sumidos por el placer

By WendyValderrama

1.4M 135K 55.6K

TERCERA PARTE TRILOGIA "PLACERES OCULTOS" No todo es color de rosa en la vida, y menos, cuando te metes con... More

capitulo 1
capitulo 2
capitulo 3
capitulo 4
capitulo 5
capitulo 6
EXTRA #1
capitulo 7
capitulo 8
capitulo 9
capitulo 11
capitulo 12
capitulo 13
capitulo 14
capitulo 15
capitulo 16
capitulo 17
capitulo 18
capitulo 19
capitulo 20
capitulo 21
capitulo 22
capitulo 23
capitulo 24
capitulo 25
capitulo 26
EXTRA #2: CRISTIANA
EXTRA #3: LILYTH
capitulo 27
capitulo 28
capitulo 29
capitulo 30
capitulo 31
capitulo 32
capítulo 33
capitulo 34
capitulo 35
capitulo 36
capitulo 37
capitulo 38
capitulo 39
capitulo 40
capitulo 41
capitulo 42
capitulo 43
capitulo 44
capitulo 45
capitulo 46
capítulo 47
capitulo 48
capítulo 49
capitulo 50
capítulo 51
capitulo 52
capítulo 53
capítulo 54
ANUNCIO
capítulo 55
capítulo 56
capítulo 57
capítulo 58
capítulo 59
capítulo 60
capítulo 61
capítulo 62
capítulo 63
capítulo 64
capítulo 65
capítulo 66
capítulo 67
capitulo 68
capitulo 69
capitulo 70
capítulo 71
capitulo 72
Extra - La boda (parte 1)
Extra - La boda (parte 2)
capitulo 73
Capitulo 74 (FINAL)
Epílogo

capitulo 10

18.9K 1.7K 544
By WendyValderrama

Me encontraba dentro del enorme centro comercial intentando con todas mis fuerzas entrar en unos hermosos jeans negros, era frustrante, mis caderas y mis nalgas estaban agrandándose provocando que mi ropa me haya dejado de quedar.

—Pero si apenas tengo tres meses —me quejé para mí misma.

Cuando el botón definitivamente no cerró yo me resigné, solté un suspiro y me vi obligada a pedir una talla más grande, mientras observaba como la cajera escaneaba el código de barras del pantalón una cabellera rubia se posó a mi lado, inmediatamente coloqué los ojos en blanco.

—¡Oh Faith! No te había visto —dijo Madison con tono inocente—. ¿Qué haces en el almacén de mi madre?

—Comprando ¿Qué más haría aquí? —le contesté de mala gana.

—¿Y Chris? ¿Cómo está?

—¿Te importa?

La cajera soltó una risita.

—Simplemente mándale mis saludos.

—Lo siento, no puedo hacer eso —me acerqué un poco a ella—, él sabe que tú tienes algo que no debes tener y no está muy feliz por eso —le susurré.

—¿Qué? ¿La esclava? ¡Por favor! es solo un accesorio, me gusta el modelo, eso es todo.

—Entonces cómprate una nueva y ya ¿No crees? Eso de usar las joyas que te dan tus ex novios es patético ¡Digo! Si es que Chris y tú de verdad fueron novios.

—¡Aquí está su compra señorita! —interrumpió la cajera tratando de calmar el ambiente.

Recibí la bolsa de papel y crucé la puerta, de repente una alarma empezó a sonar, un vigilante se me acercó y me pidió abrir la bolsa, una blusa talla XS estaba metida en mi compra, cosa que yo obviamente no había pedido, miré a Madison, maldita zorra.

—Tendremos que llamar a la policía —dijo Madison observándome fijamente.

—Adelante —le contesté tranquila.

—Señorita, creo que no es necesario esto —le dijo el vigilante.

—¿Por qué? Ella se iba a robar algo, vaya usted a saber si lo hizo en otro lado.

Yo enseguida subí la ceja ¿Pero quién se creía ella? ¡Zorra!

