Desperté en mi cama eso de las una de la tarde, me sentía aún un poco cansada pero era porque había llegado tarde al departamento. Aiden y yo nos quedamos hablando hasta muy tarde después de la fiesta y cuando volví lo primero que hice fue arrojarme a mi cama.
Ahora que el sol brillaba alto fui a darme una ducha mientras escuchaba algunas canciones en Francés y cantaba con mi muy mala pronunciación. Más tarde cuando acabe de higiénizarme, elegí algún conjunto de ropa cómoda y fui directamente a la cocina pero me sorprendió no oír la televisión prendida o si quiera sentir algún aroma a comida.
-¿Elián?
No recuerdo haberlo visto cuando volví de la fiesta pero supuse que estaría durmiendo en su habitación, sin embargo habían pasado varias horas y él al parecer no había despertado aún.
Solo esperaba que no esté con Amy aquí pero algo me decía que esa podría ser una posibilidad, después de todo Aiden los vio besándose en aquella fiesta.
No quise pensar en ello, tomé las primeras tostadas calientes que me pude preparar mientras oía las noticias y las unté con alguna mermelada que encontré al fondo del refrigerador.
De repente mi teléfono celular se hizo oír desde la superficie de la mesada y corrí a tomarlo aún con la tostada entre mis dientes. La pantalla de mi móvil estaba encendida y me sentí algo confundida al ver la imagen de Elián llamándome.
Fruncí el ceño sin comprender porqué me llamaba desde su habitación, así que fui directamente hacia allí. Estaba algo insegura de abrir la puerta pero al golpear una vez y no recibir respuesta decidí entrar.
-Elián ¿Por qué me estás llaman...? -me llevé la sorpresa de que en su habitación no había nadie. Solo me encontré con un montón de su ropa tirada en el suelo.
La llamada había acabado hace un momento y nuevamente volvieron a marcarme.
-¿Qué rayos...? -balbuceé antes de atender -¿Elián, dónde estás?
-¿Miku?
Esa definitivamente no era la voz de Elián y me pregunté si había perdido su teléfono celular, quizás alguien lo encontró y me marcó.
-Sí ¿Quién habla? -pregunté un tanto dudosa y le di una mordida a mi pan tostado.
-Soy yo, Evan.
Me atragante con el pan.
-¡¿Evan?! ¿Por qué me estás llamando desde el teléfono de Elián?
-Tuvimos un inconveniente -explicó, se oía algo somnoliento y quizás adolorido -Mi teléfono se quedó sin batería así que tome el suyo.
Negué sin comprender.
-¿El suyo? ¿Por qué estás con Elián? ¿Donde están? -mientras hablaba me acerqué a las puertas de cristales y salí al balcón -¿A qué te refieres con inconveniente?
"¿Acaso debo preocuparme o estos dos se volvieron amigos?"
Oí a Evan resoplar con fastidio.
-Escucha, no tengo mucho tiempo porque él también tiene poca batería pero te llamé para que les informes a los demás.
"Sí, es hora de que me preocupe"
Su tono de voz comenzaba a intranquilizarme.
-Elián y yo nos enfrentamos a dos desconocidos, ellos son realmente fuertes, uno de ellos nos... Nos ¿Teletransportó? Sí, eso parece y ahora tu ridículo amigo vampiro y yo estamos a un país de distancia.
Escupí mi pan y la anciana vecina de a lado que estaba haciendo yoga me miró con cara de asco, pero no le hice caso.
-¡¿Qué?! ¿Cómo es eso posible?
-No tengo idea, ahora escúchame -ordenó -Amy estaba con nosotros, ella aún sigue viva, lo puedo sentir pero está herida así que necesito que les avises a los demás, que la busquen y la ayuden ¿Te quedó claro?
-Sí.
"Acabo de despertar y ya hay problemas"
-¿Dónde está Elián? Pásame con él.
-No puede.
"¡¿Por qué no?!"
-¡¿Por qué no?! -mi mente y yo gritamos al mismo tiempo. Realmente estaba alterada y asustada.
Oí a Evan resoplar nuevamente y podía jurar que puso los ojos en blanco.
-El tipo al que nos enfrentamos anuló nuestras habilidades, no podemos movernos con velocidad, no tenemos fuerza y lo peor es que no podemos regenerarnos.
"Oh no"
No soy una persona tonta, solo necesité de ello para deducir el final.
-¿Elián está herido?
-No es de gravedad, pero aún sigue inconsciente.
Sentí caer un peso sobre mí.
-¿Cómo se que no mientes?
-Tendrás que confiar en mí -luego oí el pitido de baja batería -Esta porquería se apagará, así que necesito que les avises a los demás de lo que te dije. Busquen a Amy, asegúrate que esté bien, ni bien vuelva a tener batería te volveré a llamar.
-Pero quiero hablar con Elián.
-Estará bien, confía en mí -me pidió -Por favor has lo que te dije.
Asentí y cuando quise decirle algo más la llamada se cortó, intenté volver a marcarle pero no hubo tono.
-¡Maldición!
Corrí hacia mí habitación para ponerme unos zapatos y tomar mis cosas. No tenía idea de quienes sean aquellos desconocidos que los atacaron pero si se trataban del equipo de Clary no traerían cosas buenas con ellos.
Busqué en mi lista de contactos y le marqué a Aiden, él necesitaba saber lo que le pasó y le pediría que fuéramos juntos a avisarle a Thomas, después de todo es el tercer líder al mando cuando Evan y Amy estaban fuera del tablero.
****
Una hora después...
Thomas se había encargado de avisarle a Austin lo ocurrido con Amy y al cabo de poco tiempo llegó pero estaba acompañado de Liam y Naomí que por obvias razones debían asegurarse que su madre esté bien.
Amy y los demás esperaban en el jardín trasero de la casa, sentados hablando sobre lo ocurrido, todos preocupados por lo que les podría haber pasado a Elián y Evan, y sin embargo la atención de la bruja fue llamada de inmediato por sus hijos al momento en que estos dos mellizos cruzaron las puertas.
-¡Mamá! -la adolescente de cabellos cafés y ojos verde musgo corrió hacia ella para abrazarla con fuerza -¿Estás bien? Dime qué estás bien.
Amy sonrió, tomó el rostro de su hija entre manos y la acarició con cariño.
-Estoy bien, nada malo me pasó, tranquila.
-El tío Austin estaba con nosotros cuando llamaron, pensé que algo malo te había ocurrido.
Amy se enternecio ante la reacción de su hija y volvió a abrazarla con mucho amor. Ahora que aquel extraño ente de maldad y tristeza que abarcaba su interior, ya no estaba, se sentía mucho más libre de poder sentir sus emociones.
Ya no se sentía anestesiada por el dolor y de ese modo la actitud rigurosa y cruel que tenía estaba desapareciendo dejando en su lugar a la Amy familiar y dulce que antes había sido.
La mirada cariñosa de la bruja se posó en aquel chico frío que la contemplaba desde lejos. Sus ojos eran celestes grisáceos como los de su padre pero estos tenían una mirada dura.
Amy se apartó de Naomi lentamente y se acercó a su hijo que aún seguía de brazos cruzados con un semblante totalmente serio.
-Estás distinta -expresó el castaño -¿Ellos te hicieron algo?
Amy asintió apenas.
-Pero no es algo malo, descuida.
Liam apartó la mirada y eso hizo que Amy entristeciera. Ahora que la ira de Dominic no la dominaba, sus emociones como bruja de sentimientos volvían a resurgir desde lo profundo.
Liam observó de soslayo aquella expresión de pena en su madre y sintió un aguijón de incomodidad dentro suyo, pero incapaz de expresarse correctamente solo aclaró su voz y exclamó.
-Lo importante es que estés bien... mamá.
Al decir esto último mantuvo su mirada apartada pero no porque estuviera molesto, más bien estaba aliviado pero le era tan difícil expresar su cariño que no podía evitar ruborizarse de vergüenza.
Amy alzó la mirada de inmediato al oírlo llamarla mamá y sonrió de par en par, conocía a su hijo mejor que nadie y sabía lo difícil que para él expresar su preocupación por los demás o el aprecio, pero en éste momento Liam parecía internar transmitir esa empatía que deseaba.
Amy abrazó rápidamente a Liam y él no pudo devolverle el abrazo al sentir que todos tenían sus miradas en ellos pero por lo menos apoyó su barbilla en el hombro delgado de su madre y por un instante cerró los ojos al sentir su aroma a flores.
La quería y estaba aliviado de que ella esté bien, pero le era muy difícil demostrarlo, solo esperaba que ella de algún modo lo supiera sin necesidad de decirlo.
****
El pitido de un monitor marcando el ritmo cardiaco no dejaba a Elián descansar y acabó por abrir los ojos sin comprender porqué estaba en una habitación totalmente blanca.
De repente la puerta a un lado se abrió e ingresó Evan, empujando la madera con el pie y trayendo un vaso de café en la mano sana ya que la otra estaba envuelta en vendas y atajada con cabestrillo a la altura de su pecho.
-Hola, has vuelto a la vida, Mesías -Evan exclamó con tono burlón.
-¿Por qué estamos en un hospital?
-¿Ya lo olvidaste? -Evan se sentó en la silla más cercana y subió los pies a la cama de Elián -Nos atacaron, nos quitaron nuestras habilidades y casi mueres.
El rubio se observó el pecho y descubrió que debajo de la bata hospitalaria traía su torso envuelto en vendas.
-Parezco una momia -se quejó tratando de ponerse un poco más recto aunque el dolor que sintió lo detuvo.
-Oye, ten cuidado, al doctor no le gustará saber que por torpe te abriste los puntos.
Elián frunció el ceño.
-¿Por qué de pronto te preocupas por mí?
Evan puso los ojos en blanco.
-No me preocupo por ti, más bien por Amy.
Y aquello hizo que la expresión molesta de Elián pasará automáticamente a una de espanto.
-¿Dónde está ella? ¡¿Dónde estás Amy?!
Evan bebió de su café con total tranquilidad, solo para hacer tiempo y molestar a Elián. Luego sonrió de lado.
-Descuida, está bien... o eso supongo.
-¿A qué te refieres? ¿Dónde está?
-La pregunta debería ser "¿En dónde estamos?" Porque si no te has dado cuenta aún, vampiro, hemos sido enviados a otro país, algo lejos de casa y con nuestras habilidades anuladas será algo difícil volver.
-¿Qué?
Evan bebió lo que restaba de café en su vaso descartable, bajo los pies de la cama y se levantó con muchas energías.
-No te preocupes, ella debe estar bien. He recuperado fuerzas y nuestro lazo sigue existiendo, eso quiere decir que está a salvó.
Aún que el hecho de que haya recuperado energías gracias al lazo no quería decir que Evan no estuviese preocupado también. Obviamente sabía que Amy en este momento estaba bien ya que no parecía estar sufriendo dolor pero eso no le aseguraba que Miku y los demás ya la hayan encontrado, sin embargo estaba al tanto de que a la distancia no podría hacer nada y preocupar más a Elián no sumaria nada a la causa. Ese sujeto debía descansar un poco, estaba mal herido y no iba a agravar el problema ya que eso sería contraproducente si es que deseaba mantenerlo vivo, después de todo habían descubierto que la supervivencia de Elián mantenía a la Amy del pasado presente.
-Debemos salir de aquí he ir a buscarla -Elián se quitó un par de electrodos conectados a su cuerpo y la máquina detectora del ritmo cardíaco comenzó a hacer un silbido constante.
