—¡Cierren la boca!— grito Liliana ante los gritos de todos en la estancia, sus sobrinas quienes discutían por un juguete tomaron asiento.
—Pero, tía, no te enojes— dijo Adriana —. Nosotras nos iremos si quieres.
—No tienen que irse si no quieren, cariño— señaló su reloj —. Grite porque los adultos no hacían silencio.
—Vale.
Liliana regreso a la presentación digital que había hecho para explicar el itinerario que había armado para evitar malos entendidos. La estancia tenía valijas acumuladas en un rincón, eran de diferentes colores. Oliver, Thalia, Matt, Owen, y ella habían pasado toda la semana haciendo un itinerario.
—¿Cual es el plan?— preguntó Isabel —Miren que ustedes me dan miedo con esas imágenes power poing.
—Para comenzar iremos al parque acuático Knott's Soak City que se encuentra en California y nos hospedarnos en Knott's Berry Farm Hotel. Luego iremos a Treehouse Retreat montana. De allí nos iremos a la playa de Santa Mónica donde nos hospedarnos en Shutters on the Beach. Finalmente iremos a Orlando, Florida para pasar unos días en los Parques Disney y nos hospedamos en Four Seasons Resort Orlando At Walt, para el cumpleaños d Owen. ¿Alguna duda?
—¿Cuanto tiempo estaremos fuera?– preguntó Valery ante las palabras de Oliver.
—Casi dos meses, regresaremos antes de que Oliver deba irse— explicó Owen —. Nos iremos en diez minutos al aeropuerto, y en California nos recibirán unos autos en alquiler.
—¿Dos meses?— cuestiono Isabel colocándose de pie —No estoy de acuerdo con dos meses. Ustedes viajan con sus parejas, nosotros no.
—A ver, ¿y tú por qué tan preocupada?— cuestiono Jack —Estás muy chica, como para andar preocupada por si se ven o no.
—Sigue siendo una relación de pareja. Jack. Déjala— intervino Melany —. Estoy segura que los chicos pensaron en algo
—Por supuesto que lo hicimos— en la pantalla parecieron imágenes de Dylan y la novia de Elian.
—Ambos dijeron que no, porque son dos meses— Thalia se encogió de hombros —. Asi que, acordamos que los dejarían ir una semana con nosotros a Orlando, para nuestra última parada en los parques Disney. Fueron un poco más flexibles con Dylan, lo veremos en Montana y Santa Monica.
—¿Si recuerdan que viajamos con niños pequeños?— pregunto Adam entregándole un juguete a Aurora.
—Por supuesto que lo pensamos, no somos tonto— Owen señaló la pantalla —. Habitación familiar para ustedes. Y matrimonial para nosotros.
—Si queremos llegar a los vuelos, debemos salir ahora— notificó Elian mirando su reloj.
—Vamos en marcha entonces.
Todos fuero por sus valijas y subieron a sus autos para ir al aeropuerto. Luego del viaje a Hawaii por el fin de semana, Oliver le notificó al resto que se iría a Francia a pesar que Harvard lo había aceptado en medicina. Owen y Zack, comenzaron con la búsqueda de un departamento de tres habitaciones, y las chicas decidieron mudarse al mismo edificio al que se irían ellos en cuanto consiguieran un departamento.
Melany estaba tan preocupada por Liliana no había parado de preguntarle como se sentía con la idea de Oliver de marcharse a otro continente.
—¿Sarah?— la mujer llevaba un vestido blanco, y lucia feliz.
—Pensé que nunca estarías listo para verme— se acercó a él con tranquilidad —. ¿Cómo estas?
—¿Eres tu de verdad?— él intento tocarla, pero ella negó levemente.
—Soy yo, pero no puede tocarme— dijo —. Tu no estas listo para venir aquí. Te falta años para que eso ocurra. Me alegra que estés siendo feliz.
—¿Debo irme a Francia?— ella lo miró con ternura —La quiero, de verdad la quiero, pero no se si podré irme.
—Si tu corazón está en paz, entonces estás en el lugar correcto— ella camino por la pradera —. Mira, es hermoso, aquí no hay problemas. Ni decisiones que tomar. Pero a veces extraño la vida en la tierra. Me alegra que todos estén siendo felices.