—Yo sugiero que llame a la policía y revisemos las cámaras de seguridad, si como dice la señorita yo me robe eso, se supone que se debe ver —sugerí yo con tranquilidad.

El vigilante intercambió miradas con Madison, pero la mujer se veía tan tensa ante mi proposición que solo empezó a tartamudear.

—No se preocupe —le sugerí yo—. No tengo ningún inconveniente con esperar ¿Cierto Madison?

—Llámelos, cuando lleguen resolvemos.

—Si claro...

El vigilante dudó un poco mientras sacaba un teléfono, se lo quedó mirando y después me miró.

—Lo siento, puede retirarse señorita.

Madison lo miró con el ceño completamente fruncido.

—¿Disculpe? ¡Yo le estoy dando una orden! Llame ya mismo a la policía o lo haré yo.

—Tal vez la cajera lo metió en la bolsa sin querer —alegó el hombre.

—¿La está defendiendo?

—El señor tiene razón, lo que supuestamente me robé fue devuelto y probablemente la mujer de la caja se confundió, el artículo fue devuelto así que ¿Qué gracia tiene seguir discutiendo?

—¡Bien! No llame a nadie pero Faith, te advierto que estás vetada de este negocio, como vuelvas a entrar a mi local o a cualquier negocio de mi familia te mando presa.

—¿Bajo qué concepto?

Ella comenzó a tartamudear otra vez.

—¿Ves lo mínima que eres cuando intentas alegar algo con una persona que si utiliza el cerebro? Deja las estupideces y compórtate como una adulta madura, estas más vieja que yo y actúas como quinceañera resentida.

Me giré sobre mis talones y caminé hasta la salida del local, respiré profundo antes de acercarme a la plazoleta de comidas, que tenso fue eso, a veces detestaba mi mala suerte, de todos los locales de ropa había entrado justo a ese ¿Acaso podía ser más de malas? Mientras bebía mi malteada admiraba de lejos un almacén de bebés ¿Debería entrar? ¿Saciar mi curiosidad? ¡No! Sacudí mi cabeza rápidamente, ese tipo de lugares eran a los que no estaba dispuesta entrar sola.

—¿Por qué tan solitaria? —preguntó alguien a mi oído.

—Estoy esperando a mi novio...

—¿Si? Que bien porque tu novio ya está aquí —dijo Chris con una sonrisa sentándose frente a mí—. ¿Cómo te fue con las compras mi Faith?

—Pésimo, ningún pantalón me entraba y tuve un no muy agradable encuentro con Madison.

Chris en seguida arrugó la cara.

—¿Está aquí?

—Si y antes de que te alteres ya le dije lo de la esclava, dijo que simplemente le gustó el modelo y por eso se la quedó.

—Esa no es excusa para manipular a mi hermano y hacerlo robar algo que debía estar en la basura.

—Lo sé, pero como te dije no quiero que nos enganchemos esa carga completamente innecesaria.

—Tienes razón, por cierto mi querida novia hoy tenemos una invitación.

—¿Hoy? ¿A dónde?

—Louis está de cumpleaños hoy, será una celebración en un casino y Leila me dijo que si no te llevaba me partiría la nariz, amo mi nariz así que tenemos que ir así sea a beber soda y jugar un rato en la ruleta.

—Me encanta la idea, creo que es bueno despejarse un poco de toda la locura con tu abuela y eso.

—Pensé lo mismo, pero querida, te haré una petición, por favor ten paciencia, nunca nos has visto a los cinco reunidos y te advierto desde ya que será vergonzoso.

—Será divertido, muero por verlos juntos.

—No Faith, créeme que de verdad no quieres eso.

Volvimos al edificio después de comer juntos, por suerte los paparazis se habían ido gracias a los policías que colocó el administrador debido a varias quejas por parte de los demás habitantes del edificio y pudimos entrar con tranquilidad.

