Cartas a Kim JongIn [KaiSoo]

By BlueSoo

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Una carta, dos cartas, tres cartas... ¿Cuántas serán las suficientes para que al menos una de ellas llegue a... More

Carta 1
Carta 2
Carta 3
Carta 4
Carta 5
Carta 6
Carta 7
Carta 8
Carta 9
Cap. I: Caída libre
Cap. II: Gravity
Cap. IV: Failed opportunity
Cap. V: First time
Cap. VI: Wait
Cap. VII: Baby Don't Cry
Cap. VIII: Bingsu
KyungSoo
Cap. IX: Brave
Cap. X: Look
...

Cap. III: Flower

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By BlueSoo

Un amigo es aquél que te ayuda en las buenas y en las malas, aclarar tu mente cuando lo necesitas, brindarte consejos para sobrevivir en un mar de dudas...




—¿Me estás diciendo que te gusta ese chico, pero no sabes en qué sentido? Y lo peor es que... ¡¿Solo te bastó dos días para que sintieras algo por él?! Eres un imbécil.

—Gracias, yo también te quiero, Sehunnie.




Está comprobado científicamente que Sehun no es de esos amigos.




Durante el receso en la universidad, aproveché a explicarle la situación con KyungSoo. Necesitaba desahogar mis sentimientos, aunque él nunca era el indicado para escuchar este tipo de temas.




—¿Qué harías tú si tuvieras ese problema? —le pregunté dándole un mordisco a mi sándwich.

—Pues... —cruzó los brazos y miro al cielo—No hay mucho que explicar, solo ve y trata de ser amigable con él.

—Lo dices fácilmente, pero... —suspiré— ¿Cómo le hago? No puedo llegar así como así ofreciendo mi amistad de un día para otro.

—¿Ves? —levantó la mano dándome un tronado zape en mi cabeza— Por eso te digo que eres un imbécil. Obvio no vas a llegar a su casa a preguntarle si quiere que seas su amigo.

—¿Auch? Ten cuidado con mi cabeza, dolió ese golpe... Entonces, ¿qué hago al respecto?

—Pienso que debes ir lento, muy lento. El tiempo dirá lo que sientes por él, pero ojo, tampoco lo asustes.

—Gracias, Sehun —dije fingiendo impresión— En serio me impacta que tu cerebro empiece a funcionar.

—¡Oyeee! —frunció el ceño— Tampoco soy un inútil.




Un consejo bueno al año viniendo de Sehun es como meter una pelota de golf en el hoyo después de mil intentos, todo un milagro.




—Oye, Sehun, hace dos semanas te vi en la oficina del director. ¿Te pasó algo?

—¿Ah? —sonrió nervioso— Estábamos revi... visand-do algunos papeles.

—¿Sentado?... ¿Arriba de sus piernas?




Tosió exageradamente para desviar el tema, típico de él. Los rumores en la empresa eran más fuertes cada día, tampoco quería dejar a mi amigo a un lado, solo quería confirmarlo directamente con él.




—B-Bueno, e-es hora de i-irme —tomó su mochila y corrió hacia el salón de ciencias despavorido— ¡Bye!

—¿Ah? ¿Qué rayos acaba de pasar?




Y allí me quedé, con cara de confusión hasta que mi celular vibró:


💬 Sehun 👽

«Te veo en el restaurante Gardenias, tenemos que planear lo de la cita»




Ese era otro detalle que evitaba a toda costa, el simple hecho de acordarme me hacía sentir nervioso. Al terminar el receso volví al salón a tomar tres clases más para después ir a alcanzar a mi amigo al lugar citado.

No podía justificar nada para faltar a la cita con Haneul, Sehun reservó todo a mi nombre en el lugar menos indicado, Bongbong Coffee, o mejor dicho la cafetería del señor Steve.




—¡BONGBONG COFFEE! —exclamé abruptamente atrayendo la atención de los comensales.

