TRES ZIMMERMAN PARA UNA GREY...

By imwritercs

345K 18K 1.6K

Phoebe es exitosa en su profesión, más que feliz en su matrimonio, y pese a que Rose llega casi a los cinco a... More

Leer, por favor.
[PREFACIO]
-1-
-2-
-3-
-4-
-5-
-6-
-7-
-8-
|9|
-10-
-11-
-12-
-13-
-14-
-15-
-16-
-17-
-18-
-19-
-20-
-21-
-22-
-23-
-24-
-25-
-26-
-27-
-28-
-29-
-30-
-31-
-33-
-34-
-35-
-36-
-37-
-38-
-39-
-40-
-41-
-42-
-43-
-44-
-45-
-46-
-47-
-48-
-49-
-50-
-EPÍLOGO-
UNA HISTORIA MÁS
CHRISTIAN | ÚLTIMO ESPECIAL

-32-

5.9K 328 27
By imwritercs

POV PAUL

Me ha permitido abrazarle, se siente tan bien. En momentos como estos, se me hace una completa estupidez discutir por tonterías, siento su respiración sobre mi pecho, beso su coronilla, pero es todo lo que me permito hacer. Phoebe es la reina de los cambios de humor, y lo menos que quiero es acabar con el bol en mi cabeza.

—Pero que bien huele por aquí. —Interrumpe el tío Björn. —Ustedes sigan en lo suyo e ignorenme.

Nos separamos para continuar preparando la cena, no es nada complicado, pero sí requiere de esmero, después de todo, es para cenar en familia. Los niños ya se han dormido, y podemos disfrutar de un momento entre adultos. Una vez que todo está servido, nos sentamos a la mesa para disfrutar de la comida.

—Por la mañana, casi no consigo dar con la casa. Si la última vez que les visité aún vivían en el apartamento. Tengo un terrible problema con las direcciones, por suerte, el taxista ha sabido ubicarse. —Comenta el tío Björn. —La casa se ve muchísimo mejor que en las fotos, las imágenes no le hacen honor.

—Ha sido una elección de Phoebe. —Le digo. —Le ha encantado, y así descubrimos que era la casa ideal. Manuel ya venía en camino y era necesario expandir el espacio. Ya con Picky era un caos.

—Y ha sido lo mejor, porque todavía podemos esperar más pequeños, ¿Verdad? —miro a Phoebe en seguida, no sé qué responder.

—Por el momento, no. Manuel aún es muy pequeño y hay muchas ocupaciones. Pero puede que en algún momento nos decidamos. —Murmura bastante incómoda. _ ¿Les está gustando la comida?

—Es deliciosa, Paul siempre ha tenido muy buena mano para la cocina. ¿Recuerdas las tortas de navidad? Se terminaba dañando la decoración, pero tenían un sabor estupendo. —Dice Jasmina. Y puedo ver la mala cara de mi esposa.

—Descubrimos que necesitaban refrigeración, y por fin pudimos sacar una buena. —Respondo. — ¿Y para cuándo crees que esté listo el contrato de compra, tío?

Cambio de tema, prefiero que Phoebe se moleste porque hablamos de negocios, y no por revivir cosas del pasado.

Cuando terminamos de cenar, entre todos dejamos las cosas en orden, para posteriormente sentarnos en la sala para conversar de temas varios. Tras media hora, las visitas anuncian que se retirar para ir a descansar. Nosotros igualmente buscamos la habitación, saco mi pijama y una sábana, considero que aún no es tiempo de tomar con normalidad las cosas.

— ¿Paul, dormirás ahí? —me detengo antes de abrir la puerta del cuarto.

—No, Phoebe se ha dejado esto en la habitación cuando arregló las suyas. La sábana es específicamente para invitados, y el pijama no la uso desde hace tiempo. Podemos nombrar este sitio de aquí, como una bodega. —Miento, tampoco es necesario que se entere de los problemas. — ¿No ibas a dormir?

—Sí, pero necesito un poco de agua y voy por un vaso.

Espero a que avance unos cuantos pasos para entrar a la habitación, me cercioro de que se vaya y cierro con llave. Me despojo de la ropa y me cambio el pijama, para apagar la luz y tirarme a la cama. No se duerme bien estando aquí, solo.

***

Al día siguiente, me levanto para empezar mi jornada. Tras darme una ducha, entro a la habitación que compartimos Phoebe y yo para buscar mi traje. Una vez vestido, salgo, encontrándome con mi mujer, más que lista y luciendo preciosa como siempre. Le saludo con un "buenos días" y ella me responde con las mismas palabras, para pasar de mí y encerrarse en la habitación. Lo de anoche fue un espejismo. Me asomo para ver a mis hijos, ellos duermen, los dos tienen un don para dormir por horas.

Camino hasta el tío Björn, a la que ha elegido como habitación mientras estén de visita. Doy dos toques en su puerta y me permite pasar. Con la mano me pide que le espere, puesto que está hablando por el móvil, una vez que termina, me dice:

—Hablaba con Mel, no entendí mucho, pero creo que Peter va a divorciarse.

—De todos modos no te agradaba la chica, ¿No?

—Se me hace que es hipócrita y un tanto antipática, se lo advertí a mi hijo pero no hizo caso. Y ahora está viendo las consecuencias, pero que ni crea esa mujer que verá un céntimo del dinero de Peter. Me comunicaré con mi bufete para que tomen su caso. Estoy seguro de que Alger sabrá qué hacer. —Tira el móvil a la cama. Creo que no era el único que miraba con buenos ojos a la mujer, nunca hizo nada por hacernos cambiar de parecer. — ¿A qué has venido?

—Ah, quería saber si irás a la empresa de los Schmitd temprano o esperaras a que te llamen, para que nos vayamos juntos y puedas llevarles.

—Chlöe no me ha llamado, no tengo nada que hacer ahí, supongo que he de esperar para hacerlo. Aunque si he de ser sincero, estoy ansioso de que llegue el momento de regresar a Múnich. No tiene nada que ver con ustedes o la maravillosa convivencia, los viajes ya no me agradan y estoy pensando seriamente en hacerme cargo de casos dentro de mi distrito, nada de empresas transnacionales.

—Si eso es lo que quieres, debes hacerlo. —Digo colocando mi mano en su hombro. — ¿Tomamos el desayuno?

—Esa es una idea excelente.

Salimos de la habitación para dirigirnos al comedor, en el pasillo nos encontramos a Jasmina, nos dice que no permanecerá mucho tiempo en casa y acompañará a su padre en las gestiones, porque no quiere quedarse sola. Me extraña cuando menciona que ha visto salir a Phoebe, no creo que haya desayunado aun. Camino a paso rápido hacia la salida, cerciorándome de que decía la verdad, el auto que utiliza, está girando con dirección a la calle.

—Danielle, ¿Phoebe ha tenido alguna emergencia? —pregunto al entrar a la comedor, ella está sirviendo el desayuno.

—No, no me comentó nada. Pero no tomó el desayuno y tampoco dejó que le empacara algo. Me dijo que se tenía que ir, y que cuidara a los niños, como siempre. —Coloca un plato en la mesa, en el lugar donde he de sentarme.

—Le llamaré cuando esté en la oficina. Tal vez tiene una reunión de emergencia, creo que tienen un nuevo escritor al cual quieren publicarle un libro. —Explico, y ni sé por qué, no creo que a ellos les interese el tema. Más bien es una forma de explicar el que se haya ido sin despedirse.

—Tu esposa parece ser una mujer muy ocupada. El trabajo, sus hijos y cuidar de su matrimonio, eso debe ser agotante. Sinceramente, no me muero por esa vida. —Murmura Jasmina, mientras se llena la boca de comida.

—No todas las mujeres nacen con un ángel tan especial. Mi esposa es una mujer decidida y comprometida con lo que hace. Va al trabajo, cuida de los niños y de noche, atiende a su esposo. —Siseo con brusquedad, no sé a qué ha venido el puntito de tocar el tema del matrimonio.

