El bosque de Sherwood no era más que un parque apartado de la ciudad lleno de graffitis. Algunos eran estrafalarios, otros abstractos, algunos dibujos, otros parecían fotos, pero todos tenían la conexión de él imaginario de Robin Hood.
- Pocos conocen la existencia de este sitio.
Sebastian no había hablado mucho en todo el viaje en moto hasta allí. Pese a lo mucho que le dolía todo el cuerpo, logró abrazarse a Chris.
Fue una sensación extraña después de todo lo que habían compartido ya. Por un lado estaban todos los recuerdos de sus experiencias compartidas con Benjamin, dentro de VÍA eran mucho más que dos amantes. Se sentía como almas gemelas.
Cuando eran Chris y Sebastian, eran dos desconocidos que al mirarse a los ojos veían recuerdos juntos pero al mismo tiempo lo desconocían todo sobre el otro.
Así que, sentir el abrazo de Sebastian era al mismo tiempo excitante y un poco incómodo, pero Chris no dijo nada y condujo la moto allí donde le fue diciendo el hacker.
- Mucha gente cree que es un sitio donde vienen los drogadictos y gente con problemas, cuando en realidad es un lugar de artistas callejeros y lleno de vida durante todo el día. - Continuó diciendo Sebastian en cuanto aparcaron la moto.
Chris no tuvo problemas en verlo así, el sitio, pese a que comenzaba a hacerse de noche estaba lleno de puestos ambulantes que vendían artesanía, poetas en medio del cesped y músicos que llenaban el sitio de sonidos casi incomprensibles.
- ¿Los conoces a todos?
- No se quien habrá venido hoy. Siempre es gente diferente, toda la cultura menos conocida de la ciudad, toda la que no ves en VIA, así que imagina el volumen de personas que se mueven por aquí.
Chris asintió y le siguió por los caminos entre los árboles. No tenía claro si aquello era un parque o un bosque que la ciudad se había, comido al crecer. Pero eso no era lo importante de su visita, así que no preguntó.
Sebastian se movía con seguridad, la misma seguridad que ocultaba la ansiedad que la visión de su hermano muerto había provocado.
Ser hacker lo convertía en un hombre valiente y que arriesgaba la vida, pero eso no significaba que no tuviera sentimientos y no le pudiera la tristeza de los recuerdos.
- ¿Les conoces en persona?
- ¿A quienes?
- A quienes vamos a ver, ya sabes Grantaire, Hunter y el bombero. - Chris casi se echó a reir. - Jamás pensé que llamaría a nadie por esos nombres.
- A Grantaire lo conocí en persona hace tiempo, digamos que es una especie de hermano mayor para todos nosotros. A veces parece que lo sabe todo sobre VIA; como si él mismo la hubiera creado, pero nos ha jugardo mil veces que no es cosa suya.
- ¿Y le crees?
- No tendría porque no hacerlo, le conozco mejor que a ti. - Los dos se detuvieron en seco cuando un grupo de música pasaron con tambores y guitarras. El último llevaba un cartel diciendo que estaban celebrando el día de la Tierra, festividad de la que ninguno de los había escuchado nunca, pero tampoco les importaba realmente. - Lo que pase en VIA no cuenta, sobretodo porque no lo recuerdo.
- Yo sí y se que no tiene porque importarte, pero se como me miras y me hablas dentro de VIA, e que confías en mi.
Sebastian lo miró casi sin pestañear durante un eterno momento, parecía intentar entender sus palabras, pero se giró de nuevo y siguió caminando como si no hubiera escuchado nada o como si no le importara lo que acababa de decir.
Tras caminar un par de minutos más, un hombre delante de ellos levantó el brazo para llamar su atención. Aunque le acompañaban otros dos extraños, era el que menos destacaba. Era el más bajito, delgado, un poco de barba cubriéndole la mitad del rostro y dejando a al vista dos bonitos ojos azules.
