ALEXANDER : "Cuando estuve en la escuela, me divertía haciendo bromas. Pero la mejor broma, fue la de robarle un solo beso."
LORYANN: "¡Mentiroso! No fue un solo beso. Y tampoco fue por broma, si no porque no te hacía caso."
ALEXANDER: "¡Ya hubieras...
A la siguiente semana, en mi clase de modelaje acompaño a la señorita Marcell, la dueña y profesora; una de las modelos más cotizadas y famosas de Glamour Intimate y mi ejemplo a seguir para llegar a ese nivel.
Me veo modelando las hermosas piezas de Madame Laurent, incluso la línea íntima. Modelar en la pasarela de Glamour Intimate es uno de los éxitos a los que las jóvenes modelos en Modèle Magnifique aspira. Al menos yo...
Y Karen. Si la consideraba una rival, era una de poca importancia. Y después de mostrar mis fotos a la señorita Marcell, esperaba que así fuera. Pero; ¿han escuchado la frase «te salió el tiro por la culata»? Pues al parecer, eso fue lo que me pasó.
—Son muy buenas fotos, Loryann —decía la señorita con su acostumbrado tono serio y formal.
La maestra de modelaje miró las fotos con interés, por lo que pude suponer, le gustaban. Para ser sincera, la señorita no era de ser muy expresiva. Sin embargo, a mí me pareció ver el connato de una sonrisa. Quizás por el lado derecho de su boca. No. Creo que fue por el izquierdo.
—Que bueno que le gusten señorita Marcell.
—Tu maquillaje es encantador —dijo — y se ve muy profesional.
—Mi amiga Marie tiene mucho talento. Es innato en ella.
—Sería bueno que la trajeras a los ensayos. Puede que pueda... maquillar a las otras que han de participar en la pasarela.
—Estoy segura de que a ella le encantará.
—Y supongo que tu amigo el fotógrafo, podría venir.
Hasta ese punto, todo parecía perfecto y de pronto lo que no había tomado en cuenta se hizo presente. Como si sufriera de un trauma, el recuerdo del beso y la bofetada inundaron mi mente.
—No creo que pueda señorita — me apresuré a aclarar —. Es un chico con muchas responsabilidades y...
—Una verdadera lástima —interrumpió la maestra secamente.
Me entregó las fotos, sin decir más. La había perdido.
—¡Bien chicas! —dijo de pronto —. Listas para practicar la pasarela.
Ocupé mi lugar con enormes ganas de patear el piso. Pero soy una profesional. Ya veré la forma de conseguir que el Alex participe.
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Alexander
Estaba ayudando al tío August a acomodar el garaje, mientras le contaba todo lo ocurrido el otro día.
—Debo tener la mejilla enrojecida aún — le comenté.
