El sol parecía sentirse igual que Heather, queriendo estar completamente solo. El cielo estaba lleno de nubes grises, avisando una futura lluvia.
Nico terminó su sencillo desayuno y observó confundido a Pepper, quien leía un correo en su ordenador portátil.—¿Y Heather?
La rubia despeinó los rulos del chico y le sonrió.—Se siente mal, pero no te preocupes, cariño.
Él asintió, un tanto inseguro. Nico le dio un beso de despedida en la mejilla a Pepper y se fue a la limosina.
El camino hasta la escuela fue en silencio. Happy sabía que las cosas estaban tensas y prefería no opinar. Nico se despidió con un <<Buen día>> y bajó del automóvil.
Inmediatamente se dio cuenta que algunas personas lo señalaban o susurraban cuando él pasaba. Qué extraño. Saco su celular para fingir que respondía mensajes y se sorprendió al ver una notificación de Facebook. La presionó y soltó un suspiro.
Una foto de su mamá, Harry y él en la Navidad de 2010 apareció. Puto Facebook y sus recuerdos de mierda.
¿Y por qué se creo una cuenta a tan temprana edad? Su inocencia e infancia se perdieron gracias a Facebook. De repente recordó que Harry había vuelto a la ciudad. Debía llamarle.
A la hora del receso, Nico se sentó junto a MJ, quien le dio una sonrisa incómoda. Eran amigos, pero no pasaban mucho tiempo juntos sin Heather. Ella los unía. Literalmente se conocieron gracias a la pelirrosada. Estaban comiendo en silencio cuando un nervioso Peter se acercó a ellos.
—¿Y Heather?
Nico rodó los ojos, ignorándolo y volviendo a su almuerzo. No sabía por qué, pero Peter no le parecía agradable.
—Me escribió diciendo que se sentía mal.—dijo MJ, observando a Peter unos segundos y volviendo la vista a su comida.
El castaño asintió vacilante y fue hasta su mesa con Ned. Tenía que escribirle a Heather y asegurarse que estuviera bien.
Heather gruñó para no escuchar lo que decía Pepper. Se escondió bajo sus sábanas y almohadas mientras su tía le recordaba que esa sería su única ausencia a la escuela.
—...y tengo que salir a llevar a Morgan a la casa de Steve. Tony está ocupado en su taller, asi que si necesitas algo dile a Happy que te lleve.—terminó de decir la rubia y cerró la puerta.
Heather salió de su escondite y le puso play a su playlist de canciones tristes en Spotify. Estaba cantando con todo el corazón a Someone Like You de Adele cuando recibió una notificación.
Peter
Hey
¿Estás bien?
Ned te quería contar como
perdió su sombrero en
una partida de Beer-Pong
en la fiesta del viernes.
Heather rodó los ojos y continuó escuchando música. Se preocupaba por ella como si fuera su hermana. Esas palabras se repetían tanto en su mente que quería abrir su cerebro y sacar el recuerdo con sus propias manos. Durante el fin de semana se dio cuenta de algo que nunca le admitiría a nadie, ni a ella misma: Tenía sentimientos por Peter. Lo Que Siento de Cuco empezó a sonar y no pudo evitar cantar a todo pulmón. Ya había comprobado que Peter no sentía nada más que amistad, y sí, ella lo superaría, pero quería llorar un poco más.
—Sin ti mis días son largos y se sienten tan amargos, me ahogo en un lago de mis lágrimas que hago...—cantó hasta sentir un fuerte dolor en el abdomen.
¡No! Lo que le faltaba. Su periodo menstrual estaba a punto de llegar.
—Universo, ¿qué te he hecho?—se dirigió a nadie específicamente. Abrió cada uno de sus cajones, empezando a desesperarse hasta darse cuenta que...—¡No tengo toallas!
Se puso una chaqueta sobre su pijama, unas sandalias y bajó las escaleras. Buscó a Happy, sin éxito, y no quería molestar a Tony. Soltó un profundo suspiro, agachándose por unos segundos en el suelo y se preparó mentalmente para salir a alguna tienda cercana.
Guardó sus llaves en un bolsillo de su chaqueta y caminó rápidamente por la calle, evitando alzar la mirada. Se preguntaba si con cinco dólares le alcanzaba para toallas higiénicas y un par de choco...
¡Meow!
Heather dejó de caminar, alzando finalmente la mirada y dudando si el maullido había sonado en su mente.
¡Meow!
Definitivamente no era su mente. Buscó de dónde provenía el sonido hasta que notó una caja en el callejón junto a ella. Se acercó y abrió la caja. Seis pequeños gatitos la observaron desde dentro.
—Hola, pequeños.—susurró, acariciando a uno. Miró el resto del callejón, pero no había nadie.
Alzó sus hombros y cargó la caja entre sus brazos. Tony y Pepper no se molestarían. Siguió su camino a la tienda más cercana, empujó la puerta con su trasero y le sonrió al cajero, un señor mayor.
—Buenos días, señor López.—saludó amablemente.
Él le sonrió.—¿Qué traes allí?—Heather puso la caja en el suelo y la abrió, mostrando a los gatitos.—Oh, que lindos.
—Alguien los abandonó en un callejón, no los podía dejar solos.—explicó ella.
—La comida de gato está en el tercer pasillo.—dijo el señor López y la chica asintió.
Agarró una bolsa con una imagen de gato y avanzó hasta el siguiente pasillo, donde estaban las toallas higiénicas: su principal objetivo. Al girar, chocó con el pecho de una persona. Heather tambaleó, a punto de caer, cuando el extraño la sujetó del brazo.
—Perdón.—dijo el chico, quitándose un audífono rápidamente. Era mucho más alto que ella, con cabello castaño y nariz ligeramente grande.
Heather se levantó, quedando a centímetros de él. Se soltó de su agarre y lo rodeó, siguiendo su camino. Buscó la marca de toallas higiénicas que usualmente compraba y regresó a la entrada de la tienda. Dejó la comida y las toallas frente al señor López y hurgó en sus bolsillos por dinero. Sólo tenía un billete de cinco dólares... no alcanzaría. Soltó un suspiro de estrés, tendría que llamar a Tony.
Un billete de diez dólares se deslizó por la caja hasta quedar junto la comida de gatos. El chico castaño sonrió.—Lindos gatitos.
—No es necesario...
—Tranquila, aunque deberías saber que tus gatos necesitan una caja de arena cada uno.—dijo ladeando la cabeza.
Heather gruñó. Nunca había tenido un gato.
—Yo pago esto, señor.—dijo el chico al señor López, quien asintió, escondiendo una sonrisa pícara.
La pelirrosada agarró la bolsa con sus cosas y se acercó a la caja con los gatos.
—¿Necesitas ayuda?
Heather giró, mirando confundida al chico. Nunca lo había visto.—No...
—Perdona, pero... ¿te conozco?—dijo él con una sonrisa ladeada. Heather negó.—Soy Harry.—saludó.
No sabía si era seguro darle su verdadero nombre al chico, así que tenía que inventar uno rápido.—M-Morgan.
El chico sonrió, sin apartar su mirada, haciendo que Heather se sonrojara levemente. Le dio una sonrisa incómoda y siguió su camino hasta la puerta de la tienda.
Escuchó la puerta volver a abrirse tras ella, se giró y vio que Harry se acercaba.
—P-perdón, es que... eres muy bonita. ¿T-te gustaría salir en algún momento?—dijo Harry nerviosamente.
Ella le dio otra sonrisa incómoda.—No...
El castaño agachó la mirada y sonrió de lado.—S-sí, perdón, eh... adiós.
Se dio la vuelta, empezando a alejarse. Heather soltó un suspiro. Tenía que superar a Peter de alguna manera y Harry no estaba... mal. Sólo esperaba no arrepentirse.
—Espera...—gritó y el chico se giró esperanzado.—Dame tu número.
—¡Estás loca, niña!—escuchó Nico, haciendo que corriera hasta la sala de estar. Ahogó un grito al ver a seis gatitos jugar sobre el regazo y cabello de Heather. Tony cargaba a Morgan, quien intentaba soltarse y acercarse a los animales.—No los tocarás, Morgan, pueden tener enfermedades. Heather, aléjate, te dará clamidia.