—Hija, no digas esas cosas. Que yo me muero por conocer nietos, pero ustedes tres han salido malísimos para ello. Ya te veré un día, con muchos niños tras de ti.

—Claro, papá. —Expresa con sorna.

Me duelen los putos ojos, he estado forzándoles demasiado al no usar las gafas. Y en serio que estoy molesto, la mala vibra que tiene Jasmina, solo me pone a pensar en todo lo que ha dicho Phoebe, no quiero pensar mal de ella, ¡Es una locura!

— ¡Danielle! —escucho gritar a mi hija. Dejo el plato a un lado, para ir con ella, no sé qué le sucede. Pese a que no me ha llamado a mí. —Manuel se hizo mucho pipi.

—Ve a lavar tus manitos, yo iré por Manuel. Cuando regrese, les daré el desayuno a ambos. —Le explica ella, con una expresión de ternura en el rostro.

Mi niña asiente con una bonita sonrisa, y sin más, se dirige al baño de visitas. Le sigo muy de cerca. Dándome por enterado de lo mucho que ha crecido, ella sola ha puesto el banquito para ajustar su falta de altura y tirar de la manija del lavabo.

—Creo que necesitas esto —murmuro tendiéndole la toalla para que se seque las manos. —Buenos días, señorita.

—Buenos días, papi. —Me responde. Le ayudo con la toalla y la dejo en su lugar. — ¿Y mamá?

—Ya se ha ido a trabajar. —Deposito un beso en su frente al cargarla en mis brazos. —Y usted, va a desayunar y portarse bien todo el día hasta papá y mamá regresemos, ¿Verdad?

—Sí, papá.

Le dejo en el suelo una vez que hemos llegado a la sala, Danielle baja con mi hijo, está de mal humor, puesto que gruñe por todo. Decido dejarle con ella, y le pido que los lleve con mi tío para que puedan saludarle. Subo a la habitación, donde me lavo los dientes, busco mi maletín y regreso con ellos. Me despido de los niños, voy un poco tarde y no puedo esperar más. Eres el jefe, sí y justamente por ello estoy en contra de no cumplir las reglas que yo mismo he puesto dentro de la empresa, para ser acatadas sin excepción.

***

Llego a la empresa en un tiempo casi de récord, tardando menos de lo normal, lo que me lleva a pensar que he pisado el acelerador de más, cosa que no suelo hacer, pero que en un día como hoy, no haya sido demasiado consciente de ello.

—Buenos días, Sacha —saludo al salir del ascensor, a mi nueva secretaria. No soy mal jefe, pero que tres se hayan marchado, me deja muchas cosas en las cuales pensar. O en realidad, cumplo con las peticiones de mi esposa.

—Buenos días, señor Zimmerman. —Responde levantándose de su asiento con la agenda en mano. —Esta mañana, no tiene ninguna reunión agendada. Pero, le han dejado un mensaje de Schmitd Corp, es sobre la venta de las acciones de esa empresa, en realidad, la señorita Chlöe Schmitd le espera en su oficina.

—Gracias Sacha, por favor, consígueme un café y haz una cita con el oftalmólogo, que sea lo antes posible. Que no pase de esta semana, ¿Sí? —dejo mi mano en el pomo de la puerta. —Recuérdele al departamento de logística que necesito el registro del embarque que viene de Múnich sobre mi escritorio esta misma tarde.

—Sí, señor Zimmerman. Ahora mismo me pongo a hacer todo. Una última pregunta, ¿Café expreso o latte?

—Expreso, la segunda opción solo es para cuando mi esposa venga de visita. Por cierto, ¿Cómo va lo que pedí ayer?

—Esta misma noche estará todo listo. —Dice sonriendo. Le he encomendado un pequeño encargo, escuchando lo que me responde, puedo quedarme tranquilo.

Con caballerosidad, espero a que sea ella quien se vaya primero, para posteriormente adentrarme en la oficina, donde Chlöe ya me espera. Sentada en una de las sillas de la parte delantera del escritorio.

