Cicatrices

By cobalto__

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Cuando algunos eventos irregulares comienzan a suceder en el Pequeño pueblo de Flavence, la policía local se... More

Cast
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXV
XXVI
XXVII
XXVIII
XXX
XXXI

XIX

328 34 22
By cobalto__

Kid y Law estaban sentados en el sofá del pelirrojo, viendo una película. Sin embargo, el ojiámbar no paraba de ver al moreno con un dejé de preocupación. Law estaba silencioso, si bien, sus ojos apuntaban al televisor, su vista estaba perdida, como en un trance, la información de aquella enorme pantalla ni siquiera llegaba a sus ojos.

Observando aquella situación, Kid llamó a Law, pero este parecía no escucharlo. Fue entonces cuando decidió acercarse con mucha cautela y tocarle el hombro despacio. El moreno dio un pequeño saltito, como sorprendido, antes de voltearse a ver a su compañero: había olvidado por completo que estaba acompañado.

-Me asustaste - dijo Law de forma seca.

-Lo siento, pero es que estabas en un trance, fue extraño.

-Oh, sí. ¿Sabes? Estaba pensando en Lami, siento que nunca voy a superar esto. - confesó con una mezcla entre tristeza, frustración e impotencia.

-Está bien, es muy reciente aún. Es normal, no te preocupes.

-¿Que no me preocupe? Mira, no sé si has perdido a algún ser querido, pero... Déjalo, da igual.

-En verdad, sí. Pero ese no es el punto. Lo importante es que estás pasando por un largo duelo.

-Lo sé. A veces me pregunto por qué, de tantas personas, tuvo que ocurrirle eso a Lami. Su vida fue demasiado breve, no lo merecía.

-La vida es injusta a veces, supongo.

-Eres pésimo consolando personas, Eustass-ya

-¿Hace falta todo ese mal humor?

-No lo sé, estoy cansado. - Law dejó escapar una gran cantidad de aire de su boca, que había estado manteniendo inconscientemente.

-¿Dónde estará Zoro?

-Es verdad, lo tenemos desaparecido.

-Deberíamos dormir temprano hoy, mañana ya será martes y tenemos clases.

-Sí, sobre eso... Es interesante... Lo que dijo Mihawk. Eso de los martes, da miedo.

-¿Mihawk? ¿Desde cuándo tanta confianza?

-Ya te lo dije, trabajamos juntos.

-Pero sólo fue una tarea menor, ¿Por qué tuviste contacto directo con él?

-Porque era a escondidas de mi padre.

-¿Por qué le ocultarías a tu padre una tarea menor?

-¿Porque es un agente de la ley? Eustass-ya, estás raro.

-¿Raro? Tú eres raro.

-Deja, el tema de una vez. - suspiró Law- Mejor piensa en cómo decirle a mis padres que no eres mi novio

-Oye, ¿Por qué no bebemos algo? ¿Whisky?

-De verdad estás raro, mañana tenemos clases.

-¿Entonces vas a acompañarme?

-¿Serías tan penoso de beber solo?

-Quién sabe- dijo Kid tomando una botella de la despensa.

-Está bien, está bien, te acompaño, pero un sólo vaso.

-Claro, ¿Vamos arriba?

-Está bien. - y así ambos subieron hasta llegar a la habitación del pelirrojo.

Una vez dentro, se sentaron en la cama. Kid sirvió a Law un vaso de whisky, y él decidió tomarlo de la propia botella.

-Cuando me mudé a este lugar, lejos de casa, pensé que sería aburrido, ¿Sabes? - dijo Kid mientras le daba otro trago al licor.

-¿Y acaso no lo es? - preguntó Law, curioso.

-No, conocerte estuvo bien. Haces que no sea aburrido todo.

-¿Cómo es esto? ¿Das dos tragos y ya te pones sentimental? - rió Law.

-No estoy ebrio, tonto. Sólo es la verdad.

-¿A sí? - Law se sintió sumamente extraño en ese momento, un nudo se le formó en el estómago sin saber muy bien por qué.

-Sí, estoy perfectamente sobrio - rió el pelirrojo dando otro trago.

-Estás loco - dijo parándose el moreno. - Voy a tomar aire. - y se puso rumbo al balcón, cuando sintió que lo tomaban de la mano.

-Te acompaño. - respondió Kid buscando incorporarse sin soltar la botella.

