49 | Spider-tubbies

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       —Supongo que estirarte sin límites es divertido... pero yo puedo crear un portal y transportarme a donde sea y cuando sea.

       —Ok, tú ganas. Puedes ir al cine gratis, viaja gratis, robar comida...

      —Eso es vandalismo, Reed, y está mal.

       Ambos se quedaron silencio unos segundos hasta que soltaron una carcajada. Reed se estaba secando una lágrima cuando las puertas del elevador se abrieron. Entraron tranquilos al gran salón, pero se encontraron con el trono vacío.

       —Puede estar durmiendo.—sugirió Reed.

        Cerca del trono, habían unos guardias jugando piedra, papel o tijera.

       —¿Qué mierda?—murmuró Stephen.—¡Hey, ustedes! ¿Saben dónde está Medusa?

       Los hombres se irguieron y pusieron semblante serio.—La reina ha salido a resolver unos asuntos en el pueblo.

       —¿Y nuestros amigos?

       Los guardias fruncieron el ceño.

       —Una mujer y dos hombres algo tontos.—añadió Strange.

       —¡Oh!—exclamaron los guardias.

       —La princesa Crystal los encerró en Las Celdas Medio Profundas y a uno en La Celda Más Profunda.

       Stephen y Reed abrieron los ojos como platos.

       —D-debe haber una equivocación. Ustedes saben que ellos no son intrusos, libérenlos.

       —No podemos.—contestó uno.—Fueron órdenes de la princesa, y todos sabemos que nunca hay que contradecirle.

      Los guardias se giraron, dispuestos a irse.

      —Esperen.—llamó Reed.—Queremos hablar con ella.

       Los tres hombres se miraron entre ellos y rieron fuertemente. Stephen y Reed parpadearon confundidos.

       —Como quieran, humanos.

       El viaje en elevador fue largo, o eso sintieron ambos genios. Parecía que nunca pararía, hasta que lo hicieron en un salón parecido a un jardín. Por un lado habían plantas y por otro televisores. A lo lejos, una muchacha jugaba con un gigante perro.

       —Buen chico, Lockjaw.—rió la rubia.

       —Milady.—llamaron los guardias.—Estos humanos quieren hablar con usted.

       La princesa los observó de pies a cabeza con una ceja arqueada.

       —¿Ustedes qué son? ¿Animadores de fiestas?—se burló.—Están algo viejos para eso.

       Antes que Stephen pudiera responderle, Reed lo detuvo y habló.

       —Princesa, la reina Medusa nos dejó entrar a su bello palacio junto a nuestros tres compañeros. Ha habido un mal entendido y los han encerrado.

       La princesa no respondió, y al ver que ellos tampoco decían nada, frunció el ceño.

       —¿Y yo qué?

       Otra vez, Reed detuvo a Strange.—Usted debe dar la orden para que los liberen.

       La chica soltó una risa sarcástica.—Primero que todo, sus compañeros humanos casi matan a mi perrito...

After Game • Peter Parker ✓Where stories live. Discover now