from zero » yoo kihyun

By xsodapop

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Han Nabi es una chica que trabaja a tiempo parcial para poder pagarse la universidad debido a las deudas de s... More

Capítulo 1: Renuncia
Capítulo 2: Reunión
Capítulo 3: Cero
Capítulo 4: Yoo Bakery
Capítulo 5: Hilo
♡ poems ♡
Capítulo 6: Chat
Capítulo 8: Mancha
Capítulo 9: Disfraz
Capítulo 10: Fiesta
Capítulo 11: Pijamada
Capitulo 12: Llamada
Capítulo 13: Ubicación
Capítulo 14: Caramelo
Capítulo 15: Promesa
Capítulo 16: Adiós
Capítulo 17: Acción
Capítulo 18: Citas
Capítulo 19: Error
Capítulo 20: Río Han
Capítulo 21: Hospital
Capítulo 22: Casa
Capítulo 23: Candor
Capítulo 24: Álbum
Capítulo 25: Fotografía
Capítulo 26: Estrellas
Capítulo 27: Recuerdo
Capítulo 28: Intento
Capítulo 29: Agridulce
Capítulo 30: Desilusión
Capítulo 31: Falla
Capítulo 32: Molestia
Capítulo 33: Arcade
Capítulo 34: Advertencia
Capítulo 35: Fresas
Capítulo 36: Descubrimiento
Capítulo 37: Confesar
Capítulo 38: Invalidar
Capítulo 39: Manzanas
Capítulo 40: Visita
Capítulo 41: Helado
Capítulo 42: Biblioteca
Capítulo 43: Bebé
Capítulo 44: Lluvia
Capítulo 45: Chocolate
Capítulo 46: Regalo
Capítulo 47: Parásito
Capítulo 48: Hogar

Capítulo 7: No es no

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By xsodapop

Un árbol que estaba frente al edificio de rectoría de la universidad me había servido de escondite por un par de minutos.

Había pasado una semana desde la primera reunión del grupo de voluntariado, y ya había llegado el momento de asistir a la segunda, en donde nos explicarían la actividad que haríamos.

Esta ocasión quería llegar verdaderamente a tiempo. Sin embargo, después de lo que había sucedido la última vez, no quería entrar antes a la sala. No quería encontrarme a solas con Yoo Kihyun de nuevo.

Así que me encontraba esperando afuera, para reconocer a alguien que hubiera estado en la reunión anterior y no ser la única allí adentro.

La reunión anterior consistió en la presentación personal de cada uno de los líderes, una breve exposición de los proyectos y eventos que habían hechos en los años anteriores, y lo que se tenía planeado por hacer.

Los líderes eran tres chicas y tres chicos.

Entre las chicas se encontraba la líder principal, Soyeon, estudiaba arquitectura y era quien más tiempo tenía perteneciendo al grupo; ella había sido quien nos pidió nuestros datos al final de la primera reunión. Después estaban Eunjin y Misook, ambas estudiaban ingeniería civil, y se notaba que eran amigas cercanas.

Acerca de los chicos, el mayor de ellos se llamaba Hyunwoo, pero pidió que lo llamáramos Shownu; era alto y fornido, además de que su piel era más bronceada que la de los demás. Por lo que vi, podía decir que era serio y muy formal.

El otro chico, el cual se veía como el más joven de todos ellos, era Donghyuk. Era casi lo contrario a Shownu; no era tan alto, y era delgado. Interrumpió en repetidas ocasiones a las chicas mientras ellas hablaban, lo cual me pareció descortés.

Y por último, estaba Yoo Kihyun.

Estudiaba economía al igual que Shownu, y había pertenecido al grupo de voluntariado desde que ingresó a la universidad.

Verlo ahí parado, frente a todas las personas de la sala, hablando sobre acciones caritativas de una forma tan afable y simpática eran tan... extraño.

