Train of Time [Kiheon/Kiho] [...

Від Yarianafics

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Una dulce melodía que deja de sonar para Yoo Kihyun. No vuelve a oírla, no vuelve a tocarla. El tiempo pasó d... Більше

Prólogo.
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Jooheon
Hyunwoo
Minhyuk
Changkyun
Hyungwon
Epílogo
Nota final + preguntas

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Від Yarianafics

—¡Kihyun hyung! ¿Cómo estás, hermano?—era costumbre verlo a Jooheon llegar con una esplendida sonrisa hasta llegar a ti y saludarte con ímpetu, mostrando esa alegría por verte de nuevo. Un sujeto que parece no tener preocupaciones, manteniéndose positivo incluso cuando una mala situación no luce como si tuviera alguna salida para poder solucionarse. Su bienvenida siempre fue acompañada de algún hermano con aquel que era su amigo. Aquella fue la vez donde Kihyun se animó a invitarlo a salir, con la excusa de que todos irían a la cafetería frente la estación abandonada para discutir los asuntos de la banda porque no se atrevía a pedirle una cita de forma directa. Ese fue el día donde Jooheon comenzó a llamarlo de otra forma cada vez que se dirigía a Kihyun.

Lo que más le preocupaba al mayor era sin duda el comportamiento un poco distinto de su menor hacia él. No sabría cómo explicarlo, casi como si fuera un poco más cariñoso y a su vez distante. Sin duda lo mantenía ansioso acerca de la respuesta de Jooheon, cómo sería su reacción. Creía que estaba listo, sin embargo ahora que lo tenía en frente dudaba acerca de esto. Sentado en aquella silla negra, restregando sus piernas con nerviosismo y mirando al recién llegado como si fuera un fantasma, Kihyun sonrió de forma tímida e incluso hasta casi forzada.

—Hola, Jooheon—respondió en voz baja. Sintió como si estuviera a punto de vomitar. Ese sentimiento de nervios, de la ansiedad de querer saber sobre el después fue mucho mayor que la primera vez que se presentó sobre el escenario.

El menor de los dos se sentó en frente, analizando al contrario con una ligera preocupación al notar cierto malestar.

—¿Hace mucho que esperas?—preguntó Lee, tratando de ignorar su preocupación.

—Cinco minutos, creo.

—¿Y ninguno todavía llega?

Parecía extraño para él: si no era Hyunwoo el primero en llegar, era Kihyun. Y no había mucha diferencia entre uno y el otro. Eran bastante puntuales y responsables. En el transcurso de cinco minutos ya debían haber tres personas esperando a la llegada del integrante faltante al ensayo o al simple paseo entre amigos. Si llegaba a haber algún inconveniente, se avisaba, como de costumbre, para mantenerlos tranquilos a todos o evitar perder tiempo. Algo que, sin duda alguna, no había ocurrido en este caso y era extraño. Ninguno de los otros dos chicos dijo algo al respecto. 

Kihyun tardó un poco en responder, volteando su vista hacia otro lado mientras rascaba la punta de su oreja.

—No vendrán—murmuró.

—¿Cómo que no?—Jooheon pareció mucho más que extrañado— ¿No era que venían todos? ¡No han avisado nada! ¡Si serán irresponsables estos hijos de...!

—Quería que estuviéramos solos—Kihyun en cualquier momento parecía estar a punto de explotar. Su tartamudeo podía comprarse con una bomba de tiempo—. Me gustas, Jooheon.

Hubo una breve pausa en donde el menor no supo de qué forma reaccionar ante la confesión. Pero en esa pausa comenzó a conectar los cables sobre muchas cosas ocurridas este último tiempo sobre Kihyun. Como aquella vez donde le dio un cumplido, uno normal como el que suelen darse cuando hacen algo bien y se felicitan entre ellos. Compartieron miradas y el mayor se sonrojó de tal manera que desconcertó a Jooheon. O veces donde sin duda Kihyun se mostraba mucho más atento con él o sentía una suave caricia en su piel. Incluso el malestar de su hyung tomó sentido ahora, quizás estaba demasiado nervioso que hasta su silencio tortura lentamente a la creciente inseguridad de Kihyun sobre lo que le puede decir. Sin duda esas palabras dichas, comenzaron a alegrar al baterista.