—¡Shhh! —de inmediato Sehun se puso de pie disculpándose con reverencias— ¡Cálmate o nos van a correr!

—¡No puedo calmarme! Ahora que ya sabes lo de KyungSoo, entenderás que es el lugar menos indicado para tu chiste —bebí el zumo de naranja de un solo trago— ¡Me pones en aprietos!

—Lo sé —suspiró— Es una cita, ¿sí? Después de eso empiezas tu operación de conquistar a Kyung... Kyung... ¿Qué?

—¡Soo! —dije mirándolo seriamente— Se llama KyungSoo y espero que jamás me vuelvas a planear citas a escondidas. ¿Acaso no te pones a pensar en los demás? —bufé.

—Está bien, está bien, entiendo —tomó un sorbo de vino— Para que veas que soy buena onda, te ayudaré a conquistar a Soo.

—No, gracias.




Necesitaba un consejo del señor Steve, si el chico veía la cita, era obvio que perdería todo interés sobre mí y era algo que no podía permitir.

Decidimos hablar otro rato más para afinar detalles. Yo solo esperaba a que llegara el sábado y terminar con esa farsa.




[...]

Como todos los jueves, me di el tiempo de ir a aquel lugar con aroma a café, obviamente antes de ir al trabajo. El clima era algo frío con algo de resolana, opte por usar una gabardina café claro que no utilizaba desde hace años en conjunto con una camisa blanca. Mi pantalón de vestir que planché con mucho cuidado de no borrar las líneas, además de los zapatos de charol marca TODS que mi madre me regaló hace 4 cumpleaños.

Mi auto se estaba llenando de polvo del tiempo sin usarlo. Misteriosamente Sehun no había renegado nada al no llevarlo conmigo al trabajo, su actitud cambió desde unos días atrás pero no me preocupaba. El supuesto romance con Junmyeon era más que evidente.

Agradecí infinitamente la calle en construcción que hizo desviar mi ruta normal y tomar la que me lleva a KyungSoo, el camino hacia BONGBONG COFFEE lo iba memorizado con el paso del tiempo.

Cada casa, banqueta, bote de basura, tiendas y hasta las personas ya eran conocidas. Cuando me di cuenta que ya andaba cerca de llegar, caminé despacio tratando de fijarme si KyungSoo se encontraba en la ventana como los otros días.

Y allí estaba, sentado en una mecedora sosteniendo un vaso con jugo de naranja viendo el mismo paisaje de la cafetería. Tenía que actuar normal o sospecharía de mis confusas intenciones. Acomodé mi gabardina y caminé unos cuantos pasos, encontrando un lugar lleno de gente y a un viejo a punto de sufrir una crisis nerviosa. En cuanto me vio, saludo casi gritando mi nombre.




—¡¡¡HOLA, JONGIN!!!

—¿Qué tal, señor Steve?




Me dirigí a la mesa junto a la entrada, todo marcaba que era reservada para mí: Kim JongIn. No lo dudé y me senté en la silla pidiendo lo mismo de siempre. Acomodé mi celular de modo que la pantalla me sirviera de espejo para ver las acciones del pequeño. Hojear un libro manteniendo una sonrisa hermosa y después tirar el montón de hojas como si fuera lo peor del mundo me pareció la secuencia más... ¿linda y rara a la vez? ¿Qué rayos hacía?

Formó un puchero tierno con sus labios gruesos y después volvió su mirada al frente. Mi celular interrumpió con la llegada del mensaje del señor Steve. Anteriormente le pedí su número por cualquier cosa, pude llamarlo para pedir ayuda pero su consejo lo quería escuchar de su propia voz.




💬 Hola, JongIn, perdón por no atenderte, hay demasiada gente.


🐻 No se preocupe, de hecho, vine por una petición especial, igual no importa. Después habrá tiempo.


💬 Pensaste que estaba loco al saludarte de esa manera, pasaba que... el vecino nos veía atentamente.


