19 | Día de la Manifestación

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Todo súper héroe hace sacrificios. Algunos son más grandes que otros. Por ejemplo, Natasha, Gamora, Visión y Daniela habían sacrificado sus vidas por el universo. Loki se sacrificó por su hermano, Thor. Yondu se sacrificó por Peter Quill. Y la lista seguía.

       A Peter Parker ya no le importaba sacrificar su privacidad o revelar su identidad. Tampoco le importaba que Tony lo hubiera ignorado y excluido durante las últimas dos semanas. Bueno... le dolía, pero podía disimularlo. Ahora sólo le importaba Heather, la chica que fue arrebatada de su vida justo cuando iba a declarle sus sentimientos.

       Soltó un suspiro al verse en el reflejo del espejo. Su viejo traje de Spider-Man le quedaba un tanto apretado, pero no tenía elección pues Tony le había quitado el nuevo. Comprimió con fuerza la máscara que traía en su mano y salió de su habitación.

       En su sala de estar se encontraba su tía May sollozando mientras Ned la tranquilizaba. Ambos se levantaron al ver a Peter entrar. May se secó las lágrimas y corrió ha abrazar a su sobrino.

       —Eres muy valiente, Pete.—se separó y le sonrió.—Estoy muy orgullosa de ti.

       Ned le dio una palmada en el
hombro y asintió.—Heather te lo agradecerá.

       Pensar que volvería a ver a la pelirosada le agitaba el corazón y erizaba la piel. Peter les dio un intento de sonrisa.

       —Ok. ¿V-vamos?—le preguntó a Ned, quien asintió. Era preferible que May viera todo desde la televisión.

       —Cuídense.—May le dio otro abrazo a su sobrino y a Ned.

       En el elevador, el moreno no dejaba de observar a Peter.

       —Estoy bien, Ned.—dijo un poco irritado.

       —¿Hablaste con Stark?—El silencio de Peter le respondió.—Nunca sigues mis consejos.

       —Solo sigo a mi corazón.—intentó ser burlón.

       —¿Aunque sea planeaste algún discurso motivacional?—preguntó Ned.

       El castaño gruñó.—Oh, rayos. Se me olvidó.

       Peter, vestido de Spider-Man, iría por telarañas hasta la Casa Blanca mientras Ned pediría un taxi y se ocultaría entre el público y entrevistadores. Al llegar, los guardias de seguridad lo dejaron pasar a la gigante mansión. El presidente apareció y le dio una falsa sonrisa, estrechándole la mano.

       —Un gusto, Spider-Man.

       —Eh... igual.—respondió Peter.

       Algunas personas les tomaron fotos hasta que el presidente llevó a Peter a la azotea.

       —Supuse que aquí se vería más... caótico. Además, en cualquier momento puedes huir con tus telarañas.—explicó el señor.—Por cierto, sabes si... ¿la otra mitad del trato se va a cumplir?

       Peter sabía que se refería a Tony y entregar su empresa a PROCSO.

      Spider-Man tensó la mandíbula.—Los Vengadores y yo no estamos en contacto.

       —Oh, eres de los independientes. ¿A lo Zayn Malik?

       —¿Quién?—dijo Peter, ladeando su cabeza.

       —Presidente.—una señora bajita se asomó por la puerta.—Es el momento.

       El señor le dio una palmada en la espalda y Peter subió por las escaleras a la azotea. Sentía que recorría el "camino de la vergüenza". El camino final. El que definiría todo.

After Game • Peter Parker ✓Where stories live. Discover now