—¿Tú eres feliz? ¿Estabas lista para partir?
—Estuve lista siempre— ella lo llevabo hasta un árbol de cerezos —. Solo que ustedes no estaban listos para dejarme ir. Así que, tuve que prepararlos. Tomar decisiones yo sola. Estoy orgullosa de ti.
—Y yo de ti— ella sonrió —. Fuiste importante, no he dejado de quererte.
—Se que no, y estoy feliz de que la ames a ella, es una gran chica— se sentó en el césped —. Ella te ama, Oliver. No olvides eso nunca.
—¿Cómo será mi futuro?
—Lindo y brillante— le aseguro ella —. Vas a llorar mucho, pero la vida te demostrará, porque tuviste que hacerlo— ella miró la luz al fondo de la pradera —. Se me acabo el tiempo. Te quiero, Oliver. Dile a Matt que estoy orgullosa de todos. Los quiero.
Oliver abrió los ojos. Liliana estaba junto a él leyendo un libro. Estaban a diez minutos de aterrizar en Los Angeles. Él pasó las manos por su rostro. Era extraño verla, luego de tantos años. Nunca había soñado con ella, lo intento tantas veces, pero no lo logro. Y sintió que nunca más la vería.
—¿Qué ocurre?— preguntó Liliana cuando se removió —Pareces desorientado. ¿Llamó a la azafata?
—Estoy bien, tranquila— le tomó la mano y se la beso —. Fue solo un sueño que tuve. Sarah estaba ahí, conmigo.
—¿Qué te dijo?— ella le acaricio el rostro —Claro, solo si quieres contarme.
—Está orgullosa de Matt, de sus padres, de mi— Liliana sintió con ternura —. Dice que esta siendo feliz.
—Recordarla bonito es lo mejor que puedes hacer— le dio un pequeño beso —. Me alegra que ella esté feliz. ¿Tú estas feliz?
—Si, ya no estoy enojado con la vida por llevársela— Liliana le tomó la mano —. Probablemente fue lo mejor. Llamare a Matt.
—Matt te llamara a ti, recuerda que están en un avión camino a África. Thalia estaba muy feliz.
—¿Estas bien?— ella asintió levemente y señaló el libro —No creo que el libro sea la razón de la tranquilidad.
—Vale, puede, solo puede ser, que el tranquilizante que me tome ayudará— él sonrió con diversión y le dio un beso en la mejilla —. ¿Cómo harás para viajar ocho horas en avión?
—Uno comete muchas locuras por amor— se encogió de hombros levemente —. Probablemente pierda el miedo. Pero, tu tendrás que viajar a Boston seguido.
—Por supuesto que si, lo resolveremos siempre lo hacemos.
La mujer miraba los cuadros de su casa. Todo estaba en silencio. Tomó asiento en el jardín. Y de pronto podía escuchar las risas de los niños corriendo por el jardín con su padre detrás de ellos. Una adolescente sentada bajo el árbol, mientras el otro gritaba al televisor de la estancia. Las conversaciones de ese par en la casa del árbol, y sus propios grupos obligandolos a bajar de ahí. Su esposo llegando todos los días con sorpresas nuevas para ellos.
Y los días se volvieron grises de pronto. Los llantos de Matt en su habitación cuando diagnosticaron el cáncer de Sarah. Los lamentos de ellos en la estancia. Lo delgada que se puso, las ojeras bajos sus ojos. Los intentos de animarla de Oliver. Los domingos de juegos, que de pronto se volvían en veladas del sueño a Sarah.
—Cuando vean esto quizás pasaron años de haberme ido, sospecho que no fuiste capaz de donar mis cosas, sino hasta que Matt se fuera a la universidad— sonrió —. Hola, mamá. Hola, papá. Espero que ya puedan sonreír con más facilidad.
—¿Donde encontraste esto?— preguntó su esposo mirando la pantalla del ordenador.
—Estaba en una caja escondida en el armario, no se como no la vi durante años.
—En este momento ustedes fueron hablar con mi médico, se perfectamente que les dirá que todo esta yendo bien, yo se lo pedí— mostró el archivo en sus manos —. Fui antes que ustedes, y le supliqué que nos le dijera nada. No podría dejar que ustedes sufran durante las últimas semanas que me quedan en este mundo. Oliver tampoco sabe.
