Capítulo Diecisiete
Las manos de Liam exploraban de manera brusca cada detalle de la espalda de su acompañante, quería dejar marcas en sus caderas, quería aliviar su frustración con su agarre. Enredando sus dedos en los rizos, expuso el cuello de su amante para dejar marcas moradas, mientras seguía embistiendo con fuerza el cuerpo que se le ofrecía sin oponer resistencia.
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"Joder, te ves horrible", la voz chillona de Louis inundó toda su oficina cuando entró de golpe y sin avisar. "¿Qué demonios te pasó?", preguntó viendo la apariencia de Liam, tenía los ojos rojos, como si hubiera llorado, el cabello despeinado, probablemente porque se lo había jalado con frustración, la mirada triste y perdida, como si le hubieran dado una terrible noticia.
"Nada, estoy bien" respondió el de ojos cafés, rehuyendo la mirada, fingiendo que leía unos papeles que tenía sobre el escritorio.
Louis se sentó frente a él, examinando cada detalle que parecía estar mal en su mejor amigo, con las cejas levantadas, tratando de adivinar por qué se veía tan mal.
"Uno pensaría que después de pasar tanto tiempo a solas con tu amado Harry, estarías saltando de alegría... No me digas que..." Louis hizo una dramática pausa para taparse la boca, fingiendo una falsa y exagerada sorpresa. "¿Te volvió a dejar?" preguntó con burla, estallando en risas después.
"No" Liam respondió fríamente, aún fingiendo interés en los papeles que tenía entre sus manos. "Harry y yo estamos mejor que nunca", dijo con firmeza, pero no se oía para nada convencido.
Louis le observaba en silencio, conocía demasiado bien a Liam, como para saber que en unos segundos comenzaría a quebrarse y a confesar que era eso que le estaba perturbando.
Tal como predijo, casi dos minutos después, y ante su atenta mirada, Liam levantó la vista clavando por primera vez sus ojos en los de su mejor amigo.
"Volví a engañar a Harry" confesó, soltando todo el aire que estaba sosteniendo, volvió a hundir su cabeza entre sus manos, jalándose el pelo en el proceso.
Louis abrió los ojos con genuina sorpresa esta vez. No podía creer lo que estaba escuchando.
"¿Estás bromeando, cierto?"
"No, ya quisiera que fuera una broma. Arghh me siento tan mal, estoy tan enojado conmigo mismo" Liam le dio un golpe con el puño cerrado sobre su escritorio, haciendo que varios papeles salieran volando.
"Woahh cálmate Payno, ¿cómo pasó? ¿Fue con el mismo pasante de hace meses?" preguntó divertido por ver tan estresado a su amigo. Es decir, Liam había engañado a Harry innumerables veces, nunca se había visto tan afectado.
"No, a él lo eché después de que se estaba poniendo muy intenso conmigo... Ehhmm fue un chico de tinder, no sé su nombre, me gustaron sus rizos, se parece un poco a Harry... En fin, nos vimos esta mañana en un hotel. Honestamente espero no volver a verle jamás en mi vida", explicó Liam.
"Eres un idiota, Payno, haz estado lamentándote los últimos meses sobre cómo arruinaste tu matrimonio, como casi pierdes a Harry por no poder mantener puestos tus pantalones y ahora vas y la vuelves a cagar" Louis volvió a estallar en carcajadas.
"Me estaba volviendo loco ¿okey?, tener que estar todos los días al lado de Harry, sin poder tocarle, acariciarle, besarle... Es una tortura, joder, ya no podía más, necesitaba algo de alivio, me la pasaba todo el tiempo tratando de ocultar mi erección, y allí estaba él, tan hermoso, tan inocente, sin pantalones... "
"¿Sin pantalones?" Louis preguntó divertido.
"No puede usar pantalones, por su pierna enyesada, ya sabes. Arghh sus piernas, Lou, son mi debilidad..."
"Okey, mucha información Romeo. Bueno, podías masturbarte, eso no te habría metido en el problema que estás ahora"
"Si me masturbaba una vez más, estoy seguro de que mi pene se habría caído" le dijo Liam, rodando los ojos, como si fuera lo más obvio del mundo.
"Bueno, bueno, insisto mucha información, pero no entiendo, ¿por qué no puedes tocar o acariciar a Harry? Es decir, tiene una pierna rota, entiendo, pero hay otras cosas que podían hacer..."
Louis empezó a hacer un gesto obsceno con sus manos, simulando una mamada.
"No, no puedo, porque temo que Harry me rechace o se asuste, no quiero que se aleje de mí otra vez, menos ahora que estamos tan bien, debo esperar que él se acerque a mí..."
"Pero me dijiste que ya habían vuelto"
"Te mentí ¿okey?. No hemos vuelto oficialmente, pero es obvio que lo haremos, es cuestión de un poco más de tiempo... "
"Era. Ahora que volviste a arruinar todo, Harry se va ir en cuanto le saquen el yeso, y francamente espero que lo haga, eres un idiota y no mereces que te perdone otra vez Payno" Louis hablaba como si le estuviera contando una anécdota de lo más graciosa. Liam le miraba con odio.
"Harry no se va ir porque no se va enterar de nada Lou, además esto no significó nada, y nada puede borrar los momentos que Haz y yo hemos pasado estos últimos meses, como te dije estamos mejor que nunca..."
"Siempre dices lo mismo"
"Pues es la verdad, yo sólo amo a Haz, solo fue una muy mala decisión, pero no va afectar en nada en lo que he logrado hasta ahora... Fue la última vez..."
Louis estalló en risas por enésima vez tras aquella última frase, ganándose otra mirada de odio de su amigo.
"Sabes que no será la última vez Payne, ni tú te la crees... Lo que no entiendo, es que dices amar tanto a Harry, pero parece que lo olvidas en cuanto alguien abre las piernas para ti. No creo que eso sea amar, hermano. ¿Por qué no le dejas ir de una vez? Es obvio que lo suyo ya se acabó hace tiempo..."
"Jamás Lou, yo amo a Harry, él es mi vida. Nunca, nunca se va a librar de mi..."
"Estas loco hermano, pero tú sabrás..." Louis miraba a Liam con un poco de pena, realmente no entendía porque le era tan difícil dejar ir a Harry.
"Ya sé lo que voy a hacer, voy a planear una fiesta para él y el bebé, ya sabes una de esas donde rebelan el sexo del bebé, ¿ubicas? Harry está muy emocionado con eso, voy a complacerle en todo Lou, y voy a aprovechar ese día para pedirle oficialmente que regrese conmigo. Estoy seguro que me dirá que si" Liam parecía emocionado con sus recién pensados planes.
"¿Vas a hacer una fiesta para sentirte menos culpable por lo que acabas de hacer? Joder Liam, eres más idiota de lo que pensé..."
"No es por eso carajo, es para celebrar que Harry y yo por fin vamos a tener una familia feliz y completa..." Liam le dijo entre dientes, temblando de rabia.
"Lo único bueno que hiciste para que Harry no te deje fue embarazarlo ¿sabes? Ahí si que tuviste suerte, pero si mal no recuerdo, aún así estuvo a punto de dejarte aún con tu bebé en su vientre" Louis hizo una pausa para reírse otra vez, sin notar la mirada de culpa en la cara de Liam, por haberle mentido diciéndole que el bebé que estaba esperando Harry era de hecho suyo. "Me preguntó que pensaría Harry si supiera que fuiste a hablar con su novio el día de su accidente... De seguro que no habrían peleado y Harry no hubiera salido conduciendo como loco..."
"No, no sabe y no pienso decirle tampoco, no tiene caso..."
"Hubiera podido haber muerto, y tú hubieras sido el culpable..."
"Francamente Lou, prefiero ver muerto a Harry antes que dejarle estar con otro. Pero no pasó, y al final todo salió bien porque gracias a eso, ahora Harry se está dando cuenta que yo soy la mejor opción para él, ahora y siempre"
Louis escuchaba a su amigo pensando que había perdido totalmente la cabeza. Es decir, no podía creer que alguien fuera tan posesivo con otra persona. Pero qué sabía él de todas formas, jamás se había enamorado, tal vez el amor de verdad te hacia hacer cosas locas. Definitivamente no sabía y no iba a juzgar a su mejor amigo por ello tampoco. Solo estaba cuidando lo que era suyo después de todo, su esposo.
"Salió bien para ti..." le dijo encogiéndose de hombros, cerrando por completo aquella conversación. "Felicidades Payno, siempre te sales con la tuya", le dijo con una sonrisa cómplice.
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* * * * * * * * Dos semanas después * * * * * * * *
Harry despertó y empezó a dar saltitos de felicidad sobre su enorme cama, Liam seguía durmiendo a su lado, aún era muy temprano.
"Li, Li, Li, despierta Liiiiii" el rizado se agachó tratando de despertar a Liam dándole unos leves empujoncitos en su hombro, el mayor empezó a revolverse abriendo los ojos por apenas.
"Aún está oscuro bebé, vuelve a dormir por favor" le dijo dándose la vuelta y hundiendo su cabeza en la almohada otra vez.