- Grant. - Le saludó Sebastian con naturalidad
- Me gusta ese nombre, casi más que el mío, por lo menos es más original y me permite tener un diminutivo.
- Recuerda no decírmelo, nunca sabemos quien y desde donde nos están escuchando.
- ¿Tengo que recordarte que fui yo el que te puso el nombre de Robin? Llevo mucho más tiempo que tú haciendo esto y por el momento nadie me ha descubierto y no me han mandado al hospital.
Sebastian apretó la mandíbula y achicó los ojos, pero no dijo nada. Grantaire se echó a reír, un segundo después lo hicieron los otros dos y el más joven, un muchacho alto, moreno, de ojos claros, le dio una fuerte palmada a Sebastian en la espalda.
- Un nuevo amigo de Robin, supongo que estamos ante Cevans nada más y nada menos. - Dijo el tercer hombre alargando la mano hacia él. - Grant ya se ha presentado, él es Hunter, el yogurín del grupo. Algo alocado por su inexperiencia, pero es. - Señaló al muchacho más joven y este asintió con la cabeza.
- Y él tiene muy poca imaginación. - Le respondió el chico que se había sentido herido con ese comentario. - para ponerse un nickname y lo dejó en bombero. Aunque no sepas su nombre, al menos sabes a lo que se dedica.
- ¿Qué tal si dejamos de querernos tanto y hablamos de lo que nos ha hecho encontrarnos aquí?
Sin esperar respuesta, Grantaire se puso en movimiento y comenzó a adentrarse en un pequeño bosque de copas altas y juntas, que parecía convertirse en el lugar más apartado y tranquilo de todo aquel sitio.
Chris se quedó sorprendido al encontrarse con cinco cajas que iban a ejercer de sillas para todos ellos, un tocón en medio, bastante grande para poner bebidas y comida para todos, así como un par de portátiles y las mochilas de los tres hombres apoyadas contra los otros árboles.
- Lo tenéis bien montado. - Dijo por fin Chris, sorprendido por lo que estaba viendo, sin duda estaban acostumbrados a ocultarse allí. Casi podía imaginarse que bajo aquel pequeño claro, había una trampilla que llevaba a un bunker secreto del que nadie sabía nada excepto ellos cuatro. - ¿Me vais a tapar los ojos y llevarme a vuestro verdadero escondite?
- No somos una secta.
- Bueno a veces lo parecemos. - Aclaró el bombero con un sentido del humor con el que intentaba ocultar lo nervioso que evidentemente le ponía la gente nueva. - Pero no, Grant tiene razón, no somos una secta, tranquilo, no vamos a sacarte sangre, no tienes que comerte el corazón de una cabra y no vamos a montar una orgía contigo... a menos que me ayudes a convencer a estos remilgados.
- ¡Cosas serias por favor!
La repentina frase de Sebastian, los cogió a todos por sorpresa. Si el parque no estuviera lleno de ruido, música y gente hablando, se habría escuchado por todas partes.
Estaba tenso, las manos convertidas en puños pegadas al cuerpo y los ojos abiertos de par en par fijos cada pocos segundos en uno de ellos.
- Lo siento, no quería...
- Es normal, has pasado por mucho estos días.
- Ahora que lo dices, hace días que no hemos podido contactar contigo, Robin. - Grantaire se sentó en una de las cajas y como si de una señal se tratara, los demás hicieron lo mismo. - Cevans dice que estuviste en el hospital, lamento saber que es cierto. ¿Podemos saber lo que ha pasado?
- Dicen que fue una mala experiencia dentro de VIA.
No iba a ser Chris el que dijera lo que había pasado. Así que no dijo nada. se quedó donde estaba, mirando a los cuatro hombres. Eran todos diferentes, de edad, de forma de hablar, de comportarse, de trabajo por lo que empezaba a saber de ellos. Solo tenían en común ser hackers y mantener sus verdaderas identidades en secreto, como si de superhéroes de comic se trataran.
