El Misterioso Visitante. (Che...

midhiel tarafından

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─Dame una buena razón para que me quede, Charles. ─Estoy encinta. Siglo XVIII, Escocia. La vida de Lord Xavie... Daha Fazla

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midhiel tarafından

Un gran agradecimiento a @KiKaLioncourty por su ayuda.

Una mención para @LuzAlvz y su sitio.

Este capítulo en especial va dedicado a @HarunaTsurugi porque adora a Logan y Peter y aquí tiene una sorpresa, que espero que le guste. Además, muchas gracias por tus palabras.

XXV

Hank recibió la carta de Charles por la tarde y enseguida escribió a Shaw para anunciarle que el paciente mutante había mejorado y ya no requerían sus servicios. Para darle al mensaje un tono conciliador, le ofreció reunirse a tomar el té algunos días después. Shaw leyó su misiva al anochecer y arrugó el papel con un bufido. No era ningún estúpido e intuía que su antiguo alumno le estaba mintiendo. Pero no tuvo más opción que responderle cortésmente que lo alegraba saber de la mejora del enfermo y que coordinarían más adelante un encuentro a la hora del té.

A la mañana siguiente, a primera hora, Hank partió rumbo a Westchester. Llegó antes del mediodía y Sharon, Charles, Erik, Logan y Emma lo recibieron ansiosos. Sin embargo, el Duque lo leyó y supo antes que nadie que la visita de Shaw se había cancelado sin inconvenientes. Aliviado con la noticia, le presentó a la invitada por su nombre y apellido, y sin revelar nada más. Hank todavía no sabía quién era realmente Erik y aunque el Duque le tenía confianza, aun no encontraba la ocasión para confesarle la identidad de Magneto.

Sharon suspiró tranquila al saber que McCoy había detenido a Shaw, Erik sonrió con esa sonrisa espléndida con la que enseñaba toda la dentadura y Emma murmuró que si alguna vez se cruzaba con el sujeto, se metería en su cabeza para leerle toda la información que tenía de su espionaje a mutantes y, de paso, se la borraría, e instó a Charles a hacer lo mismo si alguna vez se le presentaba a él la ocasión. El Duque no le respondió porque no le parecía apropiado abusar así de su poder aunque sabía que Erik opinaba como ella. Logan comentó que si volvía a cruzárselo e intentaba quitarle información, lo atravesaría con las garras. McCoy se acomodó las gafas, un tanto nervioso con la promesa impulsiva de su amigo, y aceptó de inmediato la invitación de Sharon para almorzar.

Al sentarse todos a la mesa, Hank se alegró de ver a Peter más reestablecido que antes. Cuando el joven se ubicó en la silla junto a la de Logan y ambos intercambiaron miradas cómplices, le quedó claro al doctor que se había formado otra pareja más en Westchester.

Terminado el almuerzo, Hank subió con Charles y Erik para examinar el embarazo de su amigo. Logan quedó en el comedor con Sharon y Kurt, que ahora compartía la sobremesa con comodidad, Laura se retiró a la biblioteca y Sean y Peter salieron a cabalgar. No era el horario que generalmente utilizaban, ya que las salidas ocurrían a la tarde, pero los dos jóvenes tenían ganas y no dudaron en hacerlo. A campo abierto, aceleraron el trote y entre risas y mucho entusiasmo, llegaron hasta un bosquecillo. Desmontaron y extendieron mantas sobre unas piedras para sentarse debajo de un roble añejo. El invierno se anunciaba en el frío y en las ramas desnudas del árbol junto a ellos. Esta era la hora más cálida de la jornada. No tendrían mucho tiempo antes de que bajara la temperatura pero la idea era pasar un rato al aire libre los dos amigos juntos. Conversaron de todo un poco hasta que Sean, observador como era, mencionó que había notado que Peter se dirigía a Hank de una manera extraña, como si guardase un secreto con él. Su amigo decidió contarle sobre la pérdida que había sufrido y que el médico había sido quien lo atendió y controló su recuperación. Lloró y Sean quedó triste, sin encontrar palabras para consolarlo. No se había esperado una revelación semejante.

─Fue lo más doloroso que me pasó en la vida ─ confesó Peter entre hipidos, mientras se cubría la cara con ambas manos ─. Más doloroso que cuando perdí a mi madre y a Nina. ¡Más doloroso que todo lo que sufrí!

Sean suspiró. Estaba conmovido por su amigo y odiaba a Warren con más intensidad que antes. Ese petulante no solo había sido un engreído con él por su timidez sino que había destrozado el corazón de Peter, lo había abandonado y el pobrecito había tenido que soportar la muerte de su hijo.

─ ¿Así fue como conociste a Logan? ─ preguntó después de un largo silencio ─. Te trajeron aquí y así lo conociste, ¿cierto?

Peter asintió y se pasó el puño por debajo de la nariz.

─Logan fue el que más me ayudó, todos lo hicieron en Westchester, pero él se convirtió en mi compañero y los días que pasamos juntos en Edimburgo fueron ─ sopló y el rostro se le iluminó ─... fueron sanadores, Sean.

─Siento que eso es bueno, Pet.

─Sí que lo es. La verdad, en medio de mi desgracia ─ suspiró ─, siento que fui afortunado porque una persona como él no es sencillo encontrar.

─Creo que no ─ aceptó Sean y pensó que su amigo tenía razón: Howlett era un caballero apuesto, generoso y solvente. Se notaba que amaba a Peter y tenía un halo, ¿cómo podría describirse?, que lo volvía fascinante.

Peter miró a su amigo y rio.

─ ¡No me digas que te gusta a ti también!

─ ¿Qué? ─ se asombró Sean ─. ¡No!

─ ¡Lo sé! Era una broma ─ explicó, mientras le palmeaba el hombro y se ponía de pie ─. ¡Caíste, Sean! Como caes siempre.

El pelirrojo se levantó y sin decir nada, se alejó unos pasos. Alzó la cabeza hacia arriba y soltó un grito agudo.

Peter sintió que el estómago se le revolvía con el chillido, y después una rama cayó sobre su cabeza.

─ ¡Ouch!

Sean rio con ganas. Como venganza, había cortado un gajo del roble que estaba justo arriba de Peter, haciéndolo vibrar con su mutación, y ahora contemplaba victorioso a su amigo frotándose el cráneo. Pero sabía que Peter no se quedaría de brazos cruzados así que, entre risas, hecho a correr. Fue una mala idea porque el veloz mutante lo alcanzó enseguida y, riendo, se revolcaron en el pasto. Parecían niños.

Más tarde, montaron y regresaron a la casa.

........................

Hank regresó a Edimburgo después de examinar a Charles porque los días se acortaban por la llegada del frío y deseaba evitar un viaje nocturno. Charles leyó que su amigo confiaba en su capacidad médica para controlarle el embarazo y asistirlo en el parto, pero, por precaución, había deseado la ayuda de su admirado profesor. Sin embargo, ahora que había descubierto quién era Shaw realmente, prefería llevar el control él solo.

El Duque se dispuso esa misma tarde enseñar a Kurt a controlar su poder. El joven aceptó con entusiasmo porque estaba ansioso por aprender a hacerlo y la visita de Emma y Sean con la propuesta del proyecto lo tenían ilusionado. Era la primera vez que sentía que podría ser útil y para una persona que había crecido con la sombra de la autoestima baja, esta sensación era nueva y gratificante.

Se reunieron en la biblioteca y se sentaron junto a la mesa larga. Tal como Charles lo había imaginado, Kurt había sufrido tanto en el pasado, que anulaba su mutación como un recurso para protegerse. Le pidió permiso para entrar en su mente y desbloquearla, y el joven lo autorizó. Fue una intervención que duró apenas unos segundos. Una vez acabada, el muchacho parpadeó, extrañado y presintiendo cómo su potencial crecía.

─ ¿Quieres intentarlo? ─ invitó el Duque ─. Viaja hasta el jardín y regresa.

Kurt observó la puerta cerrada de la biblioteca y luego el ventanal con el pesado cortinaje corrido.

Charles lo estudiaba interesado y añadió:

─Pienso que la forma más rápida sería a través de la pared, evitando la puerta y la ventana, ¿no te parece?

En otra ocasión, el joven se hubiera negado pero con el canal de su capacidad abierto, asintió convencido y fue y volvió para sentarse en su sitio en un parpadeo.

El Duque rio feliz y le palmeó el hombro. Kurt sonrió con expresión de triunfo.

─La primera lección fue aprobada con laureles ─ festejó Charles.

─ ¿Eso significa que habrá una segunda lección?

─Por supuesto, Kurt. Todas las que necesites.

El muchacho se retrajo en el asiento. Tenía una mirada meditabunda.

─Estuve pensando, señor duque...

─Llámame Charles, por favor.

─Está bien, Charles ─ suspiró ─. Estaba pensando que si van a poner en marcha el plan en pocos meses, mientras más rápido nos movamos, ayudaríamos a más mutantes que lo necesiten. Debe haber muchos que están desesperados y no les queda mucho tiempo.

─Lo sé ─ respondió Charles con paciencia ─. Pero hasta que la casa no esté en condiciones, no podremos movernos y Emma Frost es precavida así que no actuará si hay un riesgo alto de peligro.

─A lo que me refería es que me gustaría partir con ella y su hijo cuando regresen a su casa para ayudarlos y prepararme con ellos.

─ ¿Quieres dejar Westchester? ─ se asombró el Duque.

─Aquí me siento a gusto y gracias a ustedes cambié mucho, señor du... quiero decir Charles ─ declaró el joven con sinceridad ─. Pero tengo ganas, no, más que ganas siento la necesidad de ayudar a la gente que no fue tan afortunada como lo fui yo cuando el señor Howlett me rescató.

Charles sonrió, conmovido con el corazón del muchacho. Otro que hubiese pasado por lo que Kurt sufrió, guardaría resentimiento pero él estaba lleno de gratitud.

─Te comprendo, Kurt.

─ ¿La señora Emma y Sean me aceptarían si se los pido?

─Platica con ellos ─ propuso el Duque ─. Estoy seguro de que se alegrarán de contar contigo.

El muchacho suspiró. Había otro tema que lo preocupaba.

─En cuanto a ese médico, Shaw. Es como nosotros y sin embargo, traiciona a los nuestros.

─Así es ─ contestó Charles sombrío ─. Mira, Kurt. Nosotros, los mutantes, como cualquier persona, podemos ser héroes o villanos de acuerdo con las opciones que realicemos. Es una pena que alguien como Shaw, mutante y respetado, haya elegido ese camino, pero como te lo dije, es la opción que él realizó.

─Esto me hace pensar que tenemos que manejarnos con cuidado, aun con la gente que es como nosotros.

─Sí, muchacho ─ confirmó y añadió para alzarle el ánimo ─. Pero lo importante es que estamos rodeados aquí, en Westchester, de mutantes solidarios y los Cassidy son personas en las que podemos confiar y que van a ayudarnos.

─Eso es un alivio ─ reconoció Kurt y volteó hacia los anaqueles cargados de libros ─. En esa casa aprenderé a leer, ¿cierto?

─Es lo que te he prometido y así será.

El joven sonrió con esperanza y Charles se alegró de ver esa sonrisa.

................

Emma y su hijo permanecieron tres semanas en Westchester. La mujer estaba encantada con lo beneficiosa que resultaba la compañía de Peter para la timidez de su hijo y no solo él lo acompañaba, sino que Laura comenzó a unírseles y después Kurt también. Al final se convirtieron en un cuarteto. Logan estaba satisfecho al ver a su mocoso feliz con su amigo y le agradó notar que su hija se había integrado también. A mitad de la tercera semana, cuando faltaban solo días para que los Cassidy partiesen, festejaron el cumpleaños de Laura y la niña terminó la jornada jurando que había sido el mejor que había vivido.

Fue doloroso para Peter separarse de su amigo pero lo hicieron con la promesa de reencontrarse pronto. Emma les aseguró que se mantendría en contacto con Charles y Erik, y una vez que el primer grupo de mutantes llegase a la casa irlandesa, enviaría a su hijo a Westchester como emisario. Por lo tanto existían altas probabilidades de que los amigos se volvieron a ver en pocos meses.

Aunque Kurt estaba decidido a seguir a Emma, le costó despedirse de Westchester. Al saludar con un último adiós a Charles, a su madre, a Logan, a Laura y a Peter, sintió nostalgia y se pasó la mano por debajo de la nariz conteniendo el aliento. La niña y Peter imitaron su gesto porque también estaban tristes pero entendían que Kurt lo hacía convencido y por una buena causa.

Cuando los invitados partieron, Charles decidió concentrarse en el festejo de la Navidad. Generalmente los Xavier viajaban la mañana del veinticinco a Edimburgo para participar de la celebración religiosa junto con las autoridades y los demás miembros prominentes de la ciudad pero este año tanto el Duque como su madre estaban decididos a permanecer en Westchester. Además, con su embarazo avanzado, Charles prefería no realizar viajes. Ya había entrado en el séptimo mes y se sentía más pesado e incómodo. El período en que era indispensable la compañía de Erik había pasado y a partir de ahora el bebé se desarrollaría sin dificultad hasta el alumbramiento. La pareja seguía feliz y expectante. Ya tenían preparada la habitación para la criatura y un ajuar que aumentaba día a día. Sharon estaba alegre de ser finalmente abuela y aunque desde que Charles naciera había esperado un hijo de él para que heredase Westchester, ahora sentía que la posición familiar y la protección de las riquezas no importaban tanto como la llegada de un bebé sano. Estaba feliz por su nieto porque era su nieto, el hijo de Charles, y ya no lo veía como una mera prolongación necesaria para el apellido Xavier.

El Duque había notado el cambio de actitud en su madre y esto lo tranquilizaba. Sabía que si algún día algo le sucedía a él, su hijo o hija quedaría amado y seguro en los brazos de Erik y de su madre. Una tarde, tras disputar una partida con su amante, quiso ponerse de pie y como se movía con dificultad, Magneto corrió a ayudarlo. A Charles le encantaba que lo atendiera con devoción pero también sentía que tantos cuidados lo hacían sentirse un indefenso, mas esta vez, anudó los brazos alrededor del cuello de Erik y le preguntó cómo solía festejar la Navidad con Peter.

─Lo hacemos de acuerdo con el lugar y las personas con quienes nos encontremos ─ explicó Erik dando a entender la vida errática que habían llevado ─. Era diferente cuando vivían Nina y su madre.

─ ¿Cómo la festejabas tú de niño?

Magneto sonrió con nostalgia y le quitó un mechón de la frente.

─Mis padres no la festejaban. Yo comencé a hacerlo cuando me casé, por eso Peter sí creció celebrándola.

─ ¿Alguna vez me explicarás qué hacías en diciembre cuando eras niño?

─Si estás dispuesto a escucharlo ─ respondió Erik meloso ─. Son costumbres diferentes a las cristianas pero están llenas de amor familiar.

Charles lo besó.

─Me encantaría conocerlas, Erik. Además deseo que nuestro hijo también las aprenda y más adelante podríamos festejar esas celebraciones junto con la Navidad.

Magneto sonrió con entusiasmo y enseguida notó una chispa especial en la mirada de su amante.

─Algo me dice que no vamos a hablar de celebraciones familiares porque tienes una mirada especial.

─Ya lo notaste, pensaba dialogar pero ya sabes que de pronto contigo cerca, me excito ─ se frotó el vientre con una expresión de picardía ─, esto de un bebé, la gestación, tenerte a mi lado ─ volvió a besarlo apasionadamente ─. Tenemos tiempo para amarnos hasta la cena.

─Y si no hay tiempo, lo fabricaremos ─ añadió Erik con un ronroneo, entusiasmado con la insinuación.

Aunque no estuvieran en su recámara, Magneto le echó llave a la puerta sin moverse de su sitio, solo con su mutación, también se aseguró de que el ventanal estuviera cerrado y las cortinas corridas, y así ambos amantes se entregaron con ardor en el sofá.

........................

Los Xavier tenían la costumbre de recibir visitas y visitar casas de personas de alcurnia los días previos a la Navidad pero este año el embarazo de Charles los hizo cambiar de planes. Logan sí visitó a algunos conocidos por las mañanas pero regresaba pronto cada tarde a Westchester para estar con su hija y con Peter. Laura le propuso al muchacho que prepararan juntos una comedia corta para representarla en la mañana de Navidad. Fueron a la biblioteca para buscar alguna obra corta y se entusiasmaron con una que los hizo reír. Como estaba ambientada en la época medieval, necesitaban trajes y fueron con Sharon para que los auxiliara. La dama les presentó gustosa a una doncella que hacía maravillas con las telas y le pagó generosamente la confección del vestuario.

A la Nochebuena la celebraron con una cena tranquila y familiar. Logan había viajado a Edimburgo por la mañana y regresó antes de que sonara la campanilla para sentarse a la mesa, con varios baúles misteriosos en el compartimento del coche. Nadie dudaba de que se trataba de los regalos pero no sabían qué le tocaba a quién. Laura estaba tan excitada que se mantuvo toda la velada con una sonrisa de oreja a oreja y Peter la distrajo con chistes y comentarios para que la niña controlara la ansiedad por abrir sus obsequios. Charles le había encargado a su amigo que le comprase en su nombre un traje a Erik y un vestido a su madre, mientras que Sharon, en secreto, le pidió a Logan que comprara juguetes para el bebé, ropa de jinete para Laura y la mejor montura para Lobo, el caballo de Peter, que el muchacho estaba entrenando. Howlett, a su vez, compró vestimenta para sus amigos y Lady Xavier, varias muñecas que ya había encargado para su hija porque sí, Laura solía jugar con ellas a escondidas, y antes de regresar a Westchester, pasó por una joyería y recogió el regalo para Peter.

Después de cenar, se reunieron para cantar villancicos y después cada uno se retiró a dormir. Por la mañana despertaron temprano para intercambiar los regalos y después del desayuno, Peter y Laura representaron la comedia en el salón de baile para todos los integrantes de la casa.

Fue una comedia divertida y sencilla de un solo acto que hizo reír a todos. Al finalizar, Logan los aplaudió tanto que se puso de pie y Erik subió al escenario improvisado para abrazar a su hijo. Los demás aplaudieron con ganas la representación.

Más tarde Logan le pidió a Peter que lo acompañara a una sala. No podían salir porque nevaba copiosamente. Entraron en una que tenía el hogar encendido porque ya Howlett previamente la había preparado, y el lobo sacó del bolsillo el regalo para Peter. Se trataba de una caja forrada en terciopelo. El joven abrió con los ojos saltando de la ansiedad y la lengua hacia afuera. Se encontró con una empuñadura de bronce con la forma de un cisne.

─Es muy bello, Logan ─admitió un tanto desilusionado porque él ni siquiera tenía bastón.

Howlett sonrió. Ahora venía la segunda parte del obsequio. Se acercó a un escaparate y sacó de uno de los cajones un bastón de marfil, que había escondido allí. Tomó la empuñadura y la incrustó en la punta. Era el accesorio indicado para un caballero distinguido.

Peter se entusiasmó con el obsequio porque se notaba que era elegante pero, se encogió de hombros al pensarlo, había esperado algo más personal del hombre que amaba.

Logan estaba atento a su expresión.

─Sé que estás pensando que no es un regalo muy navideño, ¿cierto? Ahora quiero que vuelvas a quitar la empuñadura y observes su interior.

El joven obedeció confundido. Miró por el hueco del puño representado por el cuello del cisne y notó algo que brillaba adentro. Extendió la palma de una mano y sacudió el pomo hasta que cayó un sencillo anillo de oro. Se trataba de una sortija matrimonial.

─ ¿Me estás declarando que nos casemos? ─preguntó entre confundido, pasmado y excitado.

─No podemos hacerlo, Peter ─ respondió Howlett con decepción y lo tomó de la mano ─. Es lo que ansío pero como no es posible, quise darte este anillo que en su sencillez dice mucho: ¿sabías que los anillos son símbolos de infinitud porque nunca puedes saber dónde comienzan y dónde terminan? Además su forma redondeada y exacta nos habla de la perfección. Por eso quise obsequiarte esta sortija porque mi amor hacia ti es eterno y aunque no pueda ser perfecto, quiero dar lo mejor de mí para que lo nuestro prospere. Déjame colocártelo.

El joven asintió y le extendió la mano izquierda. Logan se lo calzó en el dedo anular.

─ ¿Sabías que las alianzas se llevan en el izquierdo porque es donde está el corazón? ─comentó el muchacho con aire de conocimiento porque estaba demasiado emocionado y no sabía qué decir.

Logan sonrió y lo abrazó. Después lo besó ardientemente mientras musitaba un "te amo, mi mocoso."

Peter sintió un estremecimiento porque le costaba más contenerse. Cada vez la presencia de Howlett lo excitaba con mayor intensidad y le era difícil refrenarse. Quería gritarle que lo amara allí mismo, en esa sala, en el sofá junto a la chimenea, o afuera a la intemperie aunque estuviese nevando. Necesitaba a su amor dentro de su cuerpo con desesperación. Pero el trágico desenlace de su hijo lo frenaba porque en el fondo, temía quedar preñado otra vez y que el dolor se repitiera. A duras penas estaba luchando por superar la pérdida de su bebé y sabía que no podría jamás reponerse de la de uno suyo y de Logan.

Howlett percibió la inquietud del joven a través del abrazo por su ligero temblor. Él también ardía de deseos pero lo respetaba.

Peter sintió la necesidad de confesarse.

─ ¿Recuerdas cuando te pedí que esperáramos?

─Sí, claro.

─Quiero hacerlo, pero... es que no sé, temo que suceda algo malo. No me siento preparado pero lo quiero.

En el titubeo de su discurso, Logan comprendió el miedo que opacaba sus ganas de amarlo. Él se daba cuenta de que el muchacho aún no estaba listo.

─Temes quedar encinta y que tu tragedia su repita, ¿verdad?

Peter se frotó la nariz, nervioso, mas no lo soltó y siguió abrazado a él.

─Sería algo inevitable, digo, escuché que hay formas de cuidarse y debí haberlas aplicado con Warren. Sin embargo, no las conozco.

─Podríamos pedir asesoramiento a Hank ─ se le ocurrió a Logan. Peter lo liberó como resorte para mirarlo extrañado ─. Es médico y es mi amigo. Hay suficiente confianza entre nosotros para que se lo pregunte y pongo las manos en el fuego por su discreción.

─ ¿Él podría asesorarnos? ─ Peter sonaba ilusionado.

Logan le sonrió.

─Vendrá en una hora más o menos para el almuerzo y se quedará hasta mañana. Yo podría encontrar el momento adecuado para que platiquemos. ¿Te gustaría estar presente?

El joven asintió porque deseaba quitarse varias dudas.

Logan tuvo el impulso de besarlo de cuenta nueva pero prefirió esperar, al menos hasta asegurarse con Hank de que estaban preparados para terminar en la cama. Peter, impulsivo, se quitó del bolsillo el reloj que su amor le había obsequiado para controlar la hora porque a partir de ese momento no podía esperar a que el médico llegara. Sabía que tendría que contenerse más adelante en el almuerzo y juntó aire para mantener la ansiedad desde ahora. Logan notó su inquietud y le besó enternecido la mejilla.

Después de comer, cuando Sharon disputaba una partida de naipes con su yerno y con su hijo, Logan aprovechó para conversar en privado con Hank. Peter también estuvo presente. El médico comprendió los miedos del joven y cómo afectaban su vida amorosa así que pensó en una solución: el consejo fue que su amigo utilizara una funda de tripa de cabra en el miembro y se la quitara después de concretar el acto sexual. Logan no las conocía pero había oído de ellas como métodos anticonceptivos y cuando preguntó dónde podría adquirirlas, Hank le prometió que le acercaría una que tenía en su consultorio en esos días.

Peter estaba demasiado ansioso así que lo llenó de preguntas y cuando McCoy le explicó el lugar exacto donde la guardaba, el muchacho, que ya había estado en el consultorio antes cuando Charles se indispuso, fue y regresó con la cajita que contenía la funda, y una sonrisa que no le cabía en el rostro.

Hank se acomodó el puente de las gafas mientras que Howlett reía a carcajadas entre divertido y ansioso.

..........................

Esa noche de Navidad sería memorable. A partir de ahora Logan y Peter asociarían esa festividad como la fecha en que habían escogido para hacerse uno. Llegaron a los aposentos de Howlett porque les parecieron los más alejados. La servidumbre no los había ordenado porque era Navidad y el Duque les había dado la jornada libre. No importaba. Peter corrió con su velocidad por la antesala hasta el dormitorio y se arrojó en las sábanas revueltas; que el lecho no estuviese ordenado le daba un matiz especial porque las telas todavía conservaban la fragancia del lobo. El joven las aspiró embelesado mientras rodaba sobre ellas y sonrió. Después decidió desnudarse.

Logan llegó detrás de él y se recargó en el dintel con una sonrisa de fascinación: el muchacho, ansioso, se había desnudado ya con su velocidad increíble, y había arrojado las prendas al suelo. Ahora estaba sentado con las piernas cruzadas para que él notara su erección. Howlett se quitó el abrigo y la camisa, y, con el torso desnudo, caminó hacia la cama.

La chimenea no estaba encendida y hacía frío aun con la ventana cerrada, pero el ardor y la ansiedad que sentían ambos provocó que no lo sufrieran. Además sabían que pronto se calentarían con el contacto de sus cuerpos.

Peter permaneció quieto mientras observaba con entusiasmo a su amor acercarse. Logan gateó en el colchón para llegar hasta él. Se abrazaron y besaron, y el joven aprovechó para despojarlo de los pantalones. Howlett hizo un alto en el beso para quitarse la ropa interior y quedar completamente desnudo. Peter se echó hacia atrás para contemplarlo: Logan tenía el cuerpo fornido, sus pectorales se notaban trabajados por el esfuerzo de construirse una vida que no había sido fácil y los músculos del abdomen también estaban marcados, al igual que sus brazos anchos, que lejos de atemorizar daban calor y transmitían protección. El cuerpo del joven era níveo, delgado y estilizado al mismo tiempo. Logan sonrió pensando que pronto besaría cada rincón de él. Volvieron a abrazarse y fundir sus labios con pasión. El lobo empujó al muchacho hacia atrás para que yaciera en la cama boca arriba. Con el movimiento, sus miembros erguidos se rozaron y ambos soltaron un gruñido ronco de ansiado placer. Una vez más se devoraron las bocas y Logan extendió el brazo para tantear su mesa de cama y abrir el cajón. Allí había guardado la cajita. Los dos estaban encendidos pero debieron hacer un alto para que Howlett se calzara la funda. Para hacerlo con tranquilidad, se ubicó en un borde de la cama y Peter descansó la cabeza contra las almohadas mullidas, mientras se mordía los labios con ansias.

─ ¿Crees que funcione? ─ preguntó con un suspiro. Logan no le prestó mucha atención ya que estaba concentrado en calzarse el preservativo adecuadamente ─. De todas maneras, si Hank se equivoca y no resulta, un bebé sería muy bien recibido por los dos.

El lobo no lo escuchó por la concentración. Terminó de acomodarse el condón y se volvió hacia el joven, sonriendo. Gateó para llegar hasta él. Peter lo esperaba con los brazos extendidos y se abrazaron con frenesí. El muchacho olvidó lo que había dicho de un posible bebé para entregarse al placer. Logan era ardiente y pasional, podía sentirlo en sus besos, en su agarre y los jadeos que pronunciaba. Esa efusión le transmitió seguridad y mientras sus pechos se apretaban con el movimiento de los abrazos, Peter percibió cómo su mente se nublaba con la necesidad abrasiva de ser penetrado. Instintivamente alzó las caderas y sus miembros se rozaron. Podía palpar la funda que cubría el pene de Logan, lo caliente que estaba y que pronto ocuparía su interior.

Howlett percibía las ganas del muchacho y su propia ansiedad aumentaba. La envoltura contra su miembro le producía una ligera comezón. El cuerpo caliente y húmedo de Peter lo llamaba a penetrarlo. Cuando sintió que el joven empujaba las caderas hacia arriba, lo tomó de los muslos y sin liberarle los labios, le acomodó las piernas para que le rodearan su propia cadera y él pudiera manejarse con mayor facilidad. Levó una mano hacia el ano de Peter y lo acarició para dilatarlo. El muchacho soltó un jadeo. Logan masajeó suavemente el orificio y cuando pudo ubicar su dedo adentro, aumentó las caricias para llevar otro más. Con paciencia y ansias calmadas con los besos, fue dilatando el ano hasta que pudieron entrar tres dedos suyos.

─ ¿Estás listo? ─ ronroneó el lobo. Peter respondió con un entrecortado sí.

Howlett se apartó apenas y reacomodó los muslos del joven contra sus caderas. Sería más sencillo si el muchacho se recostaba de espaldas pero deseaban verse a los ojos mientras se hacían el amor. Peter le enlazó los brazos alrededor del cuello para mantener la estabilidad. Con una mano Logan lo sujetó de la cintura y con la otra transportó su miembro hacia la cavidad. Excitados, los dos cerraron y abrieron los ojos en el instante en que la punta del pene rozó el orificio. El joven lo besó apasionadamente y en el frenesí le mordió el labio inferior. Logan sonrió porque le encantaba ese papel efusivo en su amante. Despacio para saborear cada segundo, fue empujando su miembro hacia adentro. Al quedar acomodado, el lobo empezó a moverse suavemente. Peter contrajo los glúteos para aportar mayor placer. Jadeaban profuso y entre tantos besos, tenían las mejillas y el contorno de la boca humedecidos. Transpiraban y se apretaban el cuerpo con abrazos. Ninguno era virgen pero con la devoción que se tenían, sentían el momento único y sublime.

Peter sintió primero que se acercaba al orgasmo. Su pene rozaba el abdomen de su amante. Por eso el joven oprimió a su amor contra sí y soltó gemidos roncos. Logan aumentó las embestidas. Esto les provocó más placer todavía. El muchacho le apresó el cabello con arrebato y Howlett le acarició la cabeza. Peter alcanzó el clímax y gritó. Logan continuó moviéndose cada vez más rápido mientras sentía cómo la semilla de su amante se derramaba en su estómago. Gritó también al llegar al orgasmo, y ambos se besaron y apretaron locos de frenesí. Después de recuperar el aliento, los dos todavía jadeando, se separaron para observarse. Howlett lo sostenía de la cintura con ambas manos y Peter tenía las suyas ubicadas sobre los hombros de su amor. Se sonrieron y volvieron a besarse.

A través de la ventana, la luna se escondía y reaparecía jugando con las nubes. Afuera seguía nevando copiosamente.

─Feliz Navidad, mocoso.

─Feliz Navidad, amor mío ─ y se dieron otro beso.

.........................

Hola. ¿Qué les pareció? Espero que les haya gustado este lemon y el capítulo en general.

Muchas gracias por leer esta historia.

Midhiel 

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