Es decir, cuando nos conocimos, siempre lo había visto ser atento y amable con Wonho y los clientes de la panadería, excepto conmigo. Pero aún así, verlo de nuevo sonando tan amable me causaba inquietud al compararlo con los recuerdos que tenía de él.

Pero ahora que nos volvíamos a encontrar, había algo distinto en Yoo Kihyun. En su semblante. Era como ver a una persona diferente, no al chico que yo había conocido hace un año.

De todas formas, no quise quedarme a hablar con él ese día cuando me lo pidió, menos en un lugar privado.

Verlo actuar distinto no borraba las memorias que tenía de él.

Cuando finalmente entré a la sala para la segunda reunión, después de que entraran un grupo de cinco chicas que también fueron a la reunión anterior, me senté lo más alejada posible de la parte delantera.

Al llegar, todos los líderes ya estaban en la sala, excepto Kihyun y Donghyuk.

El tiempo pasó y más estudiantes iban llenando el lugar; faltaba solo tres minutos para que la reunión iniciara.

Solté un suspiro de alivio al ver que Kihyun no aparecía, ya que di por entendido que no asistiría. Incluso traté de apagar mi sonrisa cuando ví a Soyeon cerrar la puerta y decir:

—Bueno, vamos a comenzar.

Me senté en mi silla un poco más cómoda, soltando un suspiro de alivio.

Pero mi alegría no duró más de diez segundos.

Se esfumó cuando la puerta se abrió de forma abrupta, dejando ver a Yoo Kihyun notablemente agitando.

Todos se giraron a verlo, él solo sonrió y se disculpó haciendo una reverencia por llegar tarde antes de sentarse rápidamente a un lado de Shownu, permitiendo a Soyeon comenzar apropiadamente con la reunión.

Aún estando sentado, su pecho subía y bajaba de manera rápida, como si hubiera trotado hasta llegar ahí.

Se llevó la mano a su pecho y sacudió su camiseta color azul marino, como si estuviera tratando de mitigar la sensación de calor, a pesar de que la sala tenía aire acondicionado.

Observé como sus ojos comenzaron a divisar entre la gente que se encontraba presente, y antes de que llegaran a mí bajé mi cabeza, para ocultarme.

No quería hablar con él como la última vez.

La reunión transcurrió rápido, nos dieron indicaciones sobre lo que haríamos al día siguiente; básicamente tenía que pedir el día libre en mi trabajo para poder apoyar en el evento que estaban organizando, ya que tomaría varias horas.

Cuando dieron por terminada la reunión ya me había dispuesto a salir lo más rápido posible de allí. Hasta que la persona sentada al lado mío me tomó del brazo.

Giré mi cabeza precipitadamente. Una chica que tenía el cabello teñido de color rojo me miraba con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Nabi! —exclamó.

Parpadeé confundida. Por lo visto, está chica me conocía, pero yo no tenía noción de quién era.

—¿Hola? —dije con un dejo de inseguridad en mi voz.

—¿Cómo has estado? —preguntó—. No sabía que te uniste al grupo de voluntariado.

Inmediatamente me sentí mal por no recordarla. Le rogué a mis neuronas a que me ayudarán, pero no fue hasta que desvíe la mirada a su cuello que la recordé.

Solji. Llevaba un collar plateado que decía Solji.

La miré detenidamente. Y la recordé; habíamos estado en las mismas clases durante el primer semestre.

No la había podido reconocer porque su cabello estaba teñido color rojo; la última vez que la había visto había sido hace más de un año y aún tenía el cabello color negro.

Era una chica agradable, a veces ella y sus amigas solían almorzar en la cafetería con Hyungwon, Sunhi y conmigo.

—Ah... acabo de unirme —respondí, sonriendo—. ¿Qué hay de ti? ¿Llevas mucho tiempo en el grupo?

—Tengo medio año, ha sido divertido —contestó, apuntó hacia el frente, a la pantalla donde había proyectado los planes—. ¿Vas a venir mañana?

—Sí. ¿Y tú?

Juntó sus manos alegremente y sonrió.

—Oh, genial, yo igual.

El celular que tenía en su regazo comenzó a sonar, Solji miró primero la pantalla y luego a mí.

—Es mi novio, tengo que contestar —dijo señalando su regazo—. Bueno, entonces te veo mañana, Nabi.

Me despedí con un movimiento de mano mientras me alejaba.

—Hasta mañana, Solji —sonreí.

Ella contestó el teléfono ahí sentada y yo giré sobre mis talones para retirarme. La mayoría de las personas estaban amontonadas en la puerta esperando su turno para salir, algunas seguían sentadas, hablando entre ellas.

No miré hacía donde se encontraban los líderes para evitar a Kihyun; simplemente fui hasta la puerta y salí de ahí.

Pero casi pego un brinco cuando lo encontré afuera de la sala, despidiéndose de los estudiantes que habían salido antes que yo, un pequeño grupo de chicos y chicas, que se veían de primer ingreso.

Como un reflejo, rápidamente volteé hacia la dirección contraria del pasillo, pensando en bajar por las escaleras de emergencia en lugar del elevador.

Pero antes de que pudiera dar un paso más lo escuché decir mi nombre.

—Nabi.

Me frené de inmediato al escucharlo. Su voz sonó amable, y hasta cierto punto suave. Pero aún así automáticamente provocó que mis hombros se encogieran. Suspiré disimuladamente antes de girarme para enfrentarlo.

Sin mirarlo a los ojos, hice una reverencia profunda hacía él, y en voz baja lo saludé.

—Sunbae.

Con dificultad, levanté la mirada hacía él. Yoo Kihyun tenía una sonrisa sutil en su rostro, no mostraba sus dientes pero de alguna forma lucía contento.

—¿Cómo estás? —preguntó.

Metió las manos en los bolsillos delanteros de sus jeans negros. Y se acercó un pasó más a mí, ignorando al resto de personas que salían de la sala por detrás de él.

Me quedé quieta en mi lugar, y tragué saliva. Lo último que quería en ese momento era tener una conversación casual con Kihyun.

—Umh... bien —vacilé, y por cortesía pregunté—; ¿Y tú?

Él sonrió aún más.

—Me alegro. Estoy bien, gracias. Sólo un poco hambriento —respondió. Hizo una pequeña pausa, y continuó—: ¿No te gustaría ir a almorzar? Podemos ir a un lugar cercano a la universidad, o en alguna cafetería de aquí, lo que sea que este bien para ti. Yo invito.

Lo miré de forma extraña, confundida. Y me quedé sin habla por un momento. ¿Qué estaba sucediendo? No comprendía por qué de repente me estaba invitando a comer con él. Parpadeé, y un poco temerosa de su reacción, respondí:

—Ah, gracias, pero... —dudé, bajando la vista hacía un lado—, uhm... en realidad comí algo antes de venir a la reunión, así que...

Lo miré de nuevo, y su expresión cambió. Las comisuras de sus labios se inclinaron hacia abajo al escucharme. Luciendo entristecido.

—Oh, ya veo... —asintió lentamente, y después sacó una mano de su bolsillo y se frotó la parte trasera de su cabeza—. Bueno, supongo que será en otra ocasión.

¿Otra ocasión? No podía suceder.

—Sí... uh, supongo —titubeé, y rápidamente hice una reverencia—. Bueno, hasta luego, sunbae.

—Ah, hasta luego, Nabi —contestó Kihyun, separando la mano de su nuca para despedirse de mí.

Sin más, lo rodeé para salir de allí.

Algunas de las personas que se habían quedado dentro de la sala salieron, así que caminé a lo largo del pasillo detrás de ellos. Entramos al elevador después de esperarlo por un par de segundos.

Cuando todos estuvimos dentro un chico presionó el botón para bajar. Antes de que se cerraran las puertas metálicas, levanté la mirada.

Y vi a Yoo Kihyun aún parado afuera de la sala. Observándome.

🍃🍃🍃

Avancé con un asombro que no podía ocultar. Estaba impresionada por la cantidad de personas que llegaban cargando en sus manos la ayuda que se había solicitado; alimentos, ropa, juguetes, medicamentos, entre muchas cosas más.

Habían ocurrido inundaciones causadas por las fuertes lluvias en la provincia de Gangwon unos días atrás. Personas desaparecidas, daños materiales, familias enviadas a refugios temporales y cortes de tráfico eran solo algunos de los estragos que las tormentas habían ocasionado en el lugar.

Era por eso que el grupo de voluntariado de la universidad había organizado una recolección de artículos que las personas necesitaban, y era la primera actividad en la que yo estaba apoyando.

Habían colocado varios toldos y mesas frente al edificio de rectoría como centro de acopio. Había alrededor de veinte personas del grupo ayudando en la recolección de todo lo que los estudiantes, profesores y personas externas a la universidad traía consigo para los damnificados de Gangwon.

Ese día le había solicitado a mi jefe el día libre, y uno de mis profesores había cancelado mi última clase, así que había llegado desde las diez de la mañana. Y para mi sorpresa ya había mucho movimiento.

Gente había llegado desde temprano para donar cosas, y los líderes ya estaban ahí, excepto Donghyuk.

De verdad deseaba que Yoo Kihyun no estuviera presente, aunque sabía que era una falsa esperanza.

Porque fue el primero en saludarme cuando llegue ahí. Estaba intentando llegar hasta las chicas líderes cuando el apareció de la nada justo frente a mí, saliendo de entre todas las personas. Me sobresalté visiblemente, y trastabillé hacia atrás.

Silenciando un jadeo lo miré, de inmediato hice una reverencia, temiendo no ser respetuosa.

—¡Nabi! —sonrió mientras se acercaba más a mí—, que bueno que pudiste venir.

Lo saludé amablemente en voz baja, y sin más le pregunté qué a quien podía ayudar.

—A mí.

Dejé caer mis hombros en cuanto lo dijo. Me arrepentí de haber hecho esa pregunta. Mi desánimo probablemente no se vio en mi expresión, porque continuó haciéndome un ademán hacia él.

—Ven conmigo, puedes ayudarme a-

Alguien tomó mi muñeca antes de que pudiera moverme. Me sobresalté de nuevo y giré mi cabeza.

—Genial, necesito una mano —exclamó aliviada Misook, mirándome—. Necesito que alguien registre la ropa que está llegando.

—Ah, Misook, Nabi viene conmigo, yo la vi primero —bromeó Kihyun. O eso creí.

Hizo una mueca dirigida a él, levantando una ceja.

—Lo siento, ya tienes suficiente gente ayudándo en tu área, Nabi... ¿Nabi, verdad? —me preguntó ella.

Asentí.

—Nabi viene conmigo, adiós.

Sin decir nada más, Misook giró sobre sus talones sin soltar mi muñeca y me guió hasta el lugar donde estaban recibiendo los donativos de ropa.

Me explicó que mi trabajo era registrar en una laptop, que tenían sobre una mesa, cada prenda de ropa que llegara, la talla y si era para hombre, mujer, niños o bebés, con el fin de crear una base de datos, y de esta manera repartir de manera más eficiente la ropa.

No creo que haya podido haberme sentido mas aliviada de que Misook me librara de ayudar a Yoo Kihyun.

Su área estaba a dos toldos de la nuestra, si miraba al lado derecho podía observarlo a él y a otros nueve chicos recibiendo todos los alimentos, para después ir organizándolos en cajas.

Traté de no mirar hacia ese lado durante todo el día.