"No puedo Li, ¡hoy es el día, por fin! Estoy taaaan feliz" Harry seguía dando saltitos en la cama pero Liam parecía que no iba a levantarse pronto, así que decidió bajar a la cocina a preparar el desayuno y así hacer tiempo hasta la hora de su cita con el doctor para que le quitaran el yeso de su pierna.
"Voy a bajar a preparar algo para comer Li" le dijo susurrando porque sabía que el mayor quería seguir disfrutando de su sueño. Harry se levantó con mucho cuidado y se acomodó en sus muletas, las cuales ya se habían convertido en otra parte de él, aún no podía creer que después de hoy, ya no las necesitaría más, por ello no podía dejar de sonreír.
Pocos segundos después, y antes de que Harry lograra salir del dormitorio, Liam se levantó con un gruñido.
"Haz, sabes que no voy a dejar que prepares el desayuno tú sólo amor, puedes lastimarte"
Harry miraba con ternura, desde el marco de la puerta, como Liam se levantaba gruñendo y maldiciendo, porque la verdad sí, aún estaba oscuro afuera, su cita con el médico era en más de tres horas, pero aún así Liam se estaba levantando por él, para cuidarle y asegurarse de que nada malo le pase, eso hacía que el corazón de Harry desbordara de un nuevo tipo de cariño hacia su esposo.
"Gracias Li" le dijo en cuanto éste se puso a su lado para ayudarle a bajar las escaleras tomándole por la cintura. En un raro impulso, Harry acortó el espacio entre ellos y dejó un dulce beso en la mejilla del mayor. La sonrisa de Liam parecía no caber en su rostro, no se esperaba aquello para nada, pero estaba feliz, por fin Harry estaba demostrándole cariño, así como antes.
Eso significaba, que estaban en el camino correcto.
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Casi cuatros horas más tarde, Liam y Harry estaban sentados en los sillones del consultorio del médico personal de Harry, el proceso de quitarle el yeso había acabado por fin y la pierna del rizado estaba libre, aún adolorida y un poco hinchada pero ya había curado.
Harry creyó inocentemente, que saldría caminando de ahí como si nada, creyó que le diría adiós a los doctores y que no les volvería a ver en un buen tiempo. Pero aparentemente, así no funcionaban las cosas, iba a necesitar muchas semanas de rehabilitación con el fisioterapeuta para poder volver a caminar con normalidad, aun iba a necesitar el apoyo de sus muletas y también iba tener que lidiar con la hipersensibilidad de su pierna. Pero aunque le faltaba mucho aún para terminar este proceso, estaba feliz porque todo es mejor que tener la pierna inmovilizada.
Después de varias recomendaciones del doctor, sobre el cuidado de su pierna, Liam y Harry estaban sentados en su automóvil, listos para volver a casa.
"Li, ¿podemos hablar un momento antes de ir a casa?" preguntó la voz tímida de Harry, haciendo que Liam apagara el motor del auto y le pusiera toda su atención inmediatamente, el rizado se veía un poco nervioso.
"Claro amor, ¿qué pasa Haz, está todo bien?"
"Sí, todo bien Li... Es sólo que, no sé si te acuerdas, pero hace unas semanas hice una cita con un ecografista, para este viernes por la tarde, emmm no sé si quieres acompañarme, entiendo si es que no, pero me gustaría que vinieras conmigo, me van a decir el sexo del bebé, y... emmm sería lindo que estés ahí conmigo", cuando Harry terminó de divagar, le miró todo sonrojado, con los ojos muy abiertos y mordiéndose el labio, esperando esperanzado que Liam le dijera que si.
Liam empezó a reír sacudiendo la cabeza, haciendo que Harry frunciera las cejas confundido.
"Mi amor, claro que iré contigo, creí que era obvio, no te voy a dejar solo jamás Haz, espero que lo entiendas" contestó sonriendo, el rizado le devolvió una brillante sonrisa.
Sin darse cuenta, en un mero impulso, ambos acercaron sus rostros y se dieron un pequeño beso en los labios, aún sonriendo, ninguno supo porqué, solamente se sintió como lo más natural que hacer en el momento.
La tarde del viernes llegó más rápido de lo pensado, ambos ya se encontraban en el consultorio del profesional que hace las ecografías, una mujer amable que parecía rondar los cincuenta años, les explicaba con mucha paciencia todo lo que veía en las imágenes que lograba captar con el pequeño aparatito pegado al vientre de Harry.