🐻 Oh, sí 😍, aún lo sigue haciendo, me encanta que sus ojos negros me vean.


💬 ¿Eso significa que estás

interesado por KyungSoo?


🐻 A usted no se lo puedo negar, necesito aclarar mis dudas como se debe.


💬 ¿A qué te refieres?


🐻 Haré mi lucha por hacer una amistad con KyungSoo.


💬 ¿Y después de lograr eso?




Entre mensajes soltaba una que otra risa sonora típica para disimular la situación y también aprovechando ese par de ojos negros observándome. Divisé a lo lejos a una chica en la barra de postres con la mirada fija en mí. No disimulaba nada, saco una tarjeta de su bolsillo al mismo tiempo que tomaba el lapicero de la caja, su intención era obvia. Me sentí como un conejo indefenso listo para ser cazado.




—Señor... —la susodicha se acercó a la mesa saludando con una reverencia— ¿Aún no termina su té?

—Eh... ¡Sí!... —tomé un sorbo más y le di la taza de té medio vacía— ¿Podría traer la cuenta, por favor?

—Aquí la tiene —extendió el ticket junto con la tarjeta dichosa tarjeta— Espero que este lugar tan compacto no sea molesto para usted.

—No se preocupe, me gusta este tipo de zonas lejos del bullicio y de... ciertas personas.




Saqué dinero de mi cartera lo más rápido posible y lo tomó gustosa, no sin antes guiñarme el ojo y retirarse.

Era la segunda vez de lo que llevaba del mes que me sentía incómodo en un lugar. En cuanto la chica entró a la cocina por pedidos, me apresuré a tomar mis cosas del trabajo y huir dejando la tarjeta en la mesa. No necesitaba más problemas en mi pobre vida.

Llegué al edificio jadeando de cansancio y sed. Suni alcanzó a entregarme el formato de los cambios en las normas de la empresa. Le presté atención a la pequeña explicación sobre el nuevo horario que teníamos que acatar junto con otros detalles. Normalmente eso nos lo decían en las juntas informativas de cada mes, pero el director no se encontraba en la empresa al igual que Sehun.

Con un gracias despedí a Suni e ingresé al elevador presionando el botón del piso 6. Mi mente aún se sentía invadida por KyungSoo, necesitaba encontrar la manera de acercarme a él sin asustarlo como sugirió mi amigo. Sería una tarea difícil pero no imposible. El sonido de llegada me sacó del trance, las puertas se abrieron encontrando a una Haneul emocionada.




—¡HOLA, JONGIN! —se aventó a abrazarme como si nunca me hubiese visto— ¡¿Listo para nuestra cita?!

—Haneul... —retiré sus brazos de mi cuello evitando hacerla sentir... ¿ofendida?— Necesito que no te ilusiones.

—Pero... ¿quién dice eso? La cita es para conocernos más a fondo, más...

—Haneul —interrumpí— Sé perfectamente tu intención y lo último que quiero en esta parte de mi vida es que alguien salga lastimado.

—JongIn, mírame a los ojos —Haneul tomo mi rostro firmemente— Confiesa, ¿te gusta alguien?

—¿Te incumbe? Por favor, vámonos al ensayo que estoy muy cansado y quiero irme rápido.




Me zafé de su agarre caminando rumbo al estudio escuchando a Haneul gritar que regresara. No estaba listo para dar explicaciones que aún no encuentro y, al final de cuentas, no le importaban.

Los camarógrafos se encontraban afinando detalles de iluminación, micrófonos y vestuario. Entre la multitud logré ver a un chico de estatura media, complexión delgada, cabello negro y sonrisa carismática. Volteaba a todos lados como si buscará algo o a alguien.
Me acerqué hasta él para auxiliarlo, de alguna manera me sentí reflejado en mi pasado cuando llegué allí por primera vez.




—Disculpa... —el chico volteó dando un brinco del susto— ¿Buscabas algo?

—¡Oh! Disculpe... Estoy buscando al director— sonrió nervioso.

—Me temo que aquí no lo vas a encontrar, el director está en el piso diez.

—¡Gracias! —el chico relajó su rostro dando un suspiro fuerte— ¡En serio no sabía a dónde ir! Me llamo Jongdae —hizo una reverencia.

—JongIn —repetí su acción— Un gusto conocerte.

—¡Jongdae, encontraste al direc...!




Una chica de la misma estatura que Jongdae apareció de repente, en cuanto me vio, sus ojos se abrieron más de lo normal por la impresión.




—Eunyeong, te presento a JongIn... ¿Eun? —Jongdae movió su mano frente al rostro de la chica hasta hacerla reaccionar parpadeando varias veces—¡¿Qué te pasó?! ¿Te siente bien? Si quieres vamos a...

—¡EUNYEONG, ME LLAMO EUNYEONG! ¡MUCHO GUSTO! —saludó haciendo varias reverencias frenéticas.

—¡El gusto es mío!




«Entramos en escena es 5 minutos, todos preparados»




—Sentimos mucho haberte interrumpido, gracias por guiarnos. No sé qué habríamos hecho. Nos vemos.




Finalizó el chico antes de llevar a su amiga casi arrastrando lejos de mí. La chica no dejaba de voltear varías veces hacia atrás buscando mi atención, muy tierna.

Jongdae y Eunyeong desprendían aire de ser buenas personas. Esperaba a que saliera bien su asunto con el director.

Al salir del cuarto de vestuario después de unos cuantos retoques, tomé mi lugar en la mesa junto a mis otros compañeros del noticiero. Todos ocupados ordenando papeles, revisando sus celulares, escribiendo las notas policiacas de último minuto, etcétera. Yo solo los veía atentamente confiando a que todo saldrá bien como los otros días.




«Entramos en escena en 3...2...1... ¡Acción!»





🌹


Llegó el fin de semana y junto con ella una cita que no quería cumplir. Sehun subió a mi departamento después de las cuatro de la tarde, según él para ayudarme con la ropa que usaría, al final termine escogiendo una camisa azul y pantalón de vestir, simple. No me sentía inspirado y mucho menos con ánimos de llevar algo para impresionar, más que nada era para cumplir los caprichos de él.

Terminé de bañarme y tomé mi toalla cubriendo mi cintura. Mi amigo se encontraba recargado en el marco de la puerta sosteniendo... ¿una rosa blanca?




—Eso no es parte de la cita, ¿cierto?

—Claro que sí. Lo utilizaras para hacer más romántico el encuentro —se acercó y lo mostró aún más cerca de mi cara— Es para Haneul.

—Ni de broma, puedes comértelo si quieres.

—¿Ah? Esto no es comestible... ¿o sí?




Alejé la rosa de mi vista dándole un manotazo y comencé a vestirme ignorando por completo lo que decía para convencerme. Di vueltas por toda la casa tratando de cansarlo por tanta estupidez que salía de su parlante boca.
Cuando estuve listo, ya no pude más...




—¡ESTÁ BIEN! —detuve de golpe mi andar haciendo que Sehun chocara en mi espalda— Llevaré la rosa a la cita. ¡Dámela!

—Prometo no volver a hacer apues...

—¡¿QUÉ?! ¡¿APUESTAS?! ¡¿HICISTE UNA APUESTA CON HANEUL?!




Sehun corrió a refugiarse detrás del sofá. Sabía que tanta insistencia se debía a algo, pero no tenía ni idea de cuál era la razón.




—¡Si me dices qué es lo que apostaron...! —me acerqué lentamente hasta sacarlo de su escondite tomándolo del brazo— Te perdono.

—¡¿En serio?! Pues... Eh... Pues... Es que... ¡No sé cómo decirlo! Mas bien, fue un trato-apuesta —río nervios— Pero no le digas a Haneul.

—Dime, Sehun, ¡¿qué hicieron?!

—Es que ella descubrió que... que... yo...

—TÚ... ¡¿QUÉ?!

—¡QUE EL DIRECTOR Y YO ESTAMOS SALIENDO!

—¿Ah? Eso ya lo sabía. Es demasiado obvio para todos en el trabajo. Y ¡¿Eso es todo?!

—No, también me ofreció mil dólares a cambio de una cita contigo y callar ese secreto que ahora ya no es secreto —suspiró— No dirás nada ¿cierto? Por favor.

—Claro que no, a cambio de eso, promete jamás hacer ese tipo de apuestas y... me darás la mitad del dinero. Solo así fingiré no saber nada, a pesar de arriesgar a...

—Está bien, está bien, no lo volveré a hacer.... excepto si hay dinero de por medio. 

—¡SEHUN!





Sellamos el trato y nos apresuramos a salir del departamento justo antes de las cinco. Él se fue por su lado con la excusa de descansar el resto de la tarde mientras que a mí me mandaba al matadero sin compasión. Apresuré el paso hacia el estacionamiento para no llegar retrasado, entre más rápido, mejor.

No quería llegar con el coche a la cafetería, así que lo estacioné tres cuadras atrás. Mi caminar se volvía lento en cada paso que daba. El único motivo para caminar más rápido era el ver de nuevo a KyungSoo, por desgracia, él estaría observándome a mí con Haneul pensando lo peor.

Con la rosa en la mano detuve mi andar en frente de la cafetería recargando mi espalda en la barda y como lo supuse desde hace unos minutos atrás, KyungSoo estaba allí sentado. Se me ocurrió la idea de alcanzarlo y hacerle plática unos instantes mientras mi compañera aparecía, en algún momento debía comenzar mi operación. Justo cuando enderecé mi cuerpo con la intención ya planeada, Haneul apareció.

Antes de saludarla, guardé la rosa en mi bolsillo derecho del pantalón, aún se me hacía un detalle de más. Con una reverencia y un pequeño abrazo ingresamos al lugar donde inició todo. Me sorprendí al ver a SeungSoo de mesero, en el tiempo que llevaba tomando mis tés en ese lugar jamás lo había visto.

El señor Steve nos saludó cordialmente llevándonos a la mesa central con velas, vino, rosas rojas y un negocio... ¿vacío?


Sehun en ningún momento informó que la reservación aplicaba todo el lugar.
La incomodidad me invadió por todos lados, no soportaba el hecho de estar sentado frente a una persona sin sentir nada en especial, sin contar con atención de la gente que caminaba sobre la acera curioseando el momento romántico. Pedí de favor al viejo activar sus ventanas electrocrómicas para al menos ocultar a los ojos de KyungSoo el desagradable suceso. Agradecí internamente ese dato maravilloso y milagroso gracias a Nick.

Traté de parecer natural, rogando por dentro que cayera la noche lo más pronto posible. Haneul no paraba de hablar sobre su experiencia en el mundo periodístico, entrevistas con políticos, famosos, deportistas y demás. Escuchar todo eso provocó un festín en mi estómago, no sabía si de hambre o aburrimiento. Mi cabeza caería pronto si no dejaba de asentir y negar por no acceder a hablar debidamente.

Salir corriendo lejos de ella se estaba convirtiendo en la opción más viable de tomar.




—La entrevista con el presidente Moon Jae-In resultó un éxito. La audiencia aumento 5 puntos más que la semana anterior —miró su reloj mientras daba un sorbo a su copa de vino— Son las seis cuarenta y cinco. ¿Pedimos el postre?

—Claro que sí —«Al fin un momento de paz» exclamó la voz en mi cabeza—Déjame pedirlo.

—Gracias. Espero no haberte aburrido. ¿Hay algo que quieras decirme? Tu cara me lo dice—se levantó de su asiento para sentarse junto a mí— Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.




Acercó su rostro lentamente hasta quedar frente a frente, mi cara de desconcierto no ayudaba a que se alejara. Miré de reojo a SeungSoo desde la entrada de la cocina observando desconcertado la escena mientras sostenía la charola de postres.




¡¿Qué rayos pasaba?! ¡Me agradezco por la grandiosa idea de bloquear la vista en las ventanas!




—Han... Han... —la tomé de los hombros retirándola de mí cautelosamente— Sabes que puedes contar conmigo como compañeros de trabajo que somos, pero gracias, aunque no he hablado nada en sí, no quiero decepcionarte.

—Tranquilo, no me decepcionas —llevó su mano a mi rostro dando ligeras caricias— Tú jamás lo harías. ¿Por qué no nos damos una oportunidad?

—Han... eso no va a pasa nunca —alejé abruptamente mi rostro de su tacto— Te puedo ofrecer ser un buen compañero de trabajo en tu vida, solo eso. Debes entender mi posición.

—JongIn. Solo es una oportunidad, ¿qué puede pasar?




«La única oportunidad que quiero tener es hablar con KyungSoo», mi mente se había manifestado.




—Todo, Haneul. Nuestro trabajo, podríamos perderlo. Tú ya tienes experiencia de bastantes años, me lo contaste hace unos minutos; pero yo solo tengo setecientos noventa días y contando, experimentando este mundo en donde estoy en deuda con una de mis profesoras por haberme dado el privilegio para sus recomendaciones. Han, me ha costado demasiado llegar a donde estoy y no pienso perderlo por un romance que no está en mis planes próximos hasta que Kyung...—me detuve en seco al sentir que el nombre del chico saldría a relucir— Quiero decir...

—¿Kyung? ¿Quién es... Kyung?

—¡N-Nadie, e-escuchaste mal! —busqué desesperado con la vista al mesero en espera de ser llamado— ¡SeungSoo, por favor, trae los postres!

—¡OYE, NO ME DEJES ASÍ!




No podía permitir que ella supiera mi situación y mucho menos que Seungsoo escuchará sobre su hermano. Haneul me veía incrédula al mismo tiempo que se retiraba hacia el asiento en donde estaba anteriormente. Seungsoo colocó hábilmente los postres en nuestros lugares, después de un incómodo tiempo transcurrido, el sonido de mi cuchara al chocar en el plato cada que tomaba un bocado de mi Mujigae-tteok era lo único que resonaba y la música no ayudaba en nada. Ella apenas si tomaba un pequeño trozo cada tres minutos. Seguía enojada.




—Si no vas a aceptar una relación conmigo, al menos dime el nombre de la chica.

—No es nadie —respondí cansado.

—Se llama Kyung, ¿cierto?

—Por favor...

—¿Vive aquí? ¿La conozco? ¿Cuántos años tiene?

—Eso no importa, no sé y no te interesa —suspiré pesadamente— Deja de hacer preguntas que no responderé. No eres mi novia y no quiero sonar grosero, pero... me tengo que ir.

—No te preocupes —se levantó abruptamente azotando la servilleta en la mesa— ¡Yo me voy primero, nos vemos el próximo jueves!




Se retiró de lugar en con total indignación. El señor Steve y Seungsoo se acercaron a la mesa a quitar los platos y accesorios lo menos ruidoso posible.





—Señor Steve, ¿hice mal aclarando las cosas de esa forma? —pregunté sin quitar la vista a un punto específico de la mesa— No quería que se enojara de esa manera.

—JongIn, no podemos complacer a todas las personas. Si tú no sientes amor por ella, no tienes por qué sentir culpa en dejar en claro tus verdaderos sentimientos —volteó hacia atrás asegurándose que SeungSoo no estuviera cerca— Trataste de ser cauteloso con la situación, no te sientas mal. Sin embargo, sé perfectamente que mientras transcurría todo... pensabas en KyungSoo.




Sonreí automáticamente al escuchar el nombre, no podía disimular el interés hacia el mencionado.




—Usted me conoce muy bien en tan poco tiempo. Mientras mi cuerpo está aquí, mis pensamientos están allá, justo en frente. En serio gracias por sus palabras.

—De nada y por cierto... —el viejo caminó hacia la ventana desactivando el modo electrocrómico, dejando ver una imagen hermosa— ¡Un pequeño pingüino se quedó dormido esperando por ti!




Me levanté de mi asiento sin despegar la vista del maravilloso panorama que tenía enfrente. KyungSoo se hallaba en su mecedora con un libro en su regazo. Un hermoso pingüino tal y como lo dijo el señor.




—¿Qué? ¿No irás a verlo?

—Sí... Sí... Sí, p-pero tengo miedo de su reacción.

—Yo que tú me iría apresurando o Seungsoo te verá.




Asentí rápido dándole un abrazo a mi consejero personal por darme las palabras correctas. Me apresuré a acomodar mi ropa y salí del lugar encontrando un tráfico bastante ligero aparte de que la noche ya había llegado.
Mientras los coches esperaban el cambio del semáforo, aproveché a cruzar la calle esquivando uno que otro transeúnte.

Me sentí nervioso al pisar por segunda vez la acera contraria. Los barrotes de la ventana eran más gruesos de lo que se veía, una pequeña repisa de madera donde se hallaba algunos pequeños cactus de diferentes tipos mostraba el buen gusto del habitante.

Me acerqué aún más observando lentamente de arriba a abajo sin parecer un acosador.

Su cabeza descansando en su hombro empapado de saliva, sus pobladas cejas negras creaban una perfecta combinación con las pestañas largas que temblaba cuando sus parpados se tensaban mientras fruncía el ceño repetidas veces. Debió ser por algún sueño o pesadilla que mantenía al pobre chico al filo del miedo. Sus labios ligeramente entreabiertos dejaban escapar pequeños soplidos que me causaron extrema ternura en mi ser.

Debía captura ese momento y enmarcarlo de inmediato. No lo dude dos veces y saqué mi móvil deslizando el ícono de cámara, enfoqué los más claro posible hasta conseguir el punto perfecto. Me aseguré que el flash estuviera desactivado y pulsé el círculo blanco de captura. La foto salió perfecta, pero olvidé cerciorarme a mi alrededor que no hubiera personas desconocidas o... conocidas.




—¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO, JONGIN?! ¡¿Estás acosando a mi hermano menor?!





Me quedé congelado por unos segundos tratando de guardar la calma y actuar lo más normal posible. Guardé mi celular en mi bolsillo y giré para verlo de frente. Su rostro reflejaba enojo y a la vez preocupación. No es normal encontrar a un hombre conductor de noticias detrás de una ventana admirando a un joven dormir mientras le toma fotos.




—¡¿Yo?!... Eh... Yo estoy... - «Piensa, JongIn, piensa», mi cabeza no procesaba nada, se encontraba en blanco y los minutos corrían lentamente hasta que se me ocurrió relacionarlo con mi... ¿trabajo?— Yo estoy... ¡HACIENDO UN REPORTAJE! ¡SÍ! Necesito hacer un reportaje.

—¿Sobre qué? -arqueó una ceja mostrando cierta inconformidad por la rara respuesta.

—Sobre... Sob... ¡Sobre las personas que duermen por la noche! —¡QUÉ RAYOS! ¡Sí, eso, necesito a personas que duerman por la noche!

—¡¿QUÉ?! —rió— Debes estar ebrio, hermano.

—¡No, no, no! —lo jale del brazo alejándonos un poco de la ventana para no despertar a KyungSoo— ¡Te juro que no estoy ebrio!

—Entonces... ¿Qué te sucede? ¿Por qué estás tomándole fotos a mi hermano?

—Ya te lo dije. Tengo que hacer un reportaje sobre lo que...

—Viejo, ¿no ves documentales, series policiacas, reality shows? ¿Discovery? ¿TLC?

—Sí, sí, te entiendo, aunque... ¡Entiéndeme a mí también!

—JongIn, ¿qué quieres que entienda?... Sé tus intenciones perfectamente.

—¿Eh? No entiendo, Yo...Yo...

—Te he visto todo este tiempo observando a mi hermano. Sabes bien que soy su hermano mayor y él no puede manejarse a sí mismo —asentí— Eso significa que lo mantengo en constante vigilancia de aquellas personas que quieran hacerle daño.





Debía ser una broma. En ningún momento vi a SeungSoo espiando mis acciones o algo parecido. Me explicó todo a detalle, desde el primer momento que conocí a KyungSoo cuando bajaba del taxi hasta la fecha. Además, Nick y él eran buenos amigos y obviamente le alertó sobre las miradas que lanzaba desde la cafetería hacia su hermano.




—JongIn, yo no le diré nada a mis padres por ahora —dirigió su mirada hacia KyungSoo— Aunque peleamos a cada rato, siempre estoy al pendiente de él y de su salud.

—¿Salud?

—Debes saber ciertas cosas si quieres continuar con esto, claro, te enterarás a su debido tiempo cuando te ganes la confianza de mi hermano. Por el momento eres un... hombre desconocido. Agradece que no te denuncie con la policía. Bueno, tengo que entrar.

—¡Espera!... —lo detuve del brazo— En serio no quiero que me malinterpretes. En estos días he pensado demasiado sobre este asunto. Siempre supe sobre mis gustos, pero jamás experimenté en el pasado con un chico. Perdón si te estoy diciendo esto, pero no eres cualquier persona, eres el hermano mayor de la persona que...

—En serio, no me tienes que decir nada que...

—¡Escúchame, por favor! Ya está decidido. Aunque esto debería decírselo a tus padres, primero lo haré contigo... —respiré profundamente expulsando el temor en forma de nudo en mi garganta y realicé una reverencia como petición— ¡Por favor, permíteme acercarme a KyungSoo debidamente!

—¡JongIn, no tienes que hacer eso conmigo, por favor...! —hice caso a su orden y recuperé mi posición inicial— No está en mí, está en ti acercarte a KyungSoo. Piénsalo, él no se irá mañana de este país... pero tampoco estará soltero por siempre.




Dio media vuelta sacando sus llaves para posteriormente abrir la puerta y desaparecer tras ella.

Me acerqué de nuevo al borde de la ventana admirando una vez más el bonito rostro de KyungSoo. Susurrando un nos vemos pronto, me despedí de él. No sin antes dejar entre los cactus la rosa blanca que estaba destinada para Haneul; pero mi instinto impidió dársela.

Esa misma noche reflexioné las palabras que le dije a SeungSoo. Tal vez me apresuré demasiado al expresarle cosas a la ligera, sin embargo, sentí que, si no lo hacía, no ganaría su confianza y quedaría mal.

Recostado en mi cama y con los brazos estirados hacia los lados meditando las mil y una posibilidades y desventajas que tendría al intentar una relación, mi celular vibró por un mensaje de Sehun.

Supuse que quería saber todo sobre la cita, por desgracia, mis ánimos estaban hasta abajo y mis dudas hasta el cielo. Apagué el celular para no ser molestado al menos hasta la mañana siguiente.




Debía dar mi aparición en la vida de KyungSoo o sería demasiado tarde.






[N/A] Hola a todos: espero que se encuentre bien después de todas las noticias que nos cayeron en los últimos días. Recuerden que en la vida siempre suceden cosas inesperadas de quienes menos esperamos.

Muchas gracias por sus votos y comentarios, las amo demasiado y también a los que están entre las sombras.

Hasta la próxima...

Liz 💟

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