La mañana transcurrió rápido, Misook iba recibiendo la ropa que la gente donaba mientras otras dos chicas que llegaron un poco después de mí estaban ayudándonos a registrar y acomodar la ropa dentro de cajas de cartón, que más tarde serían llevadas a una bodega del edificio de rectoría.

Esas dos chicas era Solji y una amiga de ella, Yuna. Hablamos un poco de cómo nos había estado yendo en la universidad desde el último semestre en el que estuvimos las tres juntas. Solji me preguntó cómo estaban Sunhi y Hyungwon, y yo le pregunté por sus amigas. Ella sugirió que debiamos de salir todos juntos algún día.

Las horas pasaron y antes de que me diera cuenta ya había pasado de medio día. Mi estómago comenzó a pedir alimento.

Misook se había ido hace una hora porque tenía una clase, pero dijo que regresaría antes de las tres de la tarde, y por el momento el ambiente se había calmado un poco; el número de gente que llegaba con donativos había bajado. Probablemente porque era la hora de comida.

Solji y Yuna, se había ido por un momento, por lo cual estaba sola en mi área. Estaba concentrada revisando la base de datos. Ya había más de doscientas piezas de ropa donadas. Lo cual era genial, considerando que aún esperábamos que llegarán más en las próximas horas.

El sonido de alguien aclarando su garganta me asustó. Levanté mi cabeza y observé a Kihyun justo frente a mí, mirándome expectante. Sonriendo. Algo en mi estómago se inquieto.

—Nabi —murmuró, inclinadose hacía mí —, ¿tienes hambre?

No de nuevo, por favor.

—Ah... —vacilé—. No mucha.

Mentí. Ya sabía hacía donde se dirigía esa pregunta.

—¿Quieres venir con nosotros a comer? —preguntó, apuntando hacia su área sin quitar su vista de mí— Irá Shownu-hyung y algunos otros chicos que están ayudando.

Traté de pensar en una excusa rápido.

—Eh... gracias, me gustaría, pero... no puedo dejar el lugar solo, alguien podría llegar con un donativo —contesté, pretendiendo estar decepcionada.

—No hay problema, puedo pedirle a alguien más que se quedé aquí mientras vamos a comer —murmuró.

Miré nerviosa hacía otro lado, hasta que se me ocurrió algo.

—Mmh... en realidad, lo que sucede es que ya había quedado de comer con Solji y Yuna hace un rato, ellas están ayudando aquí también —señalé las cajas de ropa que había detrás de mí—, solo que fueron al baño, las estoy esperando.

Quise morder mi lengua por la magnitud de la mentira, pero estaba tan indispuesta de ir a cualquier lugar con él que no sabía que otra opción tenía en ese momento.

—Oh... ya veo —dijo Kihyun, asintiendo, y luego de un momento, agregó—. Entonces, ellas pueden venir también a comer con nosotros.

Parpadeé, sin entender su insistencia. Tragué saliva antes de responder.

—Ah, pero... comeremos aquí.

Kihyun me observó por un segundo en silencio, viéndose confundido.

—¿A qué te refieres?

—Sí, uhm... Solji, ella... Ella trae comida, su mamá la preparó. Así que la comeremos aquí.

En ese momento, Kihyun hizo la misma expresión desanimada que el día anterior cuando rechacé su invitación a comer.

—Oh... está bien, no te preocupes —contestó, con desilusión en sus ojos—. Supongo que será en otro momento.

Asentí.

—Gracias por la invitación, de todas maneras —murmuré, e incliné mi cabeza en agradecimiento.

—No es nada, Nabi. Espero que tengas otra ocasión para comer juntos —contestó, y después dibujó una media sonrisa en su rostro—. Bueno... nos vemos después.

Se despidió y regresó a su área. Lo vi decirle algo a los chicos y cinco de ellos se retiraron del lugar con él, fueron en busca de Shownu, quién estaba en el área de donativos de juguetes. Y junto con él, se fueron tres chicos más. Todos ellos se dirigieron hacia la parte norte del campus. Probablemente comerían en uno de los restaurantes que estaba en los alrededores de la universidad.

Suspiré cuando finalmente los perdí de vista.

Había mentido. Demasiado. Y me sentía mal por ello.

No iba a comer con Solji y Yuna. Y Solji no había traído comida.

Ellas dos se había ida quince minutos antes a comer a la cafetería de nuestra facultad. Yo les había dicho que me quedaría por si alguien llegaba.

Simplemente no quería comer con Yoo Kihyun. No quería hablar con él, ni quería estar a su alrededor.

No quería pensar mal, o juzgarlo. Pero me era un tanto inevitable. Su comportamiento era sospechoso. Y lo último que quería era tener problemas. Otra vez.

Así que decidí comenzar a evitarlo, tanto como pudiera.

🍃🍃🍃

Las nubes en el cielo se estaban tornando rosas; el atardecer ya había llegado, y era hora de terminar con la recolección de donativos.

Mi estómago rugió, pero el sonido fue amortiguado por las voces de todas las personas alrededor. No había ido a comer. Esperé a que Misook, Solji y Yuna llegaran para ir a comprar algo rápido, pero junto en ese momento comenzaron a llegar más donativos, así que perdí mi oportunidad para comer.

Cuando terminé de registrar la última ropa que había llegado las ayudé a separar y doblar la ropa restante para finalmente guardarla en las cajas, que luego teníamos que llevar a una bodega.

Dos chicos que habían estado recolectando alimentos en el área de Kihyun se acercaron para ayudarnos a llevar las cajas hasta dentro del edificio de rectoría, con apoyo de dos carretillas de carga metálicas.

Diecisiete cajas de distintas prendas de vestir habían sido el resultado de la recolecta de un día, lo que me había puesto contenta. Todo eso, además de todos los otros artículos que se habían donado, iban a ayudar a muchísimas personas.

Ya solo quedaban dos cajas afuera para terminar de quitar nuestra área. Yuna se había ofrecido a llevarlas dentro, debido a que uno de los chicos se había tenido que ir y el otro aún seguía en la bodega, probablemente acomodando las demás cajas que ya habían llevado.

La vi caminar un par de metros cuando de la nada apareció un chico. Por lo que alcanzaba a ver, parecía que él le ofreció llevar la carretilla, y Yuna negó con la cabeza. Pero el chico insistió y casi la forzó a que le diera la carretilla.

Yuna hizo una reverencia y la vi retroceder en nuestra área, pero el chico le dijo algo que hizo que ella se detuviera y lo siguiera hasta dentro.

Después de observarlo detenidamente lo reconocí. Era Donghyuk, uno de los líderes. No lo había visto en todo el día, hasta ese momento.

La voz de mi compañera sonó detrás de mí.

—¿Por qué los hombres no entienden que un no es no?

Miré sobre mi hombro. Solji estaba detrás mío con los brazos cruzados sobre su pecho y una expresión de disgusto en el rostro.

—¿Lo viste? —pregunté, refiriéndome a la escena de Yuna y el otro chico.

Ella asintió.

—Supongo que no sabes nada de él, ¿verdad? —dijo Solji.

—No... lo conocí en la primera reunión —contesté, al mismo tiempo que miré a mi alrededor.

La mayoría de las áreas ya estaban despejadas, las personas que se habían quedado hasta el final ayudaban a limpiar y llevar las cajas restantes dentro. Observé que Misook, al igual que los demás líderes, estaban en la zona de Kihyun, hablando sobre algo.

—Es un idiota, no te acerques mucho a él —suspiró—, He escuchado que tiene novia pero ha intentado algo con casi todas las chicas que hay en el grupo de voluntariado. Yuna se convirtió en su última presa desde que rompió con su novio hace poco, ya van dos veces que ella rechaza sus invitaciones, pero él no entiende un no por respuesta.