Ella miró a su alrededor. Y se levantó de la cama. Tomó una fotografía. En ella estaban sus padres con un bebé en brazos cada uno. Ella volvió a tomar asiento en la cama, frente a la cámara.
—Es mi foto familiar favorita— se las mostró —. Se que veían un futuro brillante y hermoso en nosotros dos. Matt lo tendrá, estoy segura— sonrió ampliamente —. Yo tuve una corta vida hermosa. Hice todo lo que quería antes de morir. Y estoy agradecida por la vida que ustedes me dieron. Son lo más importante para mi. Me voy feliz, y llena de paz, con una alegría en el corazón. Solo les pido una cosa, sonrían más. Viajen, hagan todo lo que querían hacer. Estén felices, porque yo estoy feliz.
De pronto ella miro la puerta detrás de la cámara. Y un Matt se avalanza sobre ella. La mujer miró a su esposo, este sonrió ampliamente y la miró a los ojos. Matt bromeaba con ella y la cámara, mientras que Sarah tenía una mirada donde definitivamente pedía disculpas.
—Los amo, no olviden lo que dije, sonrían más— ella tomó la cámara y se escucho la discusión de los hermanos antes de que se pagará la grabación.
—¿Hay algo más?
—Habían dos pendrive más, pero uno es para Oliver y otro es para Matt— ella sonrió —. Se los entregue a Thalia. Ella se lo daría a Liliana, para que ella decida cuando debe dárselo a Oliver.
—¿Viste su contenido?— ella negó levemente —Me alegra que Oliver sea feliz. Apoyo mucho a Sarah.
—Lo sé, Liliana es muy buena para él— le dedico una sonrisa —. ¿Quieres ir a Grecia? Matt, estará fuera quince días.
—Y luego se irá a Boston— le tomó la mano —. Supongo que quedamos tu y yo después de todo— cerro el ordenador —. Vamos hacerlo. Vamos a Grecia.
—Voy hacer las reservas.
Liliana miro los autos en la pista. Los habían alquilado desde hace una semana mientras terminaban de planificar todo el viaje. Subieron las valijas rápidamente a las cajuelas. El sol de California estaba perfecto para ir a una alberca a pasar el día. Se hospedarian cerca del centro acuático.
En cuanto llegaron un grupo de botenes los recibió y los guió hasta a sus habitaciones. Valery tendría una habitación familiar con sus hijos, al igual que los West con Olivia. Todos los demás tenían habitaciones matrimoniales, menos Isabel y Elian, quienes tenían una habitación para dos personas.
—¡Hemos llegado!— grito Thalia en cuanto Liliana respondió la videollamada —Tienes que ver la increíble vista del hotel. Espera.
Estaban en un exclusivo resort, con vistas a la Montaña de la Mesa, se encuentra en el animado complejo costero de Victoria & Alfred, a nueve minutos a pie del Museo del Diamante de Ciudad del Cabo. Era el One&Only Cape Town. Matt y ella habían reunido durante años para ir, claramente no pensaban ir acompañados, pero el destino les jugo bien.
—Es fantástico, Thalia— dijo Liliana con una sonrisa —. Mira esto, Oliver.
—El año que viene iremos los tres, eso seguro— se animo —. Es impresionante. ¿Cómo van con el idioma?
—¡Oh! La mayoría habla inglés, al menos en el hotel, y nos asignaron un guía turístico, nos ayuda con todo.
—Mis padres se irán a Grecia, ¿puedes creerlo?— un Matt bastante indignado aprecio en en cámara.
—¿Y cuál es el problema?— preguntó Thalia —Son una pareja de casados, han hecho demasiado por ti.
—¿Y eso qué? ¡Es Grecia!— Thalia volteo la cámara a ellos y luego le mostró a Matt —Hola. Pero sigo indignado.
—Tus padres merecen un descanso, Matt— dijo Oliver con una sonrisa divertida —. Me alegra que vayan, cuando regreses, te iras Boston.
—Sigo siendo su único hijo— tomo una manzana —. ¿Qué tal California?
—Te puedo asegurar que no mejor que África— respondió Liliana con una sonrisa —. Que envidia, tuvimos que irnos con ustedes.
