Ha-neul cumplió su promesa y ayudó a Min-Jee... fue asignada a un salón totalmente distinto... aunque siguió estando sola, ya no la molestaban.
En este nuevo salón muchas chicas intentaron ser su amiga, pero Min-Jee las ignoró a todas... no le interesaba conocer a personas que no fuesen Ha-neul.
Ha-neul no volvió a hablar más con Min-Jee, la última vez fue cuando Min-Jee se armó de valor para agradecérselo.
Min-Jee continuó mirando a Ha-neul... y Ha-neul continuó con su vida.
Pasaron cuatro meses... ya había llegado septiembre.
Los días eran felices para Ha-neul. Pero para Min-Jee... no.
Para Min-Jee todo seguía igual, pero a su vez un poco diferente. Sus días observando a Ha-neul la hacían feliz... pero su mentalidad cambió, y un nuevo sentimiento comenzaba a aparecer... ese sentimiento era...
La desesperación.
El no saber qué hacer... a dónde ir, quién ser... para alcanzar a Ha-neul. Ahora la cabeza de Min-Jee mentalizaba a Ha-neul como una persona a la que jamás podría alcanzar... ¿cómo poder ser alguien importante para Ha-neul? Min-Jee se sentía abandonada, la había amado tanto, la había observado por años... la había acosado.
¿Pero eso había servido? ¿Había alguna diferencia? Eran años, AÑOS.
En los que su vida se basaba solamente en Ha-neul, en los que Ha-neul era la única cosa que había en el camino... ¿pero para Ha-neul era lo mismo? Min-Jee no era nadie para Ha-neul.
Nunca podrían estar juntas...
Min-Jee lo pensó, analizó bastantes meses luego de haber tratado con Ha-neul, el haberle hablado le hizo despertar y darse cuenta de que, no estaba avanzando en nada.
Así que Min-Jee decidió cambiar todo... ¿abandonaría a Ha-neul?
Claro que no.
¿Entonces qué? Pues... se acercaría a ella. Haría todo lo posible por tenerla en sus brazos, por hacerla suya... quería ver a Ha-neul diciéndole "te amo". Ya no se conformaría con verla a la distancia y anhelarla... ¿de qué le serviría anhelarla? Si nada cambiaba.
Si Ha-neul no se enamoraba de ella, entonces se podría enamorar de alguien más. Y no. Ella debía ser la única.
—Buenos días Ha-neul —Dijo Sook, presumiendo su nuevo corte de cabello.
—¡Sook! ¡Te ves más joven! —Gritó Ha-neul mientras se tomaba del estómago y se echaba a reír.
Todas en el aula reían con Ha-neul, Sook se cruzó de brazos y le miró seriamente.
—¿Cuándo cortarás ese cabello tuyo, te piensas parecer a Rapunzel? —Sook tomaba una silla y se sentaba junto a su amiga.
—Me gusta el cabello largo... —Ha-neul estaba tirada sobre la mesa descansando.
—A propósito, Ha-neul... hace tiempo que no salimos juntas, ¿por qué no vamos a comer esta tarde? —Dijo una chica elevando la voz, estaba en el otro extremo del salón, frente a la pizarra borrando los restos de tiza del día anterior.
—No puedo... ya se acercan los exámenes en este mes, debemos prepararnos, chicas... — Ha-neul se estiraba y suspiraba.
Sook rodó los ojos y le dio un golpe en la cabeza.
—¿No te vas a dar un descanso?, ¿quieres morir? —Le dijo cansada Sook, estaba ya harta, Sook pensaba que Ha-neul no estaba disfrutando de su vida.
—No se trata de eso, necesito acostumbrarme... recuerda que en unos meses pasaremos a tercer año y luego a la Universidad, debo acostumbrarme a este ritmo. —Respondió Ha-neul defendiéndose.
Las chicas de la clase simplemente la quedaron mirando en silencio... la respetaban y apreciaban mucho, a la vez comprendían que Ha-neul se tomaba muy enserio las cosas. Era una joven bella, de aire maduro, y con una vida muy maravillosa. Era admirable.
Una chica con pasos torpes se acercaba al salón de Ha-neul.
Se había quedado parada sin decir nada observando fijamente a Ha-neul, quien conservaba con sus amigas sin prestarle atención.
Nadie la había notado, hasta que Sook en una ojeada hacia la puerta la vio.
—¿Necesitas algo? —Preguntó Sook, elevando su voz desde su asiento, Sook ya no recordaba a la chica que había defendido.
—Ha-neul unnie... —Dijo tímidamente, casi no se oía.
—Quiere ver a Ha-neul. —Repitió una chica que estaba en el salón cerca de la puerta para que las demás escucharan.
Ha-neul giró su cabeza al escuchar su nombre y reconoció al instante a Min-Jee, a diferencia de Sook que olvidaba los rostros fácilmente.
Ha-neul se paró de su silla, le hizo una seña a sus compañeras, se iría un rato y luego regresaría. Estas asintieron y siguieron conversando.
Ha-neul se acercó a Min-Jee y la saludó.
—Hola, Won Min-Jee... ¿hay algo que necesites? —Le preguntó sonriéndole.
Min-Jee se sorprendió y alegró al saber que Ha-neul recordaba su nombre.
—Unnie... ¿me podrías enseñar... inglés? —Preguntó tímidamente Min-Jee.
Ha-neul recordó toda una escena... de cuando Sook la reprendió por ayudar a las de primero y cuando le quiso enseñar matemáticas a Sun Hee... que, por cierto, ahora solamente la evitaba avergonzada.
Toda esa cadena de sucesos la llevó a conocer a Min-Jee... una chica con la que no habló mucho, a la que ayudó y a la que ahora veía frente a ella.
Ha-neul no podía decir no. Tenía un corazón amable y bondadoso, le gustaba ayudar a quienes no podían entender las clases. Sabía cuán satisfactorio y agradable era recibir ayuda en algo que no se podía entender.
Miró de reojo a Sook quien conversaba y reía sin prestarle atención.
Ha-neul rápidamente aceptó.
—Te ayudaré, Min-Jee... no le digas a nadie que estoy ayudándote... ¿bien? Contigo haré una excepción, este jueves estoy disponible, ¿te parece? —Preguntó Ha-neul con su amable sonrisa.
Min-Jee se llenó de alegría y asintió.
Ha-neul regresó a su salón, concretamente a su puesto y siguió su día normal.
Min-Jee en cambió, siguió su día con más felicidad de la normal... después de tantos meses había hablado con Ha-neul unnie ¡se había armado de valor!
Y ahora ella le iba a enseñar inglés... iban a pasar tiempo juntas...