Mientras me colocaba el entallado vestido rojo intentaba acomodar mi postura, debía aceptar que mi vientre había dejado de ser plano, coloqué mis manos sobre mi pequeña panza y solté un suspiro antes relajarme por completo "estás embarazada, deja de ocultarlo y de tratar de pensar que tu cuerpo permanecerá igual" me repetía a mí misma mientras terminaba de arreglarme, la puerta del closet se abrió y Chris salió.

Me relamí los labios y apreté las piernas inmediatamente la luz de la habitación le pegó, mi imaginación voló  cuando él se acomodó el blazer negro sobre su camisa de botones blanca a ese cuarto de al lado en donde muchas veces me hace gritar ¡Jesucristo perdóname! Solté un suspiro y traté de tranquilizar mis ansias de cogérmelo sobre la cama, caminé hacia él y como pude acomodé su corbata.

—Tus manos tiemblan ¿Estás nerviosa o estás caliente?

—Un poco de los dos —admití levantando mi mirada.

—Me encanta colocarte caliente, debo admitir que es divertido ver ese bello rostro ruborizado, tus ojos brillantes y esa forma tan exquisita de apretar los muslos —se acercó un poco a mi boca—. me provoca levantarte ese vestido y descubrir qué tan mojada te coloqué.

—Hazlo entonces...

—No —se alejó de mí de golpe—. No saldremos de esa cama en toda la noche y después tendré que aguantar a Louis y a Leila.

—No es justo que seas cruel con una embarazada, me pones de mal humor.

—Cada vez que te coloco caliente y te dejó así te colocas de mal humor, no culpes al embarazo.

Me estiró la mano para invitarme a caminar y yo lo hice, me abalance hacia adelante y le di una suave patada en las pelotas, Chris se dobló de dolor y apoyó su frente sobre mi hombro.

—Lo siento, no debí colocarte caliente a propósito —jadeó apretándome de las manos.

—Gracias, ahora vamos o llegaremos tarde.

Chris sacudió su cabeza negando antes de apretar mi mano con fuerza y salir juntos de la habitación y del apartamento.

No diría que el ambiente de casino era apto para una embarazada, la música fuerte, las bebidas alcohólicas a la mano y el ruido de las maquinas podrían ser estresantes para cualquiera pero por alguna razón para mí no, era incluso divertido ya que nunca había venido a uno, mientras recibía un largo sermón de Leila por no dejarle ser la madrina de mi bebé los cinco tontos, como ella les decía, jugaban en las ruletas.

—¡Por favor! ¡Déjame ser su segunda madrina! —me suplicó antes de beber un poco de licor.

—¿Y eso se puede?

—¡Claro que sí! Y si no se puede no me importa, diré que soy su madrina y ya —protestó ella—. Por cierto ¿Ya pensaron en los nombres?

—No, Chris y yo quedamos en pensar en eso cuando sepamos el sexo.

—¿Y si es niño se llamará Chris también?

—¡Diablos no! ¡Primero muerta!

—¡Menos mal porque hablar con Chris y con su padre es terrible! ¿Por qué crees que su madre lo llama con un nombre distinto?

—¡Lo es! ¡también he pasado por eso! Incluso la entiendo.

Los chicos se arrojaron a nuestro lado, Chris junto a mí, Louis al lado de Leila y el resto frente a nosotros.

—Bien, debemos hacer algo con esta epidemia de novias y de bebés —dijo Parxon—. ¿A dónde vamos de viaje? ¿Francia?

Leila y yo pusimos los ojos en blanco inmediatamente.

—Algún día conocerán a una linda chica que le afloje las piernas —les dijo Leila.

—¿Por qué nos deseas tan mala suerte? —preguntó Karxon.

—A mí ni siquiera me mueven las chicas, así que yo no me incluyo —dijo Parxon.

—Eso dicen ahora y cuando quieres ver están suplicando para que te vayan a vivir con ellos ¿Cierto querido? —miré a Chris.

—Que te puedo decir, me gusta dormir junto a algo caliente —Chris encogió los hombros.