—Están a un avión y casi dieciocho horas de vuelo— Thalia se encogió de hombros —. ¿Puedes hacerlo?
—Me quedaré con mi vuelo interno, pero muchas gracias por la invitación— en ese momento sono la puerta —. Vinieron por nosotros.
—¡Tío Oliver, tía Lili!— la voz de Adriana junto a golpes en la puerta se escucharon.
—Dosfruten mucho, y saca muchas fotos, Thalia— les lanzó un beso y colgó la llamada.
—Tengo tres pequeñuelas— dijo Oliver quien traía a Adriana colgando de su pierna, y las otras dos en brazos.
—¿Qué hacen aquí?— preguntó Liliana tomando a Adriana para que se sentará en la cama.
—Mamá pregunta a que hora iremos al parque acuático— dijo Olivia mirando a su hermano.
—Vayan y les dicen que tenemos un horario sincronizado en los celulares— anunció él —. En dos horas nos iremos, vayan.
Las tres niñas salieron una detrás de la otra corriendo, y la última cerró la puerta. Liliana sacó su ordenador y el pendrive que le entregó Thalia.
—Tengo algo para ti— el tomo asiento junto a ella en la pequeña mesa de la habitación —. Bueno, no es mío, es de Sarah. Me lo dio Thalia, se lo dio la madre de Matt y Sarah.
Ella abrió el archivo. Y luego el video. Lucía cansada, no tenia cabello y estaba muy delgada. Las bolsas bajo sus ojos le decían lo fatal que se encontraba. Tenía cables en su muñeca.
—Estoy segura que será la última recaída— soltó un suspiro —. Han pasado meses, y siento que son años, desde que nos enteramos del cáncer. Estoy tan cansada— forzó una pequeña sonrisa —. Hice videos para todos, se que han pasado años desde que morí. Y espero que en este momento estes enamorado. Deje esta caja para ti, hay una carta para cada momento importante de tu vida.
>>Espero que mamá si te la entregará. Supongo que estás estudiando medicina, quizás ya lo hiciste o apenas estés comenzando, no lo sé— se encogió de hombros levemente —. Solo espero que estés siendo feliz ahora mismo. La próxima vez que te llamen, será para decirte que morí, muerte cerebral. Me quedan pocos días, ya el médico me lo dijo. No quise decirte para que no sufrieras, quería sentirme libre.
Oliver limpio las lágrimas que habían rodado por su mejilla. Incluso Liliana tenía sus mejillas mojadas. La fortaleza y aceptación que tenía Sarah para hacer aquellos videos era admirable. Parecía estar lista para irse en cualquier momento. Ella había aceptado su ida de este mundo sin ningún problema.
—Estoy aterrada, no porque moriré, créeme, desde que estoy en tratamiento, me preguntó cuando me iré, estoy lista para hacerlo desde que dijeron que no había cura— miro la cámara —. Lo que me aterra es pensar en quienes se quedan. Matt pierde a su otra mitad, yo también lo hago. Mis padres pierden un hijo. Thalia pierde a su mejor amiga. Jacob y Damian, pierden una amiga. Tu pierdes una parte de ti. Lo sé. Esto marcará la vida de todos para siempre. Pero yo estoy lista para irme, esta vez quiero ser egoísta. Estoy tan cansada.
>>Si no haz buscado a Liliana hazlo, Oliver. Disculpate por todo el daño que le hiciste— sonrió —. Aunque algo me dice que ya la viste, que te disculpaste. Y si es como tu la recuerdas, te habrá perdonado. Espero que ella esté siendo feliz también. Se feliz, Oliver. Muy feliz. Te quiero, gracias por haber sido mi amor de vida. Espero que encontraras el tuyo, y te aferres a él. Se feliz.
Y el video se acaba. Oliver respiro profundamente y se dejó abrazar por Liliana quien se levantó de la silla y lo abrazo de espalda. Era una herida que probablemente sangraria siempre. Porque eso es la muerte, una herida que será para siempre. Dolería siempre como el primer día.
Pero con eso. Se sintió como soltar una carga. Oliver sentía la tranquilidad de que ella se fue cuando quizo. Y estaba lista para hacerlo. Sarah quería irse. Y eso era suficiente tranquila para él.