-Elián quédate quieto, si Amy estuviese en peligro yo lo sentiría y tú lo notarias fácilmente, no es como si pudiera ocultar el dolor cuando se pierde una bruja, créeme.
El chico de ojos azules aún así lo ignoró y se puso de pie.
-No estás haciendo que me sienta más tranquilo -se quejó y observó la bata azul que tenía puesta -¿Dónde diablos está mi ropa?
-Ahí -Evan le señaló al montón de ropa que había sobre una mesita -Te operaron hace unas horas, no lo olvides.
-Me importa un pepino.
Elián tomó sus pantalones y se los colocó, por suerte aún tenía su ropa interior puesta, luego se intentó quitar el delantal hospitalario pero el movimiento fue algo brusco y soltó un quejido.
-Estúpido y débil cuerpo humano -gruñó.
Evan se río de él.
-No eres humano, sigues siendo un vampiro pero sin habilidades.
-¿Te pregunté? -lo regañó.
El híbrido hizo una mueca de disgusto, podría discutir con Elián pero no tenía ganas de comenzar un mal día.
-A ver, déjame ayudarte.
-¡No necesito tu ayuda!
-Pues tu cara no dice lo mismo -paso junto a Elián y se colocó detrás de él ignorando aquel gesto de odio -Madura un poco ¿Quieres? Ya te he dicho que debes mantenerte con vida, y solo es por Amy que te ayudo, así que hazme el favor de no abrirte esa herida nuevamente para no poner en riesgo mi misión.
Elián no respondió solo volteó los ojos hacia atrás ante las palabras de Evan. No quería tenerlo ni un minuto más cerca, pero sabiendo en el estado en que ambos estaban sería difícil apartarse por el momento.
Evan intentó desatar el nudo de la bata pero con una sola mano le era muy difícil manipularlo.
-¿Ni siquiera puedes desatar un nudo?
-Oye, hago lo mejor que puedo -lo regañó -A ver, quédate quieto.
Evan se agachó un poco para acercar su boca a la nuca de Elián y éste dió un salto del susto.
-¡¿Qué diablos haces?! -se giró a verlo con cara de espanto.
Evan se encogió de hombros sin comprender porqué el vampiro hacia tanto escándalo.
-Solo trato de desatar el estúpido nudo ¡Nada más! ¡Deja de ser tan escandaloso! -el híbrido soltó un suspiro de cansancio -Si quieres irte de aquí debes colaborar un poco.
Elián apretó los dientes y apartó la mirada con molestia.
Evan resopló de fastidio, pues lidiar con el vampiro era como lidiar con un niño pequeño. Se acercó nuevamente a él y al no poder desatar el nudo con los dedos volvió a acercarse al nudo y jalarlo con los dientes.
-¿Ya lo hiciste?
-Aún no, quédate quieto -su voz salía extraña al tener tela entre los colmillos.
-Ya, déjame ir -se quejó Elián dando un paso al frente y tirando de la bata, entonces el cuerpo de Evan chocó contra el suyo justo cuando al puerta se abrió y una enfermera ingresó.
Lamentablemente para ambos se veían como si Evan estuviese besando el cuello de Elián.
La sonrisa enorme de la enfermera decayó un poco por la sorpresa al verlos tan junto y ambos chicos se voltearon a verla.
-¡No es lo que parece! -gritó Evan empujando a Elián rápidamente hacia un costado y el vampiro cayó al suelo soltando un quejido de dolor.
-¡Oh por Dios! -la enfermera corrió a ayudarlo -¿Está usted bien?
Elián gruñó de dolor y dejo que la enfermera pasará el brazo de él por sobre sus pequeños hombros para ayudarlo a ponerse de pie, sin haberse dado cuenta que cuando estuvieron en el suelo Elián le había robado unas tijeras que traía en el bolsillo superior de su traje de enfermería.
-Sí ¡Ay! Gra, gracias.
La enfermera logró ayudar a que Elián se sentara en la cama y se volvió a ver a Evan con una expresión de molestia.
-El paciente aún no se puede ir, usted lo sabe, y por favor tenga más cuidado -lo regañó.
Evan levantó las manos a la altura de sus hombros.
-Lo siento, no volverá a ocurrir.
La enfermera asintió, luego se giró a ver a Elián y le sonrió amablemente.
-Manténgase en cama, el doctor vendrá en unos minutos a revisar su herida, por favor sea paciente.
Elián hizo un mohín con los labios y asintió apenado.
Después de eso la enfermera se retiro de la habitación, no sin antes darle una mirada de regaño a Evan y cuando la puerta fue cerrada al fin, Elián se apresuró a sacar las tijeras y cortar el nudo de su bata.
Se volvió a poner de pie, tomó su camisa y a pesar del dolor que le causó los movimientos logró colocarsela, luego empezó a ponerse los zapatos.
-Oye, ella dijo que el doctor ya viene.
-Y yo te he dicho que me importa un pepino quedarme -respondió acabando de colocarse sus prendas -Quiero volver a casa y no pienso perder el tiempo aquí.
Elián cruzó junto a Evan y salió de la habitación, Evan solo se encogió de hombros dejando que el vampiro haga lo que quiera y salió detrás de él.
****
Cuando me encontré con Aiden, Naomi lo llamó y nos dijo que vinieramos a casa de Thomas, que ella y Liam estaban yendo para allí así que ni bien nos enteramos que Amy estaba en ese lugar nos dirigimos ahí.
Baje del automóvil y corrí tras Aiden hasta el pórtico de la casa, en el jardín aún habían un par de vasos descartables y la casa aún lucía un poco desordenada por la fiesta anterior.
Al golpear un par de veces fuimos recibidos por una bonita mujer rubia de ojos azules.
-Megan -la saludó Aiden con un tono apurado -¿Dónde está ella?
-En el jardín trasero, descuida, ella está bien.
Aiden corrió hacia allí sin esperar más y la mirada de Megan se posó en mí. Ella era una chica hermosa, no debía de tener más de veinte o veintidós años, era delgada pero con buenas curvas pronunciadas y un rostro atractivo como hecho para revista. Sin embargo lucía como alguien de carácter fuerte, quizás sea por la fiereza de su mirada o tal vez algo más.
-Por favor pasa -me pidió e ingresé de inmediato. Observé a mi alrededor, todo lucía tranquilo, dentro no había tanto desorden como afuera pero aún estaban algunas bolsas de basura llenas de vasos por doquier. -No acabamos de limpiar cuando Amy llegó.
Megan se paró a mi lado y me señaló el fondo de la casa.
-Están por ahí si quieres ir a verla.
Asentí y seguí los pasos de mi amigo. Una vez que salí al jardín trasero me encontré con Aiden abrazando fuertemente a su madre y ella correspondiendole con mucho cariño.
Al ver a Amy sentí que había algo diferente en ella, no parecía transmitir aquella oscuridad de la que me percaté la primera vez que la vi, más bien se veía como la Amy que Elián una vez me describió. Él me habló acerca de una chica hermosa y dulce que podía transmitir su espíritu protector y amigable con solo verte, alguien que parecía estar hecha de luz y esa era la Amy que en este momento podía ver.
No sé si los demás veían lo mismo que yo, no sé si los demás se habían dado cuenta de lo mismo, quizás su percepción sea diferente pero yo, como creación especial de un demonio, pude percatarme de todo ello, de su cambio repentino.
De pronto noté que más allá de la pequeña reunión estaba una chica rubia de rizos desarmados y largos que rozaban su cintura. Su presencia me recordaba a las muchachas pintadas en obras de arte renacentista, tenía la piel blanca y una belleza delicada.
Junto a esa desconocida estaba Rory que la tomaba de la mano y le enseñaba el árbol mar cercano, parecían estar jugando muy entretenidas bajo la vigilancia constante de un sujeto extraño que permanecía apartado de los demás.
En el momento en que miré a aquel tipo vestido de negro y cruzado de brazos, él volteó a ver y literalmente su mirada de ojos negros se posó en mí. Aquella mirada era pesada y dura como una roca, parecía querer transmitir con ella odio y oscuridad, pero si no estuviese viéndome, aún así me transmitiría aquel aura aterrador. Nunca antes estuve cerca de alguien que pudiera emitir tanta energía y mucho menos tan oscura, no obstante de algún modo se sentía familia.
-Evan llamó a Miku, le dijo que están bien pero que han perdido sus habilidades -exclamó Aiden, realmente preocupado -Que se han enfrentado a unos desconocidos y que tú estabas en peligro, mamá.
Amy negó justo a tiempo pues la chica rubia se acercó a nosotros acompañada de aquel sujeto pelinegro que me daba escalofríos. Físicamente era alguien apuesto, podría lucir como alguien que ganaría cualquier pelea clandestina sin recibir ningún rasguño, como lo era Aiden.
Era alto, notablemente bien entrenado por el grosor de sus brazos y lo ancho de su espalda que se notaba fácilmente bajo las prendas negras.
-Estoy bien, esos desconocidos de los que te habló son ellos dos, Diana y Cyrus.
Aiden se giró hacia los desconocidos igual de desconcertado que yo.
-Lamentablemente me enfrenté a ellos pero... me ayudaron.
Aiden negó sin comprender y se llevó una gran sorpresa cuando la chica rubia, Diana, dió unos pasos hacia él y lo tomó de las mejillas para contemplar su rostro. Yo también me sorprendí bastante al verla acercarse a él y tocarlo sin preguntar.
-Eres realmente hermoso -dijo mirándolo de forma fascinada -Tus ojos son los de una tormenta eléctrica, son como las ventanas de cielo.
Noté a Aiden no solamente sorprendido por la cercanía de aquella chica sino algo ruborizado.
-¿Qu, qué está pasando? -preguntó incómodo mi amigo el de ojos hermosos.
-En los recuerdos de tu mamá te veías como un niño muy lindo pero, nunca pensé que habías crecido para verte tan apuesto ¿Seguro que no estás hecho con magia? Nadie puede verse tan perfecto.
Cyrus y yo pusimos los ojos en blanco al mismo tiempo. Luego tomó a Diana del brazo y la apartó suavemente de Aiden para que lo dejara en paz.
-No hostigues, Diana.
-No entiendo nada ¿Quienes son ustedes? -preguntó Naomi, al parecer llegaron apenas minutos antes de nosotros.
Diana sonrió alegremente y apoyó ambas manos sobre su corazón.
-Mi nombre es Diana y él es Cyrus -se presentaron -Y soy un ángel, el último de mi clan.
Liam que estaba a un par de pasos míos escupió el jugo que estaba bebiendo y comenzó a toser compulsivamente.
-¿Esto es una broma? -Naomi se enfrentó a Diana -¿Qué clase de chiste malo es este? ¡Los ángeles no existen!
-Los vampiros tampoco y tú tío es uno ¿No es así? -le replicó la rubia con un tono suave y tranquilo.
-Lo es -exclamó Thomas -Lo comprobó.
Y al notar la seriedad del alfa todos supimos que se trataba de un tema real.
Cuando me di cuenta la mirada de Cyrus estaba nuevamente en mí, pero era como si buscará algo en mí y me volví hacia él. Sí quería decirme algo que lo hiciera de una maldita vez y como si hubiese leído mis pensamientos pasó de los demás y se acercó a mí.
-¿Te conozco? -pregunté y él negó lentamente.
-Tú no, pero tú alma sí -murmuró -¿No es así, Eris?
De repente sentí un fuerte golpe expandirse desde mi interior, como un latido proveniente de mi alma y lleve mis manos a mi pecho.
-¿Eris? -preguntó Amy -¿A qué te refieres?
Noté el disgusto de Cyrus al oír a Amy, realmente parecía odiarla y sin embargo cuando me miró me percaté de que no me veía con desprecio como a los demás.
-Parece que su alma fue tomada por un roba almas luego de morir -habló -Nunca creí volver a verla.
No estaba entendiendo nada, vine aquí en busca de Amy para que me expliquen qué pasó con Elián y ahora me encuentro con dos personajes raros que dicen conocerme, o más bien dicen conocer a la última alma que albergo en mi interior.
Miré a los demás.
-Solo vine aquí porque Elián desapareció y quiero saber dónde está -demandé -¿Qué le han hecho?
-Bien, yo lo explicaré -exclamó Diana y todos posamos nuestra atención en ella -Amy estaba siendo controlada por Dominic, un tipo que aún no ha muerto y desde su agujero intenta controlar el cuerpo de Amy y apoderarse de él.
-¿Qué?
-La cuestión es que vinimos a evitarlo, Cyrus, mi guardián aquí presentes es quien se encargó de anular su poder pero no sabemos por cuánto tiempo durará, sin embargo esperamos que dure lo suficiente hasta que pueda encontrar la forma de sacarlo completamente de ella y de ese modo dejar que ésta Amy, que ven ahora, se quedé con ustedes.
«No pretendo matarla, solo quiero salvarla, así de fácil. Con respecto a sus amigos fueron enviados a un lugar seguro ya que estando cerca de ella amenazan con activar aquel lado oscuro de ella nuevamente y pondrán en riesgo mi misión. Ellos no lo saben pero el hacer que Amy sienta dolor, odio e ira puede liberar a Dominic dentro de su ser y no queremos eso.
-¿Dónde están? -insistí. Sé que los mantenían lejos para estar a salvó y cumplir la misión, no estoy en contra de ello solo quiero saber en qué lugar fueron a parar.
-No tengo idea -exclamó Cyrus -Fui quien los llevo y los arrojé al primer país que se me vino a la mente, pero ya no recuerdo.
-¡¿Qué?!
Diana se puso entre Cyrus y mis ganas de matarlo.
-Es mejor así, mientras estén bien no hay problema.
Observé a Aiden, él se acercó a mí y me abrazó de forma protectora.
-Si es para ayudar a mi mamá, lo entiendo -dijo mi amigo -Supongo que todos lo entendemos.
No acoté nada y solo apoyé mi rostro en su pecho sintiendo sus brazos alrededor de mí.
-¿A qué se refieren con Eris? ¿Por qué la llamaron así? -preguntó Hedia.
Cyrus se cruzó de brazos nuevamente y alzó levemente la barbilla con una actitud de superioridad.
-Eris es la quinta hermana de un clan demoníaco, pero ella era la única con poder diferente, su alma no estaba completamente teñida de maldad, incluso tenía la bondad de un ángel y murió a manos de Dominic luego de perder el corazón. Sí le arrancas a un demonio su corazón es el único método de matarlo, a menos que sea lo suficientemente fuerte como para vivir sin el. Dominic era tan fuerte que podía vivir sin corazón, me enteré que ella le ha dado uno para que sintiera pero eso no lo mató ya que al perderlo siguió con vida nuevamente y fue arrojado al abismo... Eris murió para que puedan deshacerse de él y su alma que vago por el limbo fue atrapada por algún roba almas que Dominic había liberado.
Cyrus fijo sus ojos negros en mí.
-Tú robaste su alma y es por eso que luces diferente a tus hermanos, concentras el poder de un demonio blanco en ti, debes ser muy fuerte aún que no creo que sepas usar ese poder.
"¿Demonio blanco?"
-Dominic te diseño para que seas igual a los otros pero al absorber el poder de Eris lograste liberarte de él y tomar su poder. Con tus características podría decir que estás al mismo nivel que esa bruja cuando es poseída por Dominic -y observó despectivamente a Amy -Sin embargo, en este momento tu poder es superior al de ella ya que ahora solo es una bruja.
"¿Superior?" Todo esto se oía como una película.
-¿Por qué deberíamos creerte? -le preguntó Thomas.
Cyrus se pasó una mano por el cabello.
-Soy el octavo hermano, miembro del clan demoníaco más fuerte que ha existido.
Me quedé de piedra, igual de boquiabierta que los demás.
-E, es imposible... Dominic dijo que sólo eran siete -expresó Amy aún sin poder salir de su estupor.
-Fui... desterrado -acabó por explicar aquel sujeto -Dominic les hizo creer a mis hermanos que yo había matado a mi segundo hermano, me culpó y como no podían matarme decidieron exiliarme. Por eso sigo con vida mientras que mis hermanos fueron asesinados por el verdadero traidor.
-Dominic -murmuré.
Después de ello Cyrus no volvió a hablar, se hizo a un lado y Diana fue quien continuó.
-Quería hablar con ustedes... Esa niña -señaló a Rory que corría por el jardín persiguiendo una mariposa mientras reía a carcajadas -Es el motivo por el cual no mate a Amy.
Se que no fui la única que se quedó estupefacta con lo que dijo.
-Ella es hija de una vampiresa fuerte pero lo que es más importante, es hija de Thomas y Thomas fue elegido por el pacto celestial para ser considerado líder.
-No entiendo.
-Mira, Los ángeles antes habitaban estas tierras, ellos vieron aparecer a los lobos y comprendieron su dolor por lo que aquella bruja, Lucille, les hizo, así que decidieron imponer un alfa, un solo sujeto capaz de liderar legiones de hombres lobos y darles paz. Ese alfa llegaría algún día y lo hizo, sin embargo ahora tiene una hija y su poder está siendo compartido.
Negué sin poder creerlo.
-¿El ser elegido como alfa es gracias a un poder celestial? -pregunté -¿Es como las brujas? Ya que ellas son descendientes de los ángeles.
-No, es algo un poco mayor -explicó -Es como si los angeles hubiesen acumulado parte de su poder en una sola persona y le dieron la capacidad de controlar a las especies, algo así como el elegido.
«Thomas le heredó ese poder a su hija y ella al tener sangre de un vampiro y haber sido procreada con la ayuda de la bruja más poderosa de todas es capaz no solo de liderar a los lobos en un futuro... -paso su mirada por cada uno de nosotros -Será capaz de liderar a cada especie sobrenatural.
Sentí como mi corazón se aceleró al ver a Rory tan feliz corriendo por el jardín.
-He visto su futuro, ella será quién traerá la paz a cada especie porque será capaz de liderarlos a todos -Diana sonrió llena de orgullo -Tu hija Thomas Peich es el tesoro más grande que ha conseguido la humanidad porque solo con ella ya no habrá guerra.
-¡Papi mira esto! -gritó la pequeña Rory y todos nos volvimos a verla.
En ese momento nos quedamos sin aire, sin saber que decir o qué crear pues ante nuestros ojos había una imagen adorable casi imposible; la de una pequeña niña pelinegra siendo rodeada por un montón de mariposas que revoloteaban en cada dirección. Parecían incluso querer coronarla con su presencia.
-Mientras ella siga con vida ustedes tendrán esperanza -expresó Diana contemplando que su visión se hizo realidad -Aún es pequeña pero en sus manos lleva un mundo entero.
La pequeña de ojos azules nos miró a todos con cara confundida pues cada par de ojos estaba en ella y la contemplabamos con admiración e incredulidad.
Rory era el futuro para las especies, ella era los tres líderes en uno y sería capaz de mantener el orden siempre y cuando estuviese con vida.
Sería como humana una cazadora y como hija de un licántropo y una vampiresa, una hibrida.