Ya era tarde, la luna a duras penas reflejaba algo de luz, Kid y Law habían salido de la casa y caminaban por las calles, frías y solas. Era la noche de un miércoles, o sea que no había demasiado movimiento. A pesar de que la luz era escasa, Kid por fin pudo ver mejor a Law. Estaba cubierto de tatuajes, le sorprendieron sobre todo los que traía en los dedos, la palabra "death". Se aventuró a preguntar el significado, pero sólo recibió un gesto de Law levantando los hombros.
-Eustass-ya, ¿Por qué decidiste acompañarme? - preguntó Law interesado.
-Sabía que ibas a ir de todos modos. Además, me gusta caminar por la noche, sin gente o cosas molestas.
-¿Lo solías hacer en tu pueblo?
-Bueno, sólo los martes.
-¿Por qué?
-Toda la semana, excepto los martes, los narcotraficantes pasaban libremente por las calles, vendían a todo dios, frente a todo el mundo.
-¿Y los martes?
-Los martes salía la policía a patrullar la zona - rió Kid
-Qué raro - rió Law
-Bueno, era una forma absurda y tonta de disimular la corrupción de la policía.
-Qué raro era tu pueblo- sonrió Law.
-¿Y tú, qué haces por la noche?
-Duermo...
-Por tus ojeras no lo parece
-Bueno, intento dormir. Realmente no soy de andar mucho por la calle, cuando era niño, todo el tiempo estaba en la calle, con mi hermana
-¿Y por qué ya no lo haces?
-Bueno, encontré un hogar. No conozco realmente a mis padres, yo.. - Law se detuvo, ¿Debería contarle esto a un extraño?
-¿Qué pasa?
-Nada, Eustass-ya, es sólo que eres extraño, de esas personas a las que a pesar de no conocerlas de nada les puedes contar toda tu vida, como Cora-san.
-Me lo suelen decir-rió Kid. - Aunque no lo entiendo, no soy especialmente amigable o empático - agregó.
-No lo sé, bueno, da igual, ya te lo contaré algún día.
-No, quiero saberlo, me interesa.
-¿Y por qué te interesa? No me conoces casi
-No lo sé, aún falta para llegar a la casa del doctor ese y no hablo demasiado. Además, siempre hablas de que no te conozco y demás.
-Bueno, está bien, de todos modos, ya no quiero hablar de eso
-Como quieras - dijo sin darle mayor importancia Kid
-Eustass-ya, ¿Por qué no sientes pena por mí?
-Da asco que sientan pena por ti
-Pienso igual, creo que nos entendemos
-Bueno, algo así
Siguieron hablando de trivialidades, hasta que llegaron a una casa enorme, pero bastante simple. Tocaron la puerta y un pelirrojo les abrió. Estaba ya con el pijama.
El forence los invitó a pasar y se sentaron en la mesa del comedor.
-Shanks, primero que todo, no le digas a mis padres que estuve aquí, ¿Está bien?
-Claro, no te preocupes. Desde pequeño guardé tus secretos - rió Shanks.
Shanks comenzó a explicarle detalles muy genéricos sobre la muerte de Lami, no podía dar demasiados detalles realmente, sólo le dijo que la causa de muerte parecía ser asfixia y detalles vagos como que la encontraron más o menos un día después de muerta.
-Me estás ocultando cosas, Shanks, no hablas como lo haces normalmente.
-Claro, pero no puedo darte detalles y lo sabes. Así son las reglas Trafalgar.
-Lo sé, de todos modos, gracias. Tan solo quería saber eso, el cómo murió.
-Bueno, me alegro de haber podido resolver tus dudas. De nuevo, lo siento, era una buena chica, cuando los encontré, yo.. - pero fue interrumpido por Law
-Sí, lo sé. Tengo que irme ahora, lo siento.
-Claro, adiós. - dijo despidiéndose, pero Law ya había cerrado la puerta y caminaba con Kid rumbo a casa.
-¿Shanks te encontró? - preguntó con genuina curiosidad Kid
-Sí, bueno... Algo así. Te lo cuento mientras regresamos con una condición.
-¿Cúal? - rió Kid
-Que me compres galletas de arroz. Cora-san sigue sin comprar pan y no puedo desayunar tranquilo
Kid echó a reír y por un momento pensó que no podría parar.
-Claro, juraría que vi un supermercado cuando veníamos a la casa del forence.
-Está bien. Entonces te contaré: Lami y yo no sabemos del todo quienes son nuestros padres. Crecimos en un orfanato, pero un día el local se prendió fuego, logramos salir, pero no teníamos a dónde ir.
-¿Y cómo sobrevivieron luego de eso?
-Aún no lo sé, recuerdo a mi yo de siete años pensar los días de hambre que morir entre las llamas habría sido mejor. Pero luego miraba la cara de mi hermana, ella tenía apenas cinco años. Me costó mucho conseguir comida, la robaba a veces, o buscaba en la basura, a veces sólo encontraba una porción, y se la daba a Lami.
-Lo siento
-No, está bien. Pero, desde ahí odio que la gente sienta pena. Nos vestimos con la misma ropa cada día, nos bañabamos o algo parecido a esto cuando llovía. Estábamos muy desnutridos, a la gente le dabamos pena y a veces nos daban comida, pero nadie se arriesgaba a llevarnos con ellos o darnos un hogar. Mis dientes sobrevivieron todos porque por suerte se calleron y crecieron los otros - rió Law
-¿Y nunca fueron a la policía? - preguntó Kid
-Claro que no, no sabíamos ni qué era eso. Un día habíamos robado unas galletas de arroz del supermercado y nos habían descubierto, corrimos y corrimos huyendo del dueño, que estaba algo viejo así que iba lento. Corriamos por esta misma calle. Shanks nos vio, le pagó al señor y nos llevó a la comisaría.
-¿Y ahí tus padres los adoptaron?
-No del todo. Las primeras semanas se turnaban el inspector Franky, Shanks y mis padres. Pero finalmente, Cora pidió quedarse con nosotros y el resto pensaron que sería lo mejor. Desde entonces, han vivido para nosotros. Niguno de los dos trae parejas a casa o cosas así, nos llevaban y nos traían del instituto, nos ayudan con los deberes...
-¿Y a Shanks, lo seguiste viendo?
-Sí, Shanks y Franky son como mis tíos. Shanks me ha enseñado bastante medicina, realmente me apasiona.
-No creo que te haya enseñado cómo curar gente si trabaja con muertos - se rió Kid. - Mira, llegamos a la tienda - añadió.
-Bueno, también sabe sobre vivos - rió Law. - entremos a la tienda entonces.
Entraron, Law se sabía de memoria dónde estaban las galletas, así que las tomó y se acercaron al mostrador.
-¡Trafalgar! No sé como no te aburres de esas galletas - mencionó un señor, ya entrado en la tercera edad, quien parecía ser el encargado de la tienda
-Justo le estaba hablando de ti a él - rió Law señalando a Kid - Eustass-ya, ese es el viejo que me persiguió
-Oye, niño, ¡no estaba viejo! Ni lo estoy, por supuesto. Ahora te las voy a cobrar más caras. - dijo el señor molesto
-Eh, no te pases que las pago yo - dijo Kid enojado, al final la información le iba a salir carísima
-Ahora me los pagas más caros y ya está. - anunció el viejo.
Kid términó pagando de mala gana y salieron del almacén.
-Bueno, puesto que lo pagué más caro de lo normal, dime por qué ya no sales a la calle por la noche, así siento que no perdí tanto mi dinero - dijo Kid, aún dolido
-No lo sé, sólo me acostumbré a la calidez del hogar, hablando de la noche... Eustass-ya, ¿Qué hora es? ¿Cuándo se hizo de día? - dijo bastante alterado
-Las... 6:00 am... ¿A qué hora se despiertan tus padres?
-6:30, ¡Corre! - dijo y comenzó a correr, el pelirrojo lo siguió como pudo.
Llegaron a las 6:10, agitados de tanto correr. Treparon por la ventana hasta el cuarto. Zoro aún dormía.
-¿Qué vas a hacer con esas galletas, Trafalgar? - preguntó Kid
-Las voy a comer con el café. Doffy ha estado trabajando demasiado en la casa, podríamos hacerlo nosotros ahora que lo pienso...
-Está bien, bajemos.
Comenzaron a hacer el desayuno, prepararon café negro para todos. Luego, cortaron fruta y la pusieron en los platos. También cortaron pan y trajeron mermelada. Cuando quisierom ver, ya habían pasado 10 minutos y Cora junto con Doffy bajaron, atrás del todo, podían ver a Zoro.
-¡Me había olvidado por completo del desayuno! - exclamó Doffy
-Yo igual - dijo Cora
Desayunaron todos en la mesa, Cora y Doffy se fueron al trabajo dejando a Kid, Zoro y Law en la mesa, aún faltaba un poco para el inicio de clases.
A Zoro le llegó un mensaje. Lo leyó, para luego mirar a Law.
-Sanji nos quiere ver, después de la escuela, últimamente está algo raro. - anunció Zoro
-¡Claro! Está bien para mí. - Dijo Law - ¿Vas, Eustass-ya?
-No, hace dos días que no voy a casa, además, es algo entre amigos, no pego demasiado ahí.
-Tienes razón, bueno, vamos al insti- terminó Law y se pusieron en marcha hacia el instituto.
Doffy estaba sentado en su oficina. Intentaba no molestarse, pero la llamada de anoche lo había dejado descolocado. El hombre que llamó se presentó como el Agente 0. Era el hombre que Doffy había estado persiguiendo por casi dos semanas. No tenía paz con nadie y estaba expandiendo el consumo de drogas en el pueblo.
Hace una semana, había recibido una carta, firmada por "Agente 0", donde básicamente se reía de él con unas fotos del anuario escolar de su época. No le dio mayor importancia, pero cuando vio los ceros en el cuerpo de Lami, supo que el "Agente 0" tuvo algo que ver. Suponía que fue una venganza, por no responder a su carta, y ni siquiera leer las dos siguientes que mandó.
Anoche había llamado, y Doffy sólo había respondido con un "llame en horas de trabajo" antes de colgar en seco. Pero ahora, se estaba arrepintiendo de ese acto, ya que no sabía si el sujeto volvería a llamar.
Pasaron los minutos hasta que sonó el teléfono. Doffy dejó que sonara 4 veces antes de atender para no parecer desesperado.
-¿Hola? - preguntó Doffy, aunque ya sabía quién llamaba
-Doflamingo, Doffy, ¿Cómo le gusta? - preguntó la voz del otro lado de la línea
-Oficial, para usted- respondió Doffy con aires de superioridad
-Entonces, oficial, le he tomado la molestia de llamar a pesar de su falta de respeto hacia mi persona anoche. ¿Son estas sus horas de trabajo?
-Sí, efectivamente. Ahora, ¿Para qué llamaste?
-No se apresure, oficial, ¿No quiere saber mi nombre, mi edad?
-Le pregunto algo, agente
-¿Qué cosa oficial?
-¿Acaso yo le he preguntado por su nombre o edad? Porque creo que no.
-Oficial, no hace falta ser tan grosero. De todos modos, tengo una adivinanza para usted, para eso llamé.
-¿Es una broma, agente? ¿Qué, cree que vivmos en una película? Usted mató a una niña, y vamos a encontrarlo.
-Oficial, cálmese, esa acusación es muy grave.
-Te juro que no voy a informar a las autoridades, sólo para poder encontrarte y matarte.
-Como quiera oficial, yo sólo vine a dejar mi adivinanza. Por cada respuesta correcta le daré dígito de coordenada, luego de cuatro adivinanzas tendrá todas y podrá verme en persona.
-Como quieras, dímela. - dijo Doffy sin muchas ganas
-"Tiene pies, pero no camina, tiene ojos, pero no ve, tiene boca, pero no habla, ¿Qué es?"-Dijo el hombre misterioso y colgó.
Lo pensó por unos minutos, <¿Y yo qué voy a saber?> se dijo a sí mismo agobiado. Lo buscó en Internet y no le salió nada coherente, así que lo dejó por el momento, presentía que esto iba a ser el comienzo de algo largo y tedioso.
<El hijo de puta mató a mi hija, y luego llama como si nada. Así, de la nada, porque sí. Y se atreve a decir que "es una acusación muy grave"> Doffy sólo podía expulsar odio. Se puso a mirar los números de muertos por sobredosis, estaba agobiado, no podía con su vida. Recién era Jueves, sólo deseaba llegar al sábado y descansar, pero a la vez le daba miedo descansar y pensar en sus problemas.
Por otro lado, Kid, Law y Zoro, estaban en la cafetería, hablando sobre todo un poco.
-Kid, ¿vives sólo? - preguntó Zoro - No fuiste en dos días a casa y no te importó.
-Tu tampoco fuiste en dos días a casa - le dijo Kid. - Pero sí, vivo solo, me llevo bien con mis padres, pero me gusta la independencia.
-Estamos en las mismas - rió Zoro. -De todos modos, qué cómoda es la cama en casa de Law, me estoy por mudar - rió Zoro
-Sí, es muy cómoda eh, anoche dormí increíble. - dijo Kid sonriendo
Law comenzó a reirse demasiado, pero paró cuando ya estaba completamente rojo.
-¿Qué pasa? - preguntó Zoro confundido
-Nada, que voy a empezar a cobrarles la noche - río Law, aunque claramente, su risa venía porque anoche ni siquiera habían dormido con Kid
Acabó el recreo y volvieron a clases.