—Buenos días, Chloe. —Le saludo con un beso en la mejilla. Ella sonríe, pero no como otras veces.

—Hola, Paul. —Acerca la silla a la orilla y apoya las manos en el escritorio. —Sé que te estás preguntando qué hago aquí, y yo te sacaré de la duda.

—Dímelo entonces. —Enciendo el monitor y espero a que cargue. —No esperaba que estuvieses aquí, ¿Pasó algo extraño?

—No, al menos no con la empresa. O bueno, sí. El abogado de tu amigo me llamó para decirme que ya todo estaba solucionado, que esta misma tarde podemos revisar el trato y cerrarlo. —Con el monitor encendido, abro mi sesión del correo para revisarle. —Ya he llamado a la aerolínea para conseguir mi vuelo de regreso, he conseguido uno para mañana, pero también estoy en la lista de espera por si cancelan a última hora y puedo viajar hoy mismo, siquiera unas horas antes.

—Qué rápido —expreso. Abro uno de los correos, inicio de los más recientes, me ha llamado la atención ver el del logo de la escuela de Rose. — ¿Mi tío ya lo sabe?

—Le he llamado cuando venía de camino hacia acá. Y también de dije que quiero realizar una cena, para celebrar la asociación, dijo que si, al igual que Edwin, que llevará a su esposa, también está invitada Phoebe. Y quiero hablar contigo.

Carajos, ya casi inician las clases. Phoebe y yo hemos tenido la cabeza en cualquier parte menos en lo que nos interesa.

—Chlöe, necesito enviar un correo, ¿Me permites unos minutos? No quiero parecer maleducado mientras tú hablas y no prestarte atención.

—Por supuesto, haz lo que tengas que hacer, puedo esperar.

Algo en su voz me transmite una sensación extraña, se le nota triste, y puedo asegurar que tiene una actitud diferente, no encuentro a la Chlöe que una vez conocí, es más, ni siquiera se parece a quien llegó a mi casa el sábado. Dirijo mi mirada nuevamente a la pantalla.

De: Paul Zimmerman.
Para: Phoebe Grey.
Asunto: Tú... Rose

He recibido el correo que me enviaron de la escuela de Rose, ¿Cuándo iremos? Hay que comprarles los útiles y sus uniformes con tiempo. Avísame, por favor.

Tú, deberías tomar algo de desayuno. Danielle comentó que no has querido tomar nada. Solo te recuerdo que no debes dejar pasar las horas de la comidas, eso te puede hacer daño.

Responde.
Paul Zimmerman, Presidente de Müller Seattle.

Le doy enviar.

Le escribo sobre el asunto que nos interesa, y aprovecho para recordarle que debe alimentarse. Finalmente, pido que no ignore lo que le he enviado. Recibo su respuesta, es bastante cortante, pero me divierte su actitud. Se ha tomado la libertad de cancelar los pagos y quiere ir de compras ella sola con mi hija, río al leer su opción de cuidar a Manuel. No me voy a quedar atrás, acepto que haya pagado, pero, le pongo la condición de que debe utilizar la tarjeta que le he dado, cosa que nunca hace.

«Me preocupo por ti, porque es mi deber como esposo».

Quiero y necesito que solucionemos lo nuestro de una jodida vez. Me recuerda que lleva sus alianzas de matrimonio cada día, muy bien, me gusta su respuesta. Le comento sobre la cena, y su respuesta tarda en llegar.

«Te amo, por siempre». Sonrío como un imbécil, me ha enviado una frase hermosa, ¡Te amo, por siempre! Y ha aceptado acompañarme a la cena, de pronto alcanzo a ver la luz al final de un túnel oscuro. No sé qué responder.

—Chlöe, sé que me estoy aprovechando. Pero tengo que hacer una llamada.

—A Phoebe, ¿Verdad? —pregunta viéndome a los ojos. Asiento, y ella sonríe. —Es tu oficina, y yo he venido sin avisar, soy yo quien me estoy aprovechando. Haz tu llamada.

Busco mi número de contacto favorito en el móvil y le doy marcar, me levanto de la silla para alejarme un poco. Descuelga al tercer tono, pronuncia mi nombre y lo primero que digo es:

—Te amo. Y siempre, no es suficiente. No podré ir a casa por ti, pero le enviaré la dirección a Sawyer de donde estaremos, es a las ocho. —He de aprovechar ese tiempo para arreglar mi sorpresa. No responde, entonces, añado: —Cariño, ¿Estás?

—Sí, me distraje con el escrito que estoy leyendo. Pero si, te he escuchado... todo.

—Menos mal —Susurro con alivio. —Tengo algo que decirte, pero lo haré cuando nos veamos esta noche. Que tengas un buen día.

—Te deseo lo mismo, nos vemos. —Me muero por verle y por fin sentir sus labios.

Contaré las jodidas horas que debo esperar para poder estar a su lado, estoy seguro de que valdrá totalmente la pena. Termino la llamada y regreso a mi silla. Esta vez, pongo toda mi atención en la pobre mujer que me ha estado esperando.

—Listo, ya he terminado. —No paro de sonreír, soy un estúpido. — ¿Qué quieres decirme?

—Se te ve muy feliz Paul, y de corazón, te digo que me alegro mucho por ti. —Noto un deje de tristeza en su voz. —De no haber sido tan tonta e inmadura, sería yo quien te estuviese haciendo tan feliz. —Muevo los labios con la intención de detenerle, no quiero tocar ese tema, pero ella no me deja. Rápidamente me pide con una simple seña que le deje hablar. —No voy a decir nada de lo que me vaya a arrepentir. Al fin, me he decidido a dejar el pasado atrás, porque no me deja avanzar. Tenía la convicción de que podría reconquistarte en cualquier momento, y esa idea no me dejaba en paz, por eso me acercaba a ti cada que me era posible. Era inútil, pero no podía perder la esperanza. Y fui muy idiota, porque tú no me mirabas como yo quería y anhelaba. Yo te perdí al abandonarte cuando me necesitabas, no quise comprenderte ni brindarte mi apoyo, te juzgué, en lugar de ayudarte, porque no tenías la culpa de lo que te ocurrió. El día de tu cumpleaños, cuando Phoebe recién regresaba de su gira, yo le confronté en el baño y ella me dijo que tú le habías contado todo, siguió a tu lado pese a ello. La quise molestar, pero no me dejó, defendió su relación. Sé que no le agrado, también sé que yo misma me lo busqué, con mis actitudes y mi forma de ser con ella... contigo. —Me sorprende todo lo que dice, pero lo que me llega al corazón, es la humedad en sus ojos, el brillo provocado por las lágrimas que quieren salir. —Paul, perdóname por pensar en mi ante que en ti cuando fuimos novios, por abandonarte con tus problemas y huir como una cobarde, si la vida me dejase regresar el tiempo, juro que haría las cosas diferentes. Pero como no es posible, me bastará con que me perdones. Ahora que mi papá está muriendo, he comprendido que la vida se nos escapa, quiero ser diferente. Viajé con la intención de hacer mi último intento, porque alguien me dijo que Phoebe y tú pensaban en separarse, pero no es lo que veo, hay demasiado amor entre ustedes, como para que eso suceda. Más nunca tendrán que verme como una enemiga, ya no. También quiero disculparme con Phoebe, tu esposa, de ser posible esta noche. Es mi momento para cerrar un ciclo, y quiero que sea aquí, regresar a Múnich y reconstruir lo que me queda. Paul, cuida a tu preciosa familia de quienes son lobos y se visten de ovejas.

—Chlöe, estoy aturdido por lo que has dicho. Ya te había perdonado, aunque no lo supieses, cuando comprendí que la vida no se basa en rencores, decidí dejar atrás lo mucho que me enfurecía que no te quedaras. Empecé a ver la vida de otra manera, y entendí que las cosas no suceden porque sí, todo trae un propósito. Me quedo con lo que vivimos, y que fuiste mi primer amor, atesoro nuestros mejores recuerdos, porque son los que al día de hoy, me ayudaron a formarme. —Me levanto de la silla para acercarme a ella. —Gracias por lo que vivimos, y por permitirme conocer el amor en su momento.

—A ti, porque aceptaste a la más loca de tus seguidoras. ¿Podemos ser amigos?

—Sí, podemos. —Le sonrío y deposito un beso en sus manos. —No llores, Chlöe.

—Es que son lágrimas de felicidad, de verdad necesitaba esto. Hablar contigo, terminar un ciclo, y a partir de hoy, iniciar otro. —Aprieta mis manos. —Sé que tu esposa y tú están disgustados, soluciónenlo, porque la razón de ello, no vale la pena. Paul, la persona de la que desconfía ella, es alguien a quien consideras importante, y es quien está dispuesta a dañarlos.

— ¿De qué hablas?

—Llegué a tu casa solo por molestar a Phoebe, me dieron tu dirección para facilitarme las cosas. Te confieso esto porque de corazón, quiero que tu hermosa familia no vaya a pasarla peor. —Toma aire por la boca, sin soltar mis manos, me mira directamente a los ojos. —Tu prima, Jasmina, no ha venido porque quiera acompañar a su padre, ella y yo nos comunicamos, conversé con ella sobre el viaje, en segundos se creó un plan perfecto para conseguir nuestro objetivo común. Molestar a tu mujer, discusiones y abrir una brecha entre ustedes lo suficientemente grande para que entrase cualquiera de las dos.

—Dime que no es cierto, Chlöe. —No puedo creerlo.

—Es la verdad, puedo facilitarte las conversaciones por mensajes y en el correo si no me crees. ¿No se te hace raro que ella siempre insista contigo en que las cosas van mal con Phoebe? Me avergüenza admitirlo, pero lo hemos planeado todo.

— ¡Y me lo dices tan pancha! —espeto recomponiéndome. —Es que son un par de... no puedo decirlo, porque he de respetar a las mujeres. No sé cómo puedes tener la cara... es que, ¡Jodida mierda!

—Paul, estoy aquí por eso, ¡Ya no quiero seguir de arpía! Te lo estoy diciendo porque en realidad quiero cambiar, ya no quiero ser como soy ahora. —Deja el asiento y se acerca a mí. —Lo lamento, pero ella es una chica que sabe meterse en tu mente, me dejé llevar, pero jamás quise causar daño. Es por ello que doy marcha atrás, porque no puedo hacerlo. He comprendido el valor de la familia, primero perdí a mi madre, y ahora que papá está tan enfermo, me do cuenta de que hay amores que nacen para ser eternos. Doy marcha atrás, sé que Phoebe y tú se aman. 

—Agradezco que hayas venido, pero sobre todo, que me dijeses lo que ocurría. No tengo problemas contigo, mientras no se te ocurra meterte con mi matrimonio. Yo amo a mi mujer, y vivo para mi familia.

—Lo sé, Paul. Y te repito, me llena de muchísima alegría. Has crecido mucho, karamell.

Esa forma tonta que tenía de llamarme, paso mi mano por su cabello despeinándole, y ella me avienta la mano refunfuñando por lo que hice, siempre ha odiado que se metan con su cabello. Tengo una bomba en la cabeza, y va a estallar.

***

Es de noche, hora de marcharme al fin. He visto a Phoebe entrar cuando Sacha y yo continuábamos en el jardín, que no se le ocurrió aparecer por allí. Danielle se la lleva a la parte alta de la casa, con todo y los niños, para que jueguen un momento con ella. Aprovechamos para salirnos de la casa, me he cambiado de ropa, y luzco presentable.

—Sacha, muchas gracias por su ayuda. Sin usted, no habría terminado esto.

—Señor Zimmerman, fue un gusto enorme ayudarle. Y por la razón, ha valido la pena. Nos veremos mañana, jefe. Recuerde que tiene una reunión a primera hora.

Emprendemos la marcha en el auto, he de dejarle en su casa, para luego irme directo al restaurante.

Al llegar, estamos casi completos, solo falta mi bella esposa. Saludo a todos entre risas, mientras no puedo dejar de observar la cercanía que hay entre Jasmina y Chlöe, aunque esta última me hace un guiño. Y leo el mensaje que me ha enviado.

Hablará contigo, mientras yo lo hago con Phoebe. Déjale en claro todo.

Este su jueguecito, me aturde. No quiero arruinarle la noche a mi amigo, tampoco poner en problemas al tío Björn, ni que un mal movimiento dañe los inicios de reconciliación con mi amor. Me bebo la copa de vino en un solo sorbo, tengo un nudo inmenso en la cabeza. Le envío un mensaje a Phoebe, ya quiero que venga, y para lo que yo tardé andando casi por toda la ciudad, debería estar cerca. No recibo respuesta, ¿Se habrá arrepentido?

Mis dudas se disipan al verle entrar. Se ve hermosa, como cada día, ella siempre luce preciosa. Me tiene embobado, con ganas de darle todo el amor que me sea posible y más. Dejo mi lugar en la mesa para acercarme, tomarle entre mis brazos y unir nuestros labios, sonrío en medio del beso al sentir que me corresponde.

—Moría por decirte lo mucho que te amo —le susurro al oído. Tiene sus espectaculares ojos grises puestos en mí. Siento un vuelco en el corazón con lo que me dice.

—Te amo. —Murmura bastante bajo. Para luego pasar sus dedos en zonas de mi cara, al parecer me ha manchado con el delicioso labial sabor cereza que trae puesto hoy.

Después de cenar, esperamos antes de marcharnos, para hacer un momento de convivencia entre todos. Me uno con los hombres del salón, el tío Bjorn nos está contacto de una aventura que tuvo, y mis padres estuvieron involucrados en ello. Veo cuando Chlöe se acerca a Phoebe, ella me dice con señas que le acompañará, creo que es su momento de conversar entre ellas. Pasan los minutos, y ninguna de las dos aparece.

— ¡Auch, mi ojo! —Se queja Jasmina. —Paul acompáñame un momento afuera.

Recuerdo el mensaje...

—Hija, mejor yo te acompaño para verte ese ojo.

—No, papá —niega con la cabeza y deja su copa a un lado. —Tú has tomado mucho vino, me quedaré ciega antes de que puedas ayudarme. —Dice a modo de broma, ellos ríen, yo no. —Ven.

Tira de mi brazo llevándome tras ella. Hasta llegar a los baños, donde se mete al de chicas. ¿Y yo qué pinto aquí? Me apoyo en la pared esperando a que salga. Casi consigue tomarme desprevenido, se ha dejado venir sobre mí, pretendía besarme.

— ¿Qué demonios te ocurre, Jasmina? —le gruño, alejándola.

—Sabes que lo quieres, Paul. En realidad, no puedes negarlo, sé que sientes algo por mí. Carajos, ni siquiera somos primos.

—Así es como te veo yo. Por favor, no me causes problemas, ni a nuestros padres. No dañes amistades. —La sostengo de los hombros. —Lo sé todo, y no voy a caer en tus juegos. Estoy casado, y tú, no vas a conseguir nada porque yo no te lo voy a permitir. Y vámonos de aquí, quiero ir por mi esposa y marcharnos a casa de una vez.

—Me estás jodiendo, no puedes rechazarme. Y me importa una mierda si se enteran nuestros padres, ellos saben que merecemos estar juntos. —Balbucea. Se le han pasado las copas. —Me quieres, lo sé, me deseas como mujer.

—No. —Niego, dando unos cuantos pasos lejos de ella, necesito distancia. —Has entendido mal las cosas, mi comportamiento contigo no tiene nada que ver con un interés más allá de lo familiar.

—No me puedes hacer esto. —Me dice molesta. —He hecho muchas cosas para llamar tu atención, desde que éramos niños y nunca me hiciste caso.

