Derrumbe

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Alexander

Cuando creía que todo estaba muy bien y que ya había superado al padre de Lory, resulta que nuestra relación se enfrentaba a su madre. Lo peor, meter en problemas a mi chica sin darme cuenta hasta que ya era demasiado tarde. Luego de que mi madre se presentara, el silencio hizo que ella y yo nos mirásemos extrañados, pues no entendimos ni papa de ese silencio trágico que se cernió sobre la casa.

El coronel tomó la palabra saludando efusivamente a mi madre ante los rostros de sorpresa de las otras damas presentes. Como si hubiera sido un aviso, Lory me tomó de la mano y me condujo fuera para hablar. Todavía hasta este momento, yo estaba totalmente ajeno a lo que ocurría.

-Alex. Lo siento - comenzó diciendo -. Mi madre está en la casa.

-¿La señora? -Pregunté -. Bueno. En algún momento debía pasar.

-Pero no en este momento -respondió Lory con voz angustiada abrazándose a sí misma.

La cubrí en un abrazo de consuelo.

-¿Qué pasa?

-Ella. Ella no va a ser tan comprensiva como mi padre -contestó -. Para ella todavía soy una niña.

-Pero supongo que tu papá le hará entrar en razón -comenté esperanzado.

-¿Papá? Si intenta algo la tercera guerra mundial se desataría.

-¡Wow! -Exclamé -. ¿No crees que exageras un poco?

-No tienes idea.

No tenía idea. La cena se volvió tan silenciosa al principio, que creí que alguien se había muerto. Pero lo único muerto era el ánimo para hablar que mi madre trataba de levantar comentando de vez en cuando.

-Me parece maravilloso que la gente se reúna para cenar en acción de gracias. ¿No les parece?

-Por supuesto -respondió la tía de Clara.

Silencio.

-He sabido que Alexander tiene un gran talento para la fotografía -soltó de pronto el señor Shaw.

«A mí no. No me mencionen»; pensaba, mientras que mi madre se esmera en relatar todo lo que sabe. «Piedad. Trágame tierra».

El padre de Lory prestaba mucha atención a todo lo que decía mi madre y yo veía cómo el rostro inexpresivo de la doctora Shaw, se paseaban entre Lory, el coronel y mi madre.

-...es una tierna historia de amor juvenil -decía mi progenitora echando más tierra en la tumba de ese amor.

-¡Alex! ¡Alex! -escuché a lo lejos a mi madre a pesar de que estaba justo a mi lado.

-¿Sí? -pregunté confundido.

-Les decía que deberías tomar unas fotos de recuerdo.

-No traje la cámara -me apresuré a decir.

-Olvidaste que está en el auto -replicó ella y luego añade -: No la deja en casa para nada.

-Cierto -respondí desalentado -. Voy por la cámara.

-Acompáñalo Loriann -soltó de pronto su padre.

El vaso de agua de la doctora estuvo al punto de caer sobre la mesa.

-Hay que darles espacio a los tórtolos.

En circunstancias más relajadas, me habría gustado ver como el coronel se comportaba tan buena onda con nuestra relación. Pero era obvio que se trataba de una cruel provocación a la doctora. Casi pude ver las llamaradas de fuego que salían de sus ojos dirigidas a su ex esposo. Sin embargo, se volteó a ver a mi madre con una simpática sonrisa. «Dios. Solo espero que nunca tengamos que ser operados por ella».

Ladrón de Besos(Completa)Where stories live. Discover now