- Cevans nos pidió vernos por sus últimas experiencias dentro de VIA, quería compartirlas porque está seguro de que son anómalas . - Todos tenían claro que Grantaire era el líder, el que llevaba la iniciativa en las reuniones, el que las empezaba y terminaba. A pesar de que por su aspecto y comportamiento apocado, tranquilo y sin levantar la voz frente a los demás, de alguna forma se había convertido en su líder. - ¿Puedes comentar un poco más sobre estas experiencias? Creo que todos los que estamos aquí podemos comentar ciertas cosas extrañas que están ocurriendo en la red.
- Yo no.
De nuevo las miradas se centraron en Sebastian.
- No es que no las haya vivido . - Bebió un trago de la botella de agua que le entregó Hunter y mantuvo la atención de todos que esperaban saber lo que tenía que decir. - Ch... Cevans lo sabe, no recuerdo mis experiencias porque VIA me las ha borrado.
Un murmullo entre Hunter y el bombero quedó casi borrado por la mano de Grantaire levantada.
- VIA no puede hacer eso por si misma. Está en su sistema interno, es parte de su ADN. Es como las leyes de los robots de Asimov, ha cosas inamovibles.
- Se llama Tom. - Dijo por fin Chris, no porque se sintiera más cómodo entre esos desconocidos, sino porque parecía que Sebastian no se sentía bien para hablar por si mismo.
- ¿Quien es Tom?
- VIA, es lo que me ha contando, entre otras cosas en mis últimas experiencias. Se ha colado como un muchacho de poco más de veinte años y me ha dicho que se llama Tom. habla como un humano, se comporta como uno de nosotros, solo que sabe que es una inteligencia artificial. Piensa, razona y siente como un ser humano. Fue Tom el que le enseñó a Robin la verdad sobre las experiencias que él mismo había decidido borrar.
De nuevo el murmullo, que esta vez fue compartido por el propio Grantaire, que no había esperado esa revelación.
Llevaba años estudiando a VIA, le había picado la curiosidad desde que la había visto nacer, desde que había sustituido a internet, Grantaire, al igual que otros muchos informáticos, tanto profesionales como aficionados comenzar a seguirle los pasos, a aprender de todas sus versiones. Desde entonces, nunca había escuchado que VIA tomara jamás una identidad humana.
- Ahora comprendo vuestra urgencia por hablar.
Grantaire hablaba como un hombre sabio, como si fuera mucho más mayor de los treinta y pocos años que tenía. Como si hubiera vivido varias vidas y tuviera una gran experiencia.
- ¿Cómo estáis seguros de que los agentes de VÍA no nos pueden encontrar aquí? - Preguntó Chris mirando a todo lados en busca de alguna de las muchas cámaras que llenaban la ciudad y el mundo entero. - Habláis con total libertad sin miedo a lo que puedan oír.
Hunter y el bombero sacaron al mismo tiempo sus teléfonos móviles del bolsillo. Ambos mostraban la señal de que estaban sin cobertura.
Chris miró el suyo y se dio cuenta que le sucedía lo mismo.
- Está es una de las pocas zonas libres de tecnología de la ciudad. - Le informó Sebastian, dejando su propio teléfono sobre su improvisada mesa. - Sólo unos pocos y desde luego nadie de los de arriba sabemos como conectarnos aquí. Por lo demás, aquí se puede hablar libremente de lo que que quieras, con quien quieras sin miedo. Todas las músicas son bienvenidas, la, cultura en general, al viejo estilo antes del dominio de la tecnología tiene aquí su hogar y refugio.
- Vaya, supongo que por eso lo llamáis el bosque de Sherwood, porque era donde se escondían los compañeros de Robin Hood de las garras de Nothimgam.
- Te o has buscado listo, Robin.
- Y guapo.