—Esa es una enfermedad de transmisión sexual, idiota.—rió Heather.
Antes que su tío respondiera, Nico entró completamente. Se agachó y acarició a una gatita blanca con manchas negras.
—Qué hermosos.—susurró.—¿De quién son?
—Nuestros.—sonrió la pelirrosada.—Los encontré abandonados en un callejón.
—No son nuestros...
—Relájate, Antonio. Los bañaré y vacunaré con tu dinero.—explicó Heather.
Tony abrió la boca indignado.—Pepper se enterará de esto. Vamos, Morgan.
—Yo quiero...—empezó la niña, pero su padre ya se la había llevado.
Nico observó por unos momentos a Heather jugar con los gatitos.
—La escuela no fue lo mismo sin ti.—susurró, y la chica alzó la vista, alejándola al darse cuenta de la cercanía del chico.
—No debió ser tan mala...
—Bueno...—Nico no le diría lo ansioso que se había sentido sin tener con quien hablar o bromear. Se había acostumbrado a estar con Heather y eso no era bueno.—Deberíamos hablar de... ya sabes.
Heather cerró los ojos, incómoda, y negó.—Hay que simular que no ocurrió. Estábamos borrachos...
Nico asintió.—Así que... ¿mejores amigos?
Heather sonrió y lo abrazó.—Siempre.
¡Buzz!
Una notificación llegó al celular de la chica.
—Ayúdame a subirlos a mi habitación.—le pidió a Nicholas mientras sacaba su propio celular de su bolsillo.
MJ💓
Mira esto ya. (link)
Presionó el link adjunto y su corazón cayó hasta su estómago, causando una sensación de ansiedad y confusión.
—¿Qué pasó? Estás más pálida que un fantasma.—bromeó Nico, acercándose y viendo la pantalla.
—N-no sé.—Heather vio la foto con ojos bien abiertos. Salía ella sentada sobre una mesa y el chico desconocido de la fiesta la besaba.
—¿Qué?¿Quién es?—dijo Nico, sentándose junto a ella.
—No recuerdo su nombre.—admitió Heather, deslizó a la siguiente foto y su corazón se detuvo.
Era una foto de Nicholas y ella en la piscina. Besándose.
Dejó caer su celular, alejándose de él. Nico lo agarró y tragó en seco al ver la foto. Pensaban que habían estado solos. Entró a la sección de comentarios y pasó una mano por su rostro con estrés. Habían más de cincuenta comentarios catalogando a Heather de puta, zorra y más nombres crueles.
—¿Quién es esta gente?—susurró y entró al perfil del usuario, pero no reconocía a la persona.
—No sé el nombre de las personas de la escuela, soy nueva.—dijo Heather con la voz aguda por la ansiedad. Intentó quitarle el celular, pero Nico lo alejó.
—No vale la pena que leas esto, son unos idiotas.—gruñó el chico. Bloqueó rápidamente la cuenta, evitando que su amiga pudiera entrar y leer los comentarios.
Heather intentaba desesperadamente de controlar sus ganas de llorar. Sintió los brazos de su amigo rodearla y acariciar su espalda. El celular seguía sonando, otras notificaciones y mensajes llegando, pero Nico sabía que si la pelirrosada leía eso, se sentiría horrible.
—T-todos en la escuela sabrán.—susurró ella.
—Y los mandaremos al demonio porque no nos importarán sus comentarios, ¿ok?—se separó y agarró sus hombros. Una lágrima se deslizó por la mejilla de la chica.
—Piensan que soy una z-zorra.—dijo con un leve quiebre en su voz, partiendo el corazón de Nicholas. ¿Peter,
MJ o Ned pensarían eso?
—Pero no lo eres, Heather. Yo lo sé, tú lo sabes, y las personas que te quieren también.—alzó su barbilla y limpió sus mejillas.—No dejes que te afecte. Sólo te envidian porque pudiste conseguir más ligues que ellos en todas sus miserables vidas.—Heather rió levemente.—Tú siempre dices que ninguna chica es puta por besarse con quien quiera, vestirse como quiera, etc... ¡y es la verdad! No debes dejar que esa gente cambie tu tan genial y sincera mentalidad.
