41 | Sanos y salvos

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       Heather abrió la puerta del restaurante y tomó una bocanada del aire fresco de la ciudad de Queens. Caminó hasta un poste y se recostó en él.

       —Escúchame por favor. Ella me besó a mí. La separé rápidamente, lo juro, no es mi culpa.—dijo Peter, quien obviamente la había seguido.

       —Si no lo es, ¿por qué me has evitado estas últimas semanas?—preguntó con la mirada fija en la luna, sin atreverse a verlo a los ojos.

       —Porque sabía que te pondrías así.—se defendió.

      Heather resopló.—¿Qué esperabas que hiciera? ¿Riera y te llenara de besos?¿Que dijera que todo está bien?¿Qué yo estoy bien?

       —Nuestra relación no ha estado muy bien últimamente, lo sé, pero no eres la única que está afectada.—atacó Peter, algo molesto.

       La rubia lo miró a los ojos por primera vez y musitó.—Al menos yo estoy intentando mejorarnos.

       —Pero no le pedí que me besara. No hice nada malo.

       Heather tragó el nudo en su garganta y se cruzó de brazos.

       —¿O sea que si te pido que te alejes de ella lo harías?

       Peter frunció el ceño y se quedó en silencio unos segundos hasta que soltó una risa seca.

—No puedo creerlo. Sabes que ella es mi única amiga en ese lugar lleno de idiotas.

       Heather sintió su sangre hervir. ¿En serio tenía la osadía de doblar las cartas contra ella?

       —Pues es ella o yo.

       Silencio. El puto silencio de Peter rompió su corazón. El chico negó.

       —No puedes hacerme eso.—murmuró.—Es como si te pidiera escoger entre Nico y yo.

       —Claro que no. A Nico lo conozco hace casi un año. Literalmente es parte de mi familia. A ella la conoces de un mes.—dijo Heather mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.—¿Pero sabes qué? Si me lo pidieras, te escogería a ti. Siempre a ti, porque yo...

       Te amo. Es lo peor que has escuchado, ¿no?, pensó, sin tener el suficiente valor de decirlo.

       —Porque yo t-te quiero.—susurró Heather.

       Peter suspiró, tranquilizándose un poco. Estiró sus manos para agarrar las suyas.

       —Yo también te quiero.—susurró sincero.—Pero Sinthea me prometió que no siente nada por mí y que actuaremos como que eso no pasó.

      Heather soltó sus manos y asintió.

       —Ok. Entonces tomaste tu decisión.—logró no quebrar su voz.—T-terminamos.

       Peter abrió la boca para protestar, pero la cerró. Apretó fuertemente su mandíbula.

       —Si eso es lo que quieres.—musitó brusco. Sin esperar más, pasó junto a ella, chocando su hombro a propósito, y se fue.

Gotas de lluvia empezaron a caer fuertemente sobre ella. Justo lo que faltaba.

       La respiración de Heather se empezó a acelerar a la vez que su inseguridad incrementaba. ¿Había tomado la decisión correcta? Quería dejar caer el escudo que protegía su corazón y correr tras él. Rogarle que la amara. Que lo hiciera tanto como ella a él.

After Game • Peter Parker ✓Where stories live. Discover now