Las reglas del deseo | 1.0

Oleh Obsesionletrada

1.4M 67.4K 8.5K

Del odio al amor hay una delgada línea, y a veces entre más intenso es el odio, más inolvidable se vuelve el... Lebih Banyak

- Segunda edición -
--Antes de leer--
Sinopsis
- Booktrailer -
- Prologo -
-Contrato-
1. ¿No podías ponerlo a dormir en la terraza?
2. No soy tu puñetera mensajera
3. ¿Se te perdió alguien igual?
4. Damián es tema prohibido.
5. Compartiendo ADN con Brandon Tover
6. Tengo ganas de hacer algo contigo
7. ¿Estabas espiándome?
8. ¿Te desperté?
9. Hola Damián ¿Cómo estás?
10. Dime algo que quiera que no tenga
11. Repítelo hasta que te lo creas.
12. He soñado contigo.
13. Te reto a...
14. Mierda... ¿Qué hice?
Nueva portada!
15. ¿Me tienes miedo?
16. Es como todos los demás.
- Contrato -
17. ¡Dibidibabidibu!
18. Uso compartido de nuestros cuerpos.
19. ¿Sorprendida Bella?
20. Relájate Bella
21. Por las buenas o por las malas.
23. ¿Quién se va a casar contigo?
24. No será un desconocido, será tu esposo
25. Eres la modelo de la caja
26. Bella, siento que algo te pasó
27. ¡¿Pero a ti que carajos te pasa?!
28. Bella... ¿Puedo besarte?
29. Quiero seguir escuchándote...
30. ¿Te he mencionado que eres un idiota?
- Playlist -
31. ¿Alguna vez sentiste que te estabas enamorando?
32. ¿Qué haces aquí?
-Respondiendo sus preguntas-
33. Se me olvidó decirte que te ves hermosa
34. No estamos enamorados.
35. Estas cosas no son de Dios
36. Necesito que me prometas algo.
37. Esta noche será
38. Será nuestra perdición.
39. ¡No estoy llorando!
40. No deberías estar aquí.
41. Gracias por la invitación.
42. ¿Y qué pasa con el conflicto de intereses?
43. A mi si me duele.
44. ¿Hay alguien más?
45. ¡Te protege de mí!
47. Eres hermosa.
48. Yo te veo a ti.
49. Tienes todo lo que quieres...
50. ¿Aceptas o no?
51. Romperé su corazón.
52. No hagas promesas que no cumplirás.
53. Nunca creí en los finales felices.
55. Tres regalos
56. ¿Por qué tienes que fingir?
57. Accionista mayoritaria
58. ¡Largo de mi habitación!
59. Ella debe estar orgullosa de ti
60. Un maldito juego.
61. ¡¿Qué carajo está pasando aquí?!
62. Te amo, Bestia.
63. Todo es tu culpa.
64. Amar es un obstáculo.
64. No me quiero ir.
Epilogo
- 2. Las reglas para amarte -
Extra Damián #1

22. Yo siempre he estado sola

21.6K 1.1K 168
Oleh Obsesionletrada

—Esta no es mi casa —gruño cuando detiene el auto en frente de una gasolinera. Nuestro trayecto ha sido silencioso desde que me montó al auto a las malas. Literalmente me cargó, esquivó mis patadas y mis puños y me metió al auto ignorando todas mis protestas, al menos me desahogué y le dije un cargado arsenal de insultos.

—Compraré agua, quédate aquí —tuerzo los ojos cuando su voz mandona perfora mis oídos, le lanzo una mirada de odio y estoy dispuesta a pelear cuando comienza a hablar de nuevo con su seriedad y mal genio habitual—. No te estoy preguntando, te quedarás aquí y tomarás todo lo que te dé, no pienso llevarte como una loca a tu casa, ni siquiera eres consciente de lo que haces.

—Si estoy consciente —le respondo.

— Quédate aquí Amanda —ordena antes de bajarse del auto.

Gruño nuevamente y tengo ganas de desobedecer, pero me siento muy agotada para hacerlo. Me pongo a masajear mi cabeza con lentitud e intento procesar todo en mi cabeza; me estaba comportando de una manera libre y desinhibida con él, estaba disfrutando hasta que sonó su maldito celular. Generalmente mi actitud es así cuando bebo.

Sí, tenemos un contrato que todavía no hemos firmado, pero cada minuto que pasa siento que mi atracción por él aumenta hasta el punto de no poder disimularla y odio ser así, prefiero mantenerlo todo en control, por ese motivo no volveré a beber estando con él, no puedo permitirme decir y actuar como si fuéramos dos niñatos. No con él.

La puerta del auto se abre y Damián se sienta, me pone una bolsa en las piernas y empieza a conducir silenciosamente, ni siquiera lo miro; abro la bolsa y encuentro dos botellas de agua, abro la primera y me la llevo a los labios, bebo y bebo, me doy cuenta de que tenía demasiada sed.

El celular de Damián vuelve a sonar y lo vuelve a ignorar, es la quinta vez que mi padre lo llama, ¿No ha entendido que vamos en camino? Estoy segura que nada de este teátrico de padre preocupado es por mí, nunca le he importado hasta ese punto, es más, una vez desaparecí por una semana mientras él se encontraba en casa y no recibí ni un mensaje por mucho que lo esperé, así que el verdadero motivo de su preocupación es mi perfecto hermanastro.

—Tu padre es un fastidio —gruñe concentrado en la carretera.

—Lo sé —respondo agotada—. Debe ser porque andas conmigo, está preocupado por ti —Damián me responde con una carcajada falsa y hago mala cara—. ¿Que?

—Tengo 22 años Amanda ¿Crees que nunca he ido a una puñetera fiesta hasta el amanecer? —me quedo pensando en sus palabras. No, la verdad no creo, este pijo de mami y papi parece del tipo que se queda estudiando toda la noche en vez de divertirse—. Simplemente ya quemé esa etapa, emborracharme y dormir con la primera que se me lanzara ya me aburrió, nunca me gustaron las fiestas, pero asistía, nunca me ha gustado tener amistades falsas, pero las tengo, nos parecemos en muchas cosas, solo que no te das cuenta porque estas cegada por las apariencias, lo cual por cierto me parece extraño viniendo de alguien como tú. Piensas que soy un santo.

—No, jamás pensé eso, estás equivocado —miento.

—Pero... jamás, ni en mis peores momentos he bebido como tú... —el cambio de tema me pone a temblar—. ¿No has pensado en tratarte...? —su voz se torna cautelosa. Dejo la botella de agua vacía a un lado y lo miro por un largo tiempo hasta comprender el significado de sus palabras.

— ¡¿Qué?! —chillo indignada, tengo ganas de coger la botella de agua restante y estampársela en la cara—. ¿Crees que no puedo controlarme? ¿Qué soy una maldita alcohólica como lo era mi padre? ¡Respeta...! —el auto se detiene de repente impulsándome hacia adelante con brusquedad, gracias al cielo tengo el cinturón.

Lo miro con rabia ¿Este quiere que lo despedace?

—¿Tu padre era alcohólico? —me mira preocupado y con los ojos abiertos como platos ¡Oh mierda! Esto no lo sabe nadie, nadie, nadie. La vida de mi padre ha sido un completo secreto para el público y prefiero que así se quede, prefiero cargar con mis demonios a que las personas me miren con lastima—. ¡Respóndeme! —grita y estalla con mi paciencia.

— ¡¿Pero a ti que carajo te pasa?! ¡Deja de gritarme y tratarme así! —le grito de vuelta—. No, mi padre no era alcohólico —digo con determinación.

—No me mientas —noto como aprieta el volante hasta que sus nudillos quedan blancos.

—Basta, me duele la cabeza —finjo calma mientras cierro los ojos—. Me equivoqué, es lógico que estoy borracha y suelto lo primero que pienso. Llévame a mi maldita casa antes que a mi padre le dé un ataque y antes de que yo te mate aquí mismo —. No entiendo porque le importa tanto si mi padre fue o no alcohólico.

—¿Por qué eres tan condenadamente exasperante Bella? —gruñe en un susurro.

—Lo mismo para ti —suspiro, estoy agotada, borracha, y con un malgenio evidente; cierro mis ojos para el resto del camino e intento que mi mente quede en negro, no quiero pensar en nada.

Cuando el auto se detiene nuevamente siento un pinchazo en mis costillas que me hace abrir los ojos y pegar un saltito en mi asiento, Damián me sonríe y yo le lanzo otra de mis miradas asesinas.

—Qué asco, roncabas y babeabas —pone una cara de asco—. Iuuuu.

—Ay, la niñita recatada que nunca ha babeado —le digo y saco el dedo medio—. Y yo ni ronco ni babeo cara de peo.

—Bájate de mí auto —sonríe, parece de buen humor.

Abro la puerta del auto y ambos salimos al mismo tiempo, nos mantenemos distanciados mientras nos dirigimos a casa, ni siquiera hemos llegado a la puerta cuando esta se abre, mostrándonos a un Anderson y una Grace empijamados y con unas caras que no presagian nada bueno.

Ay no, algo me dice que mi cabeza estallará.

— ¡Puedo saber dónde carajos estabas! —me grita mi padre haciendo que todos saltemos del susto, hasta Grace lo mira aterrada, creo que ella quería regañarnos de una manera menos violenta.

No puedo resistirme, las carcajadas salen de mi boca y no puedo detenerlas, todos me miran como si estuviera loca y probablemente lo estoy. Rio y rio y hasta me doblo de la risa.

— ¡¿Que putas te da tanta risa?! —me ruge mi padre. Me recompongo y sonrío como si nada hubiera pasado, entro a la casa y me dispongo a subir las escaleras mientras lo ignoro—. ¡Amanda! ¡Estoy hablándote! —grita a mis espaldas, me volteo enojada.

— ¿Qué quieres? —le pregunto lo más borde que puedo—. Salí con mis amigos a divertirme, ¿Acaso lo has olvidado? Siempre hago lo mismo y tú eres el padre que no me presta atención, please, sigamos en el papel —le guiño un ojo, estoy segura de que mañana me matará.

—Me cansé de tus tonterías niñita —me ruge—. Pedí que no salieran ¿No ven que nos han amenazado de muerte? ¿Por qué siempre tomas todo como un juego? ¡¿Cuándo vas a madurar?! —Damián y Grace observan a mi padre con el ceño fruncido.

—Amor, no creo que esta sea la manera...

—Preocúpate por tu hijo Grace —la interrumpe, me quedo helada y siento que mi rostro se pone pálido, nunca he visto a mi padre responderle así, siempre se ha esforzado por parecer un príncipe de Disney—. Yo me ocuparé de la malcriada hija que tengo.

—Siempre te amenazan de muerte —le respondo sin apartar mis ojos de los suyos—. Eres una de las personas más amenazadas porque nadie te quiere, ni tus empleados, ni tus socios, ni tu propia hija ¿Qué esperas? ¿Qué te lancen rosas en vez de balas? Si te amenazan no es mi maldito problema, porque lo contrario a ti, a mí las personas si me aman.

—Verdad... quien no va a amar a una culicagada que regala dinero como si fuera un dulce —me responde con la misma brusquedad que yo, mis palabras no le afectan en lo más mínimo ¿Por qué deberían? En cambio, a mí, sus palabras si me atraviesan, siempre lo hacen—. Por mi lárgate toda la maldita semana, pero no corrompas a tu hermano para que salga cuando estamos en peligro, Grace estaba muy preocupada por él.

Y ahí está la cuestión... todo esto es por Damián, porque ambos se preocupan de que algo le pase al perfecto hijo. Tomo aire y estoy preparándome para lanzar todos los insultos que mi embriagada mente recuerde, pero Damián se mete en la conversación.

—Fui yo quien la convenció de salir —me quedo helada al igual que todos los que están presentes, todos miramos a Damián con los ojos abiertos ¿Qué hace este simio? Su voz suena peor de aterradora que la de mi padre, pero él no se deja llevar por las emociones, parece tranquilo, una tranquilidad aterradora.

—Damián... que... —dice Grace sorprendida.

—Estaba harto de estar encerrado, no conozco a nadie —se encoje de hombros despreocupado—. Le dije a Amanda que me llevara a alguna de sus fiestas.

—Pero tú sabías que estaba prohibido salir... te informé de la amenaza —Grace se lleva la mano al pecho como si estuviera indignada ¿Damián enserio pretende que yo crea que antes fue un rebelde sin causa? Su madre actúa como si él jamás fuera capaz de hacer semejante pecado.

—No me importa —responde desinteresadamente—. Ni siquiera le dije a Amanda de la amenaza y para ser sincero a mí mismo se me olvidó. Apenas la vi saliendo le dije que la acompañaría...

—Bueno, la verdad es que me siento decepcionado —responde mi padre con calma, mira a Damián porque solo él le importa, es como si su hijo fuera él y no yo; porque claro, a mí me insulta hasta quedarse sin aire, pero a él le habla como si fuera lo más sagrado.

—No me importa o no tu decepción —respingo ante su forma de dirigirse a mi padre, hasta Grace lo hace—, y... por favor, espero que sea la última vez que tratas a tu hija y a mi madre de esa forma en mi presencia, yo no soy de los que gritan sino de los que actúan, y hace mucho quiero partirte la cara —sonríe de una forma que nos deja a todos en shock

— ¡Damián! —chilla Grace indignada, miro a mi padre y sus ojos están que se salen de sus orbitas, jamás lo había visto tan sorprendido.

—La sinceridad ante todo mami —le sonríe a Grace.

No quiero continuar ahí, necesito huir; doy la vuelta y subo las escaleras con lentitud y a nadie parece importarle, continúan hablando como si nada; sin embargo, mi mente está tan agotada que no procesa absolutamente nada. Camino por el pasillo oscuro y me dirijo a mi habitación, cuando estoy a punto de abrir la puerta una voz me paraliza.

—Bella... —susurra mientras se acerca a mí, observo su silueta acercándose en la oscuridad, suelto el pomo de la puerta y me enderezo para darle la cara.

— ¿Qué fue eso de allá? —pregunto agotada—. No tenías que echarte la culpa, no lo vuelvas a hacer —pongo mi mascara de brusquedad.

—No quería que te regañaran —responde como si nada, pero para mí esas palabras remueven mi interior, no quiero que se preocupe por mí—. Además, estoy agotado, terminaron de joder porque me eché la culpa, si no, seguiríamos allá abajo mientras tú y tu padre intentaban arrancarse los ojos ¿Por qué se tratan así?

— ¿Que? ¿Nunca le has hablado mal a tu mami? —una media sonrisa aparece en mi rostro y me acerco a él con actitud juguetona, me gusta sacarlo de sus cabales.

—Nunca he tratado a mi madre como tú tratas a tu padre y nunca ella me ha tratado como tu padre te trata a ti, por más molestos que estemos nos respetamos.

—Pues yo siempre he estado sola, cariño —hablo de la forma más superficial que puedo, sin embargo, algo me dice que captó la tristeza y lo que significaba realmente la palabra "sola" para mí.

Ya ni siquiera recuerdo una discusión con respeto entre mi padre y yo, desde que mi madre falleció nos convertimos en enemigos, jugamos quién puede destruir al otro con mayor facilidad, nos regocijamos con la desgracia del otro. No somos familia, solo convivimos juntos.

—Me regañaron por tu culpa, al menos háblame bonito —bromea, quitándole hierro al momento—. Y me debes una, cariño —me gusta como sueña esa palabra pronunciada por sus labios. No es dulce, es más bien sensual.

Alzo mi rostro para plantarle cara, ya casi no siento la borrachera, solo las ganas que tengo de él, tantos jueguitos me están matando, entre más beso sus labios más adicta me vuelvo a ellos.

Él se acerca lentamente y alza ambas manos para acariciar cada uno de mis brazos, su toque me eriza la piel, siento su respiración en mi rostro y cierro los ojos, escucho los sonidos de mi propio corazón. Damián se inclina y no espera, solo junta nuestras bocas de forma brusca y excitante, no pide permiso, no es gentil, solo me toma como si siempre fuera suya.

Su lengua se apodera con avidez de cada centímetro de mi boca, es sensual, rudo, insistente, demandante. Agarro su camisa arrugándola entre mis puños, mi cuerpo choca contra la pared y me enciendo, sus manos empiezan a manosear mi cuerpo sin pudor, una de ellas se mete debajo de mi top y agarra uno de mis senos, lo masajea como puede hasta que alza lo suficiente la prenda para que ambos queden libres.

Damián suelta mis labios y empieza a besar mi mentón, mi mandíbula, baja por mi cuello, pasa lentamente la lengua por los huesitos de la clavícula y luego besa descaradamente lo que nunca nadie ha visto, es tan rápido y demandante que no tengo tiempo de pensar.

Me remuevo incomoda y con un poco de vergüenza, pero no lo detengo porque me gusta lo que hace y como lo hace, siento su necesidad por mí, me desea como mujer. Una de sus manos acaricia mi seno izquierdo mientras su boca se ocupa de chupar la piel del derecho, hasta que llega a mi pezón y su ávida boca se ocupa de chuparlo. Gimo demasiado alto y cierro los ojos.

Damián vuelve a alzar su cabeza y se ocupa de mis labios, mi beso se vuelve torpe, las ganas ya no me dejan ni pensar, el deseo me tiene enceguecida. De repente siento sus manos acariciarme el abdomen y desabrochar con rapidez mi short.

—Damián... —joder, ese hombre me va a matar.

—Necesito que hagas silencio, no quiero que te escuchen, quiero que los soniditos que haces sean solo para mi —chupa el lóbulo de mi oreja—, quiero que te vengas por mí, que pronuncies mi nombre porque tu cabeza está llena de mí.

—Joder... —su mano se introduce lentamente debajo de mis panties.

—Siempre has tenido el control de todo... —murmura, solo con sus palabras siento que me vendré—, y ahora serás mía.

—Por diosss —muerdo mi labio inferior cuando su pulgar empieza a masajear y hacer una presión deliciosa en mi centro, por otro lado, su índice está jugando en mi entrada.

—Estás tan mojada como yo estoy de duro —jadeo demasiado alto, parezco un pececito fuera del agua, boqueando, buscando oxigeno—. Necesito que hagas silencio o voy a parar ¿Entiendes? —me siento a su merced y vulnerable, lo voy a matar.

No puedo hacer silencio, simplemente no puedo, no cuando él me toca de esa forma, con su mano libre me cubre la boca y su sonrisa se expande. Mirar como se muerde el labio inferior mientras sus dedos juegan con mi entrepierna es demasiado para mi pobre ser.

Mi respiración es caótica, mi corazón está que se sale de mi pecho y siento mil sensaciones al mismo tiempo, es imposible quedarme inmóvil cuando siento que todo me palpita, así que apoyo mis manos en sus hombros y los aprieto con fuerza para poder mantenerme de pie.

Muevo mis caderas e inclino mi espalda y él capta lo que necesito, no ha introducido sus dedos, solo acaricia de forma superficial jugando un rato en mi entrada, provocando, tanteando. Hago un movimiento brusco intentando que meta lo que sea dentro de mí.

—No seas bruta —susurra en mi oído—. No te quiero lastimar, necesito probarte, tantearte, prepararte... porque cuando esté dentro de ti... será inolvidable. Te colocaré en tantas posiciones que al día siguiente no podrás ni caminar, quiero tenerte a mi merced y follarte esa boquita que siempre usas para insultarme.

Presiona más fuerte mi centro. Sé que no me falta mucho, es más, ya siento la presión en mi vientre y el nudo en mi garganta que me indica lo que vendrá. Exploto y siento que todo mi cuerpo se eleva conmigo, es una sensación liberadora y placentera.

—Te has corrido en mis dedos —saca sus dedos de mi entrepierna y chupa su dedo índice con el que estuvo jugando en mi entrada—, espero pronto estar dentro de ti de todas las formas posibles.

—Creo... —me entrecorto, sigo agitada por el maravilloso orgasmo—, creo que podemos ser un poco creativos con eso —sonrío satisfecha, aunque el calor sigue en mi cuerpo y que la excitación en vez de detenerse ha aumentado.

—Quiero enloquecerte de la misma forma que me enloqueces a mí, Kane. ¿Estás bien? —frunce el ceño—. ¿Fue demasiado para ti... o?

—Me encantó —lo entrecorto, por mi que lo haga mañana, tarde y noche—, aunque te soy sincera... todavía siento un poco de presión... ahí —me muerdo el labio inferior, quiero ser sincera con él.

—Es normal —Damián me sorprende cuando sonríe con ternura y delicadamente me acomoda el top, es desconcertante como puede ser tierno y rudo a la misma vez, me gusta—, creo que ambos estaremos así hasta que follemos —ríe.

— ¿Y eso será cuando...? —alzo una de mis cejas.

—Cuando nuestros padres no estén, no quiero que Anderson se entere de que me estoy cogiendo a su hija.

—Vamos a un hotel —sueno desesperada y ansiosa.

—Bella, el matrimonio de nuestros padres está en boca de todos, en cualquier hotel decente daremos de que hablar, y ni por el putas te voy a meter en un lugar de mala muerte, definitivamente merecemos más que eso —me guiña un ojo, tiene total razón, es más, no sé que le pasa a mi cabeza—, ahora, debes descansar, toma mucha agua y descansa, espero que no te de malestar mañana.

Estoy pasmada, sin palabras, mi corazón vuelve a latir desesperado y ni siquiera me está tocando. Damián se acerca y deposita un tierno beso en mi frente, cuando se aleja noto un brillo extraño en sus ojos.

—Me he divertido hoy como no tienes idea. Gracias por hoy.

—Un gusto Houston —logro pronunciar, él me da la espalda y empieza a caminar hacía su habitación.

Aunque, viéndolo bien, yo soy la que debería agradecerle.

Lanjutkan Membaca

Kamu Akan Menyukai Ini

1.3M 68K 37
Kian Gallagher, vaya que el chico es completamente atractivo, pero es un completo idiota, estoy segura de que es la clase de chico que solo le gusta...
626K 57.6K 134
tu eres Portgas D _____ y tu mundo cambio desde tu tierna edad de 10 años todo por un Teryubito, pero se feliz gracias a eso conocerás a un chico muy...
321K 15.9K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...
1.2M 74.9K 57
Una bailarina con sus sueños frustrados. Un hombre lleno de secretos y dolor. Dos personas totalmente diferentes, buscando distintas cosas de la vida...