Capitulo 34 - Hábitos Nocturnos

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Hábitos Nocturnos


Una ilusión eterna, o por lo menos que renace a menudo en el alma humana, está muy cerca de ser una realidad. ―André Maurois




Un reloj analógico circular, incrustado en lo alto de una pared cambió de las 1:30 a 1:31 am. con un pesado "click" de sus manecillas, nadie en la sala notó aquel cambio porque todo se encontraba casi desierto a esas horas de la madrugada. La iluminación, proveniente de lámparas de halógeno daban una sensación de aletargamiento a los residentes y producían ese zumbido particular por el paso de la electricidad, los zapatos deportivos chillaban ligeramente sobre el piso de granito de vez en cuando y las paredes blancas con una franja azul a la mitad te invitaban a recorrer el recinto, evitando así el hastío que este transmitía con el pasar de las horas. Todo se encontraba en silencio aquella madrugada en el Centro Médico de Detroit.


Al final del corredor había dos grandes puertas de vaivén y sobre ellas un letrero en el que se leía "Sala de Emergencias" en letras rojo cadmio. El reloj circular cambió nuevamente: 1:31...1:32 am.


Las pesadas puertas se abrieron con estrepito y por ellas cruzaron dos paramédicos empujando una camilla con una joven chica sobre ella, intentando reanimarla en el proceso. Dos enfermeras vestidas en blanco y un doctor se unieron al grupo en el camino que conducía a "Reanimación I". Detrás de ellos entraron Jared, Tomo, Shannon y parte del equipo de Mars, para su infortunio el área estaba cerrada para todo aquel que no fuese médico o estuviera gravemente herido.


― ¿Por que no podemos entrar? ¡Somos sus familiares! ―se quejó Shannon tratando de cruzar la puerta que daba paso a la sala de reanimación con gran estrés.


Luego de que Genevieve cayera desmayada frente a todos no les quedó más remedio que pedir una ambulancia que los llevara de camino al hospital más cercano y, aunque el resto del grupo debió irse en un carro aparte, él fue testigo de cómo durante todo el viaje en ambulancia la pianista sufría de ataques producto de la fiebre y por ultimo sucumbía ante sus ojos sin poder hacer nada.


― Lo siento, deben quedarse en la sala de espera hasta nuevo aviso. ―le indicó la enfermera que impedía el paso― Allí les darán unas formas que deben llenar mientras tanto.


Una mano sobre el hombro del baterista, la de Emma, fue la que lo tranquilizó momentáneamente a seguir las indicaciones junto al resto.


― Esto es increíble, tenemos un ser querido grave y tenemos que estar aquí, llenado formas ―gruñó Shannon de camino a la susodicha sala. El espacio se encontraba vacío como gran parte del hospital a esas horas; un par de muebles azules, revistas de lectura esparcidas sobre una mesa central y un ficus en una esquina eran los únicos indicios de que pasarían mucho tiempo allí sin saber nada.


― Tranquilo hermano, ellos son profesionales en su trabajo; no haremos más que molestar allí. ―dijo Jared procurando tranquilizarlo; como líder de la banda se sentía en la necesidad de mantener la calma, en especial ahora que todo se derrumbaba a la velocidad de la luz.

Club Wonderland - 30 Seconds to MarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora