Dankworth [+18]

By MariaElenaJB

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¿Por que elegir amar a uno cuando puedes amar a los dos? El mayor amaba a la niña buena. El menor amaba a la... More

Sipnosis
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EPÍLOGO
NOTA
SEGUNDA TEMPORADA

12

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By MariaElenaJB

Me remuevo en una cama extremadamente cómoda y suave.

El contacto de mi piel desnuda contra una cobija y la cama hizo que abriera de inmediato mis ojos y encontrándome solo con oscuridad.

Me siento sobre aquella cama gigante y cómoda y puedo sentir el dolor en mis extremidades. La molestia en mi sexo hace que las imágenes de hace unas horas pasen en mi mente como una película. Siento como mi rostro se sonroja con furia.

Yo de verdad me había acostado con dos hermanos.

Mi yo de hace unos meses tal vez ni creyera que yo haría algo tan extremo como esto.

A pesar de que al principio no había aceptado, admito que todo lo que pasó fue increíble y excitante.

Suspiro y trato de levantarme pero cuando lo hago el dolor entre mis piernas me saca un gemido.

Magnus Dankworth me había machacado.

Envuelvo una sábana en mi cuerpo y doy unos pasos sintiendo dolor en cada parte de mi cuerpo. Llegó a una puerta y la abro lentamente encontrandome con un baño. Entro y cierro la puerta con seguro detrás de mí.

Cuando me veo en el espejo mi boca cae.

Mis labios estaban hinchados y rojos. Mi cabello rojo revuelto. Me quitó la sábana y jadeo al ver las grandes marcas en mi cadera. Volteó y veo aquel golpe que el señor Dankworth había dejado en mi trasero.

Sin palabras.

Trato de arreglar mi cabello pasando mis dedos por el y logro domarlo hasta quedar decente. Voy al excusado y con el dolor de mi alma descargo mi vejiga para después lavar mi rostro y boca con un enjuague bucal que había encontrado al lado del lavamanos. La ducha me llamaba con fuerza pero no veía ninguna toalla a la vista y tampoco tenía ropa.

Salgo del baño encontrándome con la habitación todavía oscuras y me dirijo a una ranura de luz con lo que imagino debe ser una ventana. Muevo la cortina y me encuentro con la parte delantera del edificio principal. Ya era de día, debía de ser alrededor de las nueve de la mañana y agradezco no tener clases hasta la tarde. Dejo que la luz alumbre la habitación y observo aquella habitación.

Era grande y espaciosa. Sus colores blanco, gris y negro hacia que la habitación se vea elegante, aburrida, sobria e impersonal. Todo esto grita Magnus Dankworth. Habían tres puertas y se que una es del baño y las otras imagino que son la salida y el armario. En uno de los sillones encuentro que mi ropa está perfectamente doblada y mis zapatos están en el suelo a un lado. Rápidamente las tomo y me las coloco rápidamente. Necesitaba salir de aquí y pensar sin abrumarme con el olor persistente a hombre que rodeaba la habitación que solo hacia recordarme como tuve un semental encima de mi penetrandome sin contemplaciones. Sin dejar de lado que era el director de la universidad.

Mi sostén había quedado destrozado ayer, por mi sudadera no se notaría que no cargaba uno. Por lo que solo me había colocodo mis bragas al revés.

Al terminar de ponerme mis zapatos voy hacia la que creo que es la salida y no me equivoco. Salgo hacia un pasillo de paredes grises sin ningún adorno donde habían cuatro puertas con grandes cantidades de separación y al final del pasillo veo una pequeña cocina. No sabía a donde dirigirme o por que puerta salir. Estaba parada en el pasillo sin saber a dónde ir. Escucho  movimientos en la cocina y mi corazón empieza a palpitar rápidamente. Suspiro y con mis nervios camino lentamente por aquel pasillo encontrando con una muy linda, moderna y pequeña cocina.

Un Malcolm enfundado en un traje elegante estaba comiendo unas rosquillas con lo que supongo era café, mientras estaba concentrado viendo su celular. Un celular que ya no se veía roto para nada.

Carraspeo para que note mi presencia y el enseguida alza su cabeza y me observa. Una sonrisa se extiende en sus labios haciéndome sonrojar.

— Despertaste — Habla mientras se levanta de donde estaba sentado y camina hacia mí — Buenos días, muñequita.

El toma mi rostro entre sus manos y me besa lentamente.

— Buenos días — Susurro tímidamente cuando se separa de mí.

—Ven. Temprano el rey supremo trajo para ti una caja de rosquillas— Dice mientras me alza y me sienta en una silla alta frente a una barra. — ¿Cómo te gusta el café?

— Con leche y dos cucharadas de azúcar.

Veo como prepara el café y veo en la barra mi celular.

Frunzo el ceño.

Ni siquiera me acordaba de el.

Lo tomo y empiezo a revisarlo. Tengo dieciocho llamadas de Aiden, veinticuatro de Ava y diez de Garrett tanto de la madrugada como de esta mañana. Mientras tenía dos de Connor de hace una hora. Mensajes tenia cincuenta y seis del grupo con Ava y Aiden mientras tenía dos de Garrett. Abro los mensajes de los gemelos primero y decido ver los últimos enviados.

Aiden:
"¡Niña! Espero que nos tengas el chisme caliente listo para ser contado, ni siquiera haz aparecido"

Ava:
"Perra suertuda, no he podido dormir por ti. Empiezo a preocuparme"

Esos mensajes fueron los últimos de la madrugada. Veo los de esta mañana.

Ava:
"Joder, Abi. Aparece, ya no es divertido."

"Si a las diez de la mañana no apareces, Aiden y yo te buscaremos"

Aiden:
"¡Niña insolente! No he dormido bien por ti, envía que estás bien, por favor.

"¡Abi!"

"Joder, Ava ¿Y si la mato?"

Ava:
"¡No digas eso, animal! Le cortaré la polla Malcolm Dankworth si Abi no aparece a las diez de la mañana."

Observó la hora y son las nueve cuarenta y siete así que decido enviarles para tranquilizarlos.

Yo:
"Estoy bien, chicos"

"No tienen que cortarle el miembro a nadie"

Voy hacia los mensajes de Garrett mientras Malcolm coloca frente a mí una taza junto a una caja llena de rosquillas.

— Buen provecho, muñequita. — Dice mientras acaricia mi mejilla — Magnus no sabía de que te gustaría así que compro de todo.

— Gracias — Le sonrió y tomo un sorbo de café y estaba perfecto. Tomo la primera rosquilla y una explosion de sabor a caramelo inunda mi boca provocando que gima de deleite — Oh, Dios. Esto está delicioso.

— Me alegra que te guste. Come para después llevarte a tu edificio — Asiento y sigo comiendo aquella delicia.

Mi celular suena y lo tomo para ver qué era un mensaje del grupo. Lo abro y me río.

Ava:
"Jodida maldita mujer ¿Acaso quieres ocasionarnos un infarto? Pensé que te había sucedido algo"

Decido responderle de inmediato.

Yo:
"Lo siento. Había olvidado avisarles que no llegaría, quedé totalmente noqueada. Luego les cuento."

Envío aquel mensaje con mis mejillas encendidas y decido revisar los mensajes de Garrett y enviarle a Connor.

Garrett:
"¿Abi? Chica nos tienes preocupados a todos ¿Te encuentras bien?"

" Ava está a punto de perder la poca cordura que tiene y Aiden quiere subirse por las paredes. Responde por favor"

Dios, había preocupado a los chicos y yo ni siquiera me acordé de ellos. Era una pésima amiga.

Yo:
"¡Hola, Garrett! Disculpame por no contestar ayer ¡Estoy bien!"

Abro el chat de Connor y escucho como mi celular comienza a sonar varias veces con mensajes del grupo con los gemelos.

Yo:
¡Hola, Connor! Disculpa por no contestar ¿Ocurrió algo?

Me devuelvo a la bandeja y entro nuevamente al grupo.

Aiden:
"Pues claro que nos contarás, hemos estado al borde de la locura pensando en donde Dankworth habría escondido tu cuerpo"

"Mientras tú follabas, nosotros nos comíamos las uñas de los nervios ¡Niña ingrata!

Ava:
"Perra suertuda, encima nos restriega que le dieron un sexo fantástico que la dejo fuera de servicio"

"¿Cuando vienes? Seguimos en la habitación de Aiden"

Yo:
"Iré dentro de un rato"

Bloqueo mi celular y alzo la vista encontrándome con dos pares de ojos observándome.

¿Cuando había llegado el señor Dankworth?

— Buenos días, Abi — Saluda con el que aparentemente es su tono habitual, frío y serio.— Espero hayas dormido bien.

Mis mejillas se sonrojan y abro la boca para contestar cuando el sonido de la melodía de mi celular me interrumpe. Lo observó y me sorprendo

Llamada entrante de Papá.

Ellos nunca me llaman.

Extrañada contesto.

— ¿Hola? — Contesto insegura pensando en qué tal vez se equivocó de contacto.

¡Abi! — Al escuchar su voz relajada y arrastrada hace que me tense. Estaba drogado.

— Papá — Me volteó en la silla para darle la espalda a los chicos y ocultar mis ojos llenos de lágrimas.

Abi, no haz vuelto a casa ¿Dónde estás? — Evitó que las lágrimas caigan. Ha pasado un mes y medio desde que salí de casa sin avisarle y el apenas lo nota, y lo hizo drogado.

Estoy en InglaterraRespondo con voz entrecortada

¿Inglaterra? —Su voz se alza— ¿¡Que mierda haces en Inglaterra!?

—Estoy desde hace mes y medio de aquí, papá. Estudiando. — Le respondo relajada. No quiero alterarlo.

¿¡Que carajos haces estudiando en Inglaterra!? — Su grito hace que separé el celular de mi oreja — ¡La puta desagradecida de tu madre me robo dinero y se fue a follar a la calle!

Me tenso al escuchar sus gritos, el de verdad estaba furioso.

Estaba acostumbrada escuchar los insultos de los dos entre ellos, era normal. Vivían juntos y tenían sexo por el día pero cuando llegaba la noche era otro cuento. Mamá se arreglaba con sus mini vestidos, tacones, un maquillaje y cabello espectacular e iba a buscar clientes. Papá se ponía sus jeans, botas de combate y un suéter manga corta apretada dejando ver sus músculosos brazos llenos de tatuajes y salía por la puerta con un cigarro en su boca, un arma y un cuchillo escondidos en su cuerpo. Estaban pero no estaban juntos. Eran una rara relación tóxica que ninguno de los dos quería romper.

Suspiro.

— Quería irme de Miami, papá. Volveré para navidad a visitarlos. — Respondo ignorando su comentario hacia mí madre.

Bien. Envíale a la puta de tu madre que venga ya mismo al departamento o si no la buscaré por todo Miami y la arrastrare yo mismo por su adorado cabello. Que si no quiere verme realmente enojado va a traer su sucio trasero de prostituta y va pagarme cada maldito centavo que me robo. — Y sin más cuelga.

Cierro mis ojos y me relajo. Esto normalmente no me afectaba tanto pero luego de tener paz y tranquilidad por tanto tiempo me había acostumbrado a no escuchar sus gritos e insultos.

Suspiro mientras le marco por WhatsApp a mi madre quien contesta después de unos segundos.

¿Ya el imbécil de tu padre te llamo?— Es lo primero que escucho cuando contesta.

— Si, mamá — Le respondo mientras acarició mi frente— ¿Podrías por favor ir al departamento? El está furioso y amenazó con buscarte en donde sea que te encuentres para que le devuelvas su dinero.

La melodiosa risa de mi madre suena.

Pues aquí lo espero follandome a su amigo. — Una risa ronca se escuchó detrás de la de ella y me tenso por completo. El no era amigo de mi padre, al contrario.

— ¿¡Mamá estás loca!?  ¿¡A qué diablos juegas!? — Mi paciencia explota — ¿¡Quieres que papá te mate!? ¡El no es su amigo y lo sabes bien!

Aquí es cuando los nervios empiezan a comerme de nuevo. Aquel hombre era el que papá odiaba con su alma por razones que yo desconozco.

No juego a nada, Abi. — Dice con voz de "inocente"— Solo estoy haciendo mi trabajo.

Mamá, por favor. El no está en sus cabales en estos momentos — Trato de convencerla sin decir la palabra "drogado" aún recuerdo a los dos hombres a mis espaldas.

Ese maldito drogadicto inservible no puede tocarme. — Puedo notar enojo en su voz— Ahora si me disculpas... Tengo un cliente a quién follar.

Cuelga.

Y yo solo puedo pasar las manos por mis cabellos y gruñir frustrada. De esto quería apartarme y ahora hasta me llaman para entrometerme y preocuparme en sus peleas.

Papá nunca a golpeando a Mamá pero sí ha habido un poco de contacto físico violento que termina con los dos encerrados en una habitación haciendo mucho ruido para después salir relajados actuando como una pareja de enamorados pubertos, toqueteandose sin pena ni vergüenza frente a mí o a quien sea.

Suspiro y me doy vuelta encontrandome con aquellos dos grandes hombres.

—Buenos días. Dormí bien. — Sonrió sin ganas mientras miro el café y la media rosquilla. Se me había quitado el apetito.

—¿Ocurrió algo? — Malcolm me pregunta pero no alzó mi vista de aquel café y rosquilla a medio terminar.

— No, solo mis padres queriendome meter en sus problemas — Respondo encojiendome de hombros tratando de aparentar que la situación es normal y sin importancia.— Me tengo que ir a mí dormitorio. Tengo un examen dentro de unas horas y quisiera repasar antes.

—Tenemos que hablar de esto, Abi — Fue lo único que dijo Malcolm.

— Lo sé.

Silencio.

No tenía ánimos para esto pero era importante que habláramos. No sabía en qué jodido juego retorcido de hermanos querían meterme.

Alzó mis ojos y ellos están frente a mi sin dejar de observar cada uno de mis movimientos, estudiandome.

— ¿Qué quieren de mí? — La pregunta sale de mis labios impaciente por querer su respuesta.

— Todo, Abi. — Responde Malcolm — Queremos todo de ti.

— ¿Y eso significa...?

— Queremos que seas nuestra mujer.— Me sorprendo al oír a ojos de hielo.

— ¿S-su m-mujer? — Repito con dificultad — Ni si quiera nos conocemos bien.

— Podemos conocernos sobre la marcha. Es lo de menos — Dice el chico de piel como el caramelo. Caramelo que me gustaría lamer.

Sacudo mi cabeza ante la desviación de mis pensamientos y los miro estupefacta.

¡Su mujer!

— Es que no entiendo — Digo confundida

—¿Qué no entiendes, muñequita?

—¿Por que yo?

— Por que tienes todo lo que nos gusta y necesitamos. — Responde el hombre de hielo.

Frunzo el ceño y me repaso mentalmente. Admito que soy bonita pero no para tanto, no para que dos dioses griegos me quieran para ellos. No tengo grandes senos o trasero, soy muy delgada sin llegar a lo esquelética y lo peor soy una pitufa al lado de ellos.

— Eres sumisa, educada y te dejas llevar por él acatando sus órdenes, eso vuelve loco a Magnus aunque no lo notes. Perfecta para el. — Empieza a aclarar Malcolm— Me gusta lo atrevido y divertido, alguien que pueda jugar y hacer conmigo lo que se le antoje. Se que debajo de toda esa timidez hay una fiera que quiero sacar para que juegue conmigo. Y además eres hermosa, Abi. Una hermosa chica que estoy seguro que tiene sentimientos increíbles que queremos que sea por y para nosotros.

"No tienes que dar una respuesta ahora, piénsalo. Si aceptas te cuidaremos a ti, a tus sentimientos y tú corazón, cariño. Te mimaremos y protegeremos. Serás tratada como una reina y prometemos que no te arrepentirás"

Siento que mi corazón late rápidamente y como me sonrojo ante sus palabras. Dirijo mi mirada a los témpanos de hielo que increíblemente ya me es más fácil verlos pero el no demuestra, como no es de extrañar, ningun sentimiento en su rostro.

— Él es así. — Desvío mi mirada de nuevo a Malcolm. — Magnus desde que nació su rostro no demuestra más que nada. Te acostumbras con el tiempo pero te aseguro que siente lo mismo que yo.

Lo vuelvo a ver y el asiente para tomar café de la taza que no me había dado cuenta que tenía en su mano.

—Necesito tiempo para pensarlo — Les digo y ellos asienten — Ahora, era en serio lo de mi examén. Tengo que irme.

— De acuerdo, pero termina tu desayuno primero — Decido obedecerlo y eso hace que una sonrisa se plante en su rostro y miré a su hermano — No te excites Magnus, ella tiene que irse.

Para después reírse mientras témpanos de hielo rueda sus ojos.

Niego con mi cabeza divertida.

Tenía mucho que pensar y procesar.




Corto y nada interesante pero muy importante!

¿Cuál creen que sea la respuesta de Abi? 🤔





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