El bombero y Hunter parecían hermanos gemelos, uno comenzaba la frase y la terminaba el otro.
- No tengo como Harry. Apuesto lo que sea a que no baila tan bien. - Señaló Hunter con gesto orgulloso.
- Tampoco supera a Oliver. Tendríais que verlo cuando sale de un edificio en llamas, me pone tanto que cuando llegamos a casa...
- Te agradecería dejar tus detalles íntimos para tu novio.
- ¿Y qué haycdecti Grantaire? Siempre eres muu discreto sobre tu vida personal. Pero aquí podemos hablar sin miedo a ser descubiertos.
- No tengo mucho que contar, por eso no digo nada.
Con eso, el líder del grupo dio por terminada la conversación sobre sus vidas y volvió a concentrarse en Chris. Por otro lado, Chris se sorprendió al darse cuenta que Sebastian no había negado su supuesta relación.
Sonrió ante el detalle pero no dijo nada. Como había dicho al inicio, el hacker había pasado por mucho en los últimos días y lo último que deseaba era ponerle más presión por su propia curiosidad sobre los sentimientos de Sebastian hacia él.
- Volviendo a lo que nos ha traído aquí. VÍA está cambiando su forma de comportarse. ¿Creéis que se trata de una nueva actualización de su creador? ¿O es acaso de verdad posible personalidad humana porque está aprendiendo de nosotros?
- Eso da mucho miedo solo de pensarlo. - Hunter se estremeció exageradamente. - Se parecería a las viejas películas con la rebelión de las máquinas.
- No sabemos mucho de él. Dice llamarse Tom, es un crío y tiene miedo o al menos eso parece. - Chris no podía quitarse de la cabeza la imagen del muchacho que temía que su padre diera con él y le echara la, bronca. - No se, es demasiado real para ser creación de un ordenador.
Grantaire guardó silencio, recapacitando sobre las palabras de Chris.
Finalmente le hizo un gesto a Hunter y este sacó de su mochila dos pares de gafas para entrar en experiencias de VIA.
- Creo que la única forma de saber si el chico que ves es real será comprobarlo mientras estás dentro.
- ¿Y el ordenador? ¿Y la conexión a VIA?
- Estás entre cuanto de los mejores hackers del mundo. - El bombero saco pecho sonriente. - ¿No creeras que iba a ser un gran problema hacer una conexión propia y acceder desde un, sistema wireless que ellos no ñxkdfs rastrear?
Chris no entendí ni dos palabras de lo que había dicho, pero asumió que lo tenían todo controlado.
- Deberás entrar tú. - Grantaire le entregó a Chris las gafas. - Aunque algo me dice que deberíais ir los dos.
- ¿Yo por qué? - Preguntó Sebastian.
Chris podía entender su reticencia. Después de su última experiencia dentro de VÍA y lo que había visto y oído decir a su hermano muerto, podía entender que no quisiera volver.
Pero también era cierto que no podía decir nada, porque ni él mismo sabía lo que eso significaba, en el caso de que fuera cierto y alguien hubiera matado a su hermano por conectarse a VIA y ser hacker.
- Digamos que tengo le presentimiento de que el muchacho os quiere a los dos dentro.
Chris y Sebastian se miraron, parecía que ese hombre sabía más, podía ver más de lo que decía, como si hubiera estado con ellos dentro de sus últimas experiencias. Pero no preguntaron, no dijeron nada y simplemente asintieron.
A Chris no se le pasó desapercibido el leve temblor que recorrió el cuerpo de Sebastian, lo tenía tan cerca y que lo único que quería era darle un abrazo, hacerle sentir bien, hacerle olvidar la visión que había tenido de su hermano.
Sin embargo, lo único que hizo fue acercarse disimuladamente a él y rozar su brazo con la mano que escondía bajo el otro brazo. Sebastian lo miró y se imaginó que protestaba delante de todos, pero en lugar de eso, simplemente asintió y una media sonrisa se dibujó en su rostro, una sonrisa de agradecimiento.