—También me gustas, creo—respondió apenado el menor. Kihyun abrió sus ojos.

—¿Crees?

—Bueno, no lo creo realmente—explicó—. Sí me gustas, es sólo que... no lo sé. Tú me entiendes, ¿no?

—Por dios—Kihyun rió apoyando su cien entre sus dedos para seguidamente frotarse sus ojos. Su codo derecho sobre la mesa, sosteniendo su cabeza—. De haber sabido que esto iba a pasar, mejor te lo decía por mensaje y me ahorraba dinero.

El menor no sabía qué decir o cómo reaccionar. De qué manera podían continuar para llegar al punto donde ambos querían ir. No solían soltarse muy fácilmente con respecto a sus sentimientos en persona, es por esa razón que costaba dar los pasos correctos para querer avanzar de la manera deseada. Era mucho más eficiente decirse las cosas por mensajes de textos porque pudieron haberse expresado mejor sin ningún tipo de vergüenza.

—¿Y qué esperabas?—Jooheon preguntó con una exagerada indignación— ¿Que llorara, te besara y luego te lleve a mi casa para follarte?

—La última parte es innecesaria—señaló Kihyun—. Pero, no sé, tal vez esperaba algo más como en las películas.

—Ki, esto es la vida real. Y le confesaste tus sentimientos a Lee Jooheon. No esperes mucho.

—Sí, tienes razón—rió el mayor a favor del contrario.

Se sentía más aliviado ahora que supo que fue correspondido. Una carga menos, casi como si hubiera tirado la semilla a la tierra sin ningún tipo de cuidado para dejarla florecer como ella quisiera. Y eso lo volvía mucho mejor. Su relación siempre fue así: sencilla y sin muchos planes. Discusiones por idioteces que acababan en segundos. Desde el minuto uno nada fue como Kihyun creyó que sería: besos y abrazos todo el tiempo, pegados el uno al otro como dos chicles donde llevaban el móvil hasta donde sea con tal de mantenerse en contacto. Pensó que Jooheon sería ese tipo de novio y lo acabaría por agobiar debido a la falta de espacio, pero no fue así. El menor sí que era muy atento y cariñoso, pero no hablaban por mensaje más que para arreglar sus citas o cuando uno se iba de viaje. Cuando estaban juntos, mostraban un inmenso cariño y amor por el otro sin llegar al punto de ser desagradable. Eso, sencillamente, le encantaba a Kihyun.

—Oye—Jooheon tomó la mano del mayor por encima de la mesa, tiñendo las mejillas contrarias de un suave tono rosado—, ¿por qué no nos tomamos el café y luego vamos a mi casa?

—Me parece bien—sonrió Kihyun.

—¡Por dios!—exclamó emocionado Jooheon soltando a Kihyun para restregar sus manos con emoción— Yoo Kihyun está enamorado de mí, ¡de mí!

—Sh, cállate o llamarás la atención—susurró el vocalista principal del grupo, mirando tímido a su alrededor para comprobar que nadie los estuviera viendo con mala cara.

—Lo haré si aceptas ser mi novio.

—¿No crees que es muy pronto?

—Hace un año estamos en la misma banda siendo amigos, yo creo que está bien.

—Bueno, pero... es diferente.

No sabría de qué manera explicarlo, pero a pesar de que se conocían bastante bien y se tenían mucha confianza, prefería ir lento en cuanto a estos nuevos sentimientos descubiertos por el otro. Pasar tiempo a solas, besarse en la oscuridad del cine de manera tímida o en sus propios departamentos luego de que se aburrieran de la película en el televisor. Yendo lento hasta finalmente formalizar, como lo hubiera esperado.

—Entonces hagamos algo:—se inclinó sobre la mesa y pasó su lengua por sus gruesos labios— tengo tres días para convencerte de que no es pronto que seamos pareja. ¿Trato?—extendió su mano.

Sin embargo, la emoción de Jooheon por esto le dio mucha ternura a Kihyun y le hizo sonreír de la alegría. No tenían nada que perder estando juntos porque el tiempo más tarde se lo arrebataría todo a ambos. Entonces aceptó el trato, estrechando sus manos antes de sonreír tímidos por eso. Y luego de salir de la cafetería una vez acabaron su merienda llena de delicias esperando a cruzar, tomados de la mano y sin decir nada porque sus cabezas estaban creando mil y un escenas distintas de lo que podría llegar a ocurrir en la casa del menor. Un último auto pasó por la calle antes de que el semáforo se pusiera en rojo para que ellos dos puedan finalmente llegar al otro extremo. Hyunwoo junto con Minhyuk y Changkyun puedan pasar para adentrarse al edificio donde en sus puertas, Kihyun los espera acompañado de Hoseok como lo habían acordado. Deben admitirlo, se sienten alegres de salir con su amigo después de tanto tiempo sin hacerlo.

Ven a lo lejos los ojitos de Kihyun que consiguen visualizarlos, sonriendo ampliamente y saludándolos para llamar su atención. Para el mayor de los tres, quien es el que más tiempo lleva conociéndolo, es una total alegría verlo con esa aura infantil que antes solía mostrar. El viejo Yoo Kihyun descansa en alguna parte dentro de ese mar de angustia y dolor provocado por una terrible tragedia. Dentro de toda esa tormenta aún consigue verse un poco del rayo de luz del sol, y no cabe duda el hecho de acabar por regresar esos días cálidos.

Se saludan entre sinceras sonrisas, chocando sus manos o abrazándose, antes de comenzar con su camino hacia la estación abandonada. Son sólo unos pocos pasos y por suerte las calles están comenzando a vaciarse. Por lo tanto, casi nadie podría llegar a ver su delito porque no hay otro acceso hacia el subsuelo. El método más sencillo de acceder es por la calle, ya que ni siquiera tiene candado y las personas perdieron el interés en usurpar el sitio. Además, la razón principal por la que está abierto al público, es que ya han cometido exploración urbana por el lugar. Desde luego a ese grupo de jóvenes que bajaron con las esperanzas de captar sucesos paranormales, se llevaron una multa de regalo a casa. Muy irresponsable por parte de la autoridad no forjar más la entrada a la estación.

—¿Y si nos encontramos con un asesino y nos mata?—pregunta Hoseok aterrado, mirando con pánico las escaleras que llevan a un montón de chapas simulando ser puertas. Hay cadenas en los extremos de los barandales para impedir el paso, junto con un cartel de prohibido pasar y otro más explicando del posible peligro de derrumbe. Mucho tiempo sin recibir mantenimiento, sumando que se desconoce las causas de su cierre y quizás se deba a un colapso que sucedió años atrás.

—Hoseok, por favor—bufa Changkyun rodando los ojos.

—Kiki, perdóname, pero me estoy arrepintiendo de haberte pedido venir aquí—definitivamente Hoseok está muerto de miedo. Se notan en sus ojos llorosos. Algo es cierto, y la primera impresión sobre la entrada del lugar da miedo.

—O sea que vinimos aquí por nada—comenta Hyunwoo.

—¡No!—exclama Kihyun— Quiero bajar. Hace años que venimos con esta idea, no pudimos cumplirla.

—Yo no quiero morir hoy—dice Hoseok.

—No vamos a morir, imbécil—Changkyun golpea suavemente la cabeza de su mayor, ganándose una mirada de odio por el afectado.

—¿Quieren ir?—Hyunwoo le pregunta a Changkyun y Minhyuk, quienes se miran mutuamente antes de afirmar que sí quieren.

—Perfecto. Los espero aquí arriba—comenta Hoseok—. Si necesitan que llame a la policía, me envían una rata con sangre de ustedes.

—¿Por qué una rata?

—¡Joder, Changkyun! ¿Tienes que cuestionar todo lo que digo?

Hyunwoo rueda los ojos, decidiendo pasar por debajo de las cadenas para comenzar a bajar las escaleras. Minhyuk junto con el menor del grupo lo siguen, ya sabiendo que probablemente Hoseok se aburra de esperarlos en menos de cinco minutos y los siga. Kihyun los mira bajar los escalones, antes de dirigirse a su mejor amigo con una sonrisa comprensiva. El mayor estuvo a su lado todo este tiempo soportando sus estúpidos miedos, inseguridades y esa mierda que trajo la muerte de su novio. Desde luego no iba a dejarlo solo aquí arriba.

—¿Te acuerdas esa vez que fuimos al paseo del terror?—le pregunta— Que me tomaste la mano con fuerza porque tenía miedo de que alguien me tomara por detrás, aún cuando tú estabas más asustado que yo. Es exactamente lo mismo.

—Kihyun, no lograrás convencerme.

—¡Será divertido!—exclama con una sonrisa llena de alegría.

—Es un sitio abandonado, podrían haber drogadictos allí abajo.

—Si algo malo llega a suceder, saldremos corriendo y que esos tres idiotas se las arreglen. ¿Te parece?

—Buen plan, vayamos siempre detrás.

—¿Vienen?—se oye la voz de Minhyuk llamarlos a ellos dos. Kihyun asiente en respuesta, antes de volver a ver a Hoseok, tendiéndole su mano.

Allí, el mayor no tarda en tomarla, entrelazando sus dedos para comenzar a bajar los escalones y alcanzar a los tres muchachos que van delante. Con la ayuda de uno de los clips que traía Kihyun para sus hojas, consiguen abrir el candado que hay detrás de unas de las chapas, pudiendo abrir las puertas de la estación. Se adentran al recinto subterráneo, sintiendo el olor a humedad y encierro inundar sus fosas nasales. Un olor fuerte, más bien. Más de uno de los chicos se cubren sus narices con sus camisas, sobre todo Kihyun, quien tiene un olfato mucho más sensible que el resto.

—Vaya olor a mierda—dice Changkyun.

—Es olor a otaku—le responde Hoseok—. Ve a bañarte, guarro.

—¿Me recuerdas quién es el que tiene figuritas de waifus en su habitación?

—Al menos no juego vídeojuegos desnudo sobre un asiento de cuero sintético que me transpira hasta el ano—Hoseok el guiña un ojo al menor.

—Dejen de discutir—interrumpe Kihyun.

—Estamos jugando—dice Hoseok con una sonrisa.

—Bien, ¿qué puede haber de interesante en una estación abandonada?—pregunta Minhyuk cambiando de tema para movilizar al grupo a avanzar.

Kihyun busca su móvil, encendiendo la linterna para alumbrar el oscuro camino. Algunas ratas salen corriendo para esconderse en la oscuridad. Los azulejos de las paredes están llenos de moho, manchados por la humedad o mierda de animales como las palomas. No hay nada más que caca, por lo que pueden ver. El sitio es un asco, mucho más cuando hay algo de la basura que quedó cuando la estación fue clausurada Los chicos caminan, tratando de no pisar los desechos que hay esparcidos por todo el piso que en un pasado fue blanco. Primero pasan por donde antes ponían sus tarjetas para pasar, pudiendo girar el torno con algo de dificultad debido al desuso y la oxidación. Al llegar a las vías del tren, se sorprenden cuando aparece en su campo de visión una gigantesca máquina vieja delante.

Un tren que sólo tiene tres vagones llama su atención, teniendo varias exclamaciones por parte de los cinco jóvenes presentes. Lleno de tierra, con vidrios rotos. Totalmente descuidado. ¿Por qué permaneció en aquel sitio?

—¡Chicos, podemos subir!—se escucha la voz de Minhyuk, emocionado. Desde luego que los demás no tardan en ir corriendo para explorar el misterio en su interior, salvo por Kihyun, quien se encuentra curioso de saber qué son esos símbolos extraños grabadas en los laterales del tren.

Con la palma de su mano quita el exceso de tierra. 4155012M se consigue leer. Muy probablemente el nombre del tren que desde luego piensa investigar una vez llegue a casa.

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