-No, descuida - dijo Law algo alterado soltando velozmente la mano blanquecina del contrario. - Estás borracho, te vas a caer, Eustass-ya. - procedió a darle la espalda y finalmente salir al balcón.

Miró las luces de la ciudad, no había casi gente por la calle, tampoco autos. La vida nocturna se hacía ausente entre semana en el pequeño pueblo. Relajó todo su cuerpo, no sabía cuánto tiempo llevaba tenso, ni siquiera lo había notado, pero sintió un gran alivio al romper tensión de sus músculos.

Vio entonces la luna, y perdió su mirada grisácea en ella. No entendía por qué, pero sentía una pequeña presión en el pecho. Desde que escuchó a Kid hablar de forma tan natural, diciéndome tan despreocupadamente que que "hacía que las cosas no fueran aburridas" no sabía cómo sentirse.

Es que ni siquiera Zoro o sus padres demostraban afecto tan naturalmente, como si fuera algo normal. Por más que quisiera achacárselo al alcohol, no podía negar que se sentía bien que le dijeran cumplidos.

-¿Vas a quedarte ahí todo el día? - preguntó de la nada Kid, haciendo saltar de su sitio a Law.

-Casi me matas del susto, imbécil - reprochó el moreno cuyo corazón se le salía del pecho.

-Lo siento, lo siento - rió el pelirrojo.

-Vamos, estás muy borracho ya - sugirió Law moviéndose hacia la cama.

-¿Qué, ya vamos a dormir? - preguntó decepcionado el ojiámbar.

-Te bajaste media botella de whisky, y mañana hay clases, debemos dormir.

-Sí, sí, tienes razón. - dijo sin mucho ánimo Kid, y comenzó a quitarse la camisa para poder dormir.

-Espera, ¿Qué haces ahora, idiota? - preguntó Law mientras desviaba la vista.

-Me quito la ropa para dormir, a no ser que pretendas que duerma de vaqueros y camisa. A parte, ya lo he hecho antes - respondió confundido el pelirrojo.

Law no respondió, se limitó a hacer lo mismo que su compañero y golpearse mentalmente por su actitud. Definitivamente Kid estaba borracho, no había otra explicación para esas palabras de hace un rato que no dejaban de repercutir en su mente.

Ambos se tumbaron en la cama, y el silencio absoluto invadió la habitación. Estaba todo oscuro, pero las luces de la ciudad iluminaban muy tenuemente el recinto.

Hacía mucho calor, así que cubrieron sus cuerpos con una delgada sábana blanca. Law sintió cómo la ligera tela absorbía el calor de su cuerpo, hasta ser uno con su piel. Miró al techo de la habitación. Posó su mano en su pecho, por encima de la sábana, y sintió como la tibieza de su carne lo envolvía.

-Eustass-ya - se animó a llamar en un susurro.

-¿Qué pasa? - respondió un somnoliento pelirrojo.

-Dame tu mano - musitó el moreno y condujo la mano de Kid hacia su pecho. - ¿Lo sientes?

-¿Qué cosa? - dijo confundido el ojiámbar.

-El calor, de mi piel. - respondió con un dejé de melancolía en la voz.

-¿Qué pasa? Es algo normal, Trafalgar - replicó aún más desorientado Kid.

-El cuerpo de Lami estaba helado. - le respondió Law entonces.

-Trafalgar, - el pelirrojo se incorporó. - Deberías dormir, le das muchas vueltas a todo. - dijo para volver a recostarse, dándole la espalda esta vez.

-Es muy fácil para ti, ¿Verdad? - reprochó Law, con una clara molestia en su voz

      Kid sólo lo ignoró y cerró los ojos. No quería tener una discusión. <Imbécil> pensó para sí mismo Law, y posó su vista en la ventana.

      Pasó aproximadamente media hora desde la última charla. Kid yacía profundamente dormido, por el contrario de Law, quien no había podido cerrar los ojos en toda la noche.

      El moreno no aguantó más, y salió torpemente de la cama. Se paró y observó a Kid, quien no se había inmutado en lo más mínimo. Su vista se fijó en la mesita de noche, ahí descansaba en whisky. Dudó si consumirlo, después de todo, él tan sólo acostumbraba a beber pequeñas cantidades y con hielo.

      Sin embargo, por su mente pasaron dos momentos: el abrazo que le había propinado el pelirrojo, acompañado de un muy genuino "realmente me importas, Trafalgar" y esas molestas palabras sobre que hacía que su estancia aquí no fuera aburrida. Decidió tomar la botella y llevarla a sus labios.