- Estaremos aquí todo el tiempo. - Continuó diciendo Grantaire.
- ¿A que te refieres?
- Creo que deberíais hacer una inmersión más profunda en VIA para contactar de nuevo con el chico y evitar que se marche. Creo que llegando más al fondo, podríamos ver quien se esconde detrás de su avatar.
Grantaire sabía más, ahora Chris lo tenía claro, lo podía ver en sus ojos, en su forma de hablar. Grantaire sabía algo y quería saber más, pero no estaba dispuesto a decirles nada a ellos. Tampoco Chris dijo nada, quería esperar, seguirle el juego, hacer esa experiencia con la esperanza de encontrarse con Tom, poder hablar con él y saber exactamente como se unían todas las piezas de aquel puzle.
Cogieron las gafas casi al mismo tiempo. Chris tenía la sensación de que nada iba a ser lo mismo después de esa experiencia y se preguntó si Sebastian sentía lo mismo, aunque para él ya había cambiado todo igualmente.
- Estamos conectando. Hoy parece que han puesto una seguridad más alta en la puerta de atrás de VIA. - Dijo Hunter tecleando con rapidez en su tablet. - Están cambiando algunas contraseñas y los firewalls están siendo más duros, pero podrémos mantenernos sin ser vistos al menos media hora.
- Espero que sea suficiente. Cevans, se que no estás acostumbrado a este tipo de prácticas, pero tienes que ser rápido, el tiempo pasa muy diferente cuando estás dentro de una experiencia. En media hora puedes vivir un día entero, así que tendrás que ir deprisa. Robin, ¿podrás guiarle? Tienes más experiencia.
Sebastian se encogió de hombros. Todos sabían más que él sobre unas experiencias que no recordaba haber tenido ni vivido dentro de VIA. No podía decir que no, porque cuando había estado allí dentro se había sentido cómodo, no sabía como ni por qué, pero había sabido moverse, comportarse, entendía como funcionaba un mundo virtual en el que no había entrado nunca.
- ¿Con qué nos encontraremos cuando entremos?
Chris tenía más curiosidad que temor por lo que iban a encontrar colándose en una experiencia sin aprobación de la propia VIA. No estaba acostumbrado a hacer cosas ilegales, no se había saltado ningún día de colegio y hasta su padre se reía a veces de él por haber sido un muchacho tan correcto y perfecto.
- Es difícil saberlo. Sin el control de VIA, sois vosotros los que domináis la experiencia.
- En teoría las experiencias fueron creadas para funcionar así, para que fuera el propio usuario el que tuviera el control. - El bombero empezó a ajustar las gafas, para quitar el control supresor de VIA dijo mientras hablaba. - Pero cuando las cosas se fueron un poco de madre con ciertos pirados que tenían exigencias y gustos un tanto deplorables, el creador de VIA y su gente decidieron regularlo e hicieron que fuera la propia red la que impidiera que ciertas experiencias pudieran llevarse a cabo.
- Debéis tener cuando con lo que pensáis y deseáis en el momento en el que la experiencia. - Hunter se acercó a ellos y sacó dos pequeños auriculares. Chris se sorprendió al comprobar lo azules que era en los ojos del muchacho. - Con estos podremos escuchar lo que vosotros oís al otro lado. Si necesitáis un momento en privado, solo tenéis que presionar en el auricular y se quedará en silencio para nosotros.
El muchacho sonrió, Chris se puso colorado y Sebastian frunció el ceño sin comprender. Empezaba a sentirse bastante perdido con eso de no saber lo que había pasado en las experiencias que había vivido.
- ¿Entonces qué? ¿Estáis listos? - Grantaire rompió el silencio, con una sonrisa de complicidad. Aquello era serio y podía ser peligroso, pero se lo estaba pasando bien. - Recodad que hay que llamar la atención de Tom y sacarle toda la información posible.
Chris asintió, Sebastian lo hizo un momento más tarde. Cogieron las gafas y se las colocaron.
Todo pasó tan rápido que no tuvieron tiempo de darse cuenta de cuando su mente dejaba el bosque de Sherwood y se trasladaba al ese otro bosque, de pinos mucho más frondoso, natural, virgen incluso en el que lo único que se escuchaban era los pajarillos canturreando en los árboles y el agua de un río cercano corriendo.
Chris miró a su alrededor, aunque lo que realmente llamó su atención fueron los penetrantes olores, naturales, intensos, salvajes que llegaban a él y a los que una persona del siglo XXI no estaba acostumbrada.
- Cada vez que entro en una experiencia, parece más real. Me cuesta más diferenciarlo del mundo real de ahí fuera.
No recibió respuesta de su compañero de viaje, se volvió y se encontró a Sebastian sentado en la hierba, los ojos cerrados, apretados con fuerza, la cara sucia de barro y el uniforme de soldado, manchado de sangre.
- ¡Ben!
Chris se sorprendió a si mismo por usar el nombre del soldado con esa naturalidad y por el miedo que recorrió su cuerpo al encontrárselo allí, malherido.
Se arrodilló, el corazón le latía desbocado, aunque fue todavía peor cuando se dio cuenta que la sangre en el uniforme del soldado no pertenecía a alguien con quien se hubiera enfrentado, no había estado en una batalla recientemente y había matado algún enemigo.
La sangre brotaba de una herida en costado y ya había cubierto sus manos de un fuerte color rojo.
- ¿En que estabas pensando cuando hemos llegado aquí? - Protestó Sebastian a duras penas. - ¿En la forma más dolorosa de matarme?
- No, dios santo, no. - Chris apoyó la mano sobre la herida para intentar detener la hemorragia pero eso solo produjo un intenso y desesperante dolor en el soldado. - Lo siento. No, pensaba... estaba nervioso por volver a verte, por volver a ver al otro yo... aunque veo que no eres Benjamin ahora mismo. - Sebastian negó con la cabeza, la herida dolía demasiado como para razonar sobre cualquier otra cosa. - Solo quería verte... verle. Jamás querría hacerte daño.
- ¿Entonces? te aseguro que no tenía ninguna intención de saber lo que se siente cuando te clavan una espada en el costado. ¿Algo así puede matarnos dentro de VIA?
Sebastian volvió a quejarse al intentar moverse, quería ponerse en pie, estar en medio de un bosque no le parecía el sitio más seguro y desde luego el más higiénico para una herida abierta. Pero no pudo hacerlo y cayó de nuevo al suelo.
- En una situación normal, solo sentirías el dolor que siente tu avatar, no debería ser algo serio. - Dijo la voz del bombero a través del auricular que incluso dentro de VIA llevaban puesto.
- Pues lo cierto es que este dolor es muy real, aunque no se como cuanto de real es una herida de espada.
- Por cosas como esta es por lo que decidieron cortar las libertades de lo que ocurría dentro de las experiencias. - Añadió Hunter. - Demasiado real, tanto que llevó a personas de corazón frágil a sufrir infartos y situaciones similares.
- ¿Hay forma de quitar este dolor? - Sollozó Sebastian.
- Solo si quien te lo ha infligido quiere bajar la intensidad del dolor.
Chris y Sebastian volvieron la cabeza hacia la persona que estaba junto a ellos, tanto sus avatares, como ellos la reconocieron y todos sintieron el mismo tipo de miedo.
Jason era letal dentro y fuera de VIA, fuera llevaba pistola, aquí portaba un gladius en una mano y un cuchillo ensangrentado en la otra.
- ¿Y sabéis una cosa? Soy esa persona y no quiero bajar la intensidad. Quiero verte sufrir.