Y aunque Liam y Harry, realmente no veían nada ni entendían esas imágenes, ambos asentían a todo lo que la doctora les decía. El pequeño bebé estaba en perfecto estado, se veía saludable, los latidos de su corazón se oían fuertes y sanos, tenía el tamaño y peso normal concorde a las veinte semanas de embarazo. Escuchar aquello, hizo que Harry soltara una silenciosas lágrimas de alegría y alivio, su pequeñito estaba bien.
"Bueno, ahora el momento que estaban esperando" les dijo con una sonrisa pícara, generalmente los padres primerizos siempre se preocupaban más por este aspecto, el sexo del bebé. "¿Están listos?" preguntó mientras movía el pequeño aparato sobre el vientre del rizado, esperando captar algo.
"¡Sí!" Harry gritó emocionado, inmediatamente después se tapó la boca con las manos, al darse cuenta que había sido muy ruidoso, la doctora y Liam se rieron de lo dulce que se veía todo emocionado. "Lo siento" se disculpó sonrojándose.
"No te preocupes cariño, los papis siempre se ponen así con su primer bebé, ¿qué quisieras que sea?" preguntó la doctora que parecía acostumbrada a ver a personas comportarse como Harry.
"Una nena" respondió el rizado tímidamente.
"¿Y el papá que quiere?" preguntó dirigiéndose a Liam, que se había mantenido muy callado todo el tiempo.
"Emmm no sé..."
"Me da igual" pensó Liam, pero no lo diría en voz alta, claro que no, sonaba muy crudo. Pero honestamente, a él solo le importaba tener a Harry a su lado, el bebé sólo era un plus, si era una manera de mantener al rizado a su lado, entonces lo iba a querer sea lo que fuere.
La doctora le miró un poco desconcertada, esperando aún su respuesta.
"Seré feliz con lo que sea" respondió finalmente, ganándose una sonrisa de parte de ella como de su amado rizado.
Pasaron varios minutos, y aún nada. La doctora se mantenía en silencio buscando algo pero parecía no obtener resultados.
"Oh lo siento, amores, pero éste pequeñín no quiere que sepan de que sexo es" les dijo dejando el aparatito a un costado, con una sonrisa triste.
"¿Qué? ¿Por qué?" Harry preguntó preocupado.
"A veces sucede así cariño, el bebé no quiere cambiar de posición y está de espaldas, eso hace imposible que vea si es una niña o un niño. Lo siento de veras amor, pero les puedo agendar otra cita en un par de días, podemos volver a intentar, ¿Qué dicen?"
"Sí por favor" Harry se veía un poco decepcionado.
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"No te sientas mal amor" le pidió Liam, estaban en su sofá, la cabeza de Harry sobre su regazo mientras le acariciaba sus rizos, el sonido de una película de Netflix olvidada de fondo. "El lunes tendremos suerte, ya verás"
"Lo sé Li, no estoy mal, es sólo que a veces soy muy impaciente, lo sabes..."
"Si amor, pero son solo dos días... Emmm ¿qué te parece si mañana vamos de compras eh?, ¿eso te haría sentir mejor verdad?"
"Okey" Harry se veía más animado después de la promesa de un día de compras, distraería su mente y de paso iría a ver cosas bonitas para su bebé.
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Harry estaba más que cansado, había pasado casi toda la tarde de tienda en tienda comprando un montón de cosas al lado de Liam, quien por algún motivo no quería que vuelvan a casa.
Su pierna le dolía un poco, así que quería darse un largo baño caliente e irse a dormir, con la ayuda de Liam subió a su habitación y se metió a la tina en pocos minutos.
"Haz, después de tu baño, ¿puedes bajar al jardín por favor? Tengo una sorpresa para ti" le pidió Liam desde el otro lado de la puerta.
"Okey Li"
¿Una sorpresa? ¿Qué podría ser?
Después de veinte minutos en la bañera, Harry ya se sentía mucho mejor, tenía más energía y mucha hambre, solo esperaba que la sorpresa de Liam incluyera comida. Se puso una polera blanca que tenía el logo de los Rolling Stones y unos joggers negros. Se seco sus rizos y se los acomodó graciosamente hacia un costado, cada día estaban más largos, pero no quería cortárselos por nada, se sentía lindo con como se veían.
Bajó las escaleras para dirigirse a su jardín, preguntándose si tal vez debió ponerse zapatos o algo, ya que solo estaba con calcetines, pero no sabía que tenía planeado Liam afuera, sinceramente trataría de convencerle de que le haga mimos en el sofá porque era más cálido, y no se le apetecía para nada estar en el patio frío.
La enorme puerta de cristal que separaba la casa del jardín estaba cerrada y afuera se veía todo oscuro, se asustó bastante cuando al deslizarla se iluminó todo el patio que estaba lleno de personas conocidas.
"¡Sorpresa!"
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