Heather asintió y le dio una pequeña sonrisa.—G-gracias...
Nico la envolvió en un fuerte y cariñoso abrazo, haciendo que cayeran al suelo. Los gatos los miraron extrañados y siguieron jugando entre ellos. Ambos intentaban no llorar. Heather estaba siendo atacada en internet y Nico no soportaba verla triste. Si la chica se sentía mal, él también se sentía así. Si ella se sentía alegre, él también se sentiría así porque la quería. Se querían... y mucho más de lo que ambos pensaban.
Heather y Nico entraron a la escuela.
La gente no tardó en señalarlos, susurrar y darles largas miradas. La chica tenía la mirada clavada en el suelo. Todos habían visto la publicación donde la llamaban "Puta".
—¿Es que no tienen nada mejor que hacer?—gritó Nico.—Consíganse una puta vida.
Todos los dejaron de mirar, aún susurrando entre ellos. Heather le dio una media sonrisa a su amigo y fue a su primera clase.
Si la mañana había sido difícil, el receso iba a ser peor. Heather buscó su usual mesa con Nico y MJ, intentando evitar a las demás personas. Se sentó junto al chico y frente a su amiga, hundiéndose en un silencio incómodo.
—Así que... ¿están juntos?—dijo MJ.
—¿Qué? ¡No!
—No, no, jamás.
Dijeron ambos al mismo tiempo. Se fulminaron con la mirada. Nico tapó la boca de Heather para poder explicarle la verdad a la morena.
—Eh, tranquilos, era una broma. Todo eso que dijeron de ti me parece una gran estupidez. Si te quieres besar con todos o con nadie, es tu decisión.—dijo MJ, dándole un leve apretón a la mano de su amiga, quien le sonrió agradecida.
—Igualmente, si estuvieramos juntos serías la primera en saber.—dijo Nico.
—Pero no pasará.—dijo Heather, recibiendo una mala mirada del chico de rulos.
—Ouch. Es porque soy feo, ¿no?—Nico fingió secar una lágrima.
—¡No!—empezó Heather.
—Admito que sonó algo ofensivo.—la interrumpió MJ, suprimiendo una sonrisa.
Heather rodó los ojos.—No quise decir eso, tontos.
—¿Escuchan eso? Es mi corazón romperse porque me dijiste feo.—dijo Nico dramáticamente. MJ negó decepcionada hacia Heather, pero no aguantó más y rió junto con su amigo.
Heather volvió a rodar los ojos, sonriendo un poco.—Mejor comeré mis papitas en silencio.
Peter no había dejado de observar a Heather desde su mesa durante todo el receso. Ned lo notó, pero decidió no comentar.
—No entiendo. Toda la semana pasada se sentó con nosotros.—susurró Peter.—Tal vez me está evitando.
Ned bufó.—¿Será porque la friendzoneaste? Mejor dicho, la hermanazone... ok, no sé como se dice, pero eso.
—¿Y qué querías que le dijese? ¿Me gustas? No sé si ella siente eso por mí.—se defendió.—Ni siquera sé si yo siento algo más que...
—Ya cállate, Parker.—lo interrumpió Ned, mirándolo mal.—Tienes que parar de mentirte a ti mismo. Aunque... nada, olvídalo.
—¿Qué cosa?
Ned evitó su mirada, incómodo.—Veo que no sabes, pero ayer salieron fotos de ella y...—bufó.—No llores, pero apareció una foto de Nicholas y Heather besándose en la fiesta.
Peter abrió bastante los ojos.
—Pero eso no es lo peor. El usuario, el cual creo que es falso, empezó a decir que ella era una zorra por haberse besado también con otro chico, uno de otra escuela.—continuó Ned.—Odio a la gente así. Heather no merece que le digan ese tipo de cosas.
—¿Qué?—susurró Peter. Demasiada información había pausado su mente por un momento. Alzó la vista hacia la mesa de Heather, quien junto a MJ le lanzaron una papa frita a Nicholas en el cabello. Reían alegremente, como si el día anterior nadie hubiera cyber-bulleado a la pelirrosada.
—Sí, así que antes de ponerte celoso porque está con el chico más guapo de la escuela, deberías preguntarle si está bien por lo de ayer.—dijo Ned.
—No es el chico más guapo de la escuela.—chilló Peter con el ceño fruncido.
—Y, por supuesto, eso fue todo lo que escuchaste de lo que dije.—dijo Ned, rodando los ojos.—¿Por qué crees que las chicas dicen todas esas cosas de Heather? ¡Le tienen envidia! Escuché a Josie Gray lloriquear con sus amigas en la clase de Química porque se acercó a Nicholas en la fiesta, pero la ignoró. Ahora sabemos por qué...
Peter frunció el ceño.—No... ellos no pueden...—dijo en voz baja.—No creo...
—Perdiste tu oportunidad, hermano.—dijo Ned, dándole una palmada en el hombro.—Hasta tenía una lista con nombres para sus hijos, pero veo que ya no será necesaria.
Peter, que aún estaba perdido y confundido, arqueó una ceja hacia su amigo.—¿Eh?
—Si era niño, obviamente lo iban a llamar Ned. Si era niña, Nedda o Edwarda, no había presión.—dijo Ned tranquilamente.—Ahora haré una con nombres para los hijos de Nico y Heather. Oh, serán bebés muy lindos. ¡Qué emoción!
—¿Puedes parar?—dijo Peter, fulminándolo con la mirada.—¿Tienes la publicación?
Ned sacó su celular y se lo dio a su amigo. Peter entró al perfil del usuario que había publicado las fotos.
—No reconozco este nombre.—susurró.
—Yo tampoco. Debe ser alguien usando un nombre falso.
¿Pero quién?, se preguntó Peter. Una idea llegó a su mente y sacó su iStark.
—El señor Stark hizo este celular muy avanzado. Creo que podemos hackear la cuenta y saber si la persona está en un radio de cinco kilómetros.—explicó el castaño.
Ned torció la boca.—Eso es muy grande.
—Lo sé, pero podre...—la voz de Peter fue cortada por una llamada entrante en su celular.—Oh, rayos. Es el señor Stark. Sólo me llama cuando...
—¿Cuándo qué?—dijo Ned desesperado.
Peter tragó en seco. Le dio una última mirada a Heather y salió de la cafetería, ignorando los llamados confundidos de Ned.
Heather cerró su casillero, se empezó a poner sus audífonos y...
—Puta.—dijo alguien a su espalda. La pelirrosada cerró los ojos, soltando un profundo suspiro.
Flash. El idiota, imbécil y cruel Flash.
Escuchó las tontas risas de los tontos amigos del tonto de Flash.
—...en la próxima fiesta ya tendré asegurada a alguien que me chup...
Todos retrocedieron cuando Flash cayó al suelo por el fuerte golpe del libro de Heather. Su libro de tapa dura de Harry Potter y La Orden del Fénix jamás le había ayudado tanto.
—I'm that bitch. Been that bitch, still that bitch...—Savage de Megan Thee Stallion había empezado a sonar por sus audífonos.
Heather sonrió y miró a Flash, quien tocaba con dolor su mejilla en el suelo.
—Pues esta puta te acaba de golpear.—dijo la pelirrosada.
Las personas en el pasillo la observaban impactados. Heather les sacó el dedo medio de cada mano y salió corriendo. Abrió la puerta de entrada y bajó las escaleras rápidamente. Nico, quien leía tranquilamente un libro con un pequeño chupete rosado en su boca, alzó la mirada y la miró confundido.
Heather dio una vuelta, saltando el último escalón, se acercó a su amigo, le quitó el chupete de la boca, poniéndolo en el suyo lentamente.
Nico se sonrojó, aún confundido por su actitud. La chica le guiñó un ojo y salió del colegio.
—Sabes que nos vamos juntos con Happy, ¿no?—gritó Nicholas, pero su amiga ya se había ido.
Heather no tenía tiempo para darle importancia a los comentarios de los demás. ¿La llamarían puta por hacer lo que le daba la gana? Pues, qué lástima por los demás, les dolería la garganta de tanto llamarla así.
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Soy la única que shippea a Nico y a Heather? sjsjs no mentira, esta historia es de Peter Parker.
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