El corazón de Heather se aceleró al ver la cafetería. Era grande, pero estaba lleno de personas. Todas las mesas estaban ocupadas y no veía rastro de Peter. Agarró una bandeja y se puso al final de la fila de comida. Diez minutos después, ya tenía su almuerzo, pero no sabía donde sentarse. Sin darse cuenta, estaba en el centro de la cafetería. Sentía que todos la observaban, la señalaban y se reían de ella.
—Tony, Pepper, Morgan.—susurró.—Tony, Pepper, Morgan...
Al parecer estaba funcionando porque su respiración se reguló. De repente, una apretón en su hombro hizo que abriera sus ojos. Era Peter.
—Te llevo llamando hace cinco minutos.—dijo.—Grité tanto que ahora todos deben saber tu nombre.
Él bromeaba, pero ella lo miró asustada.
—¿T-todos?—dijo en voz baja.
—Estaba exagerando.—dijo el chico y soltó una corta risa.—Ven, ya tengo una mesa.
Peter agarró la bandeja de Heather y fue hasta su mesa con ella siguiéndolo. Ahí estaba Ned, quien metía cuatro papas fritas a la vez en su boca.
—Este es Ned.—dijo Peter.
—Hola.—saludó el chico con una sonrisa amable.
Ella dijo un suave <<Hola>> y empezó a comer. La comida de la cafetería no se veía muy deliciosa, así que solamente escogió pollo y papas fritas.
—Oh, Peter, adivina.—dijo Ned.—Mientras investigaba todo lo que pasó durante estos cinco años, me enteré que hubo una nueva trilogía de Star Wars.
—¿Qué?—dijo Peter, impresionado.—Tenemos que verla.
El castaño miró de reojo a Heather, pero la chica no les prestaba atención, pues veía el Noticiero del Colegio en la televisión.
—Hay que ir a tu casa, yo consigo las películas ilega...—Ned empezó a planear, pero la chica lo interrumpió.
—¿Tú estuviste ahí?—le dijo a Peter mientras señalaba la pantalla.
Peter y Ned alzaron la mirada y vieron que dos estudiantes hablaban sobre la pelea de los Vengadores contra Thanos.
—Espera.—dijo Ned.—¿Ella sabe que eres...?
—¿Niño Araña? Sí.—dijo Heather y rió un poco al ver la reacción de Peter.
—Te dijo Niño Araña.—dijo Ned y empezó a reír.
Peter rodó los ojos y le lanzó una aceituna a Heather.
—Ew.—se quejó y se la lanzó a Ned, quien se la comió gustoso.
—Supongo que...—dijo Ned aún con la boca llena.—Debes haber conocido a todos los Vengadores, ¿no?
Heather arqueó una ceja.—¿Por qué lo dices?
Peter fulminó con la mirada a Ned y palmeó su frente.
—Perdón, le dije que eres sobrina de... ya-sabes-quién.
—¿Voldemort?—dijo Heather sarcásticamente.—Les agradecería que no le contaran a nadie más.
—Tranquila, soy una tumba.—dijo Ned.—¿Pero vives con él?
Ella rodó los ojos.—Lastimosamente.
—¿Cómo se siente?¿Te apellidas Stark?—dijo lo último susurrando.
Peter tocó el hombro de su amigo.—Déjala en paz, Ned.
—No soy Stark.—respondió Heather.—Él es esposo de mi tía. Así que no esperes que pueda volar, lanzar rayos láser o cualquiera que sean sus poderes mágicos.
Ned rió.—Iron Man no tiene poderes mágicos.—dijo como si fuera obvio, pero ella lo miró confundida y soltó un <<Oh.>>
—¿No sabes nada de Iron Man?—dijo Peter impresionado. Ella negó.—¿Spider-Man?
—Sólo que eres tú, pero creo que es un secreto sino serías popular.
—Exacto.—bufó Ned.—Seríamos los más populares de la escuela. Spider-Man y el Amigo de la Silla, su fiel asistente.
Heather lo miró confundida y siguió comiendo. Minutos después, la campana del colegio sonó.
—¿Qué clase te toca?—dijo Peter.
—Creo que Álgebra.
—Te acompaño.—dijo, pero Ned negó.
—No puedes, Robótica está al otro lado de la escuela, tenemos que ir ya.—dijo el moreno.
Peter soltó un gruñido de estrés.
—No te preocupes, Niño Araña.—dijo ella con una sonrisa forzada.
Él asintió de mala gana y se fue con Ned. Heather caminó por los pasillos, en busca de su clase. Pensaba en que excusa podría darle a su profesor.
Después de diez minutos de búsqueda, la encontró. Soltó un suspiro y abrió la puerta.
—Perd...
—Llega tarde, jovencita.—la interrumpió el profesor.—¿Sabe que significa eso?
Ella negó tímidamente. Sentía la mirada de todos sus compañeros sobre ella.
—¡Detención!—gritó el señor emocionado.—¿Qué espera? ¡Vaya y siéntese!
Heather corrió hacia un pupitre libre, cerca de Nicholas. Este miró molesto al profesor.
—Eso es injusto, señor Brown, ella es nueva.—dijo en voz alta. El maestro paró de dictar algo y lo miró con una ceja arqueada.
—¿Perdón?—se quitó los lentes, como si no pudiera creer lo que estaba pasando.
—Además, es el primer día. La escuela es enorme, estoy seguro que estaba perdida.—dijo Nicholas, le dio una mirada a Heather, que asintió afirmándolo.
—A ver, señor Agreste, será mejor que cierra la boca o acompañara a su amiga a detención.—dijo el profesor Brown.
Nicholas se levantó repentinamente. Miró su alrededor, planeando algo.
—Que sus fotos desnudas se hayan filtrado no es culpa de nosotros. No tiene que ser tan hijo de puta.—dijo el chico.
Todos lo miraban, impactados, incluso Heather. El profesor soltó una risa sin gracia.
—Detención por dos semanas.—dijo el señor con una sonrisa.—Y será mejor que cuide sus palabras, joven. No querrá terminar como su hermano, ¿no?
Heather vio que Nicholas se estremecía y se volvía a sentar. Le dio una mirada a la chica y empezó a dibujar en su cuaderno.
Al terminar todas las clases, Heather fue en busca de Nicholas. Lo encontró guardando unos libros en su casillero.
—Hey, Nico.—dijo al llegar a su lado.—¿Te puedo llamar así, no?
Él rió suavemente.—Llámame cómo quieras.
Ella asintió y lo observó. No sabía que decir. ¿Perdón?¿Gracias?
—No hice lo que pasó en Álgebra sólo por ti.—dijo el chico, leyendo su mente.—Necesitaba desahogarme con él.
—No te agrada.—concluyó Heather.—A mí tampoco y eso que sólo lo conozco de un día.
Empezaron a caminar hacia la salida mientras conversaban.
—Yo lo conozco desde primer año y... es insoportable.—dijo entre dientes.
Ella notó que estaba bastante molesto, pero tenía que hacerle una pregunta.
—¿Qué le pasó a tu hermano?
Nico soltó un suspiro y negó.—No quiero hablar de eso.—dijo sin ser grosero, lo cual ella apreció.—Los martes después de clases son las detenciones.
Ella asintió. Aunque sea lo tendría a él de compañía ahí.
—Tu apellido es francés, ¿no?—dijo Heather de repente y él sonrió.
—¿Cómo te diste cuenta?
—Semblaint français. (sonaba francés)—dijo Heather no tan fluidamente, lo que hizo que el chico riera.—Di un poco de Francés en mi escuela anterior.
Él asintió, impresionado, y cuando le iba a preguntar dónde solía estudiar, los interrumpió el chico de cabello castaño.
—Heather.—llamó Peter, apareciendo a su lado. Miró a Nicholas por primera vez y frunció el ceño.
—Me voy. Adiós, Heather Chandler.—dijo Nicholas y la chica se ruborizó por el apodo referente al musical de Broadway.
Peter y Heather vieron como el chico francés se montaba en su patineta y recorría el resto del pasillo hasta la salida.
—¿Es tu amigo?
Heather asintió.—Hice un amigo el primer día. ¿No es genial?
Peter sonrió por su tono de alegría tan inocente.
—Lo es. ¿Vamos a esperar a Happy afuera?
Ella accedió y cuando empezaron a caminar una chillante voz llenó el pasillo.
—¡No puede ser! ¿Pito Parker hablando con una chica?—dijo un chico moreno más bajo que Peter.
Algunos de sus amigos rieron con él. El castaño soltó un bufido y Heather lo miró confundida. ¿Quién era ese?
—Y no cualquier chica, señores. La chica nueva.
¿Cómo sabía que era nueva? Extraño. El chico se acercó a ella.
—Linda, las chicas como tú no deberían estar con tontos como él.—le tocó el pelo y ella lo apartó rápidamente.
—No me vuelvas a tocar.—dijo asqueada.—¡Puaj! Tu aliento apesta, aléjate.
Lo empujó levemente y todos los amigos del chico rieron. Peter aguantó una risa. El moreno la fulminó con la mirada, pero le dio una sonrisa falsa.
—No pensé que a Ricitos de Oro le molestaría que le tocaran su melena.—intentó bromear.
Ella arqueó una ceja.—Ni siquiera tengo rizos. Además de tonto, eres ciego. Vámonos, Peter.
Agarró a Peter de la manga y se alejaron hacia la salida. Los amigos empezaron a reírse más fuerte del moreno. De repente, Heather sintió que alguien le jalaba el cabello. Se giró y vio que el chico le había pegado un chicle en las puntas.
—Déjala en paz, Flash.—Peter gruñó y le dio un puñetazo al chico.
Heather y los demás miraron impresionados lo que acababa de pasar. Flash se lanzó al suelo sujetando con fuerza su rostro.
—¡Profesora, Parker me rompió la nariz!
Una señora (Heather no sabía que clase enseñaba) se acercó y revisó el rostro del chico.
—¡Detención, Señor Parker! ¿Está loco? No se pueden pelear en el colegio.
—Pero estaba molestando a mi amiga. Incluso le puso un chicle en el cabello.—se defendió Peter.
Heather seguía observando su cabello, pensando en que podría hacer para arreglarlo.
—No me interesa, váyase o lo llevo a la oficina del director.—dijo la profesora furiosa.
Peter y Heather corrieron a la salida y, después de unos segundos, empezaron a reír.
—Hace tiempo que quería darle un golpe.—admitió Peter y su amiga rió.
—Se lo merecía.
Peter agarró el mechón de cabello con chicle, inspeccionándolo. Heather abrió su mochila y sacó unas tijeras.
—Wow, espera. ¿Te vas a cortar el mechón?—dijo el castaño.
Ella alzó los hombros.—Sólo la parte con chicle.
En un rápido movimiento, cortó el mechón, que cayó en el suelo de cemento.
—Descansa en paz, mechón.—bromeó Peter.
Sus risas fueron cortadas por un fuerte sonido de claxón. Habían estado tan ocupados con el chicle que no notaron la limosina frente a ellos.
—Me voy.—dijo la rubia.
—Espera, Ned y yo vamos a ver películas en mi casa hoy. ¿Quieres venir?
Ella le dio una sonrisa incómoda. Aún no se sentía tan cercana ni a Peter ni a Ned como para compartir un maratón de películas.
—No puedo, tengo miles de tareas. No entiendo por qué los profesores ponen tantas el primer día.—se quejó.—Bueno, adiós.
Y antes que el chico pudiera responder subió a la limosina conducida por Happy.
—¿Qué tal el primer día?—preguntó Pepper mientras ella, Tony, Morgan y Heather cenaban.
—Bien, llegué tarde a la mayoría de mis clases, casi me desmayo en la cafetería y tengo detención mañana.—dijo Heather tranquilamente.
El tenedor de Pepper se cayó.—¿Te ganaste detención el primer día?
—Y casi se desmaya.—añadió Tony riendo.
—Oh y un chico me puso un chicle en el cabello, pero Peter le dio un puñetazo y ahora tiene detención también.—siguió contando Heather mientras cortaba un pedazo de su pollo.
Morgan rió y Tony soltó un grito ahogado.—¿Mi Peter? Imposible.
Heather alzó los hombros. Pepper seguía procesando todo lo que había dicho su sobrina.
—¿Tan malo fue tu primer día?—murmuró impresionada.
—Bueno, hice un amigo. Patina, le gusta dibujar y creo que es emo.
—O sea lo peor en un chico.—dijo Tony con cizaña.
—¡Oye!—Heather lo miró mal.—Es muy agradable, me ayudó con mis libros y me defendió con el profesor de Álgebra.
Tony arqueó una ceja y sonrió pícaramente.—Pepper, a tu sobrina le gusta un emo.
Pepper frunció el ceño.—¿Eso es malo?
—Claro que sí, Peps, leí que esos se cortan y hacen vandalismo en la calle.—dijo Tony, escondiendo una sonrisa.
—¡Es mentira! No es emo, bueno, no sé, pero no me gusta.—dijo Heather cada vez más harta de los comentarios de Tony.
—Ay por favor, te encanta. Cuidado y te embarazas hablando de él.
Heather soltó un gruñido.
—Tony, no la molestes. —comenzó Pepper.—Cada uno puede gustar de quién quiera, sin importa si es emo o...
La chica no aguantó más y se retiró a su habitación. No pensaba que sus tíos podían ser tan irritantes. Se tiró a su cama y empezó a recordar todo el día. No estuvo tan malo, sólo que ahora tenía un mechón mucho más corto que el resto. Una idea apareció en su mente.
Entró al baño y revolvió las cajones hasta encontrar lo que quería. Estaba harta que le dijeran comentarios de lo rubio que era su cabello. Sinceramente, lo odiaba. Sentía que el rubio no era su color. Soltó un suspiro.
¿Qué era la vida sin un par de riesgos?
__________________
¡Recuerden votar y comentar si les gustó!