū?! Necesitamos dormir. No puedo alimentarte ahora. Antes de venir a dormir cenaste, ¿ya tienes hambre otra vez?

Los ojitos de Ryū se llenaron de lágrimas, hasta que su sollozo se escuchó.

Mami she fué, dejosh. Que venga, papi...

Dazai se dió media vuelta quedando frente a su hijo, y besó su frente con cariño, para luego acurrucarlo en su pecho, muy cubierto con su cobertor.

— Chūya no puede venir ahora, Ryū. Pero me tienes a mí. No soy él, pero él me dejó de esa leche y leche para preparar también, ¿quieres que traiga tu biberón?

— Shi...

Fue en ese momento en el que Mori iba entrando a la habitación a ver si todo estaba bien.

— Papá, ¿me pasas ese biberón de allá?

Mori se lo entregó, y Dazai lo agitó antes de abrirlo par luego dárselo a Ryū.

— Aquí tienes, amor.

— Osamu-kun, ¿te sientes mejor? ¿Ya no has sentido fiebre?

Tocaba las mejillas y frente del castaño, revisando si en verdad tenía una temperatura mucho mejor, que los 38-39°C que estuvo llevando todo el día.

— No lo creo, me siento bien, sólo con sueño, Ryūnosuke me despertó.

Respondió serio. Mori sonrió.

— No culpes a mi nieto, él sólo tenía hambre, no lo alimentaste bien, ¿verdad, Ryū?

— Shi.

— ¡¿Eh?! ¡Ryūnosuke cenó bien antes de dormir! ¡Le dí su papilla de mango, su leche y eso es más que suficiente para un bebé!

— No shoy bebé.

Mori rió, en verdad se estaba divirtiendo.

— Ustedes dos... Son igualitos, ¿se harán cómplices en mi contra? Ryū, ¿te revelas contra papá? ¿Contra tu sensei?

Ryū le sonreía a su abuelo desde la cama, sabiendo, por alguna razón, que la pequeña pelea no era en realidad una pelea sino un juego.

— Abelito, ¿papi esh un bebé?

— ¡Ryū!

El bebé azabache soltó la carcajada, dejando al lado su biberón.

— Osamu, ¿te dejas humillar por un niño de menos de un metro? Me decepcionas.

Mori... Evitaba reír, pero era casi imposible.

EL NOVIO DE MAMÁ [SOUKOKU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora