Nosotros ante todo

De sofiagarrido01

14.5K 2.2K 710

Zoey Parker es una adolescente viviendo en 1992 pero todo cambia cuando Atlas Reed aparece. Descubrirá que el... Mais

Nota de la autora
Cap.1 "Soy Atlas".
Cap.2 "No rompo mis promesas".
Cap.3 "Déjame besarte".
Cap.4 "Desaparecer".
Cap.5 "Mi playa favorita".
Cap.6 "Cuanto te quiero".
Cap.7 "Estar donde tu estás".
Cap.8 "Tú si puedes evitarlo".
Cap.9 "Cosas del futuro".
Cap.10 "No existe final".
Cap.11 "Déjalo ser".
Cap.12 "En tanto estemos juntos".
Cap.13 "Bailemos así por siempre".
Cap 14. "Vuelve atrás".
Cap.15 "Teo, el cachorro".
Cap.17 "Disfruta el presente o extrañarás el pasado".
Cap.18 "Es hora de pagarme".
Cap.19 "Yo te lo perdonaré".
Cap.20 "Atrapado en la realidad".
Cap.21 "Siempre te amaré".
Cap.22 "Serás mi recuerdo favorito".
Cap.23 "¿Qué? ¿Nadie me va a abrazar?".
Cap.24 "¿Quieres que desaparezca?".
Cap.25 "¿Besándose con un chico?".
Cap.26 "Serás mia".
Cap.27 "Esto no va a terminar bien".
Cap.28 "Ni en el infierno te querrían".
Cap.29 "Prometo bailar con ella".
Cap.30 "¿Y quién es el novio?".
Cap.31 "El tiempo que tuvimos".
Cap.32 "¿Es muy tarde para elegir verdad?".
Cap.33 "Entonces acabemos de una vez".
Cap.34 "Tu siempre estarás aquí".
Cap.35 "En otra vida".
Cap.36 "Puedes quedarte aquí".
Cap.37 "Eres toda mía".
Cap.38 "No lo dejes ir".
Cap.39 "Con todo mi corazón".
Cap.40 "Creo en nosotros".

Cap.16 "Tendré que imaginarte".

151 31 2
De sofiagarrido01

Manhattan, New York. Marzo, 2011.

Desbloqueé mi iPhone para escribirle a mi hermana que más le valía estar lista porque no la esperaría mucho. Me coloqué la mochila a los hombros y cerré los ojos, visualizando el cuarto de universidad de Brooke frente a mi.

Mi garganta se sintió totalmente seca, mis oídos se taparon y mi cuerpo se sintió débil cuando caí de rodillas al suelo. Hacía tiempo que viajar de un lugar a otro no me causaba tanto dolor. Lo primero que hice fue intentar recuperar aire, sin importarme si alguien me había visto aparecer de la nada. Cuando me aseguré de que estaba solo en el cuarto, saqué la botella de agua para beberla de un solo trago.

El cuarto de Brooke era pequeño. Tenía dos literas, dos posters y un fichero que tenía dos fotos de mi familia y de otras personas desconocidas, quienes supuse que serían las compañeras de mi hermana.

Me senté en la que supe que sería la cama de Brooke, porque había dejado su pijama sobre la almohada y fue una manía que jamás se le fue desde pequeña. Observé mi reloj para calcular exactamente cinco minutos. Porque así somos los hermanos. Cinco minutos son solo cinco.

Cuando éramos pequeños, Brooke contaba la cantidad de raviolis que mamá ponía en cada plato para asegurarse que tuviésemos la misma cantidad y yo media los chocolates para darle el más pequeño cuando nos tocaba compartirlos.

Mi teléfono sonó y lo revisé al instante. Algo dentro de mi quiso que fuese un mensaje de texto de Zoey pero sabía que eso no sucedería, a menos que le llevara un teléfono celular a 1993. Negué con la cabeza mientras leía el mensaje de mi hermana.

"Me retrasé. Llegando".

Solté una suspiro sonoro y me dejé caer en la cama. Se sentía extraño viajar y que no sea para ver a Zoey. Mi mente la imaginó frente a mi y una pequeña sonrisa apareció en mi rostro, recordando cómo Teo lamía su nariz alegre.

Oí algunas risas detrás de la puerta y me senté rápidamente. Esta se abrió y dos chicas entraron riéndose cuando me levanté, casi trastabillando. La que entró primero, una rubia de ojos verdes, se me quedó mirando confundida mientras que la que venía detrás, una de piel y cabello más oscuro, sonrió de una forma espeluznante.

—¿Y tú quien eres? —preguntó la chica que me daba miedo.

Abrí la boca para responder algo. Mi cabeza pensó en desaparecer pero no era una opción, porque ellas me estaban viendo justo ahora. Se cruzó de brazos mientras que la rubia la miraba con miedo, como si yo fuese una especie de ladrón o algo así.

—Soy el hermano de Brooke —dije evitando la mayoría de las miradas de las chicas que pasaban por la puerta.

—¿Ah si? Pruébalo —espetó la rubia dando un paso hacia mi. Parecía desconfiada, como si no me creyera y yo tuviese otra razón para estar aquí.

Revoleé los ojos y estos se detuvieron en nuestra foto. Brooke y yo hace muchos años. La saqué del tablero de la cual estaba colgada y la puse al lado de mi cara. Ambas se acercaron a ver la foto y luego mi rostro. Lo repitieron varias veces, debido a que era un niño y no me parecía mucho a simple vista.

—¡Lo siento, lo siento! —repitió mi hermana entrando en la habitación.

Empujó a las dos chicas que se quejaron para llegar a mi y me dio un fuerte abrazo, luego de tirar sus libros sobre su cama.

—¿Por qué no nos dijiste que tu hermano estaba tan bueno? —preguntó la morocha sin descaro.

Le di una mirada de desaprobación porque no me gustaba la gente desesperada de atención y esta chica gritaba que la necesitaba.

—Bueno, tu nunca preguntaste —respondió encogiéndose de hombros—. Además es mío y tiene novia. Ahora adiós —se burló ella cruzándose de brazos.

Pasé mi peso de un lado al otro, tomando las correas de mi mochila solo por hacer algo. Porque en realidad quería desaparecer ya.

—Uy si —respondió la rubia riéndose y sacándole la lengua para caminar fuera del cuarto, siendo empujada por Brooke.

—¡Te espero cuando quieras, guapo! —dijo la otra cuando mi hermana dio un portazo y corrió hacia mi.

—Listo, dame tus manos —pidió sonriente cerrando los ojos pero yo no me moví.

—Brooke —le reclamé algo molesto.

—¿Qué? —preguntó abriendo los ojos con sorpresa.

—Te pedí que no hubiese nadie. Si hubieses estado aquí cuando llegué, esto no habría pasado. —Ella revoleó los ojos.

—Lo siento, ¿si? El profesor quiso preguntarme algo. Pero ya deberías ir acostumbrándote a los halagos, ¿eh?

—No, gracias. No me gustan —respondí extendiendo mis manos de mala gana.

—No cuando no son de Zoey —me corrigió sonriente.

Mi rostro se ablandó un poco, sabiendo que había dado en el clavo. Tenía razón y no iba a poder contradecirlo de ninguna forma.

—Ya dame tus manos. —Suavicé mi tono de voz porque tampoco quería que esta tontería arruinara el resto del día.

Aparecimos en su cuarto de la casa de Rose. Las paredes de color hicieron que se sintiera un día más soleado de lo que era pero se sintió pequeño y asfixiante cuando caí al suelo, por segunda vez.

Oía la voz de mi hermana, hablándome mientras sacaba agua de mi mochila y me la extendía. La bebí rápidamente y sentí un gusto metálico en la boca. Ella busco algo en mi mochila cuando me la quitó y pude ver sangre en la boquilla de la botella. Mis oídos se destaparon y la escuché por fin.

—Habla si me escuchas —pidió mientras limpiaba mi nariz.

—Estoy bien —mascullé, intentando encontrar mi voz.

—¿Qué te sucedió? —preguntó totalmente sorprendida—. No recuerdo la última vez que te agotó tanto un viaje.

—No lo sé —admití con la verdad—. Volver a casa la última vez que estuve aquí fue igual.

—¿Pero te sientes bien? —Me tomé de la cama y me senté sobre el colchón.

—Si, solo necesito unos minutos —susurré carraspeando mi garganta.

—Atlas —me dijo en tono de reproche y sabía lo que venía ahora—, ¿estás seguro que tienes esto bajo control? —preguntó poniéndose el cabello detrás de la oreja.

—Tranquila, puedo con esto —balbuceé, sintiendo mi cabeza pesada.

—Atlas, no quiero que volvamos a salir rebotados. Fue... horrible y en serio yo...

—Estaremos bien —la interrumpí tomando su mano—. Tranquila, puedo controlar esto. Lo he hecho durante muchos años.

—Pero jamás has viajado tantas veces en tan poco tiempo —me reprendió—. ¿No sería mejor que... vinieras... menos seguido?

—No —respondí levantándome de la cama y caminando de un lado al otro.

—Atlas, es preferible poder venir de vez en cuando, a que no poder venir nunca por querer estar siempre aquí —explicó mientras me veía casi enloquecer.

—No voy a dejar de venir —sentencié pasándome la mano por el cabello.

—No te digo que lo hagas. Solo intenta que...

—¡No! —casi grité, asustándola un poco—. No quiero intentar, Brooke. Quiero estar aquí. No quiero que la idea de no volver me atormente. Cada vez que cierro los ojos, imaginando mi cuarto aquí, pienso que sucedería si no puedo volver.

—¿Y cuando estás aquí? —preguntó en un susurro.

—Cuando estoy aquí no me interesa no volver a New York. ¿Sabes las veces que creí que podría quedarme atrapado en 1993 si pasaba mucho tiempo aquí? Y no me molestó, en lo absoluto.

—¡Atlas, tu presente no es este! —me reprendió–. ¡No deberías venir tan seguido!

—¡Y tú que! ¡Tú me pides venir cada vez que quieras y yo accedo! ¡¿Eso no vale nada?! —grité sintiendo las lágrimas acumularse en mis ojos.

Brooke bajó la cabeza y supe que se estaba mordiendo la lengua para no llorar. Como hacía de pequeña, cuando mamá le decía que no llorara por tonterías.

—Solo dime —sollocé cuando las lágrimas salieron—. ¿Por qué es que vuelves? 

Sabía que esto haría que explote y eso hizo, cuando rompió a llorar.

—Porque extraño a Rose cada día y la quiero allá, en New York conmigo cuando yo quiera —balbuceó inundada en lágrimas.

—Y si sabes exactamente lo que siento, ¿por qué me recriminas lo que hago? —pregunté llorando igual que ella.

—Lo siento —gimió levantándose y tirándose sobre mi para abrazarme—. De verdad lo siento.

La apreté contra mi, dejando que mis lágrimas resbalaran y cayeran en su cabello. Temblaba debajo de mis brazos y me sentí mal por haberlo causado.

—Perdón —dije en un hilo de voz que ni yo pude escuchar.

La dejé llorar un rato mientras regulaba mi respiración para dejar de llorar. Zoey esperaba que pasara por la puerta de su casa en una hora y no quería que supiera que esto había sucedido.

La puerta de la entrada sonó y en el silencio de su cuarto, oímos a Rose tararear una canción. Reconocí la canción al instante, era Living On A Prayer de Bon Jovi. Brooke amaba esa canción, siempre me había dicho que era nuestra canción de hermanos. Entonces comencé a cantar sobre el tarareo de nuestra abuela.

Ella dice: tenemos que aferrarnos a lo que tenemos.
No importa si lo logramos o no.
Nos tenemos el uno al otro y eso es mucho.
Por amor, vamos a darle una oportunidad.

Brooke, con la voz tapada por el llanto y por tener la cara enterrada en mi pecho, se sumó a cantar conmigo.

Oh, estamos a mitad de camino.
Oh, viviendo en una oración.
Toma mi mano, lo lograremos, lo juro.

Comenzó a reírse cuando intenté hacer un agudo al que claramente no llegaba. Me reí con ella y se separó, limpiándose las lágrimas.

—Te quiero. ¿Lo sabes, no? —preguntó pegándome con el puño en el abdomen sin ninguna fuerza.

—Lo sé. ¿Tu lo sabes? —Limpié sus lágrimas con mis pulgares para verla asentir con una sonrisa, aún con el rostro afligido.

—¿Atlas? ¿Estás aquí? —preguntó Rose desde la escalera. Seguramente nos había oído cantar.

—Si, ya bajamos —respondí en plural, imaginando la sonrisa de su rostro.

—¡Brooke! ¡Mi niña! —gritó ella feliz y vi el rostro de mi hermana iluminarse—. ¡Ven a darle a la abuela un abrazo! —canturreó divertida y ella se rio, articulando un "Gracias". Corrió escaleras abajo mientras yo me dejaba caer sentado en la cama una vez más.

Yo sabía que Brooke tenía razón, que nunca debí crear una vida aquí si este jamás sería mi presente. Pero al ver su rostro cuando oyó a la abuela, eso se esfumó. Brooke era una persona totalmente distinta cuando se trataba de Rose.

Ella siempre arriesgaría todo por volver aquí, por volverla una vez más, por sentir su perfume o darle un abrazo. Y yo sabía exactamente lo que se sentía eso, Zoey lo había logrado en mi y siempre sería una razón para volver.

**

Toqué el timbre una vez que estuve frente a la puerta. Becky abrió y Teo saltó de sus brazos directo a mi. Comenzó a ladrar como un desquiciado hasta que Zoey apareció detrás de su hermana.

—¡Teo! —lo reprendió poniéndose las manos en las caderas y acercándose a tomarlo en sus brazos—. Lo siento, hace varios días que no te ve —dijo tirándolo hacia adentro y Becky corrió detrás de él.

—No te preocupes. —Me acerqué y tomé su rostro para darle un beso en los labios.

—¿Todo está bien? —preguntó escudriñando mi rostro.

Era evidente que ella iba a darse cuenta de que algo había sucedido pero también sabía que me entendería cuando le dijera que no quería hablar del tema.

—Si, solo... Un momento nostálgico —dije tomando su mano y tirando de ella hacia mi.

Se volteó para cerrar la puerta detrás de ella y caminamos hacia Capricho, donde habían arreglado todos estar a las tres.

—¿Viniste con Brooke? —preguntó sonriendo y asentí con la cabeza.

Zoey sabía de mi acuerdo con mi hermana de traerla un fin de semana por mes y marzo había comenzado, así que no me quedó opción que cumplir.

—Si, se encontró con Scarlett y Wells en el camino y fueron para allá.

—Me alegra que hayas podido traerla —dijo sonriendo y le devolví a sonrisa.

Su gesto se volvió inseguro y borroso. Desvió su mirada de mí, clavándola en la calle delante nuestro y se movió el cabello algo nerviosa.

—¿Qué sucede? —pregunté notándola incómoda.

—Es que... Tengo que hablar algo contigo —dijo seria y algo se removió dentro de mi.

Siempre había creído que en algún momento Zoey se daría cuenta que desperdiciaba su vida conmigo. Qué la hacía vivir una ilusión y no una vida real. Qué yo no era lo que ella necesitaba, ella se merecía alguien que pudiese estar presente todo el tiempo y no ir y venir como yo.

—Tranquilo, no es sobre ti —respondió sonriendo otra vez y acariciando un poco mi mejilla con la otra mano. Estaba seguro de que había palidecido un poco.

—Está bien. ¿Entonces qué es? —insistí sin dejar de verla.

—Bueno... —comenzó pero una bocina la interrumpió y supe que era para nosotros cuando miró detrás de mi.

Volteé para ver a Jaxon al copiloto de su auto, con lentes de sol, una sonrisa y una simple camiseta como si ya fuese verano. Destiny a su lado, nos saludaba emocionada y movió su mano para que subiéramos con ellos.

Zoey apretó un poco mi mano para llamar mi atención.

—Lo hablamos luego, ¿si? —preguntó con una sonrisa para tirar de mi y cruzar la calle.

Me dejé arrastrar hasta que estuvimos en el asiento trasero del auto. Destiny y Zoey se pasaron los cinco minutos de viaje charlando animadamente. Jaxon cada tanto hacia comentarios al igual que yo, pero ellas mantenían la conversación.

—Tengo que cargar gasolina, no quiero que nos quedemos a mitad de camino yendo al campamento —dijo Jaxon estacionando el auto. Destiny asintió con la cabeza y creí que ambos iban a acampar otra vez.

—Mierda, lo olvidé —susurró Zoey, logrando captar mi atención.

—¿Le pediste permiso a tus padres para el campamento? —preguntó Destiny a ella, asomando la cabeza por entre los asientos.

Fruncí el ceño, sin saber a qué se refería. Miré a Zoey, quien me miró con una sonrisa de disculpa y encogiéndose de hombros.

—Creo que olvidé decirte sobre el campamento —dijo mordiéndose el labio con culpa.

—¿Qué campamento? —pregunté cuando ya nos bajamos de auto y tomé su mano otra vez.

—Wells sugirió que podíamos irnos de campamento mañana y olvidé decírtelo el otro día que estuvimos juntos. —Sus ojos se veían tristes por no recordarlo. —Lo siento.

—Descuida, no estoy molesto —respondí sonriéndole y caminando detrás de nuestros amigos que se reían de quién sabe qué—. Pero tengo que avisarle a Rose.

Entramos en Capricho y al instante pude ver a Brooke, Wells y Scarlett sentados en una mesa redonda. Capricho era una heladería cafetería ambientada en los años sesenta, con los sillones tapizados de celeste y blanco, piso a cuadros blanco y negro y las camareras con sus delantales rosa pastel, entregaban los batidos en esos vasos de vidrio que me encantaban.

Brooke apenas nos vio se levantó y corrió a nosotros. Abrazó rápidamente a Zoey sonriendo y luego se dirigió a mi.

—¿Qué te parece un campamento? —preguntó con un codazo amistoso. Hice una mueca y cuando vi a Wells y Scarlett detrás de ella, sonriendo divertidos, entendí que ya le habían dicho.

—Hay que decirle a Rose —le dije sonriéndole y caminando hacia la mesa.

Una vez sentados, Wells nos contó sobre el lugar en la carretera donde siempre acampaba con su padre. Nos dijo que lleváramos todo lo necesario para sobrevivir una noche.

—En el peor de los casos, ustedes duermen en la carpa y yo en mi auto —bromeó Jaxon bebiendo de su batido.

—Claro, Scarlett ya los vio con Destiny en la parte de atrás una vez, dos veces no hará la diferencia —comenté intentando no reírme.

Brooke a mi lado me dio un codazo, ella de verdad quería agradarles pero no sabía que yo ya era parte del grupo. Zoey, a mí otro lado, se rio de la cara de odio que Destiny me lanzó. Wells abrió la boca sin entender nada, debido a que él no iba más a la escuela y no estuvo ese día en la cafetería.

—Espera, ¿tuviste la oportunidad de ver porno en vivo y no me invitaste? —preguntó Wells golpeando el hombro de Scarlett que lo miró quejándose.

—Yo no quería verlo, ni siquiera vi nada —reprochó ella, sobándose el lugar afectado.

—¡Por qué ni siquiera sucedió! —interrumpió Destiny, gesticulando las manos mientras mi hermana y mi novia no paraban de reírse.

—No sé, creo que esos eran Atlas y Zoey. Pero no admiten que ya lo hicieron en el auto —continuó Wells, señalándome y guiñando un ojo, intentando molestarme.

—Eso es mentira —negué y volví a tomar de mi batido—. Yo no tengo auto —dije bromeando con la cabeza baja.

Zoey me miró con los ojos abiertos y las mejillas sonrojadas. Destiny aprovechó para poder reírse esta vez ella de su amiga y Jaxon nos miraba dudosos, como si sospechara que en realidad algo si había pasado.

Pues la verdad, eso había pasado. Pero no podíamos decirles que fue en Tanzania porque era una locura. Horas de viaje y gastos de dinero que no habíamos hecho en lo absoluto.

—¡Ah, hombre! Necesito una novia —se quejó Wells extendiendo su puño para chocarlo con el mío.

Scarlett y mi hermana, que eran las dos solteras, se miraron con pánico. Scar se arrastró en el sillón, alejándose de Wells y tirandose sobre Jaxon.

—Si, mejor te quedas solo —dijo ella con asco y Destiny le daba un zape para que no invadiera el espacio personal de su novio.

—No necesitas una novia para divertirte, Wells —le hizo saber Brooke, lamiendo su helado.

La miré fijo, sabiendo que no se daba cuenta lo que estaba haciendo. ¿O si? Destiny y Zoey compartieron una mirada confundida y mi novia me miró. Wells se tensó en su lugar y todos lo miramos por una respuesta.

—¿Eso es una propuesta? —preguntó divertido cuando volvió a reaccionar.

Brooke abrió los ojos al darse cuenta de lo que estaba haciendo.

—Ya para —le reclamé alejando la mano de su helado de su boca. Ella se rio y se encogió de hombros.

—No estaba insinuando nada —se defendió, revoleando los ojos mientras se reía.

—Yo sí —respondió Wells.

Ahora él recibió mi mirada de odio y borró su sonrisa cuando lo notó.

—Oh, oh —musitó Scar, lamiendo su helado y mirándome.

—Celos de hermano —canturreó Jaxon.

—Que es una broma amigo —me dijo Wells.

Sabía que lo era pero nunca estaba de más dejar en claro que nadie se metía con mi hermana. Aunque no me preocupaba seguido por eso, ya que en realidad a ningún chico le conviene meterse con el carácter de Brooke.

—¿Y quién lleva el alcohol? —preguntó Scarlett apoyando los codos sobre la mesa y el rostro de mi hermana se iluminó en una sonrisa diabólica.

Mierda, esto no va a terminar bien.

Dos horas más tarde, Zoey y yo caminábamos hacia su casa. Brooke acompañó a Wells y Jaxon a comprar las bebidas para mañana mientras que Destiny fue a la casa de Scarlett a ayudara con sus "cosas esenciales" para acampar.

—No me olvido que querías hablarme de algo —dije cuando nos detuvimos frente a la entrada de su casa.

Se rascó el brazo nerviosa y miró la puerta, como si esperara que alguien saliera para salvarla de hablar.

—Yo... Tengo un regalo para ti —dijo de la nada.

Mis ojos se abrieron demostrando que estaba algo sorprendido. La vi entrar en su casa, dejándome allí parado, pensando a que se debía. Salió con algo envuelto en papel madera y me lo entregó.

—Es para ti —susurró con una sonrisa, con ambas manos extendidas hacia mi.

Lo tomé en mis manos y a pesar de que no sabía que era, si pesaba un poco.

—¿Por qué? —pregunté desconcertado.

—Porque me has dado miles de obsequios y yo jamás he hecho nada por ti.

—Eso no es cierto —la corregí negando con la cabeza—. Haces mucho por mí y...

—Tú ya me habías dado una canción y ahora quise darte una yo —explicó sonriendo.

Le devolví la sonrisa y rompí con cuidado el envoltorio. Ella lo tomó antes de que cayera al suelo mientras yo contemplaba su regalo.

—Colgué el cuadro que tú me hiciste en mi cuarto y habías dicho que tu cuarto no tiene nada de tu personalidad. Creí que tal vez podrías colgarlo allí —agregó sonriendo.

A mi en realidad me gustaría llevármelo a mi cuarto real. En New York, 2011. Pero mis padres harían preguntas que no podía responder. Así que, por lo pronto y sin opción, lo colgaría en mi cuarto de la casa de Rose.

—Me encanta Zoey —dije observándolo en mis manos.

El cuadro tenía un lienzo en blanco y la letra de la canción I Have Nothing de Whitney Houston, estaba escrita en negro. Firmado por Zoey Parker.

Lo dejé con cuidado sobre la madera del porche y la abracé con fuerza, queriendo pedirle que viajáramos a cualquier lado y pasemos la noche ahí. Pero ella no podía desaparecer de su casa así como así, y yo tenía a Rose esperando por mí para cenar.

—Te amo —susurré besando su cabeza.

—Te amo Atas —respondió—, más de lo que puedo demostrarte.

Sentía un nudo en el estómago y no sabía porqué pero quería que desapareciera en este instante.

—Te veré mañana —dije besando su labios y tomando el cuadro para caminar hacia la casa. Bajé los escalones para verla sonreírme y mover la mano.

Veinte minutos más tarde, había llegado a casa de Rose. Ella estaba sentada en el sofá mirando una vieja película de acción. Pude reconocer que se trataba de Tango y Cash.

—¿Y Brooke? —preguntó confundida al verme llegar solo.

—Está con los chicos, llegará en un rato —dije antes de subir las escaleras.

En mi cuarto, colgué el cuadro sobre un clavo que usaba para colgar mis llaves. Tomé mi iPhone del bolsillo de mi mochila, mi audífonos y me recosté sobre mi cama. Busqué I Have Nothing en YouTube y cerré los ojos para escuchar la letra.

Tu ves a través de mi corazón
Rompiste mis muros con la fuerza de tu amor
Nunca conocí el amor como lo he conocido contigo
¿Sobrevivirá nuestra memoria?
Una a la que pueda aferrarme

Realmente no necesito mirar mucho más allá
No quiero tener que ir a donde tu no me sigas
No voy a retener esta pasión dentro
No pudo escapar de mi misma, no hay donde esconderse

No me hagas cerrar una puerta más
No quiero lastimarme más
Quédate en mis brazos si te atreves
O tendré que imaginarte en ellos

No te alejes de mí
No tengo nada, nada,
Si no te tengo a ti

Me pasé la mano por la cara, totalmente frustrado. Mi conversación con Brooke no salía de mi cabeza pero peor era la imagen de Zoey. Pensaba en ella y cada momento vivido se aparecía en mi mente como un pequeño flash.

La primera vez que salimos y nos vimos en el cine. La vez que la llevé a conocer a Rose. Llevarla por primera vez a otro lugar, en Grecia en la playa de Kárpatos. Nuestra noche en París, nuestro almuerzo en Perú y sobre todo, esa noche en Tanzania que sería inolvidable para mi.

Me quité los audífonos, sabiendo que esta música solo me deprimiría aún más en este momento pero el silencio sería peor. Solo podría escuchar mis propios pensamientos, los cuales no se callaban nunca.

El sentimiento de creer que si me iba tal vez podía no volver, crecía en mi. Había tenido que mentirle a Brooke, diciendo que el sangrado, el cansancio y el dolor de hoy eran normales. Cuando la última vez que los sentí, salimos rebotados a nuestro tiempo real.

**

Nota de la autora: Hola holaaaa! Perdón que la actualización esté llegando tardiiiisimo pero como muchos saben estoy en el proceso de escribir Controversia III y bueno, se lleva toda mi atención!

Espero les esté gustando esta historia que por cierto, CASI creo que es mi favorita de mis obras😍

Gracias por leer, votar y comentar💕

Besos distanciados,

Sofi Garrido

Continue lendo

Você também vai gostar

LA CHICA PERFECTA De Vhdz3

Ficção Adolescente

110K 6.1K 162
Valentina una chica con una vida normal hasta que el divorcio de sus padres cambiaría su vida por completo volvería los próximos años en los peores d...
INEFABLES 》 KiVi De Bianca

Ficção Adolescente

53.1K 1.9K 27
¿Que pasaría si te sintieras completamente atraída por la prima de tu nueva compañera de trabajo? Descubre la historia de Chiara una artista emergent...
467K 37.4K 62
La experiencia me enseñó que las vidas perfectas no existen, pero la mía con Laura me hacía feliz. Sin embargo, nuestra vida de ensueño se convirtió...