Parpadeé repetidamente. De manera automáticamente busqué a Kihyun con la mirada, a la distancia, sobre el hombro de Solji. Después regresé mi atención a ella.

—Además de que él nunca hace nada, no sé ni siquiera qué hace en el grupo —murmuró amargamente, y después agregó—: Bueno, sí lo sé. Quiere impresionar a la gente, hacerle creer que es una buena persona por hacer voluntariado.

—Y... ¿cómo es posible que sea líder? —pregunté confundida, temiendo ser demasiado entrometida.

Solji mi miró por un segundo y luego hacía los lados, como si se quisiera asegurar de que nadie estuviera a nuestro alrededor. Bajó su volumen de voz cuando volvió a hablar.

—Alguien me dijo que era familia de alguien cercano de uno de los líderes —susurró—, creo que de Yoo Kihyun, si no me equivoco. Y nadie se mete con Kihyun-sunbae, así que ese idiota hace lo que quiere.

Incliné un poco mi cabeza, desconcertada.

—¿Nadie se mete con Kihyun-sunbae? —pregunté—. ¿Por qué?

Solji levantó una de sus cejas, sorprendida.

—¿No sabes quién es Kihyun-sunbae?

—Uhm, bueno...

Me detuve de responder. No creía que fuera conveniente hablarle de la forma en que nos conocimos, y lo que había sucedido entre nosotros en el pasado.

Antes de poder terminar de debatirme entre sí contarle a Solji sobre cómo conocí a Kihyun, escuchamos a alguien hablar a lo lejos.

—Chicos, pueden acercarse por un momento, por favor.

La grave voz de Shownu llamó la atención de Solji y la mía. Ambas nos miramos y después caminamos juntas hasta donde estaban los líderes. Antes de eso vimos a Yuna salir del edificio y detrás de ella venia Donghyuk.

Ella se acercó rápidamente a nosotras.

—¿Estás bien? —preguntó Solji, preocupada—. Ese idiota no intentó nada, ¿verdad?

Yuna rodó lo ojos.

—No, sólo lo de siempre; quiere que vaya a un bar con él, pero lo rechacé de nuevo.

Yuna giró su cabeza hacia mí.

—¿Tienes novio, Nabi?

Negué con la cabeza rápidamente.

—Entonces ten cuidado. Ese chico está detrás de todas las chicas solteras, no dudo que intente algo contigo —comentó, sonando un poco angustiada—. Es un idiota inofensivo, pero sigue siendo un idiota.

Se encogió de hombros. Y Solji le hizo más preguntas mientras llegábamos a donde estaban todos reunidos.

Ya sólo estábamos la mitad de los que comenzamos, ya que algunos se tuvieron que ir antes porque tenían que acudir a clases.

Estábamos de pie alrededor de los líderes. Soyeon, Eunjin y Shownu hablaron sobre todo lo que se había logrado recolectar, dieron cifras aproximadas y procedieron a explicar cómo se enviarían las cosas hasta Gangwon en nombre de la universidad.

Al final, le cedieron la palabra a Kihyun. Sonrió y juntó sus manos antes de comenzar a hablar.

—Queremos agradecerlos a cada uno de ustedes y a todas las personas que participaron en la recolecta de hoy, en serio, muchas gracias por su apoyo —murmuró, con dicha en su tono de voz—. Todo su esfuerzo va a hacer felices a los ciudadanos de Gangwon.

Conectó su mirada con la mía, y yo la desvié un segundo después.

—Creo que eso ha sido todo. Vayan a casa y descansen, han hecho un buen trabajo.

Misook continuó.

—Agradeceríamos si alguien puede quedarse un rato más, para terminar de etiquetar las cajas, ya que serán enviadas mañana temprano.

Después de ese aviso, rápidamente el cúmulo de estudiantes se disolvió, la mayoría se estaba marchando.

