EL NOVIO DE MAMÁ [SOUKOKU]

VISITA SORPRESA

Chūya extrañaba mucho a Ryū y a Dazai. Era la primera vez que había estado tanto tiempo lejos de los dos. Los primeros días en Francia fueron fáciles de conciliar el sueño, pero teniendo ya tres semanas en ese país, se volvía cada vez más complicado.

Sobre la cama, al lado de la cama de Ryuma, abrazaba un oso de peluche que su abuela le había regalado.

— Extraño mucho a mi nene hermoso, Ryuma. ¿Y si me olvida?

El otro pelirrojo sonrió, envuelto en su cobertor.

— No lo hará. Has estado haciendo videollamada con Dazai-san y mi sobrino, difícilmente te olvidaría. Además, ya pronto regresaremos a Japón, sólo estamos esperando que los abuelos de Inglaterra lleguen a Francia para conocerlos.

— Espero que lleguen pronto los abuelos. Sino, tendré que regresar solo a Japón, no puedo esperar más. ¿Sabes que los Omegas tenemos una conexión especial con nuestros bebés?

El otro gemelo, Ryuma, no sabía eso. Si bien, sentía algo muy extraño y agradable a la vez al saber que tendría un bebé, desconocía esa conexión especial con él o ella siendo un Omega.

— ¿Cómo es eso, hermanito?

Chūya sonrió.

— Podemos sentir cuando ellos están en peligro, cuando están tristes, cuando están cerca... También, cuando piensan mucho en nosotros. Es una conexión única que los Alfas, Deltas y Betas no poseen con sus hijos, sólo los Omegas. Son las razones únicas por las que me gusta ser uno de ellos.

— Eso es maravilloso.

— Lo es. En este momento, siento a Ryū muy cerca de mí, pero eso es imposible, él está a millones de kilómetros de distancia en realidad.

Rió, derramando un poco de lágrimas.

En ese momento, la señora Verlaine fue a la habitación entrando a pasito lento en la oscuridad, hasta llegar a la cama de Chūya.

— ¿Mamá? ¿Por qué entras así? T-Te vez sospechosa...

Estaban confundidos, su madre jamás entra a la habitación una vez ellos dos entraran a dormir.

— Encenderé la lámpara. Uno... Dos... Tres...

Un motivo para contar, era la señal de hacer algo, se trataba de...

— ¡Sholpesha, mami!

Chūya se sentó de inmediato sobre la cama al escuchar esa voz tan conocida para él.

— ¿Ryū?

— ¡Mami, te extañé mucho!

Ahí estaba. Ryūnosuke a un costado de la cama de Chūya, con un regalo para él y para su tío. Chūya lo levantó y sentó junto a él sobre la cama, abrazándolo y besando sus mejillas y frente. Lloraba de la emoción, y por otro lado, Ryuma estaba sentimental también.

— ¡Mi amor! ¿Cómo llegaste aquí? ¿Y papá? ¿Te trajo hasta aquí?

Ryū no dejaba de abrazar a Chūya, teniendo sus ojitos llorosos.

— Tío Paul fue poy mí. Papi she quedó allá dejosh.

— Es verdad... Paul se perdió un par de días...

— Me pone muy feliz verlos de ese modo. Tan hermosos y felices. Mañana vendrán sus primos y podrán presentarles a Ryū.

Avisó su madre, los gemelos se incomodaron con esa noticia.

— No, digo... Mamá, hay algo que tienes que saber...

— Dime, cariño. Te escucho.

— Chūya, no lo digas, está bien...

Intervino Ryuma un poco apenado. Él prefería callar sobre lo ocurrido con sus primos, para evitar problemas, pero Chūya no lo iba a permitir.

— ¿Aquí duel-mesh, mami?

— Sí, Ryū, aquí dormirás conmigo—. Respondió al azabache, para luego continuar su conversación de antes.
— Sucede que los primos no nos quieren. Hiden golpeó la nariz de Ryuma el otro día, ninguno de ellos nos acepta. Atravesaron una pierna para que yo cayera al suelo, pero no lograron su objetivo. Encerraron a Ryuma en el baño durante una hora, pero cuando regresé de la tienda, me dí cuenta y lo dejé salir. Y muchas historias más, mamá. No pienso presentarles a Ryū. Si mañana vienen y miran a mi Ryū, está bien, pero jamás lo dejaré solo con ellos.

La señora Verlaine se sorprendió mucho, sintiendo una gran decepción hacia su familia y la familia de su esposo. Era difícil de creer para ella, pero antes que a nadie, debía creerles a sus hijos porque sabía que ellos decían la verdad.

— Hablaré con ellos y con sus padres. Esto no debe quedar así.