After Game • Peter Parker ✓

43 | Mi Peter

       Peter caminó nervioso por los pasillos de la mansión a la oficina de Tony. Esperaba que la "emergencia" no estuviera relacionada con su ruptura con Heather. Había pasado una semana y le dolía demasiado, pero no sabía como acercarse a pedir perdón. Tal vez era muy orgulloso para hacerlo. O tal vez aún no asimilaba el hecho que ya no estaban juntos. Ya no era su novio. De seguro, ni lo consideraba su amigo.

       —Te me vas relajando, Virginia Potts.

       —¡Es que no puedo entender como estás tan calmado y haciendo chistes durante esta situación!

       —¡Es mi mecanismo de defensa para no tener un ataque de ansiedad y agradecería que me dejarás de gritar al oído como una maldita alarma!

       —Pues gritar en tu oído como una alarma es mi mecanismo de defensa.

       Peter escuchó la discusión al otro lado de la puerta. Eh... ¿debía entrar e interrumpir? Tenía miedo de entrar justo cuando un jarrón estuviera por los aires y le cayera justo a él.

       Tocó dos veces, provocando un silencio, y se asomó precavido. MJ y Nicholas estaban sentados en un sillón, muy pálidos y con rostros asustados. Pepper y Tony estaban frente a una gran pantalla, mirándolo confundidos.

—H-hola. ¿Cuál es... eh, uhm, la emergencia?—murmuró Peter.

—Oh, cierto que te llamé.—dijo Tony, palmeándose la frente.—En ese momento, la emergencia era que se nos acabaron los cupcakes y te iba a hacer compr...

—Heather desapareció.—interrumpió Pepper molesta.

—De nuevo.—añadió Nico.

Peter sintió que se iba a caer de la torre más alta del mundo. Se recostó contra la pared para mantener su balance. Debía estar en una pesadilla. Todo estaba volviendo a pasar... por tercera vez. Primero, el secuestro. Luego, su viaje inesperado al espacio, y ahora, desapareció otra vez. ¿Que tenía el universo con Heather para hacerla desaparecer constantemente?

¿Mala suerte? Heather definitivamente era "el personaje principal" de la vida.

La mano de Pepper lo distrajo de sus pensamientos.

—Siéntate, parece que te vas a desmayar.—dijo la mujer. Lo sentó junto a MJ y le dio un vaso de agua.

Sí, sentía que se iba a desmayar. Pero podía ser culpa de los miles de brownies que le mandó Betty la noche anterior (los cuáles decían "PERDÓN POR TU RUPTURA").

—Es mi culpa.—admitió MJ. Una lágrima rodó por su mejilla, pero Nico la limpió.

—No lo es.—susurró su novio.—Pero necesitamos saber lo que pasó.

Peter se acercó a MJ y, de repente, la morena lo abrazó. El castaño acarició su espalda.

—Tranquila. No es tu culpa.—la reconfortó.—Yo me torturé a mi mismo la primera vez, pero no. No somos los villanos, MJ.

La chica se separó, asintiendo y secando sus lágrimas. Desde el otro lado de la habitación, Tony sonrió, orgulloso de su Peter.

—¿Dónde está Morgan?—preguntó Peter a los adultos.

—Con Happy y May.

—¿Qué?¿Están aquí?—preguntó sorprendido.

—Confiamos más en ellos que en los guardaespaldas.—explicó Pepper.