Capitulo 30 - ¿Lo que pasa en Las Vegas...?

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¿Lo que pasa en Las Vegas...?

"Hacer lo imposible es una forma de diversión" ―Walt Disney


El reloj digital de la mesita de noche ubicado en la suite 6227 cambió de las 12:59 a la 1:00 pm activando una estruendosa alarma en la habitación matrimonial, esta perduró hasta que un delgado y pálido brazo femenino se escurrió bajó un montón de sábanas blancas y le dio un fuerte manotón, haciéndolo salir disparado y estrellarse contra el suelo en mil pedazos.

«¡Paz al fin!» pensó Genevieve torciendo la comisura de sus labios en una sonrisa mientras devolvía su brazo bajo la calidez de la cama.

Aun no abría los ojos y no quería hacerlo, se sentía extremadamente cansada y un fuerte dolor de cabeza se comenzaba a hacer presente mientras más agarraba lucidez. Entreabrió los ojos con todas las fuerzas de universo que pudo recoger y lo primero que vislumbró fue el resplandor que se colaba a través de las sábanas, las apartó con cuidado y para su sorpresa consiguió un enorme ventanal con vista a la ciudad de Las Vegas, se encontraba en un piso alto, probablemente uno de los más altos pero... ¿Cómo demonios había llegado allí y por qué no se encontraba en el autobús del tour?

Comenzando a pensar seriamente en su situación, una que no se veía venir nada prometedora intentó girarse sobre su espalda, reparando que una desconocida fuente de calor le tenía atada a la cintura inmovilizándola, miró hacia abajo a través de las telas y aquello no era todo, era un brazo, un brazo masculino que le aprisionaba y además agarraba su ceno derecho.

¡Era la mano de un hombre!

Como si de una araña se tratara se la quitó de encima con agilidad y se sentó de golpe, provocando que toda la habitación girara ante sus ojos debido al brusco movimiento y tuviera que dejarse caer nuevamente con pesadez.

― ¡Acabo de dormir con un hombre! ―chillaba en voz baja sin querer voltear a su izquierda, pero debía hacerlo, debía ser valiente y afrontar la situación como viniera; después podía huir sin mirar atrás...

Giró lentamente su cabeza notando el bulto del hombre a su lado, no estaba descubierto y eso sólo empeoraba su situación, tendría que destaparlo por si misma «¿Y si es un loco o un psicópata? ¿y si despierta cuando quite la tela de su rostro?» Pensaba mientras acercaba lenta y temblorosamente su mano, contuvo la respiración un instante, sostuvo el borde superior, lo jaló de un tirón y...¡Sorpresa!

― Oh dios mío ¿acabo de dormir con Jared Leto? ―sus ojos casi se salen de sus orbitas de la impresión, no podía creerlo, simplemente no podía y en ese momento deseaba llorar y gritar por la angustia y la desesperación que se comenzaba a forma en su pecho.

¿Debía despertarlo o dejarlo allí e irse? ¿Y si alguien la veía salir de donde quiera que estuviese? ¿Cómo volvería al autobús si no tenía idea donde se encontraba o peor...qué les diría a todos al llegar? Esas preguntas y muchas más pasaban como flechas por su mente mientras lo veía dormir a su lado, se encontraba yacente sobre su hombro derecho, sus delgados labios estaban ligeramente abiertos y su cabello azabache desordenado sobre la almohada. Se veía condenadamente adorable para sus ojos, con lo difícil que era para ella considerarlo de esa forma dada su actitud fría y gruñona de cuando lo veía despierto.

Se giró también, quedando frente a su rostro y tomó la libertad de apartar algunos mechones rebeldes que habían caído sobre sus ojos con un sutil movimiento de sus dedos, sintiendo la suavidad de ellos y parte de su frente al contacto.

«¿Qué vamos a hacer Mr. Durmiente?» se preguntó una vez mas y como si aquel pensamiento se hubiera conectado momentáneamente con él, este se movió ligeramente entre sueños dándole la respuesta que buscaba. No podía dejarlo allí, tenía que despertarlo y buscar la forma de salir de aquel aprieto en el que se habían metido ambos.

Club Wonderland - 30 Seconds to MarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora