EL NOVIO DE MAMÁ [SOUKOKU]

SEGUNDO PASO: CONTROL.

El celo de Chūya no estaba ayudando mucho, al contrario, complicaba las cosas. Se sentía cada vez más incómodo y con la necesidad de aquello, algo vergonzoso para él frente a Dazai.

— ¿Chūya?

Dazai comenzaba a verse afectado por el aroma del Omega. Hacía todo lo posible por no dejarse llevar por su instinto Alfa, pero Chūya, siguiendo su instinto, se aproximó a él para abrazarlo y respirar agitado en su oído.

— Puedes controlarlo... Puedes hacerlo...

Se decía Dazai a sí mismo, dejándose escuchar por Chūya para que volviera en sí y abandonara su instinto tan siquiera por única vez. Lo apartaba de él lentamente, pero era difícil. Chūya ya no estaba en sus pensamientos, sino en lo que su instinto le llamaba a hacer.

— L-Lo necesito... Es doloroso si no lo hago... Es más doloroso si ya lo hice antes...

— Chūya... Te ayudaré.

Dazai levantó en brazos a Chūya para trasladarlo a su habitación. Una vez allí dentro, lo dejó sobre la cama, cómodo, y fue en busca de unos supresores que tenía de prevención para ese momento en el que Chūya comenzara su celo y necesitara de ellos.

— H-Hazlo... Sensei... Total, ya estoy acabado... Fui usado por alguien más por culpa de mi celo...

El castaño acercó la pastilla a la lengua de Chūya, le dió a beber agua, y lo obligó a ingerirla. Sólo quedaba esperar sus efectos.

— Tú y yo no hemos quedado en nada todavía. Yo te amo, y me haría muy feliz hacer eso contigo—. Apretó ligeramente una de las manos del pelirrojo, para luego acariciarla. Chūya se recargó en él bastante sonrojado y con los latidos a velocidad.

— ¿Entonces? H-Hazlo... No pienses en Ryuma... Él es horrible, él...

Dazai se atrevió a besar una de las mejillas de Chūya y posteriormente su frente, siendo cariñoso. Le sonrió.

— Ryuma no está en mis pensamientos, ya te lo dije. Sólo están tú y Ryū. Pero no pienso tener relaciones contigo, no ahora. El niño está dormido en el cuarto de al lado, ¿Qué pasa si despierta? Además, un Omega y un Alfa no deberían tener relaciones en tiempos de celo... Es cuando más fértiles son... Pienso que esas cosas se deben hacer cuando se está pensando correctamente, no por instinto.

Chūya cerraba sus ojos y su ritmo cardíaco se normalizaba. No tardó mucho en quedarse dormido.

El maestro lo recostó cuidadosamente en la cama, sabiendo que la somnolencia era uno de los efectos secundarios de la pastilla supresora.

— Descansa, Chūya. Tienes un agradable aroma.

💖🍼🐣💖🍼🐣💖

— ¡Mamiiiiii!~

Se oyó gritar desde la otra habitación, seguido de unos llantos infantiles al no ver a su mami al lado.

Por supuesto, su sensei fue enseguida para atenderlo y hacer que se tranquilizara. Conocía perfectamente a Ryū, desde que era casi un recién nacido, sabía cómo calmarlo y qué cosas le hacían feliz.

Al llegar a la cama de esa habitación, lo levantó y acunó en sus brazos, dándole arrullos mientras le tarareaba una canción de cuna que solía cantarle en la hora de la siesta en la guardería.

— Ryū, mami está dormido en el otro cuarto. No queremos despertarlo ¿Verdad?

— Mami ¿Domiido? ¿Tenía shueño, mami?

— Sí, pequeño. Nosotros también deberíamos dormir. Ya es muy noche y parece que Chūya no se despertará hasta en la mañana. ¿Me das un lugar en la cama, Ryū?

— Shen-shei.

— ¿Si?

— Esh tu cama, no mía. Shen-shei puedesh domii con-migo.

Dazai sonrió. Le sorprendía mucho la inteligencia de Ryūnosuke y su habilidad para hablar pese a ser tan pequeño.

— A dormir entonces.