—¿Vas a quedarte, Nabi? —preguntó Solji—. Nosotras tenemos que irnos, mañana tenemos un examen.

Observé como casi todo el mundo se estaba yendo. Y pensé que tal vez debería quedarme a ayudar, ya que nadie más parecía hacerlo.

—Mmh... —murmuré pensativa—. Creo que me quedaré sólo un rato más.

Me despedí de ella y de Yuna, y me acerqué a Misook. Me indicó que terminara de etiquetar las cajas de ropa, mientras ella planeaba algunas cosas con los demás líderes dentro de una sala contigua a la bodega, donde se habían guardado todos los donativos.

Mi estómago comenzó a exigir comida de nuevo, y mi cabeza comenzó a doler por el hambre. No era novedad, solía saltarme comidas de vez en cuando. Por falta de tiempo, por ahorrar dinero, o simplemente porque no me daba hambre. Pero aún no podía arreglar ese mal hábito.

Terminé de etiquetar las cajas de ropa y procedí a hacerlo con las cajas restantes de alimentos, juguetes y artículos de uso personal, aunque no me lo hubieran pedido.

Probablemente ya habían pasado cuarenta minutos o algo así desde que comencé. Pero no quería detenerme hasta terminar por completo.

Estaba sentada de rodillas, de espaldas a la puerta, escribiendo sobre la última etiqueta que iba a pegar cuando escuché a alguien aclarando su garganta muy cerca de mí.

Me sobresalté y me tambaleé hacia un lado, dejando caer el plumón permanente sobre el suelo.

Volteé rápidamente y noté a Kihyun de pie detrás de mí, cargaba con una bolsa de 7-Eleven en una de sus manos.

Mi corazón se aceleró, no lo había escuchado entrar, fue demasiado sigiloso.

—Lo siento, no pretendía asustarte —murmuró, juntando sus cejas como si estuviera preocupado.

No se veía tan contento como una hora antes, cuando se despidió de los demás. Su expresión era diferente; más apagada.

No me moví por unos segundos. Tragué saliva, después recogí el plumón, y me quedé justo donde estaba. Levanté un poco mi cabeza para mirarlo.

—S-solo falta esta caja, ya casi termino —dije, y apunté hacia la caja que estaba frente a mí.

Kihyun abrió mucho sus ojos.

—¿Etiquetaste todas las cajas que faltaban? —preguntó con seriedad.

Mi estómago dolió de nuevo, pero no por hambre, sino por nervios.

—Eh... sí —contesté, con cautela.

Sentí como si hubiera hecho algo que no debía.

—¡Woah, muchas gracias! —murmuró, elevando las comisuras de sus labios—. Se supone que nosotros íbamos a terminar de hacer eso... gracias. Nos ahorraste tiempo. Creo que entonces las cajas ya están listas para enviarse mañana.

—No es nada —contesté, sin saber que más decir.

Hubo un silencio, hasta que Kihyun avanzó un poco, y se sentó en cuclillas, cerca de mí. Me miró detenidamente por unos segundos sin decir nada, con la misma expresión con la que había entrado a la bodega.

Su mirada me incomodó un poco, así que guié mis ojos hacia otro lado. Moví mis manos hacía la caja frente a mí, pero antes de que la tomara, Kihyun volvió a hablar.

—Sé que no fuiste a comer.

Lo miré de nuevo, perpleja. Un nudo en mi estómago se apretó, y tardé un momento en contestar.

—Yo...

—Y sé que tampoco tenías planeado comer con tus compañeras.

Traté de pensar algo rápido, una excusa. Pero nada vino a mi mente; tener a Kihyun tan cerca y el hecho de que estábamos los dos juntos en la habitación no ayudaba en lo absoluto.

Me seguía intimidando

Él torció sus labios.

Contuve mi respiración. «No, no, no. Está molesto».

🌻🌻🌻🌻

meper d0nan? ;(

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