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—¿¡Qué!? ¿¡Por qué!? —pregunté por primera vez alterado en mi vida.
—Te dije que te explicaría todo en la mañana, viejo. Ve a dormir ahora.
—No. Quiero que me expliques eso: ¿qué le pasó a Freddy's? —Di un paso al frente como muestra de autoridad.
Él me miró indignado, como si hubiese querido defender su diminuto ego. Al final cedió.
—Después de que te explique vas a ir a dormir, ¿quedó claro?
—De acuerdo.
—Si quieres siéntate ahí —. Sus ojos apuraron al montón de cosas—. Esto podría tomarnos hasta la mañana.
—¿En serio? ¿Tan grave es?
—No —se rió—, pero es una explicación larga.
Su actitud frívola me hacía pensar que, tal vez, el no estar en Freddy's no era tan malo después de todo. Él estaba tan tranquilo como si supiera en dónde estábamos y qué nos pasaría. Me senté sobre las cosas mientras observaba cómo él miraba al otro lado del cuarto.
—En primer lugar, yo no tengo nombre, todos me llaman «Cupcake», así que puedes decirme Cupcake, aunque también acepto «Jefe». Como sea, yo fui creado como un juguete inteligente en diciembre, así que iba a ser un tonto regalo de navidad; lo sé, ¿quién querría un cupcake tan feo como yo para navidad? Es como un libro para un niño, ¿no crees? Bueno, eventualmente terminé en una repisa de cristal lleno de polvo, sólo viendo como los peluches al lado de mí y las muñecas salían de aquí con personas felices de tenerlos. En aquella tienda todas las cosas se vendían como en un Black Friday, y entonces comencé a pensar que estaría ahí el resto de mi asquerosa vida.
»Cuando quedé solo yo, junto con algunos otros juguetes rotos y perdidos entre los estantes de metal, alguien me puso dentro de una caja: tenía un plato, galletas, listones y cascabeles. Ese fue el día en que me di cuenta que no toda mi vida valdría para pura verga.
»Escuché a algunos trabajadores de la agencia de envíos que llevarían mi caja a «Freddy Fazbear's Pizza», así que no tenía ni puta idea de qué esperar; ¿niños? Tal vez sí, o tal vez no. Me decoraron como bota navideña, por cierto. Cuando mi caja se volvió a abrir, los conocí a todos ustedes: Freddy, Bonnie, Chica y Foxy. Claro que, cuando me sacaron por primera vez de esa caja, yo no sabía sus nombres, sólo me parecieron buenos tipos por ser robots como yo. Después de eso tomaron su foto de navidad.
»Pensé que iba a volver a ser abandonado en una caja de liquidación en el fondo de una tienda de juguetes, ya que después de que la foto fue tomada, Chica me arrojó a una caja con maquillaje y más cosas de viejas; ¿ves cómo todos me tiran siempre? Ese mismo día grité, y ella me conoció entonces. No fue fácil: ella pensó que se había vuelto loca o que yo era una ilusión. Después de que le expliqué todo acerca de mi vida, nos volvimos amigos; y ¿como no?, ella es más macha que yo. —Rió mientras sacaba más nubes de humo—. Bueno, ella me dijo que no quería que todos ustedes me conocieran porque quería tener un amigo a quien confiarle varios de sus más profundos secretos; al parecer sólo compartía noches de sexo con Foxy, mas no palabras o anécdotas ridículas. Estuve de acuerdo con ella, así que pasé los últimos días de Freddy's en el cuarto de Chica escondido. Fui testigo de la vez que ese pendejo…, ¿cuál era su nombre? ¿Springtrap? Bueno, cuando él destruyó el restaurante, cuando todos estuvieron preocupados por ti cuando estuviste enfermo…
—¿Estuve enfermo? —pregunté sorprendido.
—Sí, los detalles llegarán después.
De cualquier forma no estaba entendiendo nada de lo que decía, pero era interesante escuchar una historia tan disparatada acerca de animatrónicos como yo.
—Bueno, para no hacer esto tan largo, te contaré de una vez el momento en que todo terminó.
Creí que para eso me había sentado aquí.
—En la navidad del año pasado, Chica, Foxy y Frog estaban demasiado dolidos por la salida de Bonnie, tanto que no fueron capaces de dar una sonrisa genuina ante todos esos mocosos del restaurante; la gente estaba constantemente observando la estructura del lugar, como si en cualquier momento fuese a colapsar sobre ellos. Tú estabas siguiendo por primera vez tu programación, por cierto. —Rió.
—Por supuesto: mi programación dice que yo debo actuar en un stage para los niños de Freddy's.
Si dijo eso, entonces… ¿yo solía desobedecer a mi propia programación? ¿Cómo era eso posible?
—Supe que te quedaste con eso en mente, viejo, de otra forma te hubieran encerrado en tu cuarto en ese día.
—Oye, pero ¿cómo se acabó?
—Espera, viejo, toda buena historia debe tener sabor. ¿Crees que un cigarro se fuma de un chingadaso? ¡No! Debes disfrutarlo. —Entonces sopló otra nube de humo hacia mí.
—De acuerdo.
Esto comenzaba a ser engorroso.
—De acuerdo… Las cosas parecieron ir muy bien para el restaurante, por alguna razón todas esas personas no estaban decepcionadas de la ausencia de Bonnie. No tengo idea de por qué. Como sea, todo valió mierda desde el momento en que esos hombres llegaron a la pizzería.
—¿Qué hombres?
—Tú ahora no lo entenderás, pero te aseguro que dentro de poco podrás recordar hasta el último rostro que viste ahí.
»De acuerdo con lo que me dijo Chica, unos hombres de traje negro habían llegado a inspeccionar el restaurante en la noche. Lo cerraron con cintas policiacas y conos de tránsito alrededor. Ellos venían de parte de la familia «Schmidt», la cual es prestigiada por la riqueza de un miembro de ahí. Ella me dijo que iban a clausurar y, además, a demoler el lugar por la desaparición de alguien que llegó para trabajar como guardia de seguridad nocturno: Mike Schmidt. Desde que su familia se enteró que fue visto por última vez en ese lugar, las personas que trabajaban para su hermano comenzaron su investigación, y de alguna forma habían concluido que ustedes habían sido los responsables. Despojaron al restaurante de la mayoría de sus pertenencias; esas cosas en las que estás ahora sentado. ¡Ah! Pero, antes de que se llevaran todo, deja te cuento cómo es que estoy aquí vivo.
—Esto es demasiado para procesar.
—Tú escucha. Chica me dijo que ella sabía a dónde iría Bonnie, mas no encontró una manera de que tú fueras a parar con él, así que lo único que pensó es en la manera de que tú recuperaras tu memoria.
—¿Recuperar mi memoria? ¿De qué hablas? ¿Qué quiere decir eso?
—Cállate y escucha. Foxy, de acuerdo con ella, descargó un programa en esa vieja computadora para recuperar códigos borrados de un animatrónico; al parecer los robots 0980 almacenan sus datos por al menos una semana después de haber sufrido un Código de Limpieza. La colocaron en una tarjeta de memoria y pensaron en ponerla en tu sistema, pero fue demasiado tarde, porque la maquinaria y los hombres habían llegado para terminar con el restaurante.
»—Voy a pedirte el favor más grande del mundo —me dijo Chica cuando estaba en su cuarto—, y si lo haces no creo que te vaya a volver a ver.
»Estaba temblando de miedo, era inverosímil su habilidad para seguir hablando fluidamente.
»—¿Qué pasa?
»—En esta tarjeta está instalado un código que hará que Freddy recupere su memoria, y no funcionará hasta que la insertemos en él.
»Me hablaba mientras las máquinas afuera del lugar se preparaban para la destrucción.
»—Chica, ¿en qué estás pensando?
»—Tú puedes almacenar pequeñas cosas en tu cuerpo, así que quiero que guardes esta tarjeta y te vayas con Freddy.
»Cuando dijo eso, había entendido el por qué había un camión de carga esperando del otro lado de Freddy's.
»—No estarás diciendo que…
»—Sí, en ese camión sólo cabe uno de nosotros: no podemos escapar todos. No estoy segura de que ese camión sea el mismo que llevará a Freddy con Bonnie, pero vale la pena averiguarlo.
»—¡Chica, no! ¡Ni de broma salgo de aquí sin ti! Si nos van a aplastar a todos vivos, entonces que así sea, pero yo no me iré de aquí sin ti.
»—Eres muy lindo al decir eso. —Por fin había comenzado a llorar—, pero sólo así vivirás.
»—¿Entonces por qué no nos vamos los dos? ¿¡Por qué no podemos salvarnos nosotros!? ¿¡Por qué…!?
»Puso su mano en mi cara, la cual era tan cálida como la primera vez que me sostuvo. Esa fue la primera vez que sentí amor por alguien, y no hablo del amor de los pubertos que los hace tener sexo hasta la madrugada, sino amor de amigos. Estaba sonriendo mientras lloraba, y al final me llevó a tu habitación. Me puso dentro de un espacio pequeño en tu espalda y nos sacó por una ventana de su cuarto. Al final lo único que vi fue su forzada sonrisa y su ceño fruncido, por lo menos antes de que me encerrara en tu compartimiento.
Comenzó a llorar cuando llegó a esa parte. Parecía que hasta el chico más iracundo tenía corazón.
—Como sea… —secó sus lágrimas—, nos llevaron a una bóveda que vendía animatrónicos y otros artefactos de robótica. Duramos ahí casi un año, o creo que fueron… no sé, ¿10 meses, quizás? Las personas que trabajaban ahí se encargaron de alimentarte y de darte los cuidados de un robot 0980.
—Oye… hoy soñé que estaba en una fábrica siendo creado. Si eso pasó hace meses, ¿cuánto tarda entonces el proceso de recuperar mi memoria?
—Esa es la peor parte —dijo con una carcajada—, porque esos idiotas no me dijeron que para ingresar nuevas piezas en un robot 0980, ¡tenía que saber su contraseña! Tardé casi todo ese tiempo para adivinar tu contraseña.
¿Era esto en serio? Parecía una mala broma para que no supiera la verdad, pero aun así quería saber todo, ya que, de acuerdo con él, sabría la respuesta de este enigma.
—Hace una semana nos compraron de esa bóveda, y ahora estamos aquí encerrados.
Por lo menos había entendido las partes en las que mencionó a mis compañeros de trabajo, o a los que habían sido una vez. El resto de la historia fue como haberlo escucharlo hablar en otro idioma.
—Eso es todo, ahora ve a dormir. —Brincó del otro lado del cuarto.
Creía que le debía bastante a ese pequeño gruñón después de escuchar esa historia, aunque no tenía nada en mente para avalar su veracidad. Esperaba que hubiera sido auténtico el hecho de que pronto sabría más cosas sobre mí. Me recosté del lado para dormir sobre las cosas de Freddy's.
Hubo algo que se adhirió a mi mente que no me dejó escuchar parte de su explicación, y no sabía si era lo que estaba pensando: Bonnie.
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