MALAS NOTICIAS

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Ryuma estaba temblando. Había golpeado bastante fuerte la ventana hasta romperla, incluso si sus manos quedaron con cortadas y sangre por el vidrio.

— ¡¡¡AYUUUUUDAAAAAAA!!!

Gritaba con desespero. Tenía un dolor debajo de su abdomen, que cada vez se volvía más intenso, sin darse cuenta de que comenzaba a sangrar.

Dazai escuchaba todo a través de la bocina del teléfono, quedando con preocupaciones.

"Chūya, ¿Qué tienes? ¿Ocurrió algo? ¡Dime lo que pasó!".

Las manos de Ryuma temblaban al sostener el teléfono. Había logrado sacar a Chūya y a Paul del coche, con todo su esfuerzo y con ayuda de su débil habilidad que ni siquiera sabía que tenía.

— S-Soy Ryuma. E-E-Estamos muriendo... C-Cuida mucho a Ryū.

Ryuma colgó, y el celular quedó en el agua. Oyó cómo Paul tosía y eso le dió una esperanza.
En el techo del coche, tuvo la idea de darle respiración boca a boca a Chūya, aunque no funcionó, ni siquiera él podía respirar bien.

Quedó inconsciente.

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Mientras tanto, en Japón era de noche. Dazai no podía quedarse tranquilo después de lo que Ryuma le había dicho por teléfono. Estaba ansioso, preocupado, visitó la habitación de Mori e incluso se recostó al lado de él para despertarlo.

— ¡Papá, despierta por favor!

— ¿Oh? ¿Osamu? ¿Qué quieres? ¿Volviste a sentirte mal?

Un soñoliento Mori se sentaba lentamente sobre su cama, limpiando sus ojos para mejorar su visión.

— Algo pasó en Francia, a los Verlaine, a Chūya. ¡Ellos van a morir, papá!

Caminaba apresurado dando vueltas por la habitación. Traía una mochila dónde había guardado sus cosas básicas.

— Eso es terrible. ¿Y qué piensas hacer? No podemos hacer nada desde aquí, sólo esperar. Mantente informado e intenta dormir, que Ryūnosuke podría despertarse.

Mori se acomodaba para dormir después de haber sido despertado.

— No, papá. Iré a Francia ahora mismo. Tengo que saber de Chūya, verlo bien. Chūya podría estar muy grave y no debo quedarme aquí. ¿Y si muere? ¿Qué pasa si no lo vuelvo a ver nunca?

— Osamu. Si vas, tendrás que llevarte a mi nieto.

— No puedo.

— Ryūnosuke no se quedará conmigo porque yo trabajo muchas horas en el hospital y no puedo cuidarlo. Es tu decisión, esperar noticias desde aquí, o irte con el niño.

Dazai apretó sus puños y comenzó a derramar lágrimas. Se sentía inútil de estar tan lejos en una situación como esa.

— Me quedo. Sería muy complicado viajar con él...

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Los tres fueron atendidos de emergencia. Ryuma había hecho excesiva fuerza y tenía grandes riesgos de abortar.

Si bien, fue el que menos golpes recibió, fue quien más esfuerzo hizo para ayudar a sus dos hermanos. Estaba agotado, y debían tenerlo en observación durante varias horas.

— D-Doctora... ¿Mis hermanos? ¿V-Viven?

La doctora se acercó a él y le indicó mantener la calma.

— Están siendo atendidos. Por favor, intenta guardar la calma. Tu bebé está en riesgo si sigues pensando cosas negativas. Evita moverte, ¿Está bien? Se quedará un enfermero a cuidarte.

— ¿Qué tiene mi bebé?

— Tranquilícese, joven Verlaine, estará bien.

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Paul recuperó la consciencia justo antes de subir a la ambulancia de traslado. Se encontraba mejorando, sólo tenía una pierna herida sin fractura, que fue vendada para mayor seguridad.

— Paul Verlaine, ¿se encuentra bien? ¿Cómo se siente? ¿Con menos dolor?

Interrogaba su médico, Arthur Rimbaud, con quién Paul tuvo un sentimiento especial al ser atendido.

— Mucho mejor, gracias a un médico como tú.

El médico de la misma edad de Paul, se ruborizó al instante.

— Sólo hago mi trabajo. Me alegro que se encuentre mejor.

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Por su parte, Chūya no tenía riesgo de aborto, pero se había golpeado la cabeza en el choque contra el río, y las probabilidades de secuelas y afectaciones en el cerebro eran altas, sería un milagro que no las desarrollara.

— ¿Dónde estoy?

Miraba a su alrededor, volteando lentamente hacia los lados, hasta ver a su médico.

— En un hospital, ¿recuerda lo que pasó?

— El accidente. Cómo olvidarlo. Me duele mucho la cabeza. Quiero ver a mi hijo.

— ¿Su hijo? Usted no tiene hijos, sólo el bebé que está esperando, que aún es un feto... Un embrión.

Respondió confundido. Chūya frunció el ceño.

— ¿Está bromeando, verdad? ¿Cómo están mis hermanos?

— Delicados, pero estables.

— Bien. Quiero ver a mi bebé y escuchar su vocecita.

El médico se estaba preocupando, creyendo loco a Chūya, iba a llamar al psiquiatra cuando...

— Estamos en Francia, lo sé, pero mi niño está en Japón, quiero verlo. Tan siquiera con una tablet por videollamada.

— Y-Ya entiendo, deme un segundo.

El médico salió en busca de una tablet para prestar.

— Idiotas. Mi Ryū no puede ser invento de mi cabeza.

Además de los dolores en la cabeza, Chūya sentía los dolores de Ryuma y viceversa. No era siempre, pero ocurría.

Después de minutos, Chūya pudo contactar a Dazai mediante una cuenta de red social que recordaba a la perfección, mostrando que su cerebro estaba bien hasta que...

EL NOVIO DE MAMÁ [SOUKOKU]Where stories live. Discover now