Peter y Ned intentaron construir el Halcón Milenario, la clásica nave de Star Wars, pero se rindieron. El moreno estaba en la cama de Peter, jugando con la máscara de Spider-Man, mientras el castaño regresaba de la cocina con dos bolsas de frituras.
—Tengo que contarte algo.—dijo Peter, sentándose en el suelo.
—Estás embarazado.—bromeó Ned. Su amigo le quitó la máscara y la lanzó al armario.
—El lunes estaba en la mansión Stark con Heather y... casi nos besamos.—dijo en voz baja. Ned se levantó de la cama y soltó un grito.
—¡Al fin! ¡Después de un mes se dieron cuenta!—dijo emocionado. Peter le hizo señas para que bajara la voz.
—No nos besamos y mejor que fue así.—dijo, pero su amigo lo observó indignado.
—¿Pero qué?¿Te gusta?
Peter se quedó en silencio unos segundos.—No, no sé. Prefiero descifrarlo antes de hacer algo que me pueda arrepentir.
—Error.—chilló Ned.—Te super gusta. Te la pasas todo el día observándola.
—El señor Stark me pidió hacerlo.—admitió.
Ned rodó los ojos.—Pero sin contar eso, ¿no sientes nada?
Peter se alzó de hombros.—No sé, es difícil explicarlo. Además, aún hablo con Liz...
—¿Qué?—gritó Ned.
—¿Todo bien, chicos?—dijo la voz de May desde el comedor.
—Sí.—gritó Peter y fulminó a Ned con la mirada.—¿Por qué quieres tanto que me guste?
—No quiero, lo sé. Ella no es como Liz.—dijo Ned.—Liz se alejó de ti ante tu primer error, estoy seguro que Heather no es así. No la conozco de mucho tiempo, pero sé que te tiene cariño.
—Cariño amistoso.—dijo como si fuera algo obvio.—Y... aún siento cosas por Liz.
—Ay, que necio.—se quejó Ned. Se levantó y agarró el teléfono de Peter.—Invítala a ver un maratón de películas con nosotros.
—¿Por qué?
—Sólo hazlo. Tengo un plan.
—Espero que no sea encerrarnos en una habitación y forzarnos a besarnos.—dijo Peter entre dientes, pues sabía que su amigo era capaz de eso y más.
Ned rió maléficamente.
Al fin era viernes, pero el viernes antes de la Obra de Otoño. Heather y Nico estaban un tanto nerviosos, así que planearon una pijamada con MJ. Como vivían juntos, sólo tenían que esperar a la morena.
La habitación de Heather tenía una gran televisión StarkTV. Se acomodaron los tres en la cama y eligieron una película: El Stand de los Besos.
—Odio esta película.—dijo MJ.
—Yo también, pero es divertido burlarse de los personajes.—rió Nico.
Heather intentaba concentrarse en la pésima película, pero su mente pensaba ansiosamente lo que pasaría el día siguiente. ¿Y si pasaba algo malo? Toda la escuela estaría allí, viéndola pasar vergüenza. MJ, Ned, Tony, Pepper, Peter...
Buzz.
Heather agarró su celular para ver la notificación. Se irguió en la cama y soltó un grito ahogado.
Peter
hey 👋🏻
—¿Qué pasó?—preguntó MJ, pausando la película.
Heather ocultó la pantalla de su celular.—Nada. Ya vuelvo.
Se levantó antes que pudieran hacer más preguntas y salió corriendo al pasillo.
Heather
holaaa
No, muchas "a", pensó y borró una vocal. ¿Por qué le tomaba importancia a cuántas "a" ponía? Sólo era un mensaje a Peter.
Peter
Ned y yo vamos a ver unas
películas en mi casa, ¿quieres venir?
Oh por Dios, ir a su casa, pensó, pero estará Ned, así que era algo normal. Algo amistoso.
Luego recordó que ya estaba en un maratón de películas con MJ y Nicholas. Tendría que negar la invitación. No, tenía que descifrar si sentía... algo por Peter. Podía esperar a estar en la escuela, pero su ansiedad quería saber todo ya.
—Chicos, tengo que salir por un par de horas.—entró a su habitación y empezó a elegir ropa de su armario.
—¿Qué?—dijo Nico confundido.
—Es tu casa, así que regresarás en algún momento.—dijo MJ. El chico ladeó su cabeza, asintió y siguieron viendo la película.
Heather finalmente eligió unos jeans grises, un hoodie azul y unas zapatillas Converse del mismo color. Se miró una última vez en el espejo y soltó un suspiro. ¿Por qué sentía tanta inseguridad por cómo se vestía? Ella no era así.
Salió del baño y Nico silbó.—Te ves bien. Conquístalo, rosada.
—No voy a conquistar a nadie.—dijo Heather con las mejillas sonrojadas.
—Por ese grito al ver el mensaje, abandonarnos repentinamente y el
lindo conjunto, sabemos que es un chico.—dijo MJ.—Pero tranquila, nos enteraremos quién es antes que puedas pronunciar la palabra OdioATodoElMundo.
—Es cierto. Sabemos hackear.—bromeó Nico.—Ahora muévete, que tapas la pantalla.
Heather rodó los ojos. Buscó a Happy y le rogó que la llevara. Cuando el guardaespaldas aceptó e iban a subir a la limosina, apareció Tony.
—¿A dónde vas?¿Tus amigos no están arriba?—preguntó confundido.
Heather sabía que no podía mentir... completamente.—Voy a casa de Peter, me pidió ayuda para algunas tareas. Adiós.
Tony vio como el automóvil se alejaba y sonrió. Ya entendía lo que estaba sucediendo. Mejor iba buscando un lindo local para organizar la boda.
Heather soltó un suspiro antes de tocar a la puerta del apartamento. Una mujer de tal vez cuarenta años abrió y sonrió extrañada.
—¿Hola?
—Hola, eh... ¿aquí vive Peter?—dijo Heather, aunque sí sabía que vivía ahí.
La mujer rió ante su nerviosismo.—Pasa, linda. ¿Tú eres...?
—Heather.—respondió. El apartamento era pequeño, pero bonito. Le recordó un poco a su anterior casa.—Usted debe ser su tía.
Ella asintió.—¿Eres amiguita de los chicos o amiga de Peter?—sonrió pícaramente.
¿Todos los adultos pensaban que si eras amigo de alguien del sexo opuesto estaban obligatoriamente enamorados? Heather sonrió, incómoda.
—Soy sobrina de Tony y vamos al mismo colegio.—explicó, sin responder directamente la pregunta.
—Oh, bueno. No te quito más tiempo, linda. Están en la última habitación del pasillo.
Heather le dio otra sonrisa y se dirigió al lugar señalado. Un sentimiento empezó a revolver su estómago. ¿Por qué pensó que era buena idea ir? No era tan cercana a Ned y el ambiente se podía volver incómodo. Al estar frente a la puerta escuchó susurros.
—Simplemente lo tenía que hacer, ¿ok?
—¡Pero explícame por qué tanto misterio!—susurró la otra persona.
—Después. Va a subir en cualquier momen...
Heather abrió la puerta de par en par, intentando hacer una entrada dramática, pero se arrepintió a los segundos.
Peter chocó con el cuerpo de Ned. Había sentido un poco de paranoia al no saber de qué manera iría Heather a su casa. Obviamente lo hacía porque Tony le había dicho que la vigilara... sólo por eso. Al asegurarse que la chica llegaba sana y salva, regresó a su habitación y logró quitarse su traje, pero Ned exigía saber por qué Tony pedía que vigilara a Heather incluso fuera de la escuela, y no logró vestirse a tiempo.
Heather observó el cuerpo del chico de pies a cabeza. Wow...
—Ambos están más rosados que las mechas de Heather.—bromeó Ned. La pelirrosada reaccionó al escucharlo y cerró la puerta.
—Qué hermoso momento.—dijo Ned y recibió un golpe de Peter.
Heather sonrió. Qué hermosos cuadritos, pensó, pero rápidamente negó. ¿Qué clase de pensamientos eran esos? Sentía como todo el calor del mundo se juntaba en sus mejillas. Pensaba que las personas con abdomen así sólo existían en las películas.
La puerta se volvió a abrir, mostrando a un Peter vestido y sonrojado. Heather seguía observando el suelo.
—Qué bueno que viniste.—dijo Ned, rompiendo el silencio incómodo.—¿Lista para un maratón de Star Wars?
—No me gusta.—admitió ella, entrando finalmente. Ambos chicos ahogaron un grito.
—¿Qué?
Heather se sentó junto a Ned en la cama de Peter.—Bueno, en realidad no las he visto. No me llaman la atención.
—Pues son las cinco. El episodio IV, V y VI duran 6 horas en total. Podemos verlas.—sugirió Peter.
—No puedo quedarme hasta tan tarde...
—Quédate a dormir.—interrumpió Ned. Peter cerró los ojos con frustración, sabiendo que su amigo diría ese tipo de comentarios toda la tarde.
Heather frunció el ceño y continuó hablando.—No puedo quedarme hasta tarde porque mañana es la Obra de Otoño y Miss Jones quiere que estemos desde las once para una última práctica.
—Oh, cierto que es mañana.—dijo Peter.—¿Estás nerviosa?
—No tanto. Nico y yo no tenemos líneas.—dijo tranquilamente. La habitación era chica, pero se veía cómoda. La cama era suave. Podía acostumbra-¡No! Mente sana, mente sana.
—¿Cómo está Nico?—preguntó Peter, refiriéndose a lo ocurrido con su madre hace unos días.
—Bien. Pepper, Morgan y Tony lo aman. Parece hijo de ellos.—bromeó Heather.—Incluso creo que lo quieren más que a mí.
—¿Nico? ¿El chico de rulos perfectos, ropa siempre negra y mirada emo que siempre está contigo?
—Sí, tiene problemas en su casa, así que vive conmigo.
Ned abrió ampliamente los ojos y miró a Peter, que sólo arqueó una ceja hacia el moreno.
—Ya veo...
—¿Qué insinúas, cara de esponja?—dijo Heather, golpeándole el hombro.
—Nada...
—No nos acostamos, por si pensabas eso.—dijo Heather, rodando los ojos. Ned y Peter se quedaron en silencio al escucharla decirlo con tanta tranquilidad.—¿Qué esperan? ¿Vamos a ver Star Trek o qué?
—Star Wars.—corrigió el castaño.
—Es lo mismo.—dijo Heather. Los tres empezaron a caminar hasta la sala de estar.
—Haces que mis oídos sangren.—dijo Ned y Heather rió.
Peter prendió el televisor y puso el CD de la primera película que verían en el reproductor. A comparación a los Stark, él no tenía Netflix o Youtube en su televisión.
Heather se sentó en una esquina y Peter en la otra. Ned llegó con un bowl de popcorn y analizó la situación. Era el momento de empezar con su plan.
—Muévete, me gusta ir en la esquina.—le pidió a la chica. Ella lo miró indignada.
—A mí también, ¿sino dónde me recostaré para dormir por culpa de la aburrida película?—dijo Heather.
Peter palmeó su frente al entender lo que hacía Ned.
—Sal de mi lado, mujer, mi trasero está marcado ahí de tantas veces que he visto Star Wars con Peter.—insistió.
Heather soltó un bufido y se movió hasta quedar entre ambos. El sillón no era muy grande y se sentía un poco incómoda al estar tan cerca de... de ambos, claro.
La pelirrosada abrió los ojos, soltando un bostezo. Sus piernas estaban estiradas en el sillón y su cabeza recostada en... Se levantó rápidamente y acomodó su cabello. Peter rió levemente.
—Buenos días.—bromeó.
—¿Q-qué pasó?—vio que la película seguía y la ventana mostraba la oscuridad de la noche.
—A la mitad de la segunda película te dormiste en mi hombro. Luego Ned se tuvo que ir y al ver que había más espacio te pusiste cómoda y te recostaste sobre mis piernas.—dijo Peter.
¿Por qué tenía tanta mala suerte?, pensó Heather. Le dio una corta sonrisa incómoda y buscó su celular.
11:11
—¡Mierda! Tony y Pepper me matarán.
—En realidad, el Sr. Stark llamó hace una hora diciendo que te quedaras cuanto tiempo quisieras y que Happy estaría abajo esperando...—empezó Peter.
Heather gruñó y se levantó.—Él no entiende. Me debo ir.
MJ y Nico estarían molestos. Los abandonó toda la noche.
Peter se levantó también.—Tranquila, May nos dejó algo de comida por si querías...
—No, gracias.—interrumpió. Empezó a caminar hacia la puerta.—Gracias por... eh, no sé.
Peter rió.—Te acompaño.
—Sólo son cuatro pisos, puedo ir sola.—dijo ella, pero sabía que Peter la seguiría. Usualmente solía acompañarla a todas partes. No le molestaba, pero era extraño.
—No importa, vamos.
Bajaron por el ascensor en un silencio tenso. Peter miraba a Heather, pero cuando ella lo notaba, él apartaba la vista.
—Oye, yo quería...—empezó Peter, pero luego pensó que sería incómodo hablar del casi-beso.—Eh... desearte buena suerte en la obra.
—Dime que no irás.—dijo ella, tapando su rostro con vergüenza.
—Claro que iré. Las obras de Miss Jones son genial.—dijo Peter con una gran sonrisa.—Una vez hizo una obra donde al "muerto" lo hicieron volar con unos cables alrededor del escenario mientras los demás cantaban y bailaban bajo él. Jamás vi algo tan extraño.
Heather rió al imaginar eso.—Nuestra obra no es tan extraña.
—¿No? Heather, se llama La Gallina.—dijo Peter y la chica ladeó la cabeza.
—Tienes razón.—admitió.
Peter se quedó unos segundos observándola. Era increíble como una chica con rostro inocente hubiera sufrido por tantas cosas. Aún recordaba cómo se sintió cuando sus padres murieron, aunque sea tuvo a May y a... su tío Ben.
—Ya debería ir a la limosina.—dijo Heather.—¿Estás bien?
Peter soltó un suspiro y sonrió. Una chica como Heather merecía algo mejor que él.
—Sí.—susurró.—Ve antes que Happy despierte a todo el vecindario con sus pitidos de claxon.
Heather asintió y fue hasta la limosina, antes de entrar le dio una última sonrisa al chico que tan amablemente la soportó dormida sobre él en una película de dos horas.
Peter merecía algo mejor que una persona rota como ella.
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Este episodio fue un poco filler aghs, pero ya se viene la obra con cositas interesantes
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