—Esto es lo más incómodo que he podido vivir. No puedo creer lo imbécil que he sido, confié ciegamente en ti, y he discutido con mi esposa por esto, y no sabes lo mucho que me molesta lo que haces justo ahora. No, Jasmina, olvida todos tus planes en los que me incluyas, porque nunca van a ser realidad. Quiero mantener distancia contigo, y la única razón por la que hablaremos, será porque nuestros padres estén presentes. No te acerques, ni a mí, ni a mis hijos, ni a Phoebe.

Yo no voy a mandar mi matrimonio a la basura, no por algo que no es mi culpa. Sé lo que quiero, y se apellida Grey, es mi amor, mi todo.

— ¡Me equivoqué, sí! Pensé que con ustedes distanciados, al fin tendría mi oportunidad. No he hecho nada mal. —Se confiesa finalmente.

— ¿No? —Inquiero decepcionado de ella, la estimo mucho, y me lastima que se arruine nuestra amistad de esta forma. —Has intentado besarme.

—No volverá a suceder. No puedes terminar nuestra amistad por una tontería.

Por supuesto que no.

—Lo has hecho tú. Y cállate, porque solo haces que me enfade mucho más. —Le miro, ninguno dice nada. Y como soy quien lleva prisa, añado: —Haz tu vida, pero lejos de mi familia. No quiero lastimarte, pero voy a ser sincero contigo. Así llegase a divorciarme de Phoebe, que no lo veo posible, elegiría un millón de veces quedarme solo, porque esperaría todo el tiempo del mundo para enamorarle, y regresar a su lado.

— ¡Eres un insensible!. —Me grita.

Molesta, muy molesta, gira sobre sus talones y se pierde en el pasillo. Me aparto las gafas para apoyar la frente en la pared, ¡Qué mierda! No puedo salir de mi asombro, y tampoco negar que esto ha sido difícil. Me arden los ojos, pero eso no es nada comparado con la decepción que siento ahora mismo. De verdad espero que haya escuchado mis palabras, y que ella sola entre en razón, antes de que hayan más involucrados en esto. Si insiste, acudiré a nuestros padres, como niño pequeño, me quejaré, para que le ayuden a entender.

 Ese olor, el aroma, la loción de Phoebe, llega a mis fosas nasales. Sus manos se deslizan por mis brazos, ha escuchado la discusión.

—Lo siento, Phoebe. —Me disculpo sin verle. Sé que es ella, no me equivocaría nunca. —Tenías la razón, y hemos discutido tantas veces por lo mismo, cuando tus sospechas eran ciertas.

—Paul, no quiero hablar de eso. He escuchado lo suficiente, me quiero olvidar de todo, estos días horrorosos, la discusión. Estoy cansada de discutir, de darle vueltas a lo mismo y no quedar en nada. —Giro para apretarla contra mi pecho, y tenerle entre mis brazos. —Ya no, por favor, estoy agotada psicológicamente. Discúlpame por ser tan absurda en mis reacciones y fastidiarlo todo, eso y ya. No más.

—Cariño, quiero que entiendas de una vez que yo solo podría amarte a ti, en esta, y en todas las vidas que me sea posible. Te amo, te amo y te amo.

—Yo te amo a ti, eres lo mejor de mi vida. —No espero más, deposito un tierno beso en sus labios. —Salgamos de aquí, hay algo que quiero mostrarte.

Sonríe, amo su sonrisa. Toma mi mano, y juntos caminamos, como debe ser, siempre unidos.

Continue Reading

You'll Also Like

619K 14.1K 8
❝Un cambio trascendental ocurre cuando Mauricio y Abigail se cruzan nuevamente. Pues el nuevo joven millonario no había regresado solo y de la jovenc...
81.4K 10.8K 61
Adrian Wilcox, el famoso cantante, ha desaparecido misteriosamente y sus fans hacen vigilias para que lo encuentren pronto. Se rumorea que se trata d...
196K 10K 38
"De repente entra Mia a la cocina y se encuentra con esta extraña situación. Cristian sin camiseta y yo con la mia totalmente abierta, el uno frente...
192K 21.8K 37
En donde Emma Larusso y Robby Keene sufren por lo mismo, la ausencia de una verdadera figura paterna.