—¡Ustedes dos son tan lindos! —los gemelos se inclinaron hacia el frente con una sonrisa—, aún cuando dicen comentarios en doble sentido —agregó Parxon.

—¡Son unos idiotas! —Chris me rodeó con sus brazos mientras reía.

—¡En fin! Yo considero que vayamos a Francia, nuestro compadre —Parxon abrazó a Tadeus—. Nos dará un espacio en su hogar y nos divertiremos solo los tres.

—Adelante, háganlo —habló Louis—. Sáquennos del plan, Chris y yo por nuestra parte pasaremos nuestras noches con hermosas señoritas.

—¡¿Quién dice que nosotros no podemos hacer lo mismo?! —protestó Karxon.

—Se que Tadeus no lo hace ¿Cierto?

Tadeus encogió los hombros con una sonrisa.

—Es un límite.

Todos soltaron un quejido de protesta.

—Que tontería esa, no hay nada más bueno en la vida que dormir con una persona abrazados después de coger toda la noche —protesto Karxon.

—Yo me entiendo —dijo Tadeus antes de beber un sorbo de su trago.

—¡Bien! Esta conversación está muy divertida pero yo me voy a bailar con mi novio así que ustedes tres búsquense con quien bailar o les crecerán plantas a cada lado por estar postrados ahí —se burló Leila.

Y como si a mí no me gustara agregarle leña al fuego agarré la mano de Chris y me coloqué de pie para animarlo a bailar, cosa que no dudó un segundo.

Los labios de Chris chocaban peligrosamente con mi cuello, sus dedos estaban firmemente aferrados a mi cintura mientras yo balanceaba mis caderas de un lado al otro, marcando el ritmo de la música y de paso rozar mi trasero de manera salvaje con su erección dura y marcada que era disimulada por la oscuridad de la pista de baile.

—Eres tan caliente, muero por llegar a casa y cogerte sin compasión —me murmuró al oído.

—Gracias por ese halago —impulse con fuerza mi trasero hacia atrás, Chris gruñó a mi oído.

—Ya te lo he advertido, no juegues con el diablo...

Me giré despacio, pegué mis senos contra su duro pecho, rodeé su cuello con mis brazos y muy despacio levanté mi pierna para rodear su cadera, Chris la sostuvo con fuerza y me plantó un fuerte y rudo beso en los labios ¡Diablos! Estábamos demasiado calientes, apenas si podía respirar al igual que Chris, inmediatamente la música se detuvo el soltó mi muslo, yo deslicé mi pierna despacio hasta el suelo, Chris acuñó mi rostro entre sus manos y me dio un tierno beso en los labios.

—Te amo...

Ese susurro sonó jadeante y suplicante, estaba perdidamente excitado y ciertamente yo también.

—Chris McGregor...

Sentí a Chris tensarse detrás de mí y lentamente girarse, Madison estaba detrás de él con sus brazos cruzados sobre su pecho.

Continue Reading

You'll Also Like

147K 6.9K 39
"𝙀𝙡 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙣𝙪𝙣𝙘𝙖 𝙢𝙪𝙚𝙧𝙚 𝙮 𝙡𝙖 𝙫𝙚𝙧𝙙𝙖𝙙 𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚 𝙧𝙖𝙯ó𝙣 𝙥𝙤𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙙𝙚𝙟𝙖𝙣 𝙪𝙣𝙖 𝙝𝙪𝙚𝙡𝙡𝙖" "-𝙔 𝙖𝙡 𝙛𝙞𝙣𝙖𝙡 𝙚�...
50.3K 1.6K 40
Esta Historia contiene partes +18 si no te gusta este tipo de lecturas plis no denuncies Esta historia es sobre lukas y tn espero que les guste💖
246K 16.3K 40
ATENCIÓN Esta es la segunda parte de la Bilogía Amor Eterno, por lo tanto será necesario leer la primera parte (Mi Corazón Es Tuyo) para entender es...
113K 5.1K 53
tus amigos llevaron a un amigo a tu casa desde ahi se conocen y pasar de los dias se van gustando