      Al sentir el licor pasar por su cavidad bucal, se estremeció un poco ante el sabor tan fuerte de la bebida. También, pudo notar que estaba caliente, intensificando así el extraño sabor. Hizo un esfuerzo por tragar, y sintió cómo quemaba toda su garganta. La sensación de ese ardor residual típico de las bebidas fuertes, demoró en dispersarse.

      Dio otro trago, y olvidó por completo toda su situación con Lami, como si su cerebro lo bloqueara, y vio entonces a su acompañante. Una aterradora duda que había estado dando vueltas por su cabeza últimamente llegó a su mente: ¿Qué eran? Bebió nuevamente, con algo de dificultad. Kid lo había estado cuidando mucho, y ahora era su "novio falso". Recordó como más temprano en la noche, el ojiámbar había evadido su comentario sobre terminar con la falsa relación.

      Comenzó a darle mil vueltas a ese momento, ¿Por qué lo había hecho? Sabía, en el fondo, que estaba sobre pensando algo irrelevante, pero se veía en la necesidad de hacerlo. Llenó su boca con el licor y quedó inmóvil. Titubeó respecto a si tragar o no. Finalmente, lo hizo, y sintió un ardor más intenso que el anterior, junto con un molesto nudo en el estómago.

      Se arrodilló con torpeza y dificultad, quedando con su cara a milímetros de la de Kid. Observó sus rasgos, se veía tan relajado y despreocupado; nació de él una envidia sana. Sin notarlo, había quedado pasmado viéndolo, sintiendo su suave y cálida respiración, su aroma alcohólico.

      Parpadeó repetidas veces al percatarse, volteó a ver su mano derecha, en ella sostenía la botella de whisky, tal fue su asombro al notar que estaba vacía, que abrió los ojos como platos. Cuando quiso ver al pelirrojo de nuevo, su vista ya no enfocaba del todo bien. A duras penas pudo ver el rostro del contrario de forma medianamente nítida.

      Su cerebro volvió a golpearlo con un vaso de agua helada, presentando la incógnita de hace unos momentos, ¿Qué eran? ¿Amigos quizá? Pero, si lo eran, ¿Por qué era tan distinto con Zoro? ¿Por qué las muestras de afecto de Kid lo inquietaban, al punto de no saber bien cómo actuar? La realidad es que era muy confuso.

      Ya lo había notado, cómo era extraño, la atención que le prestaba a las insignificantes muestras de amor de ese impulsivo pelirrojo, sacudían su interior y rompían por completo sus esquemas. Cómo había aceptado lentamente el contacto con el otro, cómo ese chico tan brusco y apático era capaz de preocuparse por él.

      Soltó un pesado suspiro, su cabeza le pedía a gritos que parara, pero la incertidumbre, la intriga y la sed de respuestas, derivaron en que su cuerpo obedeciera exclusivamente a su corazón. Inevitablemente, juntó sus labios con el contrario, quien dormía plácidamente.

      El alcohol y los nervios lo habían vuelto muy torpe, siguió con ese beso desprolijo que despertó a su acompañante. Kid, siguió con el beso, algo mareado y entumecido. Se separaron para tomar aire, y los ojos de Law chocaron con la mirada ambarina del pelirrojo, que reflejaba sorpresa, confusión, y algo más...

      Al percatarse de todo, el azabache se separó rápidamente, desorientado, solo para salir corriendo apenas su cuerpo reaccionó. Kid se quedó en la cama, en silencio. Tan pronto como procesó todo, se paró como pudo, tomó su abrigo característico y corrió tras Law.

-¡Trafalgar! - llamaba preocupado el pelirrojo mientras corría sin saber a dónde ir. - ¡Trafalgar! ¡Ven aquí! ¿¡Dónde mierda estás!? - gritó a todo pulmón, arrepintiéndose de eso automáticamente tras notar que quizá sonó demasiado rudo.

      Por otro lado, Law seguía corriendo, descalzo y en ropa interior, su único objetivo era alejarse del pelirrojo tanto como podía. Sintió los gritos de Kid y se sintió como un imbécil, pensó para sí mismo que seguramente el pelirrojo lo odiaba por lo sucedido. La adrenalina lo hacía sentir completamente sobrio.

-¿¡Trafalgar!? ¡Oye! ¿¡Dónde demonios estás!? ¡Es tarde ya, ven aquí! - gritó Kid en un tono muy confuso, una mezcla extraña entre enojo y preocupación.

      Law finalmente, no pudo aguantar el agotamiento que le producía correr y se detuvo en un angosto y oscuro callejón. Su pecho subía y bajaba frenéticamente y no podía controlar los ruidos que hacía al tomar grandes bocanadas de aire.

      Tras unos minutos, se dispuso a salir del lugar, pero sintió que lo tomaban por la muñeca y pronto todo su cuerpo fue empujado hacia la pared. Abrió los ojos sorprendido; era Kid.

-Oye, imbécil, ¿¡Qué se supone que haces!? - gritó Kid mientras se esforzaba por tomar aire.

-¡No lo sé! Yo sólo te vi y entonces... - intentaba explicar torpemente Law

-Pudo haberte pasado algo... - dijo Kid casi en un susurro dejando caer su cabeza en el pecho de Law.

-¿Eustass-ya? ¿Acaso tú estás...? - pero su pregunta se respondió sola al sentir unas cálidas gotas en su pecho.

      Kid se separó, tomó su abrigo y lo puso al rededor del azabache.

-Vamos a casa - dijo el pelirrojo en un tono menos severo que de costumbre.

-¿No me odias entonces? - preguntó con un dejé de temor muy bien camuflado.

-¿Por qué te odiaría, Trafalgar? - respondió Kid casi ofendido. - Oye, sé que soy un imbécil muchas veces, pero - y fue interrumpido por Law.

-No es eso, es sólo que... Yo te besé y pensé que te daba... Asco. - suspiró Law.

-Claro que no, ¿De verdad fue así como se sintió? - preguntó genuinamente triste y decepcionado consigo mismo.

-No. Por supuesto que no - se apresuró en responder Law, ni siquiera él sabía cómo se había sentido en ese momento. - Yo... ¿Volvemos a casa?

      Kid solo se puso a caminar, señalando que aceptaba. Caminaron por un buen rato a la luz de la luna, aún era de noche, aunque por fortuna, una noche cálida.

      Se mantuvieron en silencio todo el camino. El ambiente era totalmente tenso. Law intentaba procesar todo, ¿el ojiámbar se había preocupado por él? Incluso había llorado, eso era muy raro, sentía una necesidad inmensa de abrazarlo, por alguna razón le dolía verlo así. Llegaron a casa de Kid y se sentaron en el portal.

-¿Puedo preguntarte algo? - dijo el pelirrojo rompiendo con el silencio.

-Claro - respondió Law tratando de sonar calmado, a pesar de saber a dónde iba la pregunta.

-Tú.. Me besaste, ¿Cierto?

-Sí, lo hice - respondió ahogando toda la ansiedad y adrenalina que sentía.

-Y... ¿Por qué lo hiciste? - preguntó con algo de miedo Kid.

-Yo... - y sintió cómo sus latidos se disparaban - hace tiempo me siento extraño, tus demostraciones de afecto, por más tontas o triviales que sean, me hacen sentir raro.

-¿Cómo? ¿Te molestan? - preguntó decepcionado.

-No, al contrario. - dijo rápidamente Law, viendo el malentendido. - Sé siente bien, sin embargo, siento que no eres como un amigo. - y tragó saliva antes de continuar con cautela - siento que... ya sabes, cómo me hace sentir eso... No es como... - soltó aire e hizo una pausa para acomodar sus ideas - si te sintiera como mi amigo no reaccionaría así, ¿Entiendes? No le daría tanta... Importancia.

-Yo... - comenzó Kid algo entumecido con la reciente confesión - ¿Te gusto? - preguntó con un hilo de voz, como pidiendo al universo que su acompañante no lo haya oído.

-No lo sé. Sólo sé que me haces sentir... Ni siquiera sé cómo me haces sentir. - respondió frustrado.

-Yo... Me agradas, eres divertido, y también... Te quiero. Quiero decir... - e hizo un pequeño gesto dando a entender que tenía la misma confusión.

-Pero tú, me haces bien, ¿Sabes? Y... Podemos... - el moreno se replanteó lo que estaba por decir - olvídalo.

-¿Intentarlo? - preguntó Kid entonces, soltando una sonrisa genuina por primera vez en la noche.

      Law se limitó a darle un suave beso, en forma de confirmación. Acto que Kid no tardó en seguir hasta que...

-¡Espera! - exclamó Law separándose.

-¿Qué? ¿Qué pasó? - preguntó Kid confundido.

-¡Me mordiste!

Y ambos no pudieron evitar reírse a carcajadas.

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