After Game • Peter Parker ✓

50 | Portales silenciosos

       Heather miraba perdidamente el techo. Tenía cables y sensores en su cabeza, muñecas y piernas mientras Bruce le hacía un análisis. Peter estaba sentado en un sillón, sin quitarle la mirada de encima. La rubia no había hablado desde que salieron del gimnasio hasta llegar al Complejo.

       La puerta del laboratorio se abrió y Tony Stark entró.

       —Strange, Magneto y los demás hicieron un plan. Ya se fueron.—contó.

       —¿Cuál es?—preguntó Peter.

       —Nos vamos a reunir cuando Galactus venga y... ya. Tiene más detalles, pero no escuché.—explicó Tony.

       —¿Y Kingpin y Doctor Doom?

      —Wilson y su esposa fueron llevados a una prisión llamada Ice Box. Créeme, nunca van a salir de ahí. Y Reed y Sue intentaron hablar con Doom, al parecer se conocen, pero huyó.

       Peter bufó.—Esperemos que no aparezca dentro de dos días.

      Tony asintió y miró de reojo a Heather y Bruce, quien asintió disimuladamente.

       —Ehm... ¿Dónde está Miles?—dijo Peter, acercándose lentamente a la puerta.

       —Durmiendo tranquilo en una habitación.—dijo Tony y empujó al castaño de vuelta al sillón.—No irás a ningún lado.

       —Ustedes lo sabían todo este tiempo, ¿no?—dijo Heather de repente.—¿Por eso me obligabas a entrenar con Bucky y tener revisiones médicas con Bruce?—miró decepcionada al científico.—Pensé que eramos amigos.

       —Pero...

       —Y tú.—Heather señaló a Peter.—Que Tony me mienta no me sorprende a este punto, ¿pero tú, mi propio novio?

       —No, no.—interrumpió Tony.—No es su culpa, yo lo amenacé con separarlos si te contaba algo.

      Heather abrió los ojos como platos.—¿Qué rayos?

      —Era la única manera.—excusó su tío.—Los Osborns te inyectaron un suero, que aún no sabemos que contenía. Pensamos que no haría nada, pero en Inglaterra te transformaste completamente y perdiste control de tu cuerpo.

       Heather recordó que en un momento Mysterio le estaba disparando y al siguiente estaba despertando en una nave espacial.

       —¿Yo lo maté?—preguntó con voz temblorosa.—¿A Quentin Beck?

       Peter se acercó a ella y lentamente tocó su hombro, sin querer sobresaltarla.

      —Lo hiciste para salvarme.

       Heather sintió que iba a vomitar. Ella, una adolescente obsesionada con musicales y Nutella, había matado a una persona. Mysterio era una mierda, pero no era necesario que muriera. Tal vez hubiera podido ir a la cárcel.

       —Bruce y yo decidimos que era mejor reducir el suero hasta eliminarlo, por eso te dimos las pastillas.—siguió contando Tony.

       —¿Las pastillas para el dolor de cabeza?—dijo sorprendida.—M-me drogaban...

       —No, sólo eran pastillas que te... calmaban.

       Nuevamente, Heather sintió que iba a vomitar. Ahora todo tenía maldito sentido. Por qué siempre Bruce escondía sus análisis y la observaba con preocupación, o por qué insistían tanto en que tomara pastillas "